«Hay que trabajar distinto, porque los tiempos son distintos y lo que no cambia son los principios, la creatividad y la solidaridad con que nos entreguemos a encontrar soluciones. Lo que no cambia es la voluntad de resistir creando. Lo que no cambia es el espíritu de los cubanos».
Con esa convicción, el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, inició este viernes las visitas a las provincias de La Habana y Mayabeque, para evaluar la implementación de las medidas que hacen frente a la actual situación energética.
Acompañado por el miembro del Buró Político Salvador Valdés Mesa, primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, así como por otros funcionarios del Partido y el Gobierno, Díaz-Canel subrayó que todas las estrategias parten de la experiencia y el aporte de todos, y no de la improvisación.
Reiteró que «esta es una situación coyuntural de desabastecimiento de combustible, no de otras cosas, y se debe, en primer lugar, a la agresividad del Gobierno de Estados Unidos y su ensañamiento con Cuba. El imperio no se da cuenta de que hay pueblos que tienen dignidad y están decididos a hacer lo que sea por mantener su dignidad, su soberanía, y no se amilanan».
Su intención, apuntó, «es mostrarnos como un gobierno incapaz, ineficiente y con eso buscar un estallido social. La salida desde nosotros es denunciar todo lo relacionado con esa política hostil».
No obstante, explicó que es preciso tener claro que no estamos en una situación normal y tampoco lo estaremos después del día 15. El día 14 entra un barco con combustible, pero tendremos que alargarlo hasta finales del mes de septiembre. Por tanto, al decir de Díaz-Canel, «estamos trabajando con medidas de mitigación, convocando a mucha solidaridad, comprensión y apoyo».
En sus palabras ratificó conceptos de trabajo fundamentales para lograr implementar las medidas: el trabajo político-ideológico desde todos los ámbitos de la vida económica, social y política del país; la preparación de los delegados de todas las circunscripciones para explicarles a los pobladores; y la disposición de cerrar filas a la contrarrevolución, a la que vamos a enfrentar con el pueblo y nuestros argumentos.
«Hay que trabajar distinto, con valentía, inteligencia, responsabilidad, optimismo, creatividad, sin lamentaciones y con seguridad; buscando en todo lo posible proteger a la población y en eso nos hace falta una actitud ejemplar de los dirigentes», aseveró.
El llamado del Presidente cubano fue claro: a trabajar con unidad, con patriotismo, a incorporar a los jóvenes, a ahorrar en todo, especialmente el combustible, a no permitir la subida de precios, el acaparamiento ni la especulación.
La vinculación de la gestión estatal y no estatal fue otra de las orientaciones del mandatario.
A su juicio, «en la misma medida en que salgamos de esta situación, que aportemos soluciones para el futuro, todos vamos a ser mejores cuadros, mejores servidores públicos, mejores revolucionarios, mejores ciudadanos. De esta situación saldremos más fortalecidos»
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