La industria de los viajes empezó el año de capa caída. Las expectativas de recuperación se trasladan para la próxima temporada alta.
La contracción severa del turismo es perceptible en las calles y en estadísticas que registran en enero y febrero de 2021 solo el 5,9 por ciento de los visitantes que llegaron en igual etapa del 2020.
Foto: Jorge Luis Baños/IPS
Entre los látigos y las brumas de una pandemia que mantiene totalmente colapsada la industria de los viajes en el mundo, el futuro del turismo de cualquier país casi se vuelve inescrutable, al menos en el corto plazo. Me sorprendieron, por tanto, pronósticos de que el turismo demoraría años para recuperarse en Cuba.
El 2021, ciertamente, arrancó en la mayor de las Antillas con el freno de un rebrote de la Covid-19. Los aeropuertos y hoteles que el país intentaba abrir desde julio volvieron a cerrar en noviembre. El año comenzó de capa caída, pese a que el gobierno confía en comenzar a recuperar la marcha con 2,2 millones de visitantes, el doble que el pasado año. En sus mejores momentos, sin embargo, se había aproximado a 5 millones.
Expectativas pospuestas
En los dos primeros meses del 2021 solo viajaron a Cuba 59.387 personas, según la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI): apenas un 5,9 por ciento del millón prácticamente que llegaron en enero y febrero del 2020 (973.661), previo al mes en que la mayor de las Antillas se enganchó a la caravana pandémica.
Ciudades como Viñales y Trinidad, en que el turismo era esencial como sostén económico, han sentido el colapso como nadie. En las calles habaneras no se ven los extranjeros que la desbordaban en otros tiempos. Solo se tropieza con algún que otro ruso medio extraviado.
De los mercados emisores, Rusia escaló al mejor lugar, pero solo con 13.824 visitantes en enero y febrero, el 29 por ciento del registro de similar etapa del 2020. Le siguen la comunidad cubana en el exterior (7,4 por ciento en comparación con el primer bimestre de 2020) y Alemania (10,5 por ciento). Canadá perdió su liderazgo tradicional, al contraerse al 0,7 por ciento de los 330.589 canadienses que visitaron Cuba en enero y febrero del 2020. De España solo llegaron 12.627 (9,4 por ciento). Los mercados permanecen casi totalmente contraídos en el mundo.
La temporada alta, que suele concluir con la Semana Santa, se le escapó a Cuba este año. Y no se ven luces en el horizonte de los próximos meses. Las expectativas se posponen para la próxima temporada alta, que comienza en noviembre. El escenario puede comenzar a cambiar para esa fecha, si cede al menos uno de los dos mayores obstáculos que enfrenta hoy el turismo en Cuba: la pandemia y el bloqueo económico de Estados Unidos.
Esperanza sanitaria
La vacunación contra la Covid-19 abre esperanzas. La biotecnología cubana trabaja con cinco proyectos vacunales que han llamado la atención de científicos y medios de prensa en el extranjero.
Uno de ellos, Abdala, avanzó de la fase III del ensayo clínico a los estudios de intervención al cierre de marzo, con participación más masiva. A juzgar por los reportes de las autoridades sanitarias y de los investigadores también avanza con éxito el ensayo clínico del candidato vacunal Soberana 02 en su etapa III.
Con capacidad para producir cien millones de dosis de vacunas, el gobierno confía en inmunizar a toda la población antes de que concluya el año.
Obviamente, mientras persista la pandemia y el temor al Sars-Cov-II en el mundo, la industria global de viajes tendrá ante sí un freno pesado. Pero no es descabellado esperar intentos de todo tipo, innovadores incluso en materia de mercadotecnia, por parte de las grandes cadenas hoteleras, las agencias de viaje y las principales aerolíneas, para reabrir las alas en cuanto vean mejorías sanitarias al menos en parte de los países.
Cuba pudiera ofrecer, entonces, un escenario de seguridad favorable y quizás atrayente, si sus vacunas llegan con éxito a la meta y mantiene el sistema de control sanitario, con pruebas para detectar el coronavirus entre las que se incluyen el PCR, que se les aplica hoy a los viajeros cuando arriban al país, además de exigírseles como condición antes de partir de sus países.
Falta por ver cómo evoluciona una pandemia en extremo agresiva hasta la fecha y cómo reacciona y maniobra la industria global del turismo cuando comiencen a aparecer oportunidades en mercados emisores y destinos, y qué capacidad de compra deja la crisis económica desatada por la pandemia.
Continúa tensión con EE UU
También permanece bajo una interrogante el otro gran obstáculo que ha tenido la industria cubana del ocio: el bloqueo económico. La Administración de Joe Biden no exhibe apuros para moderar sanciones a Cuba que llevó a extremos su antecesor, Donald Trump.
En marzo, la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, echó un cubo de agua fría sobre las esperanzas de mejoría de la política del presidente demócrata con La Habana. “Un cambio de postura sobre Cuba no está actualmente entre las prioridades del presidente Biden, pero –agregó- estamos comprometidos en hacer que los Derechos Humanos sean un pilar básico de la política de Estados Unidos”.
Esa postura la confirmó el primer documento político de la Administración Biden: el Informe sobre Derechos Humanos en el mundo que el Departamento de Estado presentó al Congreso, menciona supuestas violaciones en la mayor de las Antillas.
Pese al nuevo motivo de enconamiento bilateral, no es descartable, sin embargo, que Biden mueva, como hizo Barack Obama, algunas fichas para facilitar los nexos entre las familias cubanas divididas por la emigración. Pudiera flexibilizar las remesas y los viajes, con el beneficio inmediato que tendría en particular para el turismo. Pero Obama tampoco se apuró en hacerlo cuando entró a la Casa Blanca.
En el corto plazo, las oportunidades de la industria cubana del turismo dependen más de sus mercados europeos tradicionales, de Canadá y de nuevas opciones, como Rusia. Este antiguo socio comercial de Cuba reabrió desde el 1ro de abril los vuelos de la ruta Moscú-Varadero, principal destino de sol y playa de la mayor de las Antillas.
Los primeros síntomas de renacimiento del turismo en Cuba pudieran percibirse en la próxima temporada alta. Los laboratorios de la biotecnología prometen más que las oficinas de la política. Pese a la magnitud global del desastre epidémico, la cura del coronavirus parece más cercana que el remedio para la enfermedad del bloqueo, casi crónica ya. (2021)
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