Estadísticas alertan que el 71 por ciento de los suelos nacionales sufren erosión y el 70 por ciento de la tierra agrícola posee bajo contenido de materia orgánica.
Zelmy Castro en la finca-escuela La Victoria, en Jimaguayú, Camagüey participa activamente en la producción de alimentos a partir del manejo sostenible de la tierra.
Foto: Tomada de Facebook
La Habana, 21 jun.- En la finca Tierra Brava, en Los Palacios, Pinar del Río, el agricultor Onay Martínez tiene 32 especies de frutales y fomenta la cría de ganado menor. Sus prácticas de agricultura de conservación le hicieron obtener la categoría Con manejo sostenible de Tierra, única en Cuba.
Para Martínez, esa condición reconoce “años de trabajo, de haber pensado de forma diferente, a manejar la finca no como en la agricultura convencional, sino como un agroecosistema, y a educar a familiares y trabajadores en una conciencia medioambiental”.
También señala que son practicantes de la agricultura de conservación, un sistema diferente a lo tradicional en Cuba, “y eso es parte de lo que nos ha traído los resultados que tenemos hoy”, valora.
A propósito del Día de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, que se celebra cada 17 de junio, una decena de escenarios productivos y una reserva ecológica de seis provincias cubanas fueron reconocidos en categorías de Manejo Sostenible de Tierra (MST), en la edición de 2022 del Programa de Asociación de País dedicado al tema.
Desde el municipio de Sandino, en Pinar del Río –provincia más occidental de Cuba–, hasta Caimanera, en Guantánamo –en el oriente del país–, agricultoras y agricultores, con el apoyo de proyectos, autoridades locales y la ciencia, demuestran que el MST permite incrementar la producción de alimentos, adaptarse a los impactos del cambio climático y preservar los recursos naturales.
De acuerdo con Edermis Ramos, de las fincas La Caridad y La Deseada, en Sierra de Cubitas, Camagüey, “con la aplicación de nutrientes naturales, he visto beneficios y mejoras en las siembras de maíz, yuca, cebolla, arroz y frijol”, entre otras.Onay Martínez, agricultor de la finca Tierra Brava, fue reconocido con la categoría de Manejo Sostenible de Tierra (MST) este año en Cuba.
Alfredo Martínez, director del Programa de Asociación de país en apoyo al Plan Nacional de lucha contra la desertificación y la sequía, destacó el papel del municipio, donde el campesinado asume a diario la “responsabilidad de contribuir a que lleguen alimentos sanos y variados a la mesa de los cubanos”.
Las fincas reconocidas por su desempeño en el MST, señaló, tienen la oportunidad de acceder de forma inmediata a los incentivos económicos que se conceden desde el Ministerio de la Agricultura, la banca cubana y la Empresa de Seguros Nacionales.
Para Edith Felipe, coordinadora del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en Cuba, el grupo conforma “una familia comprometida con el uso sostenible de los recursos naturales y el manejo sostenible, que ha sabido integrar prioridades claves del país”.
Entre ellas, Felipe mencionó la producción de alimentos, el manejo sostenible, la introducción de medidas de adaptación al cambio climático, la participación de actores y gobiernos locales como parte del desarrollo local.
A su vez, destacó que el MST se aplica en todos los municipios del país –con un total de 18 iniciados– y enfatizó en la importancia de pensar en la sostenibilidad de esas experiencias y las posibilidades de replicarlas.
Sus voces y manos cuentan
Maribel Alonso, hace 14 años presidenta de la Cooperativa de Producción Agropecuaria Julito Díaz, en el municipio Consolación del Sur, en Pinar del Río, recibió la categoría de iniciada en el MST en la primera etapa.
“Aunque sembramos cultivos varios, la cooperativa se dedica fundamentalmente al tabaco y hemos establecido barreras vivas para la retención del suelo y sembrado, además de incorporar abonos verdes, lo que permite mejores rendimientos, por ejemplo, en el tabaco, de 0,7 toneladas por hectárea hemos llegado a 1,3 toneladas”, dijo.
En Jimaguayú, Camagüey, Zelmy Castro trabaja junto a su esposo en la finca-escuela La Victoria, donde la incorporación del ganado al manejo sostenible de tierras aporta beneficios a la ganadería.
“Sembramos barreras vivas, cubiertas verdes, fomentamos el silvopastoreo, la mínima labranza y la lombricultura. Hemos mejorado un 80 por ciento el suelo, los frutos son diferentes y las cosechas, más amplias”, indicó.
Para Felipe, “es muy buena la representación femenina, muestra de que la mujer es una activa participante de la producción de alimentos y del MST en el país”.
Hacer y compartir
“Aquí se están aplicando ciencia y conocimientos autóctonos de las distintas zonas, es un proceso innovador para Cuba y otros países”, dijo Felipe y recomendó compartirlo en la región y fuera de ella.
Con su recomendación coincide el agricultor de la finca Tierra Brava, quien apunta: “si la práctica que estamos haciendo no la podemos compartir y no se puede traducir en que otras personas lo pueden hacer, el reconocimiento es algo vacío”.
Al respecto, el director de programa exhortó a agricultoras y agricultores a “que sus habilidades y conocimientos no se queden en el pequeño espacio de sus fincas, sino que sean transmitidas sus experiencias, aciertos y desaciertos a muchos otros productores y, además, se continúe trabajando como hasta el momento”.
Maritza García, presidenta de la Agencia de Medio Ambiente (AMA) de Cuba, señaló que el MST y su extensión apoya el Plan de Estado para el enfrentamiento al cambio climático, el Plan de soberanía alimentaria y educación nutricional, las medidas para potenciar el desarrollo de la agricultura y los objetivos de desarrollo sostenible. (2022)
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