A nivel nacional se reajustó recientemente hasta los 18 pesos como promedio el costo de los almuerzos y meriendas, en correspondencia con los salarios y la canasta de referencia que debe asumir cada quien mensualmente, una de las premisas del citado proceso económico iniciado en enero.
En los comedores obreros hay insatisfacciones, principalmente, por la falta de calidad. (Foto: trabajadores.cu).
Por JORGE LUIS MOREIRA MASSAGUÉ
Los servicios en comedores obreros del país, cuyos precios aumentaron tras la implementación de la Tarea Ordenamiento, generan variadas opiniones de los trabajadores que ante una necesidad vital del día a día, ahora reclaman mayor variedad y calidad de las ofertas.
A nivel nacional se reajustó recientemente hasta los 18 pesos como promedio el costo de los almuerzos y meriendas, en correspondencia con los salarios y la canasta de referencia que debe asumir cada quien mensualmente, una de las premisas del citado proceso económico iniciado en enero.
Si bien no hay muchos reclamos por los precios, ya algo ajustados, el asunto calidad es preocupación de muchos comensales y sigue como una de las mayores insatisfacciones, precisamente al relacionar precio y calidad.
Este tema es de conocimiento de quienes laboran en la Empresa Alimentaria Provincial Camagüey, quienes lo analizaron en matutinos y otros espacios, no obstante existen los que deciden no solicitar el almuerzo, comentó a la Agencia Cubana de Noticias Héctor Reyes Fernández, uno de sus trabajadores.
Hoy unos 30 de sus compañeros sí lo hacen allí mismo, expresó, y debido a la carencia de ofertas provocada por las actuales limitaciones, donde influye la pandemia de la COVID-19, no lo demandan todos los días, y hay quienes prefieren llevar los alimentos de sus casas.
Reyes Fernández se refirió a la opinión generalizada respecto a la mortadella, el “plato fuerte” más abundante por estos días, que no tiene la mejor calidad y su valor es muy alto, lo cual trae consigo que las personas no la consuman.
Los almuerzos, dijo, también están integrados por croqueta, gallina, jamón, sopa con sustancia, potaje de chícharo, arroz blanco o con subproductos, y pan.
Según afirmó, la entidad debe seguir buscando alternativas y gestiones en pos de garantizar presencia de viandas –deficitarias hoy totalmente–, y mejorar en cuanto a los condimentos y agregados que propician una mejor calidad de las elaboraciones.
Tahi Parets, perteneciente a la Empresa de Turismo de Ciudad Santa María, aseguró que los almuerzos en su centro de trabajo son buenos, y los precios rondan entre los 10 y 12 pesos, según lo que haya, y al compararlos con las comidas ofertadas en el sector cuentapropista, que superan los 80 pesos, los ve como una opción favorable.
Les facilitan almuerzos y comidas a quienes laboran hasta tarde, amplió, al tiempo que reconoció la correcta elaboración y la cantidad de estos, que comprenden arroz, el llamado “plato fuerte”, vianda, algunas ensaladas y dulces.
En el telecentro local la realidad es diferente en cuanto al tema, pues predominan las insatisfacciones con las propuestas diarias que no tienen la variedad requerida y la calidad es muy mala, en contraste con los precios vigentes, declaró Rosa Blanco.
Esas problemáticas ocasionan que la mayoría hoy no pague los servicios del comedor, remarcó.
Lo mismo ocurre con la merienda, abundó, compuesta por un pan pequeño, un pedacito de mortadella u otro embutido y les cuesta casi ocho pesos, que unido al del almuerzo incrementa los gastos del mes, por lo tanto, el personal de menores ingresos no los puede adquirir todos los días, argumentó Yudit Moya, quien expuso criterios de varios trabajadores.
En el comedor de la Dirección Provincial de Finanzas y Precios, la ACN conoció de la mala elaboración del almuerzo, y a pesar de esto cuesta ocho, nueve, 11 y hasta 12 pesos, como expresó Ángela Soriano Pimentel, del departamento de Política de Precios.
Sergio Berines, uno de sus colegas, señaló que deben incluirse la sopa y el potaje, pues hay días en que las personas no compran todo lo del menú, y esos caldos ayudan.
Agregó que en los últimos días la carta de comidas ha tenido cabeza de cerdo, vianda, arroz, potaje de chícharo, chicharritas en algunas ocasiones y dulces, y al mismo tiempo les proporcionan meriendas.
Las actuales transformaciones económicas demandan de mayor autogestión por parte de las administraciones de los comedores obreros en busca de variedad de las ofertas, y sobre todo calidad, así como fomentar los autoconsumos donde haya posibilidades, en aras de contar con condimentos, viandas y ensaladas, muy bien recibidas.
Esto es una práctica olvidada que tuvo hace años una buena respuesta para entidades y centros donde no solo se hicieron huertos y se fomentaron áreas de siembra de viandas y frutales, sino también crías de aves y cerdos como garantía de alimentos destinados a sus trabajadores.
Todo no puede recaer en los suministros del Estado, debe existir un autoabastecimiento que alivie esa carga, como lo fue hace varias décadas.
En tiempos de ordenamiento y de actualización económica, la alimentación de los trabajadores, además de una necesidad básica, es también una motivación para buscar que cada entidad con condiciones para ello tenga un autoconsumo, un huerto o una parcela y garantizar una buena parte de sus insumos alimentarios. (ACN)
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