POR
HUMBERTO PEREZ. 22 DE MAYO DE 2018.
Estimado
Monreal,
Había
decidido no escribir más por ahora de mis propuestas acerca de cómo, en mi
modesta comprensión, se debe proceder y que pasos principales dar para ejecutar
la reforma monetaria y cambiara pendiente, pues
creía haberlo expuesto ya con suficiente claridad en lo escrito por mí al
respecto entre 2016 y 2018 en unos 10 artículos y correos, la mayor parte
de los cuales han sido publicados en diferentes blogs en su mayoría en el
tuyo, y no quería simplemente abrumar repitiendo lo ya dicho.
Además,
después del apremio al respecto hecho por Raúl en sus últimos discursos,
apremio que recibe como legado la nueva presidencia del Consejo de Estado y de
Ministros, me parecía prudente esperar a que pase la
próxima sesión ordinaria de la Asamblea Nacional en la que, según se anunció,
se conformara un Consejo de Ministros renovado en mayor o menor medida y que es
el momento a partir del cual debemos suponer se producirán los
pronunciamientos y los planes de acción para el cumplimiento de esta
medida y de otras más, pendientes de aplicación o como su
complementación y perfeccionamiento, en el proceso de implementación de la
actualización del modelo iniciada en el 2011 y formulada de manera más
completa en el documento de la Conceptualización aprobado en el 2017.
El
articulo tuyo respondiendo a otro del compañero Carlos García Valdés que
publicaste el pasado 16 de mayo me he decidido a salir a la palestra antes de
lo que había pensado.
No
voy a terciar en las discrepancias más directas entre Uds. ni a opinar y emitir
juicios acerca de las relaciones intelectuales y académicas que
has sostenido y sostienes con otras personalidades extranjeras, eventos y
publicaciones las cuales te son censuradas, aunque entiendo que debe respetarse
la libre decisión que al respecto tu hayas manejado sin
endosarte por ello y a partir de ello posiciones ideológicas que traten de
descalificarte.
En
estos casos acostumbro a dar un voto de confianza a compañeros que lo merecen,
cuando no se me han dado los elementos y pruebas suficientes. Creo que lo no
dogmático, correcto, marxista y serio es discutir y discrepar, cuando ello se
considere pertinente, solo acerca de criterios, argumentos y
razonamientos y nunca sobre presunciones prejuiciadas que lleven con ligereza a
considerar al contrincante en ideas, como perteneciente a uno u otro bando que está
actuando bajo la tutoría del enemigo o que le está haciendo el juego a este. A
esto último lo considero una actitud inquisidora, en casos pudiera
ser oportunista e interesada, que defiende au trance el
dogma y la posición oficial de la autoridad decidora en cada momento
dado, que estimula a la doble moral e impide el saludable debate y el dialogo
franco buscando la unidad y el consenso dentro de la diversidad de ideas
libremente expresadas las que pueden ayudar, con alertas y propuestas sensatas
y fundamentadas, a las propias instancias oficiales decidoras que
están dirigiendo el proceso, a corregir errores y hacer mejores
enrumbamientos hacia el objetivo socialista que se persigue.
Los
censores y fundamentalistas pueden hacer más daño al proceso
revolucionario, que pretenden y tal vez creen defender, que el que pudieran
estarle haciendo o intentando hacerle los verdaderos agentes del enemigo
abiertos o encubiertos.
Solo
quisiera apuntar, en este aspecto, que considero injustas y sin fundamentos las
imputaciones que te hace García Valdés (sumándose a varios otros escribidores como
diría Ciro Bianchi) en relación con tu supuesta defensa parcializada
del sector privado frente al sector estatal detrás de lo cual se
insinúa encubres una posición pro capitalista y anti socialista lo
que debe resultar molesto y ofensivo para ti como imputado.
Desde
que nos conocemos y hemos intercambiado fraternalmente coincidencias y
discrepancias desde hace más de 25 años, te he visto defender una
concepción de construcción socialista en la que se
interrelación en diversos tipos de propiedad y se complemente la
planificación con el mercado, pero siempre partiendo de que los medios de
producción fundamentales serian de propiedad pública y que las
relaciones de producción predominantes, el proyecto a desarrollar y los
objetivos a lograr serian socialistas.
Esta
concepción quedo claramente plasmada en el libro titulado “Cuba,
la reestructuración de la economía. Una propuesta para el debate”[i] del que
fuiste coautor con Julio Carranza y Luis Gutiérrez, que fuera
publicado en 1995 por la Editorial de Ciencias Sociales, y sobre cuyo contenido
tuvieron la deferencia de permitirme intercambiar criterios con ustedes en
reunión con los tres durante la etapa final de su preparación a fines de
1994. Igualmente leí en esa época un artículo síntesis del
referido libro que, también escrito por ustedes tres, fue publicado en el número
1 de la revista Temas correspondiente a enero-marzo de 1995 bajo el título
de “Cuba: reestructuración económica, socialismo y mercado”. El compañero July publico el recién pasado 6 de mayo un artículo
titulado « Cuba : discutiendo lo que viene y lo que
hay… »[ii], en el que
rememora lo planteado en dicho libro.
Sobre
lo escrito entonces por ustedes es de señalar haciendo justicia
histórica que, según mis apreciaciones, si bien resulto lamentablemente
ignorado en esos momentos, más de 15 años después en los Lineamientos aprobados
por el VI Congreso del Partido en el 2011 y más aún en el documento sobre la
Conceptualización aprobado en el 2017 están presentes en bastante medida
las ideas y propuestas que sobre el tema económico plantearon de
manera adelantada y certera aunque nadie lo haya reconocido.
Entiendo
adicionalmente que varias de esas ideas y propuestas pudieran continuar
siendo referencias útiles a tener en cuenta a la hora de implementar en la
práctica las formulaciones y orientaciones de la Conceptualización en
relación con los vínculos que deben existir entre
planificación y mercado.
Ahora,
la lectura de este recién articulo tuyo sobre “Las tasas de cambio
en Cuba” del pasado 16 de mayo y ante la perspectiva de estar en
vísperas de que se acometa su modificación, lo que parece de nuevo como
algo inmediato, me lleva a precisar una vez más, por si alguien considera
tenerlo en cuenta, mi enfoque acerca de la reforma monetaria y cambiaria a
realizar en contexto y en estrecha interdependencia con otras
medidas fundamentales más, es decir en sistema, sin lo cual y vistas
aisladamente mis propuestas al respecto no serían viables y pudieran resultar
contraproducentes.
La
versión que das de mis planteamientos y con los cuales entras en
controversia, es parcial e incompleta.
Expones
en tu argumentación que los ingresos suplementarios que se necesitan para
cerrar la brecha entre el gasto necesario para alimentarse y el insuficiente
nivel de ingresos promedio de las familias circulan a través de CADECA, en un
mercado monetario en el que “un valor en divisas extranjeras se
enfrenta a masas monetarias en las dos monedas cubanas –peso cubano (CUP) y
peso convertible (CUC)- y a la vez, se enfrentan entre ellas las masas
monetarias entre CUP y CUC.”
Esto
es cierto actualmente pero recordaras que el primer paso de mi propuesta, antes
de modificar las tasas cambiarias, es eliminar la circulación y existencia
del CUC, dejando únicamente al CUP como moneda legal, con curso forzoso y
fuerza liberatoria ilimitada para enfrentarse a las divisas extranjeras cuya
circulación como medio de pago en efectivo se mantendría ilegal
. Este primer paso
de eliminación del CUC se daría tanto para las relaciones
interempresariales como para las relaciones con la población en un plazo
de 2-3 meses según hemos propuesto, aunque pudiera ser un plazo distinto a
discutir.
Dado
este primer paso y existiendo ya una sola moneda nacional (el CUP), se
iniciaría un proceso de creación de condiciones para proceder a la
modificación de las tasas de cambio, proceso que estimo debe durar
aproximadamente un año, y el paso concreto de modificación deber hacerse a
partir de un 1ro. de enero coincidiendo con el inicio de la ejecución del
Plan Anual dado. (Para ver mas detalles sobre mis propuestas
véanse principalmente el apéndice complementario al articulo
publicado en tu blog el 15 de noviembre del 2017 titulado
« Comentarios sobre la unificación de las tasas de cambio en
Cuba »[iii] y mi articulo
« Abundando sobre mis propuestas… »[iv] publicado
también en tu blog en enero 22 de este 2018)
Lo
importante a destacar es que, dado ese primer paso de
unificación monetaria en 2-3 meses (aun no la cambiaría), en el mercado
monetario que se crearía ya no se enfrentarían las divisas
extranjeras a masas monetarias en dos monedas cubanas sino que se enfrentarían
a una masa monetaria de una sola moneda cubana, ni se enfrentarían entre
si las dos masas de monedas cubanas actuales porque habría una sola y, en
este nuevo escenario de mercado monetario, transcurriría un año o tal vez
un poco más.
Planteas
que en el actual mercado cambiario existente a través de las CADECAS y en
la tasa de cambio utilizada si bien no existe racionalidad social y menos moral
y ética si existe racionalidad económica.
Mi
criterio es que tampoco existe una racionalidad económica objetiva.
En
discrepancia contigo yo sí creo que “en ese mercado está ocurriendo algo para “beneplácito de
los cubanos que reciben remesas y que tienen negocios de comercio y servicios”.
En ese mercado este segmento recibe 24 CUP por cada dólar o CUC que presenta al
cambio mientras que para la mayoría de la población que recibe sus
ingresos en CUP ocurre lo contrario: deben entregar 25 CUP de sus insuficientes
ingresos para obtener el equivalente a un dólar o CUC. Para los primeros ese mercado
convierte sus ingresos o parte de sus ingresos en una capacidad de compra que
es 24 o 25 veces superior que para los segundos. Por ello entiendo que esos
cubanos beneficiarios de remesas y que tienen negocios de comercio y servicios
(entre los cuales me encuentro) resultan privilegiados en mayor o menor medida
en dependencia del monto que represente lo que reciben en divisas o CUC.
Sabemos
que gran parte de ellos solo complementan los ingresos en CUP que reciben como
salarios o pensiones, pero hay una minoría donde se concentra la mayor
parte de la recepción de remesas, sobre todo con destino a inversiones, y
en general de los ingresos en CUC y divisas, lo que desde hace años
de manera creciente es un factor que ha ido y sigue contribuyendo
a aumentar constantemente la desigualdad en la estructura
económico social de nuestro país y empeorando el coeficiente Gini que la
mide.
Cuando
expreso que el actual mercado monetario que se manifiesta en las CADECAS
tampoco tiene una racionalidad económica objetiva es porque parto de que
una tal racionalidad debería estar conformada por lo que ocurre de manera
interrelacionada en las esferas de la producción, de la distribución, del
intercambio y del consumo siendo lo determinante lo que ocurre en la esfera de
la producción.
En
la actualidad de nuestra economía el segmento de población que al
concurrir al mercado monetario existente obtiene los resultados cambiarios más
ventajosos no está conformado por los que disponen de los medios
fundamentales de producción, ni de los tecnológicamente más avanzados, ni
porque sus actividades económicas resulten las más determinantes del país,
ni tampoco porque hayan logrado una suficiente mayor eficiencia y calidad como
productores de bienes y servicios, ni porque tengan necesariamente los mayores
méritos como creadores de iniciativas y aportes
técnico económicos ( aunque algunos de sus integrantes tengan
méritos en este terreno), ni tampoco por ser los que más producen y
aportan al bien común.
Por
lo tanto, los ingresos que logran en el mercado monetario no
están determinados ni se derivan de lo que ocurre en la esfera de la
producción nacional (incluyendo en esta lo relativo a la propiedad) ni por
las actividades que en dicha esfera realizan sino por lo que ocurre en la
esfera de la circulación, específicamente en el mercado cambiario que es
el punto de partida determinante (no la esfera de la producción) para lo que
ocurre en la distribución e intercambio de la oferta de bienes y servicios
mercantiles y en el consumo de dicha oferta, esferas que se manifiestan a favor
de los cubanos que reciben remesas y tienen negocios que generan ingresos en
divisas y CUC y, dentro de estos, sobre todo para la minoría mas
privilegiada.
Análisis
aparte requeriría, dentro del sector privado, el caso de los campesinos
tenedores y usufuctuarios de tierra que son, como dices, los principales
productores nacionales de alimentos agrícolas y una parte de los cuales reciben
altos ingresos indistintamente en CUC y CUP en gran medida por la vía de la recirculación
monetaria interna.
Las
remesas son un ingreso procedente del exterior que no tiene nada que ver con
ninguna acción productiva y de servicios realizada en el país por parte de
los receptores, y en el caso de los que más ingresos en divisas y CUC reciben,
no de remesas sino principalmente por los resultados de sus negocios y ventas
de productos o servicios, su mayor monto no se debe a las ventajas comparativas
que tienen como productores sino al hecho de que sus ingresos se
convierten en capacidad de compra y de pago a razón de 24 CUP
por cada unidad de divisa o CUC que ingresan.
Por
ejemplo, una entidad gastronómica estatal y un hotel de turismo, por más
calidad que ofrezcan en sus servicios y eficiencia que tengan en su actividad, cuando
reciben de sus clientes un ingreso, por ejemplo, de 10 000 CUC o de divisas que
representen esa cantidad, contabilizan y llevan a sus cuentas
bancarias 10 000 CUP, de los cuales deben pagar el salario a sus
trabajadores y cubrir el resto de sus costos y gastos y al final registrar la
ganancia o pérdida que resulte.
El
dueño de un Paladar o de una casa particular de renta a extranjeros u otros
usuarios que paguen en CUC o divisas, sin que ofrezcan
necesariamente mejor calidad en los servicios que prestan, cuando reciben de
sus clientes una cifra en divisas o CUC similar a la recibida por las entidades
estatales mencionadas antes como ejemplo, llevaran a sus cuentas bancarias o a
sus bolsillos el equivalente a 240 000 CUP es decir, una cantidad nominal
solvente 24 veces superior a la de las entidades estatales. Esta cantidad, además
de ser fuente para cubrir sus gastos generales y su ganancia, es
fuente del dinero para el salario que pagan a sus trabajadores
el que lógicamente puede ser varias veces superior al que
reciben los trabajadores estatales.
Esto
genera lo que tu llamas más que “fuga” de fuerza laboral hacia el sector
privado una “expulsión” de trabajadores del sector estatal. Llamándolo de
una u otra forma, lo cierto es que esta situación provoca un éxodo de
trabajadores desde el sector estatal hacia el sector privado no solo buscando
simplemente empleo sino principalmente mejoramiento económico que se hace
sumamente dañino para el desarrollo del país cuando se trata de fuerza de
trabajo calificada que va a emplearse en tareas muy distantes de la
calificación profesional para la cual el país invirtió sus recursos y
especialmente lamentable cuando se trata de personal de la educación, de la
salud y de la investigación.
Es
un hecho que la masa monetaria primaria total de
la población que esta emplea en comprar y pagar los bienes y
servicios necesarios para satisfacer sus necesidades no tiene una distribución
acorde con lo que desde el punto de vista de las relaciones de propiedad
predominantes debiera ocurrir, ni tampoco con el aporte productivo realizado
por los trabajadores en general. El aproximadamente 70% de la fuerza laboral
empleada en la entidades del sector estatal y los jubilados procedentes de ese
grupo laboral tienen remuneraciones y pensiones por debajo del valor de su
fuerza de trabajo y de lo mínimo indispensable para la subsistencia y como
suma total de ingresos disponen de una masa monetaria anual de unos 35 mil
millones de CUP. Si a ello le sumamos los pagos que desde entidades estatales
reciben los campesinos y los TPCP y los créditos que se otorgan
a la población por diferentes motivos y para diversos fines, se llega a un
total anual que no debe rebasar los 80-90 mil millones de CUP de masa monetaria
en manos de la población consumidora generada por la actividad
económica interna en el país.
En
comparación con lo anterior tan solo las remesas estimándolas en 3
000 millones anuales se convierten para sus receptores a través del
mercado monetario y cambiario existente en una capacidad adquisitiva solvente
de más de 70 mil millones de CUP.
Si
a las remesas recibidas se le suman los ingresos en divisas o CUC
que reciben los integrantes del sector privado con negocios y
prestación particular de servicios, que también en el mercado
monetario se convierten en CUP a razón de 1x24, tendremos que la masa
monetaria total en moneda nacional de origen directa o indirectamente foráneo,
de que disponen estos segmentos de población, supera con creces a la
masa conque cuentan los trabajadores estatales y pensionados del pais e
incluso al total de masa monetaria primaria de origen nacional.
Es
decir las tasas de cambio existentes, incluyendo las que se usan en las
relaciones interempresariales (de 1x1 y otras) y las que se usan para con la
población (de 1x24 y 1x25), generan una distorsión total de la
relación (en términos de valor, de precios y de ingresos) que
debía existir como reflejo aproximado de la objetivamente existente entre
la `producción, oferta y demanda reales de bienes y servicios del país
y entre sus diversos agentes económicos.
En
el sector empresarial y en sus interrelaciones generan una contabilidad no
confiable, un desestimulo a las exportaciones y la
inversión extranjera y un estímulo a las importaciones, contribuye a
generar una planificación y gestión deficientes y una desmotivación
en los trabajadores del sector estatal.
En
relación con el sector privado y con la población contribuyen a
generar desigualdades crecientes, precios altos e inestabilidad en los
abastecimientos de los mercados minoristas y, además, corrupción.
En
mi “ejercicio propositivo”, como correctamente lo denominas, hago la
propuesta de ir a una tasa única de 1x15, lo que ciertamente
significa una apreciación de la moneda nacional CUP en las CADECAS. Debe
tenerse en cuenta que a la vez es una depreciación de dicha moneda en las
relaciones interempresariales.
Cierto
es también que yo he reconocido y lo reitero que esta propuesta concreta
de una tasa de 1x15, en lugar de las de 1x1 y 1x24, es totalmente arbitraria de
mi parte pues no dispongo de la información ni de los
análisis necesarios para proponer la tasa que en las condiciones actuales sería
más aconsejable sobre bases lo más científicas posibles.
No
obstante, entiendo que es necesario tener en cuenta mi propuesta completa
incluyendo las demás partes y aspectos que tu no mencionas.
Yo
no propongo proceder a dicha modificación de tasas en medio del escenario
actual tal como hoy existe. Propongo como dije antes hacerlo después que el CUC
haya desaparecido desde un año antes de ejecutar dicha modificación y
luego de que en ese año se hayan creado las condiciones técnicas económicas y
políticas necesarias.
Además,
y es lo más importante, propongo simultanear este proceso de cambio de las
tasas con un proceso de incremento de los salarios y pensiones llevando el
salario mínimo y la pensión mínima a 1000 CUP mensuales y una
gradual aplicación de una Reforma Salarial radical sobre nuevas bases en la que
el salario no se vincule como hoy a los resultados económicos de
la entidad en que se labore sino al valor de la fuerza de trabajo determinada a
partir del costo de la canasta básica de consumo del trabajador y su
familia, a su calificación y rendimiento y que tenga como resultante un
salario medio entre 1400 y 1500 CUP mensuales para comenzar.
La
apreciación del CUP en las relaciones con la
población llevándolo de 24x1 a 15x1 generaría la fuente de
financiamiento principal e inmediata para lograr esos aumentos de salarios y
pensiones sin alterar la masa monetaria total que actualmente se mueve en el país
en manos de la población, sino solo redistribuyéndola desde los segmentos más
favorecidos hacia los menos favorecidos cuyos ingresos actuales no les alcanzan
para sobrevivir. ¿A qué otra fuente de financiamiento pudiera acudirse sin
esperar por las calendas griegas, para realizar los indispensables e
inaplazables aumentos de salarios y pensiones no solo por un asunto de justicia
y equidad social sino como factor motivante para la estabilidad laboral de la
fuerza de trabajo calificada en el sector estatal y para el aumento de la
producción y la productividad del trabajo, factores principales para
nuestras aspiraciones de desarrollo?
Asimismo
los aumentos de salarios y pensiones compensarían en gran medida, y en
muchos casos totalmente, a una parte importante de la población como
receptora de remesas que resultaría afectada al reducirse la tasa de
cambio en las CADECAS.
Para
elaborar un ejemplo hipotético de lo que ocurriría para esta parte de
la población con la apreciación de la tasa de cambio y los
incrementos de salarios y pensiones que forman parte de nuestra propuesta
partamos de que la pensión media actualmente es de 270 CUP mensuales, el
salario medio es aproximadamente de 740 CUP y, según estimados hechos por
algunos especialistas como veremos mas adelante, las remesas que se reciben en
el pais arrojan un promedio de 34 CUC mensuales por persona. Para nuestro
ejemplo tomaremos el doble de esa cifra y supondremos que se recibe una remesa
de 70 CUC mensuales por persona.
Un
trabajador asalariado estatal que reciba el salario promedio de 740 CUP y además
una remesa de 70 CUC equivalente a 1680 CUP a la tasa de 1x24
dispondrá mensualmente de un total de 2420 CUP.
Después del
cambio de tasa recibirá los mismos 70 CUC ahora equivalentes a 1050 CUP a
la tasa de 1x15, o sea 630 menos que antes. Pero según los incrementos
salariales propuestos el salario medio resultante deberá ser de 1400-1500 CUP
lo que significa entre 660 y 760 CUP más que antes.
En
el caso de un jubilado que recibe la media mensual que es de 270 CUP y
adicionalmente una remesa mensual de 70 CUC, equivalente a 1680 CUP a la tasa
de 1x24, dispone mensualmente de 1950 CUP para cubrir sus
necesidades.
Al
aplicar la tasa de 1x15 y el incremento de pensión propuesto a un
mínimo de 1000 CUP mensuales, la situación de ese jubilado seria la
siguiente. Recibirá por remesas los mismos 70 CUC ahora equivalentes a
1050 CUP a la tasa de 1x15, o sea 630 CUP menos que antes. Pero por el aumento
de la pensión de 270 a 1000 recibirá un incremento de 730
CUP y en total dispondría ahora de 2050 CUP mensuales, o sea de
100 más que antes.
Por
lo tanto todos los trabajadores estatales y pensionados que reciban como
remesas o ingresos en CUC adicionales, alrededor de 70 CUC promedio mensuales o
menos no resultaran perjudicados sino incluso beneficiados con lo propuesto, y
este segmento debe constituir una mayoría dentro de los
beneficiarios de remesas en el país.
Por
otro lado estos efectos disminuirían el número de demandantes de divisas
en el mercado negro e informal que tu reiteras deberá generarse como
respuesta a la apreciación oficial del CUP. Y digo de divisas porque ya no
habría demanda de CUC al haber desaparecido este. Téngase en cuenta, además,
que mientras la tenencia de CUC es legal la de divisas sería ilegal y penada, y
pienso que también esto sería un freno y un obstáculo al desarrollo
de ese mercado negro aunque no deje de surgir y pujar por desarrollarse en
alguna medida.
Para
mis propuestas tomo en consideración que actualmente se ha logrado
mantener un equilibrio aceptable entre el dinero en circulación y la masa
de mercancías y servicios que se ofertan a la población a los precios
y tarifas actuales. Por ello no planteo modificar la masa total de dinero en
circulación ni de momento los precios y tarifas del mercado minorista,
sino solo redistribuir la masa corriente de dinero circulante a
favor de los segmentos poblacionales más vulnerables y desfavorecidos desde
hace años, trasladando hacia ellos la misma magnitud de masa monetaria que se
reduciría en los segmentos privilegiados al disminuir la tasa de cambio.
Si
tomamos para facilitar los cálculos un aproximado de 90-100 mil millones
de CUP que hoy reciben anualmente en el mercado cambiario los receptores de
divisas y CUC a la tasa de 1x24, resultara que al reducirla a 1x15 la cantidad
anual de CUP recibida por estos receptores disminuirá en un
37,5 %, lo que representa una masa monetaria a redistribuir entre 33 y 38 mil
millones anuales. Si tenemos en cuenta, como vimos antes, que la suma de las
remuneraciones a los trabajadores estatales y pagos a pensionados es
actualmente de unos 35 mil millones de CUP, se pudieran aumentar los
salarios y pensiones en solo un primer año en aproximadamente un 100%, o sea
duplicar lo destinado a ello. Y esto ocurriría sin aumentar la masa
monetaria primaria total de dinero puesta en manos de la población y no
tendrían porque producirse tendencias inflacionarias.
Tal
vez pudiera ocurrir lo contrario pues esa masa monetaria que se traslada, hoy
forma parte de la alta demanda concentrada en los sectores privilegiados que
presionan intensamente sobre los mercados minoristas, presión que
disminuiría al reducirse su capacidad solvente de compra. A la vez al
pasar esa misma masa monetaria a manos de una mayoría de población se
ejercería con ella una demanda más extendida y dispersa, es decir menos
intensa y concentrada y quizás los precios tiendan a bajar obedeciendo a
la nueva estructura de la relación oferta-demanda.
Formando
parte de mi ejercicio propositivo está presente asimismo una Reforma de Precios
Mayoristas a preparar también en el año que transcurriría entre la
eliminación del CUC y la aplicación en la práctica de las nuevas tasas y
en cuya conformación estén presentes los efectos de la nueva
tasa a aplicar y de los incrementos salariales mencionados así como los
niveles de precios internacionales de productos similares en mercados similares
y se proyectaría un plan inicial de subsidios estatales para las
empresas que resulten con pérdidas, sujetas estas al posterior análisis de
sus perspectivas o no de salir de tal situación para determinar qué hacer
con las que resulten con irrentabilidad irrecuperable.
También propongo
iniciar desde los primeros momentos una reestructuración radical del sistema
empresarial estatal en cuanto al tamaño y escala de sus empresas, a la
democratización real y no formal en su planificación, gestión y disposición de
sus utilidades desde las hoy llamadas OSDE y similares hacia las llamadas UEB,
con el objetivo de desarrollar y fortalecer a este sistema empresarial y
hacerlo competitivo con el sector no estatal frente al cual se encuentra hoy en
desventaja en cuanto a su organización, su gestión y libertad de
acción, sus motivaciones y por ende en su productividad y
eficiencia.
Asimismo
propongo una descentralización mayor y también real de las facultades de
decisión gubernamentales desde los niveles centrales a favor de las municipalidades,
una más inteligente y adecuada interrelación entre los diversos sujetos
económicos estatales y no estatales a través de autorizaciones y
orientaciones centrales flexibles y permitiendo que el mercado juegue su papel
complementario para lograr las cadenas de valor más eficientes que se necesitan
y los crecimientos indispensables sin pretender reducir a cero el crecimiento y
la concentración de la riqueza, lo que presupondría impedir la
reinversión de los excedentes de sus ingresos por parte de los dueños lo que es
un total contrasentido, sino solo enmarcarla debidamente para que no entre en
contradicción con los objetivos socialistas mediante racionales
regulaciones y mecanismos principalmente económicos y fiscales.
Propongo
un destrabe inmediato al desarrollo del sector no estatal (cooperativas,
mypymes y tpcp), la necesaria facilitación al mismo mediante suministros
mayoristas y la autorización para la importación de los insumos y
equipamiento que hoy se hace de manera irregular e insuficiente “por la
izquierda” o de formas semilegales mediante “mulas”, la promoción y
organización de las inversiones que puede hacer este sector a partir del
plusvalor o ganancia que obtiene en sus negocios y de otras fuentes a las que
acude o pueda acudir incluso en asociación con entidades del
sector estatal, el destrabe, apoyo y estimulo de todo tipo a los que han
recibido tierras en usufructo y un desarrollo aún más ágil y sin
burocratismo de la inversión extranjera, etc.
Es
decir mi propuesta supone un Programa integral de implementación en sistema de
todos los cambios que están previstos en las formulaciones del documento
de la Conceptualización aprobado, comenzando por desatar los que
considero nudos gordianos principales que presenta la
situación actual.
En
cuanto a los posibles efectos económicos y consecuencias políticas de
la apreciación propuesta del CUP para las relaciones con la
población deben tenerse en cuenta los siguientes datos.
Según
estudios realizados, y que conoces, se estima que un 65% de la
población cubana es receptora de remesas pero solo un 25% vive de las
divisas o CUC que recibe. El resto solo complementa, a veces precariamente, lo
mínimo que necesita para alimentarse y supervivir.
Si
consideramos que el 65% de la población de 11,2 millones del país está
representada por 7,3 millones de personas y que el estimado de remesas que
llega es de unos 3000 millones anuales ello significa que las remesas percápita
promedio recibidas por los beneficiarios de las mismas es de 410 CUC
anuales, o sea 34 CUC mensuales lo que equivale a unos 816 CUP a la tasa de
1x24.
Por
otro lado tenemos que los clasificados como Trabajadores por Cuenta Propia (que
incluyen desde un vendedor de maní hasta los dueños de mypymes y sus
empleados) ascienden a unos 540 mil lo que representa solo un 4,8 % de la
población total del país, un 7,6 % de la población en edad laboral y
un 11,8 % del total de ocupados en la economía, y estos son los que
reciben directamente o por recirculación el grueso de los CUC que forman parte
de la masa monetaria.
Si
deducimos el 25% de esa cifra, que según la información de que dispongo
califica como TPCP pero son solo empleados, tendremos que los
llamados “emprendedores” que pertenecen al sector privado resultarían solo
unos 400 mil (el 3,6 % de la población total, un 5,6 % de la laboral y un
8,6% de los ocupados) y, aun dentro de estos, habría que
rebajar a los que son auténticos TPCP y no pequeños dueños de
negocios (mypymes) lo que hace a estos últimos, dentro de la
población total del país, una minúscula minoría en la cual se
concentra la mayoría de los ingresos en divisas y CUC que forman parte de
la masa monetaria que como demanda solvente y absorbente concurre a los mismos
mercados minoristas de bienes y servicios a los que acude el resto mayoritario
de la población, dispuesta y en capacidad de pagar cualquier precio y
desbalijando a estos.
Incluso,
si dentro de estos principales receptores no se hace ninguna deducción y,
es más, se incluye a todo el sector privado, donde aparecen además los
tenedores y usufructuarios de tierra, constituido por 1140 mil personas se
estaría hablando del 10% de la población del país, un 16% de la que está
en edad laboral y un 25% del total de ocupados. (NOTA: los
cálculos están hechos a partir de las cifras del anuario de la ONEI
al cierre del 2016).
Conocimiento
más exacto y confiable de estos datos seguramente se tienen en los organismos
oficiales de estadísticas del país y si no tienen todos los necesarios,
dichos organismos poseen las facultades y posibilidades de obtenerlos por
distintas vías para llegar a conclusiones mejor fundamentadas o refutar
estas que apunto, a partir de la información de que dispongo.
A
partir de esta última es de estimar que el segmento de población a
resultar afectado realmente en sus privilegios actuales de los que disfruta
desde hace años, representa una minoría, para la que además pueden preverse
compensaciones que faciliten el desarrollo de sus negocios y una labor de
organización y de trabajo político con sus integrantes que les permita
plantear y discutir sus preocupaciones y defender sus intereses ante las
autoridades constituidas y a la vez participar activamente en beneficio de las
comunidades en las que actúan y en general de los objetivos de nuestro
proyecto socialista.
Esta
afectación relativa a dicha minoría se propone, además, con el
propósito de beneficiar y lograr un mínimo de
equidad para la mayoría más vulnerable de nuestra población trabajadora
que vive, también desde años, en una crítica “terapia de choque” y
buscaron ello el desarrollo económico y el consenso social que hagan
a nuestro proyecto socialista cada vez más próspero y sostenible como se
proclama en la visión de futuro de nuestra nación.
Citas:
[i] Julio
Carranza, Luis Gutierrez, Pedro Monreal: Cuba: La reestructuración de la
economía (Una propuesta para el debate). Libro Edit. C. Sociales, Cuba 1995;
Edit. IEPALA, España 1996; Edit. Nueva Sociedad, Venezuela 1997; Edit. Alerce, Chile 1997; Edit. Institute
of Latin American Studies. London University, Inglaterra 1997 (dos ediciones)
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