«De los 801 medicamentos que conforman el cuadro básico, somos responsables del 63 % de estos, es decir, que 505 medicamentos son producidos por la Industria Farmacéutica Nacional y otros 296, un 37 %, son importados de forma terminada por el Minsap. Para la distribución en la red de farmacias corresponden 370 renglones, que representan el 47 % del cuadro básico de medicamentos, de ellos 301 de producción nacional y 69 importados», apuntó Rita María García Almaguer, directora de Operaciones de BioCubaFarma.
«Ello se traduce en que afectaciones en la industria repercuten directamente en la red de farmacias», ejemplificó la doctora Cristina Lara Bastanzuri, jefa del Departamento de Planificación y Análisis de Medicamentos, Reactivos y Farmacoepidemiología del Minsap.
Como causa fundamental de la inestabilidad en las entregas de medicamentos por parte de la industria al sistema de salud, García Almaguer apuntó la falta de financiamiento oportuna para pagar a los proveedores, con los cuales se negocia la adquisición de las materias primas, materiales de envases, e insumos, «teniendo en cuenta que más del 85 % de los productos que se utilizan en la producción de medicamentos son importados, y el 92 % de los principios activos, provienen fundamentalmente de mercados lejanos como China, India, y Europa; así como el 60 % de los materiales de envases».
Esta situación, dijo, derivó en «el paro de plantas durante el año 2016 y parte del 2017, pues al no disponerse de los recursos a tiempo, se detuvo la producción de algunas formas farmacéuticas que no nos permitió cumplir con el sistema nacional de salud».
«Nuestra industria tampoco está ajena a las afectaciones del bloqueo norteamericano, que provoca elevados gastos por la no utilización del dólar en las transacciones, las dificultades en los bancos, tener que utilizar terceros países para lograr adquirir equipos, piezas de repuesto de fabricación americana, reactivos químicos y otros insumos, y adquirir las materias primas en mercados muy lejanos con largos periodos de entregas, donde los fletes muchas veces son aéreos, lo cual provoca tener que erogar más divisas de lo que cualquier otro país gastaría para poder obtenerlas».
VOLVER A LA ESTABILIDAD
Desde inicios del 2016, de manera conjunta el Minsap y BioCubaFarma trabajamos para dar respuesta al sistema de salud y lograr la disponibilidad de al menos un medicamento por grupo farmacológico, aseguró la directora de Operaciones de ese grupo.
A partir del mes de junio comenzó a entrar un volumen importante de materias primas, y en correspondencia, un grupo de medicamentos comenzaron a tener presencia en el sistema. Aun así, en agosto persistía la falta y baja cobertura, a nivel de las farmacias, de más de 20 medicamentos de tarjeta control y de medicamentos que son de alta demanda, algunos de los cuales responden a enfermedades de alta prevalencia en la población, señaló Lara Bastanzuri.
Entre ellos, por ejemplo, la especialista mencionó los diuréticos tiazídicos, que son los que comúnmente se conocen como Hidroclorotiazida y Clortalidona. «Ambos coincidieron con afectación y eso significa 1,1 o 1,2 millones de cubanos que hoy toman alguno de estos como parte del tratamiento para su hipertensión. Igual de forma intermitente se mantuvo la disponibilidad del Enalapril y el Captopril, y eso se traduce en 1,4 millones de pacientes que hoy los toman, incluso a veces combinados con los diuréticos tiazídicos. Realmente, o no se encontraban en la red de farmacias, o la disponibilidad que había era inferior a las necesidades de la población», explicó.
Esta no fue una situación que pasó por alto para el sistema de salud, sostuvo la entrevistada. «En el mes de agosto se comenzaron a realizar reuniones al más alto nivel de dirección, tomando un grupo importante de medidas para lograr resolver o por lo menos paliar la situación del desabastecimiento. A partir de ahí se logró de alguna manera resolver la situación que se tenía con un grupo de suministradores chinos, importantes en el tema de materias primas e insumos a la producción. También el Ministerio de Economía y Planificación nos asignó de forma diferenciada un financiamiento para lograr elevar la cobertura de los medicamentos de tarjeta control», señaló Lara Bastanzuri.
En ese sentido, comentó que ya arribó un primer parcial de Hidroclorotiazida, omeprazol, salbutamol y metformina. «Tendremos además disponibilidad de medicamentos importados paralelos a la entrega de la industria nacional, que ha sido una de las medidas para tratar de elevar la cobertura a nivel de farmacia».
Además, dijo, hoy se implementan acciones con el tema de la distribución, de forma priorizada y con énfasis en que cuando una farmacia reciba el medicamento, lo reciba para todos los pacientes que tiene inscritos, explicó.
Puntualizó que hoy existen diez medicamentos para los que se está importando entre 60 y 120 días de consumo. Estos son la Hidroclorotiazida, el Enalapril, el Captopril, el Nifedipino, metformina, Dinitrato de isosorbide, salbutamol, salazosulfapiridina, Omeprazol; y la Azitromicina en tableta.
«Hoy podemos decir que la industria se ha ido recuperando, mantiene estable la mayoría de sus producciones. En menor posición se encuentran las cremas, jaleas y ungüentos, las que irán de manera progresiva estabilizándose. De manera intencionada se ha ido trabajando en el programa de VIH y atención al grave, así como de oncología, en los cuales se ha logrado mantener la cobertura y entrega estable de medicamentos», señaló por su parte García Almaguer.
Luego de las grandes afectaciones, dijo la directora de Operaciones de BioCubaFarma, podemos decir que están estables hoy fármacos como el salbutamol en spray, con cobertura de más de 60 días en toda la red.
Con respecto a los antihipertensivos, antihistamínicos, la warfarina y las tabletas anticonceptivas, explicó que hoy tienen presencia en la red de farmacias y que se continuará elevando la cobertura, a medida que se culminen los ciclos productivos, los cuales cuentan con recursos para darles continuidad.
«La mayor afectación que tenemos es con la entrega de la Dipirona, producto altamente demandado por la población cubana, que hoy requiere más de 1 000 millones de tabletas de este analgésico al año. Ello provoca que nosotros para garantizar un mes de cobertura, tengamos que entregar al sistema entre 84 y 86 millones de tabletas. En los últimos seis meses la cobertura de este producto ha sido muy inestable, pues nuestras plantas no tienen capacidad para producir ese volumen. Fabricamos una cantidad que se envía directo a los hospitales, y el resto se importa de China. Las deudas con los proveedores hicieron que se atrasaran las entregas, ahora ya reanudadas, pero que por el ciclo logístico, dado que se importa desde China, demora dos meses. A partir de enero tendremos estabilidad de los 30 días de cobertura de cada mes, y está prevista ya la cantidad necesaria hasta el mes de junio del 2018».
LA FARMACIA ES VITAL
«La farmacia es donde concluye todo un proceso de atención médica, que es cuando se le provee al paciente del medicamento que necesita para la cura de su enfermedad», sostuvo por su parte la licenciada Mailín Beltrán Delgado, jefa del Departamento de Servicios Farmacéuticos del Minsap.
«A partir de todas las insatisfacciones de la población en relación con la falta de medicamentos y el funcionamiento de los servicios farmacéuticos, nuestro ministerio desde el mes de febrero decidió comenzar un control ministerial integral al 100 % de las farmacias, iniciándolo en la capital con las 366 farmacias que tiene, y lo extendió al resto de las 2 148 farmacias comunitarias con las que cuenta el país», explicó la especialista.
Este control dio como resultado un grupo de insuficiencias en el funcionamiento de muchas de ellas, relacionadas con la falta de preparación del personal y con la falta de compromiso y responsabilidad que de alguna manera podían conducir a ilegalidades y a hechos de corrupción, muchos de los cuales fueron identificados en esa visita, dijo.
Posterior a estas acciones, comentó, «se implementó un plan de medidas que nos permite enfrentar la falta de medicamentos así como el control y fiscalización en las farmacias, la preparación del personal, el aseguramiento material, el aseguramiento y atención a los trabajadores».
«Dentro de las deficiencias también se encontraron las vinculadas con la propia solicitud de medicamentos a los almacenes proveedores. No obstante, estas medidas adoptadas han tenido un avance, porque hay un grupo de cuestiones que se han venido trabajando, que abarcan incluso el proceso de mantenimiento y reparación de la infraestructura de las propias farmacias, que para nada es un secreto el deterioro que acumulaban, con énfasis en la fiscalización y control de estas unidades», dijo Beltrán Delgado.
«Se ha identificado también la falta de seguimiento y de rigor por parte de las empresas de farmacias y ópticas de las UEB. Y hay que decir que, penosamente, en todo este proceso hemos tenido que sancionar a un grupo importante de trabajadores de los servicios farmacéuticos, algunos de ellos llevados incluso a procesos penales, por estar involucrados en la venta ilícita de medicamentos», agregó la entrevistada.
Asimismo, explicó que hay un grupo de medidas asociadas a la preparación del personal. «Se han habilitado más de 5 000 trabajadores en el curso de asistente de farmacia, que se ha decidido que se imparta desde las universidades médicas nuestras, rectorado por la propia dirección de docencia del Minsap. Hoy adolecemos del personal farmacéutico, que es el personal técnico propio de la actividad, y por lo tanto tenemos que capacitar a los que tenemos».
«Pero lo fundamental es el tema del control y la fiscalización, que van a seguir. Nosotros estamos llamados a llevar a la mínima expresión los hechos de este tipo a nivel de las farmacias, y por eso trabajamos de conjunto con el Minint en la venta ilegal de medicamentos, el uso indebido de recetas médicas, el uso indebido de los cuños. No podemos seguir manchando la imagen de los trabajadores de la farmacia por un grupo de personas», sostuvo.
Y debe ser esta una máxima también para la industria, la distribución, los centros hospitalarios, y la población. No se juega, ni se negocia con la vida, máxime cuando cuesta tanto sostener un sistema de salud como el cubano.
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