Por: Abel Padrón Padilla, Jeniffer Rodríguez Martinto, Lissett Izquierdo Ferrer
Con la proyección de concluir en agosto próximo la construcción del Packard, segundo hotel de lujo con categoría cinco estrellas plus de Cuba, ya se acondicionan 192 de las 321 habitaciones de la instalación, ubicada en el Paseo del Prado de esta capital.
Daysi Malvares Moret, directora de Desarrollo de la Inmobiliara Almest, afirmó en exclusiva a la ACN que trabajan en la terminación de los dormitorios de tres de los 10 niveles del inmueble, para su paulatina recepción por la estatal Gaviota y la cadena española Iberostar, a cargo de su administración.
Con vistas privilegiadas al malecón, el Packard abrirá sus puertas bajo la marca de lujo Grand, de esa compañía europea, para complacer gustos exigentes.
Malvares Moret señaló que de igual manera ya comenzó la puesta en marcha de los sistemas de clima y agua, en aras de detectar y solucionar con tiempo cualquier posible desperfecto.
De acuerdo con Jorge Suárez Zayas, jefe del grupo de Inversiones de la delegación occidental de Almest, en el primer nivel habrá salas polivalentes, un piano bar, un área de tiendas, un cigar-bar, un restaurant gourmet y un bar de tapas, así como un patio central con techo de cristal y climatizado.
Agregó que en el piso cinco estará el spa, con amplia gama de servicios, y que la piscina, con capacidad para 130 personas, se encuentra en el sexto nivel, desde donde se observan magníficas vistas a la Bahía de La Habana y al Castillo del Morro.
Esa área, dijo Suárez Zayas, cuenta con una placa voladiza de ocho metros que constituye uno de los principales atractivos arquitectónicos del inmueble, y para su construcción, que soporta los niveles superiores, se tuvo en cuenta la incidencia del sol en los horarios de más afluencia de personal.
La instalación tendrá un parqueo semisoterrado, el cual contará con todos los requerimientos en aras de evitar penetraciones del mar en caso de fenómenos naturales, indicó Malvares Moret además de precisar que el hotel está a tono con las exigencias mediambientales.
El Packard dispone de sensores de presencia para el ahorro energético, así como de carpintería insonorizada con el fin de que los clientes puedan disfrutar del confort de su habitación sin el bullicio de esa concurrida zona de la ciudad, aseguró la directora de Desarrollo de Almest.
En concordancia con la estrategia de desarrollo económico del país, comentó, el mobiliario de los cuartos y de algunas áreas comunes tendrá el sello de la industria nacional, excepto aquellos que por sus características serán importados.
Explicó que la ejecución de la obra se ha desarrollado según los cronogramas previstos debido, entre otros factores, a la estabilidad de la fuerza de trabajo.
La instalación se levantó desde cero, a excepción de una parte de la fachada por la calle Cárcel y otra por Prado, que llega hasta el nivel cuatro, que se conservó debido a su valor arquitectónico.
De los antecedentes del área se conoce que ahí radicaba el antiguo hotel Biscuit, inaugurado en 1911 y que en 1931 adquirió el nombre de Packard, en alusión a la tradicional y recordada marca estadounidense de automóviles.
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