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"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

sábado, 22 de enero de 2022

Gobierno de Boric. ¿Integración o división en Latinoamérica?

 Por Tony López R*.

Las recientes elecciones en Chile han provocado disimiles comentarios de analistas internacionales y locales y pronósticos de cuál será la orientación política, económica y social del nuevo gobierno y de su joven presidente Gabriel Boric.

I

Un ejercicio normal, de los grandes medios de prensa e influyentes analistas del sistema neoliberal, que trabajan para impedir haya cambios en Chile.

No hay que ser un gran experto en política chilena e incluso latinoamericana, para darnos cuenta de que el rumbo del gobierno de Boric, estará fuertemente influido por lo que fueron los llamados gobiernos de la Concertación de Ricardo Lagos y especialmente el de la señora Michell Bachelet. El apoyo de la alta funcionaria de la ONU, es tan fuerte que viajó de Ginebra a Chile para acompañarlo.

Desde que comenzó el proceso electoral en Chile, las opiniones y comentarios sobre los candidatos eran diverso, pero el de mayor significado era la campaña macartista, atemorizando a los electores con el peligro de elegir a un candidato comunista, castrochavista o cercano a Cuba, Venezuela y Nicaragua.

Es así como, en su campaña electoral Gabriel Boric, no tuvo ningún escrúpulo en atacar a Venezuela, Cuba y Nicaragua, con el ya conocido y manipulado discurso, de que, en estos tres países imperan gobiernos dictatoriales, violadores de los derechos humanos y de la libre expresión.

Un libreto escrito en Washington, propagado y pagados en sus campañas mediáticas y redes sociales durante muchos años y que ha penetrado en determinados sectores de la sociedad chilena, que incluso, algunos en su campaña llegan a decir y creerse que los comunistas se comen a las “guaguas”, como le dicen ellos a los niños. El analfabetismo político llega vergonzosamente a esos extremos en muchos sectores de la sociedad chilena y latinoamericana, incluso de los nuevos y supuestos izquierdistas.

La campaña contra estos tres países ha sido brutal y más aún, luego de que el ex presidente Donald Trump, los calificara como el “eje del mal socialista”, que había que exterminar, tema que trataremos en la segunda parte que tendrá este, artículo.

Como bien me señalaba un colega y estudioso politólogo, que antes de las primarias, el voto polarizado en las elecciones territoriales significó un alza impresionante de los comunistas chilenos, de la derecha tradicional y sin embargo tanto la candidatura de Boric como la de Kast, reflejaron una derrota de la izquierda más consecuente, e incluso la línea del héroe y mártir presidente Salvador Allende.

Con gran oportunismo interno y por el prestigio de “El Chicho” como le decía su pueblo, a Salvador Allende, los sectores socialdemócratas vinculados a los gobiernos de la Concertación y la Nueva Mayoría y las redes sociales al servicio de las elites chilenas, han levantado la falsa idea de que Boric representa la línea política de Allende. Nada más lejos de la verdad.

Ellos saben que Boric, tiene el apoyo del 25.3 % que salió a votar en la primera vuelta y que el 30 % que acompaño a ese 25 % en la segunda vuelta, con su 55.8 % no le pertenecen. En realidad, ese 30 % de apoyo estaba dirigido a evitar el triunfo del pinochetismo y la derecha. Ese sector que votó por él y los más de 7 millones que se abstuvieron, solo aceptarán y le darán apoyo si cumple a pie juntilla con lo que él proclamó en su discurso del 19 de diciembre, cuando resulto ganador de la presidencia.

Para reafirmar que no estamos ante un presidente que representa a Salvador Allende, les remontaré al 11 de noviembre de 1971, y la respuesta que Allende le dio al prestigioso colega y periodista-mártir de la dictadura, Augusto “El perro” Olivares. [1]


El presidente Allende rodeado por periodista. A la derecha Augusto Olivares

Augusto Olivares: presidente Allende, se habla en Chile, sino en todo el mundo de la expresión “vía chilena” ¿Cómo podría usted definir ese concepto político que se ha dado en llamar “la vía chilena”?

Allende. “Los pueblo que luchan por su emancipación tienen, lógicamente que adecuar a su propia realidad las tácticas y estrategia que ha de conducirlos a la transformación”.

“Chile, por su características, por su historia, es un país donde la institucionalidad burguesa ha funcionado a plenitud y en donde, dentro de esa legalidad burguesa, el pueblo sacrificadamente ha ido avanzando y consiguiendo conquistas, ha ido concientizándose, ha ido comprendiendo que no es dentro de los regímenes capitalista y del reformismo en donde Chile podrá alcanzar la dimensión de país, dueño de su independencia económica y capaz de llegar a niveles superiores de vida y de existencia”.

Algo parecido se ha querido hacer ahora con la “vía chilena” de identificar a Boric con Allende, al propagar mediante las redes sociales y la parcializada y la centro derechista prensa chilena, esa matriz de opinión.

Allende dejó muy clara su posición que ni capitalismo ni reformismo, el querido presidente-mártir, sí, esgrimía que solo la vía electoral y pacíficas, pero con cambios estratégicos en el modelo económico, político y social chileno de la época, porque la Democracia Cristiana del gobierno de Eduardo Frei, había sumido al país en una gran desigualdad, pobreza y entregado los recursos mineros a las grandes transnacionales estadounidenses.

Él, creyó firmemente en esa posición, que debía ser respetada, pero la historia nos ha enseñado, que el poder capitalista, no acepta cambios que lesionen sus intereses y en eso estaba en juego en aquellos momentos en Chile, porque el movimiento político y social pedía radicalización del gobierno socialista chileno y entre otra demanda estaba la nacionalización de la ITT y el no pago de la deuda externa a Estados Unidos.

Ese escenario alarmo al establishment, tanto interno como en Estados Unidos, como se pudo constatar muchos años después, la conspiración contra el gobierno de Allende, estuvo dirigida por Henry Kissinger y apoyada por la derecha y extrema derecha chilena, a la que no fue ajeno el apoyo de Patricio Aylwin y sectores de la Democracia Cristiana, no olvidar el paro de los camioneros que Aylwin no solo alentó, sino que los apoyó.

Todo aquel ambiente político al parecer alentó al coronel Roberto Souper jefe del regimiento del blindados, quien se levantó contra el Gobierno y con sus tanques llegó hasta la Moneda el 29 de junio de 1973, asonada militar derrotada en pocas horas por las tropas al mando del general Carlos Prats, que dejó 22 personas muertas y 32 heridos.


Salvador Allende y el General Carlos Prats, asesinado el 30 de setiembre de 1974 en Bs As Argentina por agentes de la DINA

La intervención del prestigioso y constitucionalista general Carlos Prats [2], puso en alerta el peligro que corría la derecha y los intereses estadounidenses, si al gobierno de Allende se le sumaba el apoyo de un sector militar constitucionalista y adelantaron el Golpe de Estado. De acuerdo a informaciones de importantes fuentes, ya desde entonces se estaba gestando el Golpe dentro de la Armada y cuyo jefe era el Almirante José Toribio Merino y del que era participe el general Augusto Pinochet, quien había sido promovido a Comandante en Jefe de las Fuerzas Militares.

Alarmados los conspiradores por los sucesos del 29 de junio, apuraron todas las piezas incluyendo las acciones de las bandas paramilitares llamadas Patria y Libertad, dirigida por los fascista Pablo Rodríguez Grez y Benjamín Matte con el fin de crear un escenario de violencia e inconformidad contra el gobierno y es así como se gesta y justifica el golpe del 11 de septiembre de 1973.

Al traer este histórico y triste recuerdo lo hago con el interés de que se tome conciencia hoy, que lo más importante de lo sucedido en Chile es en primer lugar que la Convención Constituyente, realmente logre una Carta Magna que respalde los intereses nacionales de Chile, de su pueblo y de los pueblos originarios.

Que no quede un solo vestigio de la actual Constitución Pinochetista debe ser el objetivo del gobierno de Gabriel Boric. Porque los gobiernos de la Concertación y Nueva Mayoría, presididos por Ricardo Lago y Michelle Bachelet no movieron ni un dedo para cambiar ese legado del criminal dictador Augusto Pinochet, cuando ellos ocuparon la jefatura del Estado. En el caso de la ex presidenta Bachelet que en su campaña presidencial se comprometió a cambiar la Constitución, pero falto a esa promesa e incumplió.

El debate que actualmente se da en diversos sectores de la llamada izquierda chilena e incluso latinoamericana, esta evidentemente matizada por la tendencia o militancia política de los diversos expositores, respetable y prudente hasta ahora las que he podido conocer, pero en mi modesta opinión lo que si está muy claro que Boric, nada tiene que ver con el pensamiento del presidente-mártir Salvador Allende y serán los hechos de su gobierno, los que demostraran cuál será su orientación política e ideológica.

Varios son los factores y los elementos a tomar en cuenta para esa evaluación. Lo estratégicos estará centrados en la política que adopte el gobierno, en el campo económico, en su política exterior y social. Por ahora la información recibida del programa de gobierno está más relacionada a lo social y mucha reserva en lo económico y su política exterior.

Es muy importante que el nuevo presidente defina muy bien estos dos temas, porque tienen que ver con la integración latinoamericana y caribeña, donde Chile puede jugar un papel importante y que no se deje utilizar para dividir, al contrario, trabaje para fortalecer la CELAC y UNASUR que resultan estratégicos para la región y en ese sentido Chile puede ser un factor importante.

Referencias

1] El periodista Augusto Olivares. Murió junto al presidente Allende, en la Moneda, defendiendo la democracia del criminal ataque fascista del ejército chileno.

2] El heroico General Carlos Prats, se asiló en Argentina y en Buenos Aires, fue asesinado por un Comando de la DINA que tuvo el apoyo de la CIA.

II

En el último párrafo de la primera parte de mi artículo, señalé que sería importante el papel del presidente Boric y su gobierno.

Y precisé, sí trabajara para fortalecer la CELAC y UNASUR y no continuara con la actual política del presidente Sebastián Piñera, la del de Brasil y de Colombia, de hacerle el juego a Estados Unidos, para dividir estas dos organizaciones regionales y conspirar contra la integración latinoamericana y caribeña.

La posición de política exterior de Chile resulta de mucha importancia y tiene un papel relevante para el pueblo chileno, porque con su rica historia combativa y para honrar realmente a Salvador Allende, merece qué, después de 48 años de gobiernos sometidos a intereses foráneos, su país debe estar dentro de los pueblos y países que reclaman una verdadera independencia y soberanía. Política que lamentablemente, continua muy comprometida con las acciones y trabajo divisionista y anti-integracionista de Estados Unidos.

Para entender que ha venido sucediendo en nuestra región en lo político, económico y social, debe tenerse en cuenta que el modelo escogido de “democracia representativa” y “política económica neoliberal”, lejos de crear bienestar, vida, trabajo y vivienda digna, ha llevado a nuestros pueblos latinoamericanos a la más terrible miseria y al robo de nuestras riquezas naturales por parte de la grandes empresas transnacionales, estadounidenses y europeas. Hoy el cobre y el litio está en manos extranjera.

Y qué, decir de la OEA, que lejos de ser un organismo que realmente respete su Carta Fundacional y que claramente expresa “defender y respetar la soberanía e independencia sin injerencia externa de los Estados miembros”, ha sido todo lo contrario y es un instrumento de Washington para implementar su política y la pone a su servicio.

Tomemos en cuenta las acciones de la OEA y lo acontecido bajo su manto, desde su propio nacimiento en abril de 1948, teñida con la generosa sangre del líder revolucionario y antimperialista, Jorge Eliécer Gaitán. Asesinato que fue obra de la oligarquía liberal conservadora y de la recién creada agencia de inteligencia CIA de los Estados Unidos, tal es así que a mas de 74 años de este criminal suceso, Washington no ha autorizado desclasificar la información que tienen del caso.     

Para vergüenza del noble pueblo colombiano hoy su gobierno se ha convertido en el más fiel subordinado de la política de Estados Unidos y la OEA, para muestra un botón. Veamos cual fue el discurso y la posición de la vice canciller colombiana María Carmelina Londoño en la reunión de cancilleres de la CELAC, pronunciado el pasado domingo 9 de enero.

Inicio su discurso expresando “los silencios oportunistas de la CELAC por la violaciones de los derechos humanos en tres países integrantes de la organización”, sin mencionar  los nombres de dichas naciones, pero que obviamente se trata de  Cuba, Venezuela y Nicaragua, que son los países que Estados Unidos y su departamento de Estado, para justificar su genocida política de  bloqueo, sanciones, robo de sus recursos y agresiva e injerencista política  tiene contra estas soberanas e independientes naciones.

Unos 1.500 exiliados entrenados y financiados por EE.UU. intentaron asaltar la isla para derrocar al gobierno revolucionario de Fidel Castro

El discurso de la representante colombiana, estuvo dirigido a una fuerte defensa de la OEA calificándola como un “ejemplo y centro de gravedad de un acervo institucional y normativo”. La vicecanciller Londoño desconocio olímpicamente la política injerencista y agresiva ejecutada por la OEA desde su fundación en abril de 1948.   Para refrescarle la memoria, me referiré solo a las acciones más reconocidas, fuertemente condenadas por los pueblos de nuestra América Latina y Caribeña, incluidos sectores académicos e intelectuales estadounidenses.

La agresión militar a Guatemala en 1954 con el objetivo de derrocar al gobierno democrático del presidente Jacobo Árbenz, organizada, armada y dirigida por Estados Unidos, con el apoyo político de la OEA.  Numerosos muertos y heridos costo este ilegal hecho.

El apoyo y respaldo militar al Golpe de Estado en Cuba el 10 de marzo de 1952 ejecutado por el general Fulgencio Batista, causante del asesinato de miles de cubanos, se calculan un poco más de 20,000 mil en sus casi 7 años de gobierno. De esa política criminal la OEA no dijo absolutamente nada incluyendo los casi 80 jóvenes asesinados hechos prisioneros, cuando el asalto al cuartel Moncada, hecho denunciado por el joven Fidel Castro en su alegato ante el tribunal que los juzgaba en octubre de 1953.

Como tampoco la intervención militar organizada, dirigida y financiada por Washington en abril del año 1961, usando a más de 1500 mercenarios cubanos y donde Estados Unidos recibió una gran derrota en Playa Girón. La OEA era cómplice pues había reconocido a un gobierno en el exilio, que se había constituido en Miami y el visto bueno al Presidente que asumiría, si los mercenarios lograban el derrocamiento de Fidel y la Revolución Cubana.

La OEA formó parte y cómplice de la bochornosa intervención militar de Estados Unidos en República Dominicana en 1965 que con el amparo del TIAR, derrocaron el democrático gobierno de Juan Boch. Tampoco la OEA, hizo ningún pronunciamiento de condena contra los integrantes de políticos, empresarios y militares que en abril del 2002 se tomaron el Palacio de Miraflores y secuestraron al presidente Hugo Chávez Frías, legítima y democráticamente elegido en 1999.  Fue la presión del mar de pueblo que rodeo Miraflores exigiendo la presencia de Chávez y como ratas los conspiradores huyeron.

Algo similar a lo de dominicana se propuso hacer el Secretario General de la OEA, Luis Almagro, utilizando al TIAR en el año 2017 contra el legítimo y democrático gobierno de Nicolas Maduro en Venezuela en el año 2017. No se logró aprobar la Carta Democrática en la Cumbre de las Américas en Lima, Perú. De allí por iniciativa de Almagro, se produjo la formación del hoy fenecido Grupo de Lima con 14 miembros de los 33 miembro que tenía la OEA en esa época. Tampoco se logró consenso para condenar a Venezuela en la Reunión del Consejo Consultivo de la OEA en México. Las acciones de Almagro   provocaron que el gobierno venezolano, se retiró oficialmente de la OEA en el 2018.                           

Similar conducta desarrolló la OEA y Luis Almagro contra el legítimo y democráticamente reelegido gobierno de Daniel Ortega Saavedra y desde la desprestigiada OEA, Almagro comenzó la campaña contra Nicaragua y su gobierno. La respuesta digna y soberana del gobierno sandinista, fue retirarse definitivamente de la OEA. 

Recuerdo que cuando Estados Unidos armó y financió la contrarrevolución nicaragüense y desde los territorios de Honduras y Costa Rica, atacaban al gobierno sandinista, la OEA, ni condenó, ni se tomó el trabajo de promover una solución al conflicto. Solo la ONU y el Grupo de Contadora los que se ocuparon de ayudar a solucionar el conflicto.

Tampoco la OEA en las décadas del 60,70 y 80 expulsó de su seno a ninguno de los gobiernos militares y dictatoriales en Argentina, Brasil, Bolivia, Uruguay, Chile, Honduras, Guatemala, El Salvador.  Muchos de esos generales y criminales quedaron impunes, el ejemplo más claro fue el de Augusto Pinochet.  Aún, hoy en muchos de estos países, las victimas reclaman acciones de justicia y reparación y la OEA jamás se ha ocupado del tema.

la OEA en las décadas del 60,70 y 80 expulsó de su seno a ninguno de los gobiernos militares y dictatoriales en Argentina, Brasil, Bolivia, Uruguay, Chile, Honduras, Guatemala, El Salvador.

Por último, la descarada conspiración del Secretario General de la OEA Luis Almagro, para despojar al presidente Evo Morales del triunfo que logró en las elecciones 2019.  Ejecutada la acción fraudulenta por el propio Almagro y dando continuidad al plan conspirativo, sectores militares, la derecha fascista de Santa Cruz y las embajadas de Estados Unidos y de Argentina (gobierno de Mauricio Macri) ejecutaron el Golpe de Estado en la Bolivia. 

Fue Estados Unidos y gracias al servicio del Secretario General de la OEA, los que organizaron y ejecutaron este abominable hecho, que según la Fiscalía boliviana los culpables serán   juzgados en breve y otros gozan de protección en Estados Unidos como Arturo Murillo. 

Al relatar solo algunos de los hechos mas brutales cometidos por la OEA, al servicio de los Estados Unidos y escuchar la exposición de la vice canciller Londoño, en la reunión de la CELAC y donde la diplomática neogranadina se dedicó a exaltar “los valores democráticos de la OEA y calificar que el fortalecimiento de la CELAC, con el objetivo de enterrar a la OEA lo calificó como una descomunal equivocación y una gran irresponsabilidad”. 

No hay dudas de que no hay peor ciego que el que no quiere ver, la mensajera del Departamento de Estados, en la persona de la diplomática colombiana, no tenia otra opción que, aunque hiciera no solo el ridículo, sino mostrara su analfabetismo político de lo que han sido las acciones de la OEA al servicio de Washington, cuando en otros apartes de sus dichos, ella señaló.

“Las generaciones actuales y futuras de nuestras naciones requerirán del acervo doctrinal y la defensa de los derechos humanos y la democracia con la que cuenta la OEA y siempre vivirán en el mismo vecindario que Estados Unidos y Canadá, a quienes parecería que se les quiere dar la espalda por parte de algunos en esta organización”

Otro garrafal error de la representante colombiana. Que se conozca, ninguno de los países que conforman la CELAC, quieren dar la espalda y muchos menos no tener relaciones de amistad con Estados Unidos y Canadá. No, al contrario, lo conocido es que incluso los países víctimas de la política de los gobiernos estadounidenses, con su genocida acción de sanciones, bloqueo contra Cuba, Venezuela y Nicaragua, siempre han manifestado públicamente su interés de mantener relaciones amistosas, pero en el marco del respeto a su soberanía e independencia. Y bajo ningún concepto subordinar su política nacional e internacional a ninguna potencia extranjera.

El superficial criterio expuesto por la señora Londoño de que es un “error descomunal de la CELAC de enterrar a la OEA”. Ella debe   saber, que no es de interés de la CELAC, enterrar a la OEA. La OEA y sus gravísimos errores y su subordinación a Estados Unidos y su incumplimiento de la Carta Fundacional será la que enterrará a la OEA. El principio de la CELAC esencialmente es la unidad latinoamericana y caribeña, pero no panamericana.

La idea de la CELAC está centrada en el sueño del libertador Simón Bolívar, quien convocó al Congreso de Panamá, lamentablemente, Bolívar que era opuesto a invitar a los Estados Unidos, fue  traicionado por Francisco de Paula Santander, que ha sus espalda lo hizo y eso causó preocupación sobre todo en Argentina, desde donde le hicieron conocer al Libertador su reserva, sobre el Congreso de Panamá, porque los argentinos  tenían en cuenta que Santander, era partidario de apoyar la Doctrina Monroe, lo que había hecho público.   

Ha sido la OEA y sus Secretarios Generales, que, desde su mismo nacimiento, ha cometido graves, fatales y descomunales errores al violar la Carta Fundacional, en la que se establece que la relaciones es con los Estados y no con una parte de él.

Ese principio de la Carta Fundacional ha sido violado por el Secretario General de la OEA, al reconocer a Juan Guaido, como presidente de un gobierno que no existe, nombrado desde Washington por Donald Trump y reconocer a un embajador a nombre de Venezuela, que desde el 2018, no es miembro de dicha organización. Este hecho es una verdadera y grave violación. Sin embargo, los Estados miembros lo han permitido, porque esa es la decisión de Estados Unidos.

Como se puede apreciar, el discurso de la representante de Colombia, está dirigido a dividir a nuestros países y crear con sus falsas acusaciones un escenario, que ya no podrán crear los santanderistas como hicieron en el Congreso de Panamá. 

Sus acusaciones de dictadura y de violadores de los derechos humanos, a los tres países miembros es un ejemplo de su propósito, proviniendo ella de un país donde la democracia es un lema y la violación de los derechos humanos, es un doloroso y lamentable escenario. En los primeros 9 días de gobierno de Duque en el 2022, se han cometido 4 masacres y en el 2021, se ejecutaron por las fuerzas del Estado y los paramilitares, 96 masacres, donde el ESMAD ha jugado un papel principal, con un saldo de casi 335 colombianos asesinados y 48 combatientes de las FARC-FARC firmantes de los Acuerdos de Paz. Y de 1958 al 2012 la crisis política y el conflicto interno han tenido que lamentar la muerte de 220,000, mil personas muertas. [1]

Desde hace un buen tiempo vengo comentando en mis artículos, que desde que Donald Trump asumiera la presidencia de esta nación, su objetivo era retomar la política hegemónica que su país había perdido en buena parte de los países de Suramérica.

Todo comienza con el triunfo de la Revolución Bolivariana y Socialista en Venezuela

Todo comienza con el triunfo de la Revolución Bolivariana y Socialista en Venezuela. Desde comienzo del siglo XXI, Estados Unidos, la Unión Europea y la derecha latinoamericana, inician una labor de apoyo a la actividad contrarrevolucionaria interna en Venezuela, que se acrecienta luego de las fracasas conspiraciones incluyendo el Golpe de Estado de abril de 2002.

La preocupación en el establishment norteamericano creció y el gobierno de Bill Clinton inició la ofensiva política militar para recuperar el espacio perdido en Suramérica, muy especialmente para impedir el triunfo de Luis Ignacio Lula da Silva en Brasil, objetivo no logrado porque este alcanzo un sonado triunfo y ganó la presidencia en el 2003. Aunque unos años más tarde y ya en la presidencia Dilma Rousseff, está fue víctima de una conspiración del presidente de la Cámara de Diputado y la derecha brasileña y se pone en práctica el Golpe de Estado por la vía parlamentaria.    

Es en ese escenario como en el año 2000 se concreta la ejecución militar del Plan Colombia, justo cuando se había iniciado en el año 1999 el proceso de diálogo y negociación de paz del gobierno conservador de Andrés Pastrana con el movimiento guerrillero de las FARC-EP y el ELN, ambos fracasados.

Plan Colombia cuyo objetivo supuestamente era combatir el narcotráfico en Colombia y permitía así la participación de las fuerzas militares se EE: UU en Colombia, supuestamente como asesoras. Con visión estratégica el comandante Manuel Marulanda Vélez, jefe de las FARC-EP, hacia publica su opinión de que el Plan Colombia, era un acto contradictorio al interés de hacer la Paz, y que en realidad estaba dirigido al dominio de América del Sur y con el propósito de combatir la Revolución Bolivariana en Venezuela.

La realidad se hizo más clara cuando el presidente George W Bush, modifica el nombre de Plan Colombia por la de Iniciativa Regional Andina. Lula había triunfado en Brasil y era un peligro para Estados Unidos y en todo este periodo se comienza un proceso de cambios en Suramérica con la Revolución Ciudadana en Ecuador liderada por el presidente Rafael Correa, el triunfo de Evo Morales en Bolivia y Néstor Kirchner en Argentina.

Se intensificó el trabajo de Estados Unidos en estos países y en aquellos años, Colombia presidida por Álvaro Uribe y Perú de Pedro Pablo Kuczynski, se convirtieron en importantes centros políticos conspirativos para retrotraer los procesos soberanos e independientes de estos países. 

El infame grupo de conspiradores y saqueadores en Lima

Un elemento importante y que poco se comenta, como Colombia se convierte en el centro de la conspiración contra Venezuela y hacia los otros países con definidas posiciones   progresistas, soberanos e independientes amenazados y también agredidos por Colombia, como el ataque aéreo conjunto de EE.UU y Colombia en la frontera colombo-ecuatoriana en marzo de 2008, donde murió el comandante de las FARC Raúl Reyes y otras 25 personas, entre ellos tres mexicanos, un ecuatoriano.

La firma de un acuerdo de carácter militar entre el gobierno de Barak Obama con el presidente Álvaro Uribe y se oficializa el establecimiento de 7 bases militares en territorio colombiano, la que se suman a la de San Juanito y Larandia que ya operaban en ese país. Una seria amenaza militar para Suramérica.

Espero que esta información y análisis, contribuya para que el nuevo presidente de Chile, en el cual millones de chilenos han puesto su confianza y compromiso los tenga en cuenta. Y que toda esta información le sirva para evitar comprometerse con los sectores que trabajan internamente en Chile con el objetivo alejar a esta nación austral de la integración y debilitar a la CELAC y UNASUR.  Que no sea Chile un factor de división y menos con la perspectiva de un triunfo electoral de Lula da Silva en Brasil en este mismo año.

Referencias:

[1] BASTA YA. Colombia Memoria y Dignidad.  (pág. 20). Centro Nacional de Memoria Histórica.

III

La campaña mediática de los sectores de derecha y centro derecha en Chile, luego del triunfo de Gabriel Boric, se ha concentrado en controvertir los discursos de campaña del elegido Presidente.

En sus aplaudidos discursos por el pueblo, este se comprometía a garantizar justicia social, igualdad, respeto a los pueblos originarios y cambios conceptuales de la seguridad nacional en las Fuerzas Armadas.

Está muy claro que con la fuerza que aún tienen en Chile ese sector de la derecha y centro derecha y que se expresa en una buena representación parlamentaria, puede ser un importante obstáculo para el Presidente y su Gobierno. Pues obviamente esos sectores de la derecha no se parecerán a la antigua derecha de las décadas pasadas, con lo sucedido en estas elecciones y la relativa derrota de la derecha pinochetista, modificará sus contenidos formas y los debates y diálogos será distintos.

Pero este nuevo gobierno y el presidente Boric, tendrán que demostrar que todo lo que ellos reclamaban y criticaban muy fuertemente a los gobiernos de la Concertación y la Nueva Mayoría, ahora como Gobierno cumplirán y harán un gobierno apegado a cumplir con aquellas reclamaciones y no se parecerán aquellos Gobiernos de Lagos y Bachelet y muy lejos de lo que fueron los gobiernos de la derecha de Patricio Aylwin y Sebastián Piñera.

De presentarse un escenario de incumplimiento, sólo serán las mismas masas que lo eligieron y se unan a los que se abstuvieron y de nuevo tomen sus decisiones de exigir pacífica y democráticamente en la calle, que se cumpla con lo prometido en la campaña.

Acciones parecidas, al mismo escenario que ellos enfrentaron como oposición hace 10 años atrás, solo que en esta ocasión tendrá que dar absoluta garantía de que no serán reprimidos.  Ellos serán los que presionen no al gobierno, sino a la derecha y a las elites que, desde el Congreso, obstaculizarán el cumplimiento de los compromisos de campaña y la gobernabilidad del Presidente. 

Es evidente que la derecha y centro derecha qué, en las elecciones votaron a favor del pinochetista y nazi-fascista José Antonio Kast, no quieren se cambie el actual sistema neoliberal. Tomar en cuenta que Kast alcanzó un 42 por ciento de votos, una no despreciable cifra de más de 3 millones de electores. Y tienen una importante representación en el Parlamento y también en la Asamblea Nacional Constituyente, que actualmente trabajan en el cambio de la constitución de 1980 legada por el dictador Augusto Pinochet.

Con estas consideraciones, lo que este analista quiere alertar, que Boric, se enfrentará a una muy compleja situación política, económica y social, interna. Ciertamente el actual escenario, no es el mismo de la crisis, que tuvo que enfrentar el presidente-mártir Salvador Allende. Hoy el pueblo chileno tiene más conciencia de lo que está ocurriendo en su país y no se van a dejar engañar con cantos de sirena.

Tampoco es momento de que se pueda ejecutar un Golpe de Estado Militar, sería repudiado, agravaría la crisis interna y Chile quedaría totalmente aislado, ni Estados Unidos ni la Unión Europea podría reconocerlos y de reconocerlos quedarían totalmente desenmascarados y cómplices de una acción antidemocrática.  La derecha y extrema derecha pinochetista, pueden recurrir a supuestas vías pacíficas y legales con los llamado Golpes Blandos, a través del parlamento como ocurrió en Brasil. Es en esa trampa en la que tiene que cuidarse el nuevo gobierno y su Presidente.

Otro escenario posible, es que el presidente Boric y el Gobierno, acepten realizar solo algunos afeites de corte social, pero sin cambios estructurales estratégicos   y necesarios, que son los que requiere ese país y espera su pueblo, hoy sumido en una grave crisis económica interna, de gran pobreza, de graves actos de represión contra el pueblo y especialmente contra los pueblos originarios. Esto ya se convertiría en una traición a sus seguidores y el pueblo qué, espera reales cambios socioeconómicos en Chile.

Para solucionar esa crisis, tienen que buscar la fórmula que sus riquezas económicas, comerciales, agrarias y minerales, que están hoy en manos extranjera, pasen a ser patrimonio de la nación, sin que obviamente se afecte al empresariado nacional, el que puede ser regulado mediante una política fiscal, para beneficiar políticas públicas en salud, educación, empleos y viviendas. No se trata de una Revolución Socialista, como señalan algunas campañas y que la propiedad privada seria eliminada, no, a ese objetivo solo se podrá llegar por otras vías, si los sectores de poder en Chile insisten en mantener el actual statu quo.

El tema de la política exterior es otro elemento importante, se trata de respetar el derecho internacional y diplomático con todos los países. No debe juzgarse a ninguno y menos basados en falsas y viejas campañas de Estados Unidos contra países que no se subordinan a su política imperial. Estos son los casos de Cuba, Venezuela y Nicaragua, atacados por el presidente Boric, repitiendo la misma campaña de la mafia cubana-americana de Miami y los Estados Unidos, cuando él, se encontraba en campaña electoral. Sobre ese tema me ocuparé en la cuarta parte de este largo artículo.

En Chile hoy, hay una lucha de contrarios y que lo que se pretende es que el Presidente se aleje de cualquier proyecto que vaya en contra de los intereses y privilegios de las elites de poder económico y político.  Es muy claro que, para lograr justicia social, no tiene otra solución que cambiar la política económica neoliberal impuesta por los Chicagos Boy, por la dictadura de Pinochet desde época muy temprana.

El otro tema muy sensible el de los pueblos originarios, será muy difícil resolverlo de hoy para mañana, pero sí eliminar la militarización en los territorios que estos ocupan. Lamentablemente hay una cultura ya instaurada de discriminación desde hace muchos años y eso solo se resuelve con un fuerte trabajo educativo teniendo como principio el de la igualdad. 

En Chile además de la defensa del cumplimiento de los objetivos sociales, económico y políticos de campaña, que hizo el elegido Presidente. Actualmente se desarrolla ese importante debate del contenido que debe tener la nueva Carta Magna, que presentan sus propuestas y sus delegados discuten en la Convención Constituyente y cuyo objetivo estratégico será cambiar radicalmente la vieja Constitución pinochetista de 1980.

El debate interno en ese cenáculo, es bien heterogéneo y con múltiples intereses, porque los convencionales de la derecha y centroderecha, están por mantener muchos de los artículos pinochetistas y evitar que algunos factores que hoy tienen un poder que además nunca debieron tenerlo, como en el caso de los militares, es un elemento en debate.

Es conocido que el ex almirante Jorge Arencibia miembro de la Convención Nacional y quien lidera a un grupo de convencionales de la extrema derecha, presentó una propuesta de articulado que, esencialmente contiene los límites, dentro de los cuales los civiles pueden o no actuar.

Y por tanto eso abriría el escenario en el cual las FFAA podrían desobedecer al Presidente, al Congreso o a cualquier poder del Estado, si este pretendiera modificar el “Orden Institucional”, que es lo que supuestamente Boric y su proyecto persigue, cambiar la actual institucionalidad.  Mientras Arencibia y la derecha se propone, dejar intacta en la nueva Constitución este concepto de los límites de los civiles y donde puedan o no actuar, que es la que recoge la actual constitución pinochetista.

Lo que propone este chafarote pinochetista, de aprobarse en la nueva Constitución semejante artículo, ataría de pies y mano al  nuevo gobierno, al Presidente o a cualquier poder del estado y por tanto no podrían ejecutar leyes de corte social, que aunque fuera aprobada por el Congreso, los militares podrían no obedecerla como es por ejemplo la desmilitarización de la Araucanía.

Diversas fuentes internas me han informado, que el debate en la Convención Nacional será fuerte, también señalan que la nueva directiva de la Convención, no es no solo muy calificada y prestigiosa, sino también muy apegada a principios que exige se respete la dignidad y el bienestar de su pueblo y que nada permitirían que la nueva Carta Magna se manche con artículos autoritarios y que atenten contra ese bienestar popular en función de beneficiar a elites excluyentes y corruptas.

Esperemos que el nuevo gobierno pueda llevar a cabo su proyecto de cambiar la institucionalidad a favor de su pueblo, pero lo que, si está muy claro que se enfrentara a un importante obstáculo en el gobierno y a una derecha, que, aunque derrotada en las elecciones aún conserva fuerzas y apoyo de un sector que se niega a abandonar las practica del pinochetismo y mantenerse bajo la sombrilla de Estados Unidos en política exterior.

Lo que sí es real y ninguna fuerza de derecha podrá acallar será el histórico cambio que tendrá Chile a mano de estas generaciones de jóvenes venidos de sus luchas estudiantiles. Amanecerá y veremos.

*Periodista, politólogo y analista internacional. Colaborador de PIA Global

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