La producción nacional de carne de cerdo ha caído a un ritmo acelerado y no se vislumbra un repunte a corto ni mediano plazo.
Chuletas, bistecs y masas de puerco así como sus derivados, alcanzan desde hace meses precios inasequibles para el bolsillo de la mayoría de los trabajadores y jubilados.
Debido al franco retroceso productivo y la carestía, la carne de cerdo, un alimento clave para millones de personas en esta isla del Caribe insular, podría demorar su regreso a la mesa familiar.
El Estado impulsa estrategias, planes y medidas para paliar la situación, entre ellas intensificar la cría del llamado «cerdo criollo», mientras decrece la raza tradicional.
Las causas de la escasez son múltiples. La principal de ellas es que se carece de pienso y recursos para importarlo por falta de liquidez. Los puercos mal alimentados no alcanzan el peso requerido antes de su sacrificio.
Clientes de agromercados, donde las tarimas de carne de cerdo permanecen semivacías (salvo los fines de semana), comentaron que los precios actuales –alrededor de 250 pesos la libra (poco más de 10 dólares según el cambio oficial) – son “abusivos”.
Producir más y rápido
«La carne de cerdo es básica en la dieta del pueblo cubano, tenemos que producir más y hacerlo en el menor tiempo posible», reconoció el presidente, Miguel Díaz-Canel.
El mandatario encabezó en la primera semana de abril una Plenaria Nacional de Productores de Carne de Cerdo a quienes invitó a «trabajar sin pesimismo, conscientes de que los momentos de crisis hacen emerger las grandes soluciones”, según informó el diario oficial Granma.
Esa reunión remató un proceso de plenarias municipales y provinciales iniciadas en marzo para discutir cómo recuperar e incrementar la oferta de esta proteína que, por su precio y tradición, ocupa desde hace años el lugar que ostentaba la más nutritiva carne de res.
Los intercambios comenzaron en la segunda quincena de marzo a nivel local e involucraron a casi 7 000 personas vinculadas al ramo, de ellas más de 4 400 productores y 945 cooperativas.
Entre los más afectados por la escasez figuran centros hospitalarios, escuelas, canasta básica (de productos subsidiados por el Estado) y el turismo al que se intenta revitalizar.
Menos productores
Según medios oficiales, miles de criadores cerraron sus contratos por la escasez de alimentos para la ceba de los animales,
y por el contraste desfavorable entre el alto precio del pienso y lo que paga el Estado por tonelada de carne.
De acuerdo con las fuentes, de 14 000 productores que lograron entregar en 2017 unas 200 000 toneladas de carne de cerdo, hoy solo quedan 1 400 de quienes se espera una producción mínima de 26 000 toneladas.
Reportes de la prensa sostienen que la retirada de los productores se debe también a los problemas financieros de la isla, secuela de la pandemia Covid-19, el recrudecimiento de las sanciones impuestas por Estados Unidos y regulaciones impuestas por el Gobierno.
Reynier de Jesús, un joven porcicultor de la provincia occidental de Pinar del Río, lamentó que en «los años de bonanza» llegó a tener entre 2 500 y 3 000 cerdos, pero tras la caída del suministro de piensos con productos importados debió reducirlos a solo 1 500.
Pocos días después del encuentro nacional encabezado por Dïaz – Canel, los criadores de cerdo recibieron la noticia sobre la paralización de la que se espera sea la mayor fábrica de alimento animal del país, enclavada en la ciudad de Santiago de Cuba, en el oriente de la isla caribeña.
Iniciada su construcción en 2019, la planta tendrá una capacidad de entrega de 500 a 600 toneladas por turno de 12 horas y está diseñada para elaborar más de diez tipos de piensos para ganado mayor y menor, aves y la piscicultura, según informes del oficial diario Granma.
Pero la obra aún hoy no rebasa el 10 por ciento de ejecución general, entre otros motivos por la demora de los metales importados que permitirán el montaje tecnológico, explicó la ingeniera Greny Silva Pérez.
Otros obstáculos apuntan al inestable suministro de recursos para terminar las edificaciones socioadministrativas y el grado de oxidación de tres silos que se intenta recuperar después que estuvieron abandonados alrededor de 20 años sin empleo alguno.
El cerdo criollo
En varios reportajes televisivos se ha abordado como una solución el tema de la recuperación del cerdo criollo, de capa oscura, como se hizo en los años 90 del pasado siglo XX, durante la crisis económica denominada Periodo Especial.
Se trata de animales más resistentes, pero menos productivos, que admiten una alimentación con menos pienso, adaptada a bajos insumos y a comidas diversas (subproductos de las cosechas, palmiche, entre otros).
El Cerdo Criollo Cubano, de color negro, se localiza generalmente en la zona oriental del país, en explotaciones familiares aprovechando los recursos naturales y subproductos agrícolas.
Hasta ahora, el programa porcino que desarrollaba Cuba se basaba en una cría intensiva en la que un cerdo requiere comer, para su crianza y engorde, cereales, proteínas como la soya, y aminoácidos que conforman un pienso para en seis meses pesar 90 Kg.
En la reunión, el presidente del grupo ganadero del Ministerio de Agricultura, Yoan Sarduy, anunció la siembra de 50 000 hectáreas que permitirían producir 125 000 toneladas de carne, pero de esa cantidad solo 14 000 hectáreas están en producción.
Expertos advierten que sin este alimento los rendimientos apuntan a la baja, y la recuperación no sucede de un día para otro. Muchos se preguntan qué pasará cuando lleguen las tradicionales cenas de Nochebuena y Fin de Año.
Sin pienso habrá menos carne de cerdo
«Teníamos una producción montada sobre altos volúmenes de importación de materia prima (maíz y soya) y a partir de la incapacidad de lograr la compra de todas esas materias primas hay una contracción en la producción de cerdos», indicó Sarduy.
Díaz-Canel sostiene que el principal reto para incrementar la producción porcina está en la generación con fuentes nacionales del alimento para este ganado menor.
Según el gobernante, «sustentar mayoritariamente una producción de alimentos en importaciones, es una práctica que atenta contra el propósito de que el país alcance su soberanía alimentaria, que es un asunto de seguridad nacional».
«No nos engañemos; sin piensos, comprado en el extranjero o de producción nacional, no hay y no habrá carne de cerdo. Usted podrá cebar unos cuantos, con palmiche y viandas, pero no podrá tener una cría intensiva sin pienso», comentó Leandro Morales, un experimentado campesino de 77 años.
Yordanka Benitez, una jubilada de 60 años que atiende aves de corral en una cooperativa cerca de La Habana, también desconfía de una solución a base del cerdo criollo y del pienso local.
«Aquí lo que hacen falta son cooperativas privadas con recursos para producir carne de cerdo sin tantas trabas de papeles ni burocracia. Hagan empresas mixtas, busquen socios que inviertan y todos ganamos», expresó. (2022)
A nadie se le ocurrió microlocalizar esa fábrica de piensos en el centro de la isla. Para abaratar los costos de transportación. Que es lo que tiene Santiago cómo provincia para tal decisión. Yo no le veo nada. Incluso hasta un déficit de siembra de cultivos tenía de hasta 15 mil hectáreas. Con Lázaro Espósito al frente de ella. No sé seguimos pifiando. Hay inversiones que dado su impacto estratégico deben ser ejecutadas por el Consejo de Ministros. Ya hemos visto lo que ha sucedido con la inversión de la BIOLECTRICA del Central Ciro Redondo de Pina en Ciego de Ávila.
ResponderEliminarEn muestra televisión se pasó un reportaje donde los directivos de la empresa porcina explicaron que en Cuba ni habrá más carne de cerdo. Porque a buen entendedor con pocas palabras basta. Y es fue el mensaje claro. No tenemos divisas para comprar pienso y sin el la producción quedará reducida a solo unas 16 mil toneladas.
ResponderEliminarRogelio Castro Muñiz