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"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

viernes, 25 de noviembre de 2022

Seguridad Alimentaria requiere cambios agrícolas profundos en Cuba

La alimentación se torna cada vez más compleja en el ámbito de la economía cubana y necesita transformaciones profundas y urgentes en el modelo de gestión.


24 noviembre, 2022


Entre los desafíos figura restituir el papel e importancia económico-productiva de la agroindustria azucarera, en la producción de caña, azúcar y sus múltiples derivados Foto: Periódico 5 de Septiembre

En el transcurso de 2022, la compleja situación alimentaria en Cuba, continua con una insuficiente oferta de alimentos de producción nacional, con marcada tendencia decreciente en la casi totalidad de alimentos de origen vegetal y de la ganadería. Por otro lado las compras externas de alimentos incrementaron su participación con relación a las importaciones totales del país.

Al cierre de 2021 las mismas ocupaban 23 % de las importaciones totales del país, mientras que en 2018 habían alcanzado 17 %, lo cual se traduce en un aumento de la dependencia alimentaria externa propiciando mayor vulnerabilidad a la economía cubana en su conjunto. Sin embargo las importaciones totales del país disminuyeron un 27 % en 2021, con relación a 2018.

Esta compleja situación se traduce en una disminución de la disponibilidad de alimentos ofertados, muy por debajo de la demanda, dando lugar a una determinada escasez y desabastecimiento de las redes comerciales.

Tan solo señalar, que el saldo de comercio externo (exportaciones- importaciones= saldo comercial) resulta negativo desde 1965 hasta 2021 y acentuado en los últimos años. De hecho las exportaciones durante el periodo comprendido entre 2017 y 2021 decrecieron en 15.1 %, para un ritmo de decremento promedio anual de -3.03 %.

A la complejidad referida, en cuanto a la producción de alimentos nacionales y mayor dependencia de las importaciones, se unen los compromisos contraídos y vencimiento de la deuda externa, la escasa disponibilidad de divisas, a raíz de los bajos niveles de ingresos, por la disminución de las exportaciones.

Se suman además, los resultados acumulados por el efecto de la covid y los impactos del reciente huracán Ian, que azotó severamente a la occidental provincia de Pinar del Rio, alta productora de tabaco, importante renglón exportable del país.

De igual forma el huracán afectó a las provincias de Artemisa y Mayabeque, altas productoras de alimentos y principales abastecedoras de alimentos a la provincia de La Habana (capital del país), que también sintió el impacto del huracán Ian, aunque en menor medida.

Otros ingredientes negativos

Por otro lado se registró una zafra azucarera (2021-22), en extremo deprimida (400.0 mil Tm) y la pronosticada para 2022-23, con similares niveles de producción de azúcar, al no disponer de la caña necesaria para abastecer a esta estratégica agroindustria; resultante acumulado de una decisión no acertada del llamado proceso de redimensionamiento a la cual fue sometida la misma, con la implementación de la tarea Álvaro Reynoso.

La producción alcanzada y pronosticada apenas cubre el consumo interno, obligando a realizar importaciones de azúcar fundamentalmente de Brasil, elevando las erogaciones de divisas, de las cuales no existe disponibilidad suficiente.

Se añade la complicadísima situación energética, con afectaciones a la capacidad de generación de la industria eléctrica, por obsolescencia y falta de mantenimiento oportuno. Unido esto al uso del combustible nacional con alto contenido de azufre, lo cual ha conducido a la actual situación caótica en este sector, que afecta de forma transversal a toda la economía cubana.

Sin duda los efectos no favorables del bloqueo económico, financiero y comercial, recrudecido durante las últimas administraciones estadounidenses, en particular bajo la presidencia de Donald Trump (2017 – 2021), así como la ineficiente gestión económico-productiva, particularmente en el sector agropecuario, demandan cambios estructurales importantes y urgentes, en el contexto de la economía cubana.

En el escenario anterior en extremo complicado, se manifiesta la resistencia al cambio, a las transformaciones requeridas que deben iniciarse primordialmente por el sector agropecuario, partiendo desde los municipios y hacer extensivo hacia las estructuras superiores de dirección.

En ese contexto también hay que tener en cuenta la inflación galopante y desmedida, que se acerca a los cuatro dígitos, con elevada depreciación y capacidad de compra del peso cubano, donde se ha comprobado lo ineficaz del proceso de reordenamiento monetario y cambiario, efectuado a inicios del año 2021.

Desafíos del sector agroalimentario

Dentro de las medidas inmediatas pueden señalarse las siguientes:

1.- Incrementos importantes de la producción nacional de alimentos, en cantidad y calidad, bajo condiciones eficientes. Lo cual propicie sistematicidad en la oferta

2.- Reducir la dependencia alimentaria externa de la importación de alimentos. Seguridad alimentaria cuestión estratégica, para la economía nacional.

3.- Lograr la accesibilidad física y economía de alimentos, sanos, con calidad e inocuos. Que permita además cubrir deficiencias en micronutrientes, vitaminas, hierro y el sobrepeso, ante una dieta no adecuada.

4.- Necesidad de adecuar la oferta a la demanda. Tener presente las relaciones de mercado. Medir el IPC (índice de precio al consumidor), en los territorios (municipios y provincias).

5.- Necesidad de implementar un modelo de gestión económico-productivo totalmente nuevo en el sector agropecuario. Este modelo debe lograr la solución al menos de tres aspectos, aún no resueltos, tales como:

Lograr la realización de la propiedad, la descentralización y la autonomía de la gestión económico-productiva en la base (Municipio). Empoderar los territorios, otorgándole la autoridad que le corresponde en la toma de decisiones.

Aunar a los productores (Consejo de Productores), que forman parte de las diversas formas productivas radicadas en el territorio, fuerzas técnicas y académicas (Universidades, Centros de Investigación) que ellos representan, la ciencia, técnica e innovación y la investigación, en los territorios para la búsqueda de soluciones in situ.

Reconocimiento de la existencia real y objetiva del mercado, en complementariedad, con la planificación; teniendo presente los requerimientos sociales y territoriales. Considerando y conjugando los intereses de los productores y consumidores

Aplicación del enfoque sistémico a lo largo del ciclo productivo (producción, distribución, cambio y consumo).

6.- La verticalidad en los territorios supeditada a una estructura institucional no facilita las relaciones horizontales entre las diferentes formas productivas agropecuarias en los territorios. Lo anterior constituye una preocupación y argumenta la necesidad de buscar vías de intercooperación, entre las formas productivas enmarcadas en los territorios.

7.- El encadenamiento productivo-valor es realmente lograble, a partir de la intercooperación entre cooperativas, privados, usufructuarios y empresa estatal, en los territorios, lo local y por lo general suele rebasar los límites geográficos del municipio e inclusive hacerse extensivo hacia el exterior en Cadenas Globales de Valor (CGV).

8.- Creación y constitución de cooperativas de 2do grado, que pertenezcan a las cooperativas de 1er grado, que faciliten el encadenamiento productivo interno y externo.

9.- Apertura a la inversión extranjera de forma directa con los productores, sin estructuras intermedias burocráticas que no facilitan la fluidez y el proceso inversionista foráneo.

10.- Incrementar las exportaciones de productos agrícolas, que contribuyan a la sostenibilidad económica externa del sector y se logre superávit en la balanza comercial agrícola de la nación.

11.- Conservación y recuperación de recursos naturales tales como: suelo, agua y protección del medio ambiente.

12.- Los eventos hidrometeorológicos que producen afectaciones deben ser una variable a considerar, prever, a tener presente siempre en los procesos productivos agropecuarios; y a la vez que no sean utilizados como elemento justificativo, para encubrir las deficiencias económico-productivas del sector. Crear las reservas necesarias.

13.- Elevada dependencia del sector agropecuario, a los combustibles fósiles, motiva cambiar estructuralmente la matriz energética actual petrodependiente. Impulso de las fuentes de energía renovable.

14.- Restituir el papel e importancia económico-productiva que encierra la agroindustria azucarera en la producción de caña, azúcar y sus múltiples derivados, dentro de ello los factores de crecimiento, (vía de sustitución al uso de fertilizantes agroquímicos), todos con alto valor agregado. Tener presente el papel y desempeño de la agroindustria cañera en la producción de alimentos con destino animal y su aporte energético. Reanalizar el papel e importancia que encierra la producción de alcohol, como combustible, para reducir la petrodependencia del sector, mejorar la combustión y reducir la contaminación del medio ambiente.

Todo ello resulta urgente en las medidas a iniciar, en un escenario recrudecido y mucho más complejo desde el punto de vista económico, social y político. Lo anterior apunta que el margen de tiempo se reduce cada vez más. Acudir a métodos o decisiones ya aplicadas sin resultados favorables, señala que el actual momento en extremo complicado requiere de ideas frescas, novedosas y renovadoras. (2022)

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