Por: Randy Alonso Falcón, Oscar Figueredo Reinaldo
Pocos pueden dar crédito a las imágenes que circulan en las redes sociales de lo acaecido en el Mercado de Cuatro Caminos en La Habana.
El pasado 16 de noviembre de 2019, se abrieron las puertas de esa emblemática instalación a casi un siglo de su fundación y luego de cuatro años de intensos trabajos de restauración por parte de la Corporación CIMEX, para homenajear a La Habana en su aniversario 500.
Pero como mismo se abrieron, con grandes expectativas y deseos de brindar un servicio de calidad, debieron ser cerradas el mismo día por inaceptables hechos de vandalismo, indisciplina, robo e indecencia perpetrados por personas inescrupulosas cuyas razones dudosas para tanto desperdicio dejó un mal sabor a todos aquellos, trabajadores y clientes, que estuvieron presentes el pasado sábado.
Entre los daños económicos provocados a la instalación se cuentan la rotura de tres puertas enrollables, un paño de puerta de cristal y barreras de circulación estimando un costo de más de 2.000 USD. Mientras que desde el punto de vista comercial se han incurrido en pérdidas de aproximadamente 5. 000 CUC, según información brindada por CIMEX a Cubadebate.
Entre las áreas más afectadas se encuentran en el primer piso las familias de alimentos y aseo, principalmente bebidas, confituras, pastas, conservas cárnicas y granos. Se identificaron latas perforadas y cajas abiertas de productos cuyo contenido fue arrojado al suelo, muchos de ellos medianamente ingeridos en el propio local o robados, otros lanzados al aire ante la mirada atónita de dependientes y clientes por igual.
A su vez, en el segundo piso fueron derramadas pinturas, y sustraídos del local plásticos, alfombras, ajuares de casa, tomacorrientes, productos de cerrajería, entre otros. Ello acompañado del ruido ensordecedor de gritos y golpes en los cristales que conforman las paredes de las áreas de ferretería, ajuares, útiles del hogar y electrodomésticos, en casi un 70 por ciento.
Aunque para algunos el desabastecimiento de determinados productos es la causa de dichas actitudes, esta situación no justifica la destrucción de los bienes públicos y muchos menos puede ser el paraguas para el vandalismo o el robo. ¿Dónde ha quedado la decencia?
Otros se cuestionan, ante la masividad de población que acudió al lugar, si realmente se siguió la mejor estrategia comercial de concentrar en un solo sitio productos de alta demanda o si se crearon las condiciones para recibir a tantos clientes.
Según explicaron a Cubadebate directivos de la Corporación CIMEX, la avalancha del primer día no los tomó por sorpresa, “por lo que no solo estuvieron presentes los 550 trabajadores del centro comercial si no un refuerzo de más de 250 especialistas de las diferentes áreas para garantizar el funcionamiento de las actividades que intervienen en el proceso comercial”.
Al decir de Amalia Serret, Jefa del Departamento de Comunicación, el centro comercial no presentó incidencias en su puesta en marcha desde el punto de vista constructivo o de comercialización, no obstante, la indisciplina social, actos vandálicos y robos perpetrados por personas inescrupulosas atentaron contra el buen funcionamiento de la instalación.
“Lo más penoso para CIMEX no fueron siquiera los daños materiales, sino los daños provocados a los trabajadores que dedicaron años con compromiso y responsabilidad para rescatar esta edificación tan emblemática para nuestra ciudad. Muchas son las especulaciones en las redes sociales, principalmente orientadas hacia la desorganización y el desabastecimiento, pero suponiendo entonces que el objetivo era adquirir productos, ¿qué conllevó entonces al destrozo, robo desmesurado y agresión al personal que se encontraba brindando el servicio? Una pregunta para reflexionar”, concluyó.
Lo ocurrido en Cuatro Caminos es totalmente inadmisible en nuestra sociedad. Los vándalos no pueden imperar por sobre un pueblo honesto, trabajador, decente, sacrificado. Los acaparadores no pueden prevalecer si actuamos con valentía, sistematicidad y energía. La indisciplina social y el vandalismo son caldo de cultivo para fomentar el caos social y la contrarrevolución.
A las personas detenidas por los execrables hechos se les debe aplicar la justicia con todo rigor y deben pagar por los cuantiosos daños ocasionados. No puede haber mano suave cuando se trata de la tranquilidad de nuestro pueblo y del cuidado de la propiedad social.
La Corporación CIMEX debe sacar lecciones de lo ocurrido y replantearse la estrategia de funcionamiento de un centro tan amplio, novedoso y complejo para garantizar su adecuada y necesaria actividad.
Nuestras autoridades deberán reforzar el apoyo a este establecimiento con fuerzas del orden en esta etapa inicial de reapertura.
Nuestro pueblo deberá combatir enérgicamente todo acto de indisciplina espontánea o provocada, porque en su fuerza y combatividad radica la fuerza misma de la Revolución.
Que el sábado de Cuatro Caminos sea sólo un mal episodio y no una práctica repetida. El combate por la decencia y los mejores valores sociales tiene que ser divisa irrenunciable de nuestro actuar diario.
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