Por Marc Frank
LA HABANA, 11 nov (Reuters) - Cuba abrirá la próxima semana sus fronteras, pero para los ciudadanos de Estados Unidos llegar al país caribeño requerirá de saltar obstáculos como nunca antes, según jefes de ocho agencias de viajes estadounidenses.
El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, puso fin a los atraques de cruceros, redujo los vuelos a La Habana y los eliminó por completo a otras provincias. Además, declaró la mayoría de los hoteles, autobuses y otros servicios turísticos cubanos fuera de acceso, pues consideró que eran propiedad de militares, dificultando las transacciones financieras en general.
Las sanciones siguen vigentes bajo el mandato de Joe Biden luego de 11 meses instalado en la Casa Blanca.
"Los obstáculos estadounidenses son los más importantes en nuestros más de 22 años de hacer negocios en Cuba", dijo Michael Zuccato, director de Cuba Travel Services.
Las tensiones entre Washington y La Habana van en aumento ante las protestas anunciadas por los disidentes en la isla para el 15 de noviembre, el mismo día en que Cuba reabre sus fronteras a visitantes internacionales.
"Los desafíos parecen interminables en este momento. Entre Trump, la pandemia y ahora Biden", dijo Mayra Alonso, presidenta de Marazul Tours.
Zuccato, al igual que los demás, dijo que reservar hoteles y en particular transferir fondos a la isla caribeña se había convertido en un gran quebradero de cabeza para quienes planean viajes a Cuba desde Estados Unidos.
Muchos operadores turísticos esperaban que Biden cumpliera sus promesas de campaña y redujera los obstáculos para visitar la isla caribeña, un destino popular por su cultura, playas de arena blanca y barrios coloniales.
"Las sanciones estadounidenses aumentadas por Trump y mantenidas por la administración Biden son una gran decepción", dijo Collin Laverty, director de Viajes Educativos de Cuba.
La creciente tensión política por las protestas convocadas para la próxima semana no ayudan, dijeron los operadores turísticos.
Pese a la escalada de la retórica, Cuba, que depende del turismo para animar su economía, continúa dando la bienvenida a todos los ciudadanos estadounidenses a vacacionar en la isla, dijo la semana pasada a periodistas el ministro de Transporte, Eduardo Rodríguez.
"Hoy Estados Unidos tiene cuatro vuelos semanales a La Habana, y lo hemos aumentado a 147 por semana, incluidos 77 a La Habana", dijo el ministro.
Las aerolíneas estadounidenses han anunciado más vuelos a la capital cubana a partir de la próxima semana, con miras a que los cubano-estadounidenses viajen a casa durante las vacaciones.
Sin embargo, el gobierno de Biden no ha dado indicios de que planee permitir una vez más vuelos a otras provincias.
Tom Popper, fundador y expresidente de InsightCuba y director ejecutivo de 82°West Consultants, una consultoría de negocios de Cuba, dijo que a pesar de las estrictas medidas de viaje a la vecina nación isleña, los estadounidenses aún pueden llegar legalmente.
"Por lo general, el mercado estadounidense ve a Cuba como una opción binaria: o se les permite viajar a Cuba o no, lo que depende de las acciones más recientes del presidente estadounidense en funciones", agregó.
Popper explicó que los viajes a Cuba están permitidos en 12 categorías, incluida la categoría de "apoyo al pueblo cubano", utilizada por la mayoría de los viajeros como actividades periodísticas y visitas a familiares. Añadió que muchos operadores turísticos y asesores turísticos diseñan viajes que cumplen con las regulaciones de Estados Unidos.
Los viajes a Cuba se dispararon durante la distensión iniciada por el expresidente de Estados Unidos Barack Obama, quien flexibilizó las restricciones e incluso llevó a su propia familia a la isla durante una visita histórica en 2016.
El gobierno de Trump, en cambio, revirtió las medidas y agregó nuevas restricciones, y luego Cuba cerró sus fronteras durante gran parte de la pandemia.
Durante 2018 y 2019, unos 500.000 cubano-estadounidenses visitaron su tierra natal cada año, según el gobierno cubano.
Sin embargo, los viajes de los no cubano-estadounidenses se desplomaron de 498.538 en 2018 cuando la administración Trump comenzó a imponer nuevas sanciones, a solo 58.147 en 2020 por los cierres a causa de la pandemia, dijo el gobierno. (Reporte de Marc Frank. Escrito por Nelson Acosta, Editado por Manuel Farías )
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