Cada economista tiene sus candidatos, pero hasta ahora el comité elector no cometió errores graves
9 de octubre de 202200:01
LA NACION
Los ganadores del Premio Nobel de Economía de 2021: David Card, Joshua Angrist y Guido ImbensClaudio Bresciani - TT NEWS AGENCY
Mañana por la mañana se conocerá el nombre de la persona (o las personas, máximo tres) que obtuvo el premio Nobel en Economía. A la ceremonia se accede través de Nobelprize.org. No se asuste si al comienzo no entiende nada, porque primero hablan en sueco y, luego, en inglés. La ceremonia de entrega del premio tendrá lugar a mediados de diciembre. Aviso para economistas: terminado el anuncio, en la misma página web se publica el scientific background, una muy útil monografía donde se reseñan las contribuciones de los galardonados, y las referencias bibliográficas más importantes. Se aprende mucho leyéndola.
Para que me ilustrara sobre el mecanismo de elección del Premio Nobel y sus contribuciones, me comuniqué con el norteamericano Oliver Eaton Williamson (1932-2020), quien en 2009 compartió el galardón con Elinor Claire Ostrom, primera mujer que recibió esta distinción. Su experiencia como asistente económico especial del titular de la División Antitrust del Departamento de Justicia fue un hecho definitorio para él. Es el fundador y principal desarrollador de la economía de los costos de transacción, y uno de los padres fundadores de la nueva economía institucional. Lo atrajeron las cuestiones analizadas por los economistas del comportamiento, como Herbert Alexander Simon, Richard Michael Cyert y James Gardner March, pero prefería los métodos desarrollados por economistas como John Fraser Muth, Merton Howard Miller y Allan H. Meltzer.
-¿Cómo es el mecanismo de elección de los galardonados con el Nobel?
-Al respecto, lo mejor es citar al sueco Assar Carl Eugen Lindbeck, quien, desde su creación, en 1968, y durante varias décadas, “gerenció” el mecanismo de otorgamiento del premio.
-¿Está usted diciendo que el Nobel en Economía no fue creado como los de Medicina, Física, Química, Literatura y Paz a comienzos del siglo XX?
-Efectivamente, cuando en 1968 el Banco Central de Suecia cumplió sus primeros 300 años de existencia, no tuvo mejor idea para festejarlo que financiar el Nobel en Economía, que no se llama así, pero opera con las mismas reglas.
-Vamos al procedimiento...
-Cada octubre se le envía un formulario a profesores que trabajan en 75 departamentos de Economía de todo el mundo, para que propongan candidatos. Se reciben entre 150 y 200 propuestas, que corresponden a entre 75 y 125 personas. El comité “pesa” las recomendaciones, es decir, tiene muy en cuenta quién recomienda a quién. Luego, eleva una propuesta, que es decidida por simple mayoría, en votación secreta, por el plenario de la Academia Sueca de Ciencias. Las sugerencias no solicitadas no son consideradas. El comité les pide sendas monografías a expertos en cada uno de los candidatos de la “lista corta”, expertos que minoritariamente son suecos.
-¿Qué más?
-El comité favorece la originalidad de las investigaciones, su importancia y su impacto sobre el trabajo científico. Que Friedrich August von Hayek y Gunnar Myrdal estuvieran en las antípodas políticas no le incumbió al comité, quien le prestó atención a los trabajos realizados sobre la importancia del dinero en la explicación de los ciclos económicos, en la década de 1930. Al respecto Sylvia Nassar apunta que “Lindbeck, con reputación de corajudo, peleó para que John Forbes Nash recibiera el premio Nobel en Economía” a pesar de sus problemas de salud mental. Galardón que, en 1994, compartió con John Charles Harsanyi y Reinhard Justus Reginald Selten.
-¿Por qué le otorgaron a usted el Nobel?
-Según el Comité Nobel, por mi análisis de la gobernanza económica, especialmente qué tareas se realizan dentro y cuáles fuera de cada empresa. Mostré que los mercados y las organizaciones jerárquicas, como las empresas, representan estructuras de gobernanza alternativas, que enfocan de manera diferente la resolución de los conflictos. El problema de los mercados es que alientan el regateo y el desacuerdo; el problema con las empresas es que sus directivos abusan de su poder.
-Según entiendo, su labor no fue inicialmente muy apreciada…
-… por los economistas. Como mi estilo no es matemático, mis trabajos fueron inicialmente tenidos en cuenta entre abogados, cientistas políticos, sociólogos y analistas de empresas. Esto cambió, entre los economistas, cuando en 1975 publiqué Mercados y jerarquías.
-¿Cuál es la esencia de su pensamiento?
-Mercados, empresas, asociaciones, agencias y hasta familias deben ser analizadas desde el punto de vista de la resolución de los conflictos. A comienzos de la década de 1970 argumenté que a veces las organizaciones jerárquicas dominan los mercados porque constituyen una manera más eficaz para solucionar los conflictos. Cuando la tendencia al regateo es sustancial, no hay garantía que el acuerdo final sea inmediato o eficiente. Mi idea principal se basa en dos factores: no hay necesidad de formar empresas cuando no hay limitaciones en los contratos y tampoco la hay cuando compradores y vendedores pueden fácilmente encontrar a sus contrapartes. Las empresas emergen cuando las transacciones son complejas y no estandarizadas, y cuando las partes que realizan las transacciones son mutuamente dependientes. Por ejemplo, cuando las partes tienen activos que sólo son valiosos dentro de cierta relación (por eso, aun cuando están distantes, hay integración vertical entre una mina de carbón y una generadora de electricidad que lo utiliza como insumo).
-¿Algo más?
-Mi argumentación se basa en cuatro elementos: los mercados funcionan, a menos que haya obstáculos para redactar y hacer cumplir contratos detallados; una vez que un agente ubicado en el costado largo del mercado se involucró en una relación específica de inversión física o humana, la transacción que comenzó en un mercado “grueso” se transforma en un mercado “delgado”; las pérdidas asociadas con las negociaciones ex post están positivamente relacionadas con las cuasi rentas; y se pueden reducir las pérdidas integrando las transacciones dentro de la empresa. El enfoque de los costos de transacción reformula a la empresa como una estructura de gobernanza. La decisión de fabricar tiene grandes implicancias: cuando se compra, los conflictos se dirimen en los tribunales; cuando se fabrica, cada organización es su propio tribunal. Entender la gobernanza implica utilizar un análisis interdisciplinario que combina economía, derecho y teoría organizacional. Mi carrera es un testimonio de la productividad que genera este enfoque.
-¿Algún pálpito, para mañana?
-No, confío plenamente en la labor del Comité Nobel. Cada economista tiene sus candidatos (a veces, él o ella misma), pero repaso la lista de los 89 galardonados hasta ahora y no encuentro a quién tachar.
-Don Oliver, muchas gracias.
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Los candidatos que suenan para el Premio Nobel de Economía
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La semana de los Premios Nobel culminará el próximo lunes con el anuncio del galardón para el rubro Economía. Se trata de un premio que no figura en el testamento original de Alfred Nobel, y que nació en 1969, a instancias del Banco Central de Suecia, por lo que generó bastante polémica a lo largo de su historia.
De hecho, ha sido visto como usina del pensamiento más reaccionario en economía, y dio visibilidad a exponentes del neoliberalismo como Milton Friedman y Friedrich Hayek. La Universidad de Chicago, exponente del pensamiento crítico del Estado de bienestar, también ha sumado galardonados a lo largo de los años.
Entre los nombres de los economistas que figuran entre los candidatos a ser considerados por la Real Academia de las Ciencias de Suecia aparece la economista estadounidense Carmen Reinhart, de origen cubano. Es profesora del Sistema Financiero Internacional de Harvard Kennedy School en Cambridge, Massachusetts. Se la considera una candidata fuerte por sus estudios sobre crisis financieras y uso de la deuda pública en el marco de la pandemia de coronavirus.
Por su parte, Joshua David Angrist, un economista israelí-estadounidense y profesor de economía de Ford en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), trabajó en temas de mercado laboral, inmigración y economía de la educación.
El estadounidense David Audretsch, director del Instituto de Estrategias de Desarrollo en la Escuela de Asuntos Públicos y Ambientales O’Neill, de la Universidad de Indiana, es otro nombre que aparece.
El jurado del Nobel también podría considerar al neocelandés David Teece de la Universidad de California, Berkeley, por sus estudios vinculados a la innovación, el espíritu empresarial y la competencia. Lo mismo que al holandés Joel Mokyr: profesor en el departamento de economía de la Facultad de Artes y Ciencias de Weinberg y codirector del Centro de Historia Económica de Northwester, quien ha estudiado la historia económica de Europa de 1750 a 1914 y analizó en detalle la Revolución Industrial.
Finalmente, el profesor de economía y políticas públicas Kenneth Saul Rogoff, del Departamento de Economía de la Universidad de Harvard en Cambridge, Massachusetts, es mencionado por sus contribuciones a la macroeconomía internacional y conocimientos sobre la deuda mundial y las crisis financieras.
El Nobel de Economía se entregará el 10 de diciembre, junto a los otros cinco premios (Paz, Literatura, Medicina, Física y Química), y la ceremonia será remota, por la pandemia.
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Las predicciones para el Premio Nobel de Economía 2022. La Tercera
Por Rodrigo Cárdenas
Desde 2002, el sitio web dedicado a las ciencias, Clarivate Analytics. ha conseguido predecir exitosamente 64 ganadores del premio Nobel en distintas categorías y ya publicó los candidatos que podrían llevarse el de Economía en 2022 y que se anuncia el próximo lunes 10 de octubre.
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