Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

domingo, 19 de julio de 2020

¿Tenemos “la teoría” para la actualización?: reflexiones para trabajar


“…la teoría y la práctica del socialismo están por desarrollar y por escribir”.1

Fidel


García Brigos, Jesús P.; Alhama Belamaric, Rafael; Alvarez Medero, Pedro; Márquez Castro, René; Rafuls Pineda, Daniel
  
Parecería innecesario tener que insistir en la necesidad del sistemático trabajo para el desarrollo de la teoría de la transformación socialista en nuestras condiciones, atendiendo a  las alertas de Raúl Castro cuando plantea que "No se olviden que una equivocación conceptual nos conduce a equivocaciones en la vida,../ "2, ... “O rectificamos o ya se acabó el tiempo de seguir bordeando el precipicio, nos hundimos, y hundiremos…(…)… el esfuerzo de generaciones enteras…”3.
Luego del proceso en torno al VII Congreso del Partido Comunista de Cuba y sus resultados, contamos con importantes indicaciones como la contenida en la Resolución sobre el Proyecto de Conceptualización aprobada en el VII Congreso, encargando“….al Comité Central del Partido Comunista de Cuba…(…) c) controlar que el documento aprobado sirva de guía  para las acciones dirigidas a la actualización del Modelo de desarrollo económico y social de la nación, así como a su perfeccionamiento, en correspondencia con la evolución de los diferentes escenarios.”.
No obstante, las experiencias de más de cien años de esfuerzos transformadores en diversos contextos, nos muestran una vez más que “la teoría es gris, verde es el árbol de la vida”: un “verdor” lleno de retos, oportunidades… y amenazas, de las cuales la peor, sin dudas, es precisamente el reiterado menosprecio- y hasta desprecio- de la teoría.
No se puede ignorar cuanto influyen sobre la formación de los referentes para el accionar cotidiano, las presiones de las urgencias del día a día, en el terreno propicio de subjetividades bajo la influencia de la fragmentariedad y el cortoplacismo del metabolismo de capital, uno de los hijos de la modernidad con su peligrosa instrumentalidad. Tampoco puede ser desdeñada la real complejidad de lo que es hacer teoría sobre un proceso al mismo tiempo que somos parte del mismo.
 Estamos inmersos en un proceso de transformaciones peculiar, que rompe con siglos de una cotidianeidad que se metamorfosea como estado natural, en la que nos reproducimos como individuos alienados de nuestra existencia y nuestra propia esencia. La cotidianeidad instrumental que, en el sistema del capital, condiciona privarnos hasta de pensar en cambiar, pero aún en el más revolucionario de los casos, puede llevar a pensar que se hacen inevitables asumir las respuestas más “prácticas” y “realistas”, acuñando la “patente de corso” para quienes por ignorancia o por oportunismo, les resulta “más cómodo” o “más conveniente” buscar y encontrar las respuestas fáciles.

Otros han vivido antes en peculiares contextos las consecuencias de tales amenazas4. Nosotros tenemos mucho que aprender de nuestra propia experiencia, estudiando lo ocurrido en otros procesos y los conceptos empleados, pero siempre actuando en correspondencia con nuestras realidades. No podemos seguir “bordeando el precipicio”, so pena de hundirnos como Nación independiente.

¿Es posible hacer las cosas distinto manteniendo nuestra visión de futuro, sin la sistemática actualización y enriquecimiento de la conceptualización de nuestro proceso, decisiva en la elaboración de las estrategias de desarrollo de nuestra sociedad y la definición e implementación de las imprescindibles políticas y acciones?

¿Sabemos de socialismo?

Las autocríticas reflexiones de Fidel el 17 de noviembre del año 2005 en el Aula Magna de la Universidad de la Habana no han sido interpretadas igual por todos.

Dentro de la llamada “civilización occidental”, las ideas acerca de una sociedad “más humana” aparecieron muy temprano, y también temprano, la palabra socialismo apareció acompañándolas. Con el tiempo, no faltaron propuestas con lo que hoy algunos aceptarían quizás llamar “modelos”, y hasta desarrollos en experiencias reales tan temprano como en la Inglaterra del siglo XVIII, que no pasaron de eso5. Aunque es injusto calificarlas simplistamente como “fracasos”, porque tuvieron, además del legítimo honor de intentarlo, - llegando incluso a intentar “tomar el cielo por asalto”-, el indiscutible valor de, para un “buen entendedor”, dejar enseñanzas indispensables para, más allá de “interpretar la realidad” y pretender cambiarla con los buenos deseos y sacrificios, plantearse una “guía para la acción” que impulsara a transformarla a partir de nuevas bases.

El nuevo ideal socialista “recorría el mundo”, hasta que pareciera empezar a hacerse realidad material. Pero, como dice el querido colega canadiense Profesor Michael Levowitz, “el socialismo no cae del cielo”6.

¿Por qué aquellos “diez días que estremecieron al mundo”, - pariendo fuerzas que fueron capaces de cambiar la vida en el planeta al sacar a millones de seres del atraso dentro de sus fronteras y poner serios retos al capital internacional, que pudieron parar a un fascismo que parecía invencible, impulsado con un “apoyo por omisión” que buscaba dirigirlo a destruir las nuevas ideas cada vez más “peligrosas” para las potencias imperialistas- generaron en su seno lo que antes de terminar el siglo XX haría implosionar aquel proyecto, cuando sus dirigentes proclamaban que ya comenzaban la “construcción del comunismo”? ¿Era eso inevitable?
¿Cómo entender que …“La salida de la primera guerra mundial y la victoria en la segunda, el primer hombre en el cosmos y millones de personas , que se planteaban por sí mismos crear una nueva sociedad- esto es la práctica del socialismo. Cientos de miles ciudadanos abofeteados en los GULAKS, la transformación de millones de ciudadanos en semi ciervos, la eliminación física de relevantes científicos y activistas sociales- esto también es la práctica “del socialismo”. Y como culminación- la agonía brezhneviana y el inglorioso final de la URSS y del “sistema socialista mundial”?7
Al parecer, ocurría algo tan impensable como que “el sol un día dejara de salir”/Fidel/.

De pronto las ideas socialistas parecían perder todo su poder transformador, en medio de “otro estremecimiento mundial”. Fue un estremecimiento distinto, que “alentó” a muchos, - llegándose a anunciar un “fin de la historia”, el punto final del desarrollo de la ideología y la universalización de la democracia liberal de modelo occidental como forma última posible 8, con la victoria final del capital, - y “deprimió” a no pocos, que vergonzantemente renunciaron a los “conceptos” que, como principios incuestionables habían defendido muchas veces ciegamente, como dogmas de fe. Y cambiaron hasta los adjetivos que los habían identificado.

Inglorioso fue el final de la URSS, surgida emprendiendo un camino nunca antes recorrido y brindando algo, que resultaría difícil afirmar que no estuvo en el centro de las aspiraciones de una inmensa mayoría de los seres humanos desde antes y durante buena parte del siglo XX. Hoy se puede valorar que aquello demandaba cambios profundos desde mucho tiempo atrás. Igualmente, podría afirmarse acerca de lo que se denominó “sistema socialista”.

Pero no todos los que habían decidido unir sus esfuerzos de cambio al rumbo iniciado en Petrogrado, dejaron caer las banderas. Y para ellos se plantean nuevos retos, a la ya difícil obra de romper con siglos de alienación, de ir “más allá” del “reino de la necesidad”.

¿Dónde está hoy esa fuerza transformadora? ¿Resultó el impulso de la Rusia de los soviets y la URSS un “proyecto inconcluso” o un proyecto irrealizable? ¿Cómo se plantearon el “socialismo” aquellos pioneros, cuáles fueron sus preguntas en ese camino y, sobre todo, como encontraron y cuáles fueron sus respuestas? 
 Han pasado casi treinta años. Para la mayoría de los que pensaron que “con mercado y más democracia” iban a “mantener lo que tenían y tener lo que nunca habían tenido9”, otra ha sido la realidad. Hoy algunos se plantean construir “un capitalismo más humano”. No son pocos los que recuerdan con nostalgia el socialismo al que renunciaron.

Otros, como los cubanos, nunca bajamos las banderas, y hoy nos planteamos “cambiar todo lo que deba ser cambiado”. Pero no se trata de cambiar por cambiar.

¿Cómo entendemos en la actualidad el socialismo y el comunismo? ¿Se mantiene las “viejas preguntas” acerca de la posibilidad o no de “construir el socialismo” en un solo país, y las “respuestas” acerca del nivel “necesario” de desarrollo de las fuerzas productivas para plantearse esta obra, en su relación con los enfoques acerca de papel “determinante” de la economía en la sociedad, lo “decisivo” de la política, la relación entre el plan – o mejor, la planificación- y el mercado, en este proceso de transformaciones? ¿Hasta cuándo se va a seguir dando vueltas al concepto, y más, a un estado de ánimo, de contra-mercado dogmático del llamado socialismo real, considerándolo antípoda del socialismo? ¿Profundizamos todo lo necesario en el contenido del mercado, su lugar en la sociedad y en particular en las diferentes fases de la transformación socialista?, ¿”Desaparece” el mercado en esta transformación, o se “extingue”, desaparece “tal como lo hemos conocido hasta hoy”-parafraseando la idea de Marx y Engels acerca del Estado y la política en este proceso? Más allá de determinadas relaciones de mercado, presentes como parte del sistema del capital al iniciarse la transformación, ¿cómo se vincula el avance en el complejo y contradictorio proceso de la verdadera emancipación y autorrealización del hombre, -visión de Marx de la transformación comunista – con las prácticas concretas de socialización en todas las esferas de actividad?¿En las condiciones de capital globalizado neoliberalmente, cuáles deben ser las “fuerzas motrices” de las transformaciones, la clase que debe estar al frente de ellas? ¿Qué entender por una clase? ¿Se ha prestado atención a las “formas de lucha de clase”, con las especificidades que Lenin nos indicó atender en un proceso de transformación socialista?
 
¿Cómo se concibe el Estado en tanto forma de organización de un organismo social que emprende este tipo de cambio en las condiciones del capital actual? ¿Cómo debe implementarse el proceso de gobernar ese Estado, en tanto interacción que se establece entre los individuos en el proceso de socialización? ¿Cuál es el  lugar de los partidos o de un  partido y sus relaciones con las otras estructuras que se conforman en el funcionamiento y desarrollo de esa organización social ?… son solo algunas de las interrogantes que expresan retos, amenazas y oportunidades objetivas ante la transformación socialista en las condiciones actuales de Cuba y el mundo.

¿Tenemos nuevas preguntas? ¿Tenemos nuevas respuestas para las viejas preguntas?

¿Seguimos con las mismas respuestas que han marcado las transformaciones hasta el presente?

Cuba es hoy uno de los procesos que “contra viento y marea” ha dado continuidad a sus aspiraciones de un mundo mejor, arraigadas en las luchas desde el siglo XIX. Asumió su proyecto socialista, cuando iniciaba un proceso de transformaciones revolucionarias luego del triunfo armado del 1 de enero de 1959; un proyecto que no se limitaba a cambios para “restablecer la democracia” y “desarrollar el país” y desde los primeros pasos enfrentó retos totalmente nuevos, más allá de los que se podían avizorar ante un cambio de gobierno, para la necesaria consolidación del poder en manos de las fuerzas que encabezaron la lucha armada contra la dictadura, para resolver la contradicción que regía los fundamentos del sistema reproductivo cubano10:
alcanzar la verdadera independencia, dejando de ser una peculiar neocolonia de la potencia imperialista más poderosa de los tiempos modernos, causa directa de la condición de país subdesarrollado de la cual partimos, desconocida en las ideas adelantadas por Marx y Engels y en la práctica iniciada con la revolución rusa de 1917.

¿Cuál ha sido la relación de este proceso revolucionario con las concepciones socialistas autóctonas e internacionales? ¿Cómo han estado presentes los elementos teóricos acerca del funcionamiento y desarrollo de la sociedad en la identificación de los aspectos esenciales y su jerarquización para llevar adelante una transformación de esa naturaleza? ¿Cuáles referentes conceptuales sirven hoy para el diseño de estrategias, políticas y acciones concretas en las actuales condiciones?
El profesor italiano Domenico Mario Nuti nos recuerda que “El socialismo es un sistema económico y político relativamente reciente. La palabra socialismo como tipo de organización económica, creada en interés de los trabajadores, surgió en 1827 en los trabajos de los seguidores de R. Owen11.

Poco más de un siglo después, las ideas socialistas, con mucha mayor difusión y más seguidores, enfrentaron una nueva crisis ante las prácticas que las materializaban, las cuales, junto a indiscutibles avances en el progreso humano, reprodujeron procesos de alienación sobre nuevas bases. ¿Pero acaso esto permite hablar de la quiebra, la bancarrota de las ideas socialistas?

Las necesarias comparaciones siempre son difíciles, y en este caso particular diría que son imposibles si no se hacen precisiones indispensables, pero vale atender a la observación del Dr. Profesor A. V.Buzgalin:
“En cierta ocasión Mark Twain dijo: ´dejar de fumar es muy sencillo. Yo lo he hecho varias veces´. A nuestro modo de ver, lo mismo puede decirse acerca de la génesis del sistema que a algunos hoy les parece poco menos que ´natural´ y eterno – acerca del capitalismo, ese mismo que Misses identifica con la economía de mercado. Pero acaso no es que este sistema político- económico solo a mediados del siglo XX (¡NB!) llego a ser dominante para la mayoría de los habitantes del planeta Tierra (por supuesto, sin olvidar que las personas viven no solo en USA y Europa Occidental…), y hasta este momento el capitalismo lo ´crearon´ muchas veces, y numerosos ´experimentos´ de creación del mercado y el capital como fundamentos del desarrollo nacional fracasaron estruendosamente: en Italia y Alemania y en muchos otros países de Europa, y también de América Latina, Asia, etc. , donde los brotes del capitalismo se extinguieron no una ni dos veces…”
…... 
“….En Rusia comenzamos a crear el capitalismo no dos ni tres veces e incluso ahora, en el siglo XXI (¡!!) no hemos logrado crearlo completamente”.12

Y, como apuntábamos anteriormente, si se hiciera la comparación, hay que partir de precisar con todo el rigor necesario, que el inicio de la transformación comunista de la sociedad plantea un cambio cualitativo con peculiaridades que lo distinguen de todas las revoluciones sociales anteriores13.

En los tránsitos a las formaciones económico-sociales(FES)14 esclavista, feudal y capitalista, las nuevas relaciones de producción surgen y se desarrollan hasta hacerse predominantes, determinando el sistema de relaciones de reproducción social, en el seno de la formación anterior, hasta completarse todos los elementos definitorios de la nueva socialidad; la base económica comienza a estructurarse dentro de la existente que se agota en sus potencialidades de cambios progresivos: el proceso de establecimiento de la organización social superior culmina con la toma del poder político por la clase económicamente hegemónica, lo cual es indispensable para articular un nuevo estadio en el desarrollo del sistema de propiedad privada adversarial en los espacios sociales donde se desintegraron las comunidades originarias.

Durante este desafío al desarrollo humano, el orden de las transformaciones no puede ser otro que comenzar el establecimiento de la nueva formación, el reordenamiento revolucionario del organismo social en cuestión, con la toma del poder político por la clase desposeída de todo poder económico, que no sea el que le confiere a sus integrantes el ser poseedores exclusivamente de su fuerza de trabajo y estar obligados a entregarla en un intercambio desigual por los elementos mínimos indispensables para su existencia, a los poseedores de los medios de producción, necesitados a su vez de esa fuerza de trabajo para la reproducción ampliada del sistema capitalista15.
Ello está vinculado esencialmente a que este cambio formacional inicia la negación de toda la etapa anterior que funciona reproduciendo la enajenación del individuo respecto al proceso social,  reproduciendo  un  tipo  histórico  de  propiedad,  el  sistema  de  propiedad  privada adversarial16, que alcanza un punto culminante con la formación capitalista, cuya esencia es caracterizada por Marx al afirmar que:
La propiedad privada nos ha hecho tan estúpidos y unilaterales que un objeto es solamente nuestro cuando lo tenemos —cuando él existe para nosotros como capital, o cuando es directamente poseído, comido, bebido, vestido, habitado, etc.—, dicho brevemente, cuando es usado por nosotros. Aunque la misma propiedad privada de nuevo concibe todas estas realizaciones directas de posesión solamente como medios  de vida, y la vida que ellas sirven como medios es la vida de la propiedad privada —el trabajo y la conversión en capital—.
En lugar de todos los sentidos físicos y mentales ha llegado entonces la enajenación completa de todos estos sentidos, el sentido de tener. El ser humano tuvo que ser reducido a esta pobreza absoluta para poder rendir su riqueza interior ante el mundo exterior. [Acerca de la categoría de “tener”, ver Hess, en la Philosophy of the Deed]. ”17.

Consecuente con su rechazo a formulaciones de “propiedad en general” claramente expuesto en la crítica a Proudhon, Marx sintetiza aquí lo que distingue la naturaleza del sistema de propiedad privada adversarial, partiendo de sus análisis de la sociedad capitalista:
surgido de las posibilidades de las comunidades originarias, ocupó espacios geográficos y sociales diversos, -incluso algunos que polémicamente se ha tratado de ajustar a la clasificación propuesta por Marx para describir el desarrollo social, como es el caso del llamado “modo asiático”, - en una fragmentación homogeneizante de las relaciones sociales, hasta alcanzar la relativa universalidad de un proceso de enajenación en el capitalismo, que obliga a que su negación devenga necesaria trascendencia” de una totalidad.
Si complejo resulta el proceso de establecimiento de cualquier formación económico- social, la complejidad se hace mayor aún ante el tránsito comunista: se trata de ir “más allá” de los vínculos directos de los individuos entre sí y con la naturaleza en el proceso de trabajo, - y, por supuesto, mucho más allá de simplistas reducciones a la expropiación del “poseedor” de los medios de producción que en definitiva descansa en la misma visión de la propiedad que nos ha “hecho estúpidos y unilaterales”-, para necesariamente transformar revolucionariamente la totalidad del sistema de relaciones que se establecen durante el mismo, como proceso específicamente humano. Se trata, como lo ha caracterizado István Mészáros, de cambiar radicalmente la unidad conformada por el sistema del capital con su sistema de las mediaciones de segundo orden, “responsable” del alcance y la sostenibilidad de este sistema, no obstante sus límites objetivos como modo de progreso humano18

Raúl Castro en 1999 afirmó que la construcción socialista es un “viaje a lo ignoto”19. Y la vía principal para ese viaje, debemos procurar no sea un callejón lleno de baches y obstáculos, sino una moderna autopista trazada, construida y mantenida como proceso esencialmente consciente, necesariamente dirigido, que necesita de una visión de futuro, y de estrategias, políticas y acciones para conducirlo.

Esta visión no es un “modelo”. Plantear un “modelo” a “alcanzar”, a “establecer”, no es posible, ni sería riguroso proponerlo.

Necesitamos la visión del futuro deseado, no como un cuadro preconcebido, sino como la Utopía de la que nos habla el poeta uruguayo, la que nos hace mover, y que cada vez tenemos que ir precisando en sus contornos y sus contenidos en la medida que nos movemos en las condiciones históricas de cada proceso, guiados por una “brújula bien ajustada”, la “guía para la acción” que elaboremos a partir de Marx, Engels, Lenin, lo mejor del pensamiento revolucionario mundial y nuestra propia obra.
Esa “visión de futuro” es un referente elaborado sobre lo que se desea alcanzar, - a partir del conocimiento acerca del objeto o proceso sometido a estudio, teniendo en cuenta las realidades en las que el mismo se desenvuelve, sobre la base de determinado aparato categorial,- que nos oriente para movernos: en palabras de Michel Godet, se trata de “iluminar las opciones del presente a la luz de los futuros posibles”20 .
Hoy se mantiene el debate sobre la viabilidad del socialismo como régimen social. Tanto como la demanda de encontrar soluciones a los conflictos que nos colocan ante la realidad de nuestra desaparición como especie.

La teoría de los procesos transformadores del socialismo está por escribirse: no ha existido el suficiente análisis crítico de los hechos y situaciones a lo largo estos cien años, y las prácticas, sobre todo desde la segunda mitad del siglo pasado, tampoco han sido sistematizadas, ni han sido suficientemente asimiladas las continuas repeticiones de problemas similares, especialmente vinculadas a propuestas e ideas acerca de reformas socio-económicas, políticas o programas de estabilización económica de largo plazo que fueron concebidos desde la década del sesenta pero no tuvieron realización, o sólo parcial, hasta la caída del muro de Berlín, y con él, los intentos de modelos de desarrollo sostenible socialista.

La carencia de este material histórico ha contribuido a la ausencia significativa de enfoques integrales, transdisciplinarios efectivamente sistémicos y a obstaculizar la elaboración de los instrumentos teórico-metodológicos consecuentes, que permitan identificar las pautas, las “guías para la acción” en el sentido de Marx y Engels, los referentes que nos brinden los contenidos histórico y concretamente condicionados para cada proceso específico, y puede posibilitar que determinados intereses terminen imponiéndose en el imaginario social, generando conductas que en nada favorecen los cambios imprescindibles.

Citas

1“Cien horas con Fidel”, Capítulo 19.

2 "La crítica no es opción, es necesidad", María Julia Mayoral, Granma, 3 de noviembre de 1999.

3 Castro Ruz, Raúl, Discurso pronunciado en la clausura del Sexto Periodo Ordinario de Sesiones de la Séptima Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, periódico Granma, Diciembre 20, 2010, p. 5.

4 Voeikov, M.I. “La predeterminación de la estrategia socioeconómica. El dilema de Lenin”, Instituto de Economía de a AC Rusa, Moscú 2007 (en ruso). interpretando su experiencia, afirma: “Comencemos, como de costumbre, desde la teoría. Por alguna razón aquellos que simplemente viven su vida, e incluso algunos otros fuera de este círculo, quieren poco o no entienden a los teóricos y, en correspondencia con ello, a la teoría. Si con respecto a la física y otras ciencias naturales, esta incomprensión de la teoría y de los teóricos se reprime por las limitaciones que causa la baja calificación común en esos temas, la cuestión es totalmente diferente con las ciencias sociales. Incluso aquel totalmente carente de preparación, por sí mismo sabe bien, como es necesario perfeccionar la sociedad, para que él individualmente viviera mejor, más alegre. Y cuanto más ignorante es, tanto más él es presuntuoso y arrogante. Está preparado para reducir toda la ciencia social a dos o tres afirmaciones o frases escuchadas en algún lugar, sin entender sus limitaciones y, frecuentemente, incluso sin darse cuenta de lo absurdo de estas frases, hasta se disgustan con los teóricos, que con firmeza insisten acerca de la complejidad y la contradictoriedad de los procesos sociales en el mundo. No obstante, al final él vive su vida. Este oscurantismo fácilmente asimilable y ampliamente extendido, es muy cómodo para el poder reaccionario, que buscando preservar su posición y, al mismo tiempo, detener el desarrollo de la ciencia social, mantiene a tales personas en su primitiva ignorancia y engreimiento. Y entonces, naturalmente, los teóricos y en general los científicos están de más. La quintaesencia de esta posición la expresó A. Hitler., al afirmar que «los intelectuales y los científicos son inútiles y dañinos »

5 Nuti, D. M., “Ascenso, caída y futuro del socialismo”, “Mir pieriemen” (“El mundo de cambios”), Número 4, 2018, pp.41- 55; Laidler, Harry W, Historia del socialismo, Espasa Calpe. Bilbao, 1933; Silva Herzog, Jesús, El pensamiento Socialista, Publicaciones de la Universidad Obrera de México, México D.F., 1937; Mosca, Gaetano, Historia de las doctrinas políticas”, Editorial Revista de Derecho Privado, Madrid, 1941; G.D.H. Cole, Historia del pensamiento socialista, T.I. Los precursores (1789- 1850), Fondo de Cultura Económica, 1962; Hampsher-Monk, Iain, Historia del pensamiento polìtico moderno. Los principales pensadores políticos de Hobbes a Marx, Ariel Ciencia Política, Barcelona, 1996; Sassoon, Donald, One Hundred Years of Socialism., European Left in the twentieth Century , The New York Press, 1996.

6 Lebowitz, Michael, EL Socialismo no cae del cielo: un nuevo comienzo, Monte Avila Editores, 2007.

7 Buzgalin, A. V., “EL futuro del comunismo”, Moscú, OLMA-Press, 1996 (en ruso)

8 Se hizo muy popular la visión de “fin de la historia” atribuida al politólogo, filósofo, economista político y escritor, investigador del Centro para cuestiones d ela democracia, el desarrollo y supremacía del derecho, de la Universidad de Stanford, EEUU, nacido en Chicago en 1952 y residente en California actualmente, Francis Fukuyama, que en 1992 publicó el libro “El fin de la historia y el último hombre”. En una reciente entrevista realizada por el periodista inglés George Iton, (NewStatesman, 2018, 17 de Oct) reproducida recientemente en la revista rusa “El mundo de cambios”, (Mir pieriemen). 1, 2019, con el título “El socialismo debe regresar”, Fukuyama hace interesantea afirmaciones, entre otras, referidas a que “sus críticos probablemente no se leyeron su libro hasta el final”. Formado en el círculo cercano a Reagan- Bush, - Paul Wolfowitz fue su mentor- a fines de 2003 se negó a apoyar la guerra en Irak, la que valoró como un error garrafal “junto con la desregulación de las finanzas y la creación del Euro”, asevera que “Toda esa élite política…resultaron unos perfectos incapaces. Por eso la gente tiene fundamento para estar descontentos”. Su libro “El fin de la historia…” fue una crítica a los marxistas, que consideraban el comunismo el estado final de la ideología, y al preguntarle el periodista su parecer sobre el renacimiento del socialismo de izquierda en Gran Bretaña y los EEUU, respondió: “Todo depende de lo que Usted entienda por socialismo. Si habla de la socialización de los medios de producción, no creo que eso vaya a tener buenas consecuencias, excepto en aquellas actividades donde eso es claramente indispensable, por ejemplo, en los servicios comunales. Si usted tiene en mente un programa, mediante el cual mediante la redistribución se propone corregir los tremendos desbalances surgidos en los ingresos y en el acceso, yo pienso que no solo puede, sino que debe volver…”…lo cual acompaña con interesantes críticas acerca del “mercado no regulado”…y afirma más adelante “… piensa que algunas de las ideas de Marx resultaron ciertas”, aunque, con todo el respeto, lo que, al menos en esta entrevista vemos como sus interpretaciones de Marx, nos hace pensar que en este sentido le sería aplicable una valoración parecida a la que hace de quienes son sus críticos: es probable que deba volver a hacer un estudio de la obra de Marx y Engels para mejorar sus críticas y valoraciones positivas.

9 Como ha expresado en varios foros el académico ruso Ruslán Grinberg, “Con ingenuidad pensaron que con mercado y más democracia iban a mantener lo que tenían y tener lo que nunca habían tenido y hoy han visto que ni mantuvieron lo que tenían ni lograron alcanzar lo que iban a tener”

10 La Dra. Thalía Fung en su obra “En torno a la regularidades y particularidades de la revolución socialista en Cuba” /Ciencias Sociales, La Habana 1981/ nos brinda un ejemplo de la importancia del análisis de las contradicciones dialécticas para el estudio de un caso específico de funcionamiento de un organismo social como parte del contexto en que el mismo se desenvuelve. Algo poco frecuente en la producción teórica nacional e internacional. Para el caso cubano en vísperas de la revolución liderada por Fidel Castro, identifica como contradicción principal en el sistema actuante en Cuba, la existente “…entre el imperialismo norteamericano y el pueblo cubano…”/p.7/, y no resulta difícil concluir que dadas las condiciones internas – creadas en buena medida por la peculiar dependencia respecto a los gobiernos de EEUU- resultaba personificada en la contradicción entre el pueblo cubano, -en el concepto fidelista de pueblo expuesto en “La Historia me absolverá”- y la dictadura de Fulgencio Batista.

11. Nuti, D. M., “Ascenso, caída y futuro del socialismo”, ref. anteriormente.

12 “La URSS. Proyecto inconcluso”, red. princ. A.V. Buzgalin, Ed. URSS, Moscú, 2012, p. 5.

13 Hablamos de revolución social como la ruptura en el proceso de desarrollo, que conduce a la substitución de un modo de producción material por otro superior en el sentido de núcleo del proceso de desarrollo de la vida social en su integralidad a un nivel que la hace cualitativamente más apta para su conservación y reproducción ampliada, conformándose una nueva Formación Económico Social. No todas las revoluciones sociales conocidas han estado acompañadas de cambios en la naturaleza reproductiva: solamente la que tuvo lugar en los sistemas que sufrieron la descomposición de las comunidades originarias, y la que necesariamente iniciará el proceso de trascendencia del capital, la revolución comunista.

14 Formación Económico Social. Según la obra de Carlos Marx, el proceso histórico se ha desarrollado a través de diferentes formaciones económico- sociales, caracterizadas por una base material que son las relaciones de producción material, forma social de un sistema de fuerzas productivas, con las que conforman una unidad dialéctica denominada modo de producción, y una superestructura social, conformada por las instituciones y normas derivadas que se deben corresponder con el modo de producción material de la sociedad. El conjunto de las relaciones de producción, señala Marx en la Contribución a la Crítica a la Economía Política, “. conforma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la cual se alza la superestructura jurídica y política,y a la cual se corresponden determinadas formas de la conciencia social”/Obra citada, T.IV, Obras Escogidas en 9 tomos (en ruso), Editorial de Literatura Política, Moscú, 1985, p.137/ . El análisis del proceso histórico en la obra marxista muestra que en los tránsitos conocidos de FES la revolución social ha tenido sus causas últimas en unas relaciones de producción que entorpecen, frenan o no contribuyen al progreso del sistema de las fuerzas productivas en el sentido de proceso de interacción hombre – naturaleza, el “proceso del trabajo”, núcleo generador de las condiciones de su existencia material y los propios seres humanos como individuos sociales. La revolución lleva a hacer dominantes unas nuevas relaciones de producción que favorezcan dicho progreso, propiciando el establecimiento de un nuevo modo de producción, con una nueva superestructura

15 Aquí nos encontramos con elementos que reclaman urgentemente un análisis consecuente con la obra de Marx, Engels y Lenin: el concepto de clase, la clase vanguardia de la sociedad, llamada a ser fuerza revolucionaria en la transformación comunista, el proletariado como clase histórico- concretamente determinada, irreducible a su expresión en el proletariado industrial de fines del siglo XIX inicios del siglo XX, ante las transformaciones ocurridas en el desarrollo capitalista desde la segunda mitad del siglo XX, especialmente con su manifestación en el capitalismo globalizado neoliberalmente, y la condición de asalariado estrechamente vinculada a la categoría de plusvalía en su necesaria proyección a la actividad política.

16 Ver: “Cuba. Propiedad social y construcción socialista”. García Brigos, Jesús P., Alhama Belamaric, Rafael; Lima Ferrer, Roberto; Rafuls Pineda, Daniel, Ed. Ciencias Sociales, La Habana, 2012.

17 Marx. C., Engels, F. , .Collected Works, t. III, pp. 300-301

 18 Ver “Beyond Capital. Towards a Theory of Transition” de Istvan Mészáros, en 2 tomos, K.P.Bagchi & Company, Calcuta, 2000

19 El General de Ejército Raúl Castro Ruz, Segundo Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, durante la celebración de la Asamblea Provincial de Balance del trabajo del Partido en la provincia de Guantánamo en el año 1999 afirmó: “(...) La construcción del socialismo en las actuales circunstancias, es un viaje a lo ignoto; tenemos que ver las experiencias de otros, pero seguir creando nuestros propios conceptos”. “Qué busca el cambio en los estilos y los métodos del Partido”, María Julia Mayoral, en Granma, La Habana, 6 de octubre de 1999.

20 Godet, Michel, “From anticipation to action”, Unesco Publishing, 1994, P. 29.


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