Dias atrás escribí: “Efectivamente, se puede estremecer el sistema empresarial, pero sin revolucionar, y sin embargo, necesita cambios radicales. Debía haber sido una evolución por los cambios sociales y de estructuras de poder producidos hace medio siglo y más, con continuos seguimientos, investigaciones y propuestas a lo largo de todo ese tiempo, acompañando desde la institucionalización en la década del 70, pasando por correcciones y ajustes de los años 80, las nuevas formas organizativas y el perfeccionamiento empresarial de los años 90, hasta propuestas más radicales y urgentes en el último decenio.“ (Burocracia y burocratismo, relaciones de autoridad formal ...https://www.nodo50.org › alhama_301109)
Como agua pasada, no molieron molinos, también se perdieron estas oportunidades preciadas. Y como no hay dos momentos iguales en el tiempo, hay que recordar, una vez más, de qué se trata cuando se quiere llevar a cabo en la práctica “la propiedad de todo el pueblo” como base del poder real de los trabajadores, de los cuales dimana en gran parte el poder del Estado. (Sociedad, política, Estado, gobierno - https://cubayeconomia.blogspot.com › 2021/04 › socie...)
Es un
llamado de Miguel Díaz Canel Bermúdez,
Presidente de la República y Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba
“la representación efectiva y la participación de la sociedad en los procesos
económicos y sociales en curso“. Es un legado del I Congreso del Partido
Comunista de Cuba, que entre sus Tesis y Resoluciones apuntaba: “Crear condiciones para que la
administración de las empresa actúe con plena conciencia de su papel como parte
del colectivo de trabajadores, como representantes de la sociedad....“. Es
parte de la profunda revolución social, explicando en aquel propio documento el
carácter de la Revolución Cubana, y “el elemento decisivo y definitorio de este
proceso es la cuestión de quiénes lo dirigen, en manos de qué clase se
encuentra el poder político“.
Nunca suficiente profundización de las causas de los
problemas, y urgidos de buscar soluciones particulares a especificidades, se
van posponiendo una y otra vez los problemas más generales, pero de esencia,
como estos vinculados a la propiedad y a la empresa socialista de“propiedad
estatal“.
La Empresa socialista, sólo puede ser más socialista
en la medida en que se socializan los procesos que en ella y con ella se
desarrollan. Y será más socialista mientras el Estado
y sus estructuras administrativas se hagan menos burocráticas, y más cercanas a
los productores directos a través de la socialización de los procesos de
dirección.Es la única manera en que el Estado de trabajadores represente al
pueblo, no sólo como dueño colectivo de los medios de producción, sino en las
estructuras políticas de toma de decisiones sobre todos los procesos sociales y
económicos, y en interelación con todas las formas de propiedad y gestión.
Por tanto, el título del presente, es pregunta abierta
y problema sobre una cuestión fundamental. Tiene relación no sólo con la
propiedad y como se ejerce, sino con la propia concepción de la propiedad en la
etapa de transformación socialista de la sociedad, por lo tanto, con la propia
concepción de la Sociedad, de las interelaciones humanas, la existencia y
desarrollo de los grupos sociales; con la Política
y las estructuras políticas de cómo se toman las decisiones, por tanto,
también con el Estado, como institución
organizada, que a la vez organiza y permite la realización de las acciones
políticas, y económicas, en función del bien común. Como éstas categorías
se interelacionan, y la Sociedad pasa de un estado cualitativo a otro, se
supone, y es planteamiento de base de la sociedad socialista (comunista) que
todas deben estar en proceso de transformaciones más o menos profundas de
acuerdo a las exigencias de la Sociedad nueva que se transforma.
Y, de entrada, hay que subrayar otra vez que los “dueños colectivos“
no están sólo vinculados en estas nuevas relaciones de la nueva sociedad a los
medios de producción, sino tambien estarían presentes en la realización de las nuevas
relaciones políticas y las instituciones estatales, que deberían reorganizarse en
sus megaestructuras.
Lamentablemente, los hechos histórico concretos y las
experiencias del pasado reciente, y del presente, han marcado no sólo un
alejamiento de los desarrollos teóricos y conceptuales existentes, que daban y
exigían nuevos desarrollos, sino que se alejaban de la propia realidad y las
necesidades de la Sociedad.
Es así que la propiedad, se estancó en su concepción
sistémica, como de las formas, y sobre todo en la realización de la propiedad,
acorde a la concepción abrazada acerca del Estado y la Política, que fue
alejando cada vez más al productor directo (asociado mañana) de su trabajo, de
los resultados de su trabajo, y de las interelaciones entre los propios productores. Se constituyó,
a partir de las bases e ideologías establecidas en los estados “modernos“ de
finales del siglo XIX, de sociedades de clases, en un Estado monopólico,
omnipotente y omnipresente, en todas y cada una de las acciones y procesos de
la vida cotidiana.
En esta misma medida se alejaba la imprescindible socialización
de los medios de producción, fundamentales y no fundamentales, en una sociedad
de transformaciones de las estructuras y de las relaciones, en la cual, sin
clases, todos deben tener voz y voto en los procesos y decisiones más
importantes políticas, económicas y sociales.
Recuerdo, hace ya muchos años, una discusión amigable
pero encendida, después de una velada de homenaje den la asociación de
economístas, entre los desaparecidos colegas y amigos Alfredo González y Evelio
Vilariño, que habría de durar hasta la medianoche. Ya el resto de los presentes
se había retirado poco a poco, y me quedé yo como el tercero. Me interesaba a
qué conclusiones llegarían. No las hubo, y la partida quedó cero a cero. Ambos
tenían argumentos sólidos, de si los trabajadores eran dueños o copropietarios,
porque era la época en que se comenzaba a desarrollar el proceso de
Perfeccionamiento Empresarial. Y si había un punto en común, era que este debía
provocar una sacudida en y de la “empresa estatal“ , y para ello era necesario
que se atendiera aquel proceso como un proceso no sólo como
técnico-organizativo y económico-productivo, sino como social y político. Esa oportunidad se perdió.
Y
no es que no existiera visión. Uno de los principios generales de las Bases
Generales del Perfeccionamiento Empresarial (1998) decía:
“Para propiciar y desarrollar la mas amplia participación de todos los trabajadores y que se constituya en elemento de dirección y organización empresarial, el proceso de toma de decisiones debe utilizar el análisis y la discusión colectiva de los asuntos que se seleccionen, sobre la base de la más amplia información y la comunicación adecuada....“
¿Asuntos
que se seleccionen? ¿Quién los selecciona? Faltó voluntad, y preparación, y sobre
todo transformaciones al exterior de la empresa, para que esta pudiera ganar
realmente en autonomía, y junto con ella el colectivo laboral. Citando una vez
más a Valdés Paz, J. es cierto que “La participación es un proceso social y político complejo....“
No es necesario reporoducir otra vez
aquella discusión de los queridos amigos, si los trabajadores son dueños o
copropietarios, si los de un centro de trabajo son más o menos dueños que los
demás de los demás centros de trabajo.
La discusión no empieza, ni el problema tiene solución mejor, empezando por la pregunta si son propietarios o copropietarios los dueños colectivos, o si los medios de producción le pertenecen (posesión o como sea) más al COLECTIVO LABORAL de esa empresa o centro que al PROPIETARIO SOCIAL, es decir, el PUEBLO, QUE EL ESTADO REPRESENTA, por lo cual ha pasado a conceptuarse como „empresa estatal“, porque se ha considerado desde hace 100 años que era mejor o más conveniente así, sobre todo por las políticas sociales.
Pero esa concepción fue alejando más y más al
PRODUCTOR DIRECTO de las estrategias, de las decisiones de Estado, de los
resultados del trabajo, separando en definitiva al Estado (de los trabajadores)
del colectivo laboral de la empresa, o unidad presupuestada, no sólo por los
niveles superiores de dirección que deciden por ellos, sino por las relaciones
de subordinación que estos representan. Estas relaciones son también parte
esencial de las relaciones políticas, que nada o poco se han tenuido en cuenta.
Para acercar al “dueño colectivo“ a la empresa y las decisiones económicas,
entre otras, es imprescindible la transformación de estas relaciones. Es
imprescindible poner énfasis en la parte “socialista“ de la empresa estatal. Es
decir, en el papel protagónico del productor directo en todos los niveles de
dirección.
Pero, El ESTADO SOCIALISTA a imagen y semejanza
del estado moderno capitalista se CONVIRTIÓ EN DUEÑO (de allí a todo un
desarrollo del llamado capitalismo de Estado socialista, con capital que ciertamente
sigue existiendo y un trabajador asalariado sin prácticamente participación
alguna, ni en la producción, ni en los resultados, ni en la distribución ni el
consumo, más allá de “oído el parecer“ o información a posteriori.)
La discusión y busqueda de soluciones y
propuestas urgentes debe comenzar por la concepción de la POLÍTICA. ¿Qué lugar
ocupa el trabajador en las relaciones y la estructura política de la Sociedad,
que a su vez decide la actuación del Estado, que se supone en constante
tranasformación, pero no para burocratizar las estructuras, lo que implica mas
y mas niveles entre el nivel superior de gobierno, que “administra esos bienes
en nombre del pueblo“ y los productores directo para que la PROPIEDAD ESTATAL SEA
REALMENTE PROPIEDAD SOCIAL?. El centro del problemas radica en cómo se
interpreta la propiedad estatal, COMO SISTEMA CON TODAS LAS RELACIONES
ESTRUCTURALES, Y SU DIMENSIÓN POLÍTICA, SOCIAL Y ECONÓMICA. Si son las
estructuras e instituciones centrales y directivas del Estado, con todos los
niveles y ministerios los que deciden “en nombre del pueblo“, de los
productores, o son los PRODUCTORES DIRECTOS. (asociados).
Un ejemplo de cómo se interpreta conceptualmente,
y se lleva a hechos es lo ocurrido con la separación de las funciones
empresariales y estatales hace unos años atrás. Después de largas discusiones,
fue una vez más, un problema mal identificado, e INADECUADAMENTE resuelto. A
imagen y semejanza de las corporaciones modernas capitalistas de los años 30 del siglo pasado, cuando se
separó el dueño, los accionistas, de los gestores de la empresa, precisamente
para socializar la empresa capitalista, se le otorgó a la empresa unas
funciones, pero el dueño se quedó con
las decisiones estratégicas, las más importantes, con lo cual se dió una visión
y percepción de participación real. El Estado, ocupando el lugar de „dueño“
hizo lo mismo, dando unas funciones a la empresa, y con ello descentralizando,
y quedándose con otras estratégicas.
¿Es eso
realmente necesario o va a solucionar el problema existente, de la autonomía
empresarial, como parte del proceso de
descentralización? En muy limitada medida, porque incluso mayores funciones a
la empresa, no significa, mayor protagonismo del colectivo laboral de la
empresa. Y ciertamente no significa mayor participación, ni de la empresa, ni
del colectivo laboral, el hecho que no pueden participar ni decidir de las
funciones estatales (dueño). Evidentemente, se entra en una gran contradicción.
EL COLECTIVO LABORAL se quedó en el mismo lugar. La separación de
funciones es una falsa solución. Se trata más bien de establecer y lograr una
COOPERACIÓN ENTRE NIVELES DE DECISIÓN, Y LOS COLECTIVOS LABORALES DEBEN Y
TIENEN QUE VER TAMBIÉN CON LAS DECISIONES ESTRATÉGICAS. Y eso, representa la
dimensión social y política del colectivo laboral, que le posibilita y a la vez
potencia la dimensión económica. EN EL SOCIALISMO, LAS DECISIONES, TANTO A
NIVEL ESTATAL, ES DECIR, DE GOBIERNO, COMO A NIVEL EMPRESARIAL, DEBEN SER DE
CARÁCTER PARTICIPATIVO. (https://cubayeconomia.blogspot.com › 2019/11 ›
neces..)
Cada medida para desarrollar la descentralización
de las decisiones a nivel de empresa, con protagonismo decisorio de los
trabajadores, debería implicar:
· - mayor
protagonismo decisorio del colectivo laboral como parte del colectivo de la
empresa, y parte de la dirección de la empresa
· - mayor
protagonismo de la empresa en las decisiones estatales.
Un buen comienzo sería partir de algunos
principios para el nuevo modelo de gestión empresarial, o de la Empresa Estatal
Socialista, punto en discusión en el grupo de trabajo sobre Colectivos
Laborales hace siete años atrás. Algunos incluso tuvieron un desarrollo
prometedor en décadas anteriores, y habría que rescatarlos.
Uno de
los Lineamientos aprobados es: “Fortalecer la gestión de los actores
económicos, en especial la empresa estatal socialista como sujeto principal de
la economía“. Por ello, es importante tener en cuenta que la empresa estatal
socialista es un actor, y el colectivo laboral de la empresa es otro actor.
¿Porqué
la participación social y política no se hace efectiva también a través de la
participación de los trabajadores en los colectivos laborales? O,
pudiera expresarse también así ¿porqué la participación
de los colectivos laborales no tiene una expresión más amplia en la
participación social y política?
Si el Colectivo Laboral es “una comunidad de
personas”, que están “unidad por una actividad
conjunta” que, en el socialismo, podríamos decir por las “relaciones de producción
socialistas”, una “unidad de objetivos e intereses”, por “mutua responsabilidad”, “ayuda mutua”, y
que disponen
de “órganos de dirección”, con mayor o menor autonomía, o autodirección que sería el
caso de mayor autonomía; sería lo máspróximo a autogestión, un concepto que
todavía causa dudas eincomprensiones.
Sin necesidad de entrar a explicar el contenido funcional del trabajo (socio-económico y técnico-organizativo), es imprescindible recordar que para Marx y Engels, la Propiedad se expresa (no es definición) en: “las relaciones de los individuos entre sí, en lo tocante al material, el instrumento y el producto del trabajo”; más tarde hablarían del “productor asociado”, que es nueva cualidad de la propiedad social como premisa de la “verdadera propiedad individual”.
Si
el contenido técnico-organizativo puede estar más claro, al menos ha sido
objeto de mayor tratamiento, el contenido socio-económico establece
el vínculo entre el trabajo del individuo y de toda la sociedad, y
este pasa por el colectivo laboral, porque refleja las “relaciones sociales de
producción”, uno de los conceptos más complejos y profundos desarrollados por
Marx y Engels, para las cuales se realiza el proceso laboral. ¿Como entonces
separar el proceso laboral y el colectivo laboral, y las funciones del empresa-protagonismo
colectivo laboral-Estado? ¿Cómo separar las relaciones sociales del colectivo
laboral de las relaciones sociales de producción existentes?
(https://www.nodo50.org ›
cubasigloXXI › economia...colectivo laboral como sujeto...2019)
Separar el proceso de trabajo, el colectivo laboral y las relaciones sociales del colectivo laboral de quienes ejercen las funciones reales de propietario, es proseguir probablemente la tendencia de lo que ha venido ocurriendo. Es hacer disfuncionales las relaciones sociales del colectivo laboral, y en segunda, hacer disfuncionales las relaciones sociales de producción de la sociedad en construcción del socialismo.
El proceso de participación real, “Sería un proceso en que se interceptan cuatro planos: el político-ideológico, con capacidad creciente para tomar decisiones propias y definir la estrategia de desarrollo propio; el económico-financiero, que permita la sustentabilidad del crecimiento y la ampliación de la base productiva; el científico-tecnológico, que permita realizar las modificaciones cualitativas de manera periódica y sistemática, de acuerdo con las posibilidades y necesidades, no sólo estructurales, con presiones superiores que obligan a cumplimientos formales en tiempo y según procedimientos preestablecidos para todos por igual; y el plano cultural-comportamental, como factor de identidad”. (“Dimensión social del Perfeccionamiento Empresarial, su connotación ideológica” en Participación Social en Cuba, Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas, La Habana, 2004,).
Como casi siempre lo dicho esta claro, pero son análisis y discusiones que quedan estériles por no desarrollarse en el marco de competencia de una autoridad al efecto.
ResponderEliminarCuando estos análisis se produzcan en la máxima dirección del estado y el gobierno, y se llegue conclusiones, se estará resolviendo la esencia de nuestra sociedad, la identificación del hombre con su propiedad. Además cuando el estado llegue a conclusiones con tesis que tendrán que demostrarse en la práctica, habrá que explicar detalladamente a toda la sociedad, para que cada uno de nosotros hagamos valer y sentir que somos dueños.
Hasta hoy de nada nos ha valido que nos digan que somos dueños de lo que solo unos pocos pueden decidir.
Rogelio Castro Muñiz
asi es estimado Rogelio......pero al menos algunos se dan cuenta......mira, en un tema que estoy trabajando (Estado, Estado de derecho socialista, etc....) leo una vez más biblio, para refresecar.....z que encuentras todavía en la década del 60, en los documentos de la AC de la URSS, y los autores que abrazaron los programas del XX Congreso, y más tarde del XX Congreso.....un esquema tan simplista, ahistórico, falto de análisis crítico, mecánico, de considerar que se había superado "la dictadura del proletariado", y que con los resultados (?) de la colectivizacón de la tierra, la unión del campo y la ciudad, y la desaparición de los propietarios privados", se estaba en condiciones de pasar al Estado del pueblo(?)....lo cual, consecuentemente llevó a que en el 80 se declararan listos para el "comunismo".....tanta sandez escrita por académicos, se leía en los manuales.......
EliminarEl epicentro de la deficiencia económica de las sociedades sometidas a los regímenes estalinistas radica en las relaciones de producción. Mientras que en los regímenes liberales capitalistas existen millones de dueños, en sus diferentes denominaciones y cuanto más desarrollados son estos regímenes más participación, de diferentes grados y diferentes tipos, de los obreros en la dirección de la producción y participación, en muy variadas formas en los resultados del trabajo, en los regímenes estalinistas existe, de hecho y de derecho, un solo dueño, el estado omnipotente, la participación de los obreros en la dirección de los procesos productivos es nula y, en muy pocos casos su salario está directamente relacionado con los resultados de su trabajo. El modelo económico, que es idéntico al desarrollado por Lenin y Stalin en la Unión Soviética, denominado por Lenin Capitalismo Monopolista de Estado. donde la dirección del proceso de producción y la distribución de los resultados del trabajo, son controlados desde el nivel superior del estado, denominándole "Planificación centralizada". Estas fueron las causas del fracaso de este modelo hace ya 30 años, a pesar de lo cual nuestro país lo mantuvo y anunció su continuidad en el VIII Congreso del Partido dirigente. El Socialismo, por esta vía, jamás podrá ser alcanzado y las consecuencias de su fracaso seguirán recayendo en las espaldas del pueblo trabajador.
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