Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

viernes, 6 de enero de 2023

Los precios y yo nos decimos

Por Carlos Manuel Balán Carballo, economista

Me ha motivado a escribir este comentario, el que en la mañana de hoy compré un pan de corteza dura, en un estanquillo privado y su precio  es cien pesos, si, de los que denominamos CUP. En el comentario no habrá ni quejas, ni cuestionamientos al vendedor, su patrón, ni a nadie.

La economía cubana está sumida en una recia inflación, donde se da una combinación de factores, estando presente entre ellos, problemas de demanda y a la vez problemas de oferta, se camuflan una con otra y sin miramiento alguno actúa como el más aguzado  de los carteristas, va a tu bolsillo, te extrae la billetera, saca tu dinero, magro o abultado, te sonríe pícaramente y te dice como Lionel Messi le espetó al neerlandés Wout Weghors, tras el disputado partido entre Argentina y Países Bajos, por los cuartos de final del Mundial de Qatar, ¡qué miras bobo!

La inflación es algo así como el aumento generalizado y sostenido de los precios de los bienes y servicios más representativos del consumo de los hogares de un país. En este enrevesado mundo de la economía y su enjundia, se necesita un elemental conocimiento de algo, de lo que hablamos mucho y entendemos poco; Bertrand Russell, filósofo y matemático británico, ya nos alertó al respecto cuando expresó: “gran parte de las dificultades que atraviesa el mundo se deben a que los ignorantes están completamente seguros y los inteligentes llenos de dudas”

Se necesita saber ese algo, que es la oferta y que es la demanda. La demanda se refiere a la cantidad de un bien o un servicio que un comprador está dispuesto a adquirir a un precio determinado, mientras que la oferta es la cantidad de bienes y servicios que los productores están dispuestos a vender a un precio específico. Elemental Watson, diría el circunspecto Sherlock Holmes.

En el escenario actual de la economía cubana para frenar la inflación, más allá de llamados, exhortos y coerción, lo que se necesita es producción de bienes y servicios básicos, incrementar la capacidad para exportar, que la ciencia y la innovación avance más lejos que tesis y actos académicos, salgan muchas de cajones guardados, por ignorantes convertidos en archiveros de las buenas ideas y se materialicen en resultados.

Sobre la ciencia y la innovación se puede escribir un best seller, de propuestas ingeniosas que recibieron un no se puede por respuesta y hoy se han patentizado en terceros países y para acceder a ellas hay que comprar, gastar, en esta viña del señor, tenemos de todo.

La historia es la maestra de la vida, ya que me he metido en el tema de la innovación y la tecnología y la necesidad de producir bienes, si, de esos que se comen, untan o se ponen sobre el cuerpo, incluso los que salen en formas de medios de producción y me disgrego un poco, disculpen, porque la economía es política y tiene leyes y una de esas leyes es la de “desarrollo preferente de la producción de medios de producción”. Regreso al enunciado la historia maestra de la vida. En un tiempo tan lejano ya, como es 1961, un precursor, un hombre que como dijo Fidel, un hombre que pertenece a otros tiempos, me refiero al Che, en una reunión nacional de producción expresó; “En este momento estamos estudiando una segunda campaña de emulación, basada en parecidas características, y que tendrá por nombre «Construya su propia máquina». Es decir, tomar a los obreros, a los técnicos de mayor categoría y de más empuje revolucionario, porque también hay que tener empuje revolucionario para esto, y crear equipos de trabajo que vayan copiando todas las máquinas que hay en el país, reproduciéndolas y aumentando nuestro equipamiento industrial con los materiales que existan en el país, cuando no se pueda otra cosa comprando algunos para completar maquinarias nuevas. Es ya la tarea que va a separar nuestra lucha pasiva por mantener la máquina andando con la pieza de repuesto, y nuestra lucha activa correspondiente a un nuevo escalón en el desarrollo de la producción, con los obreros y técnicos cubanos construyendo las máquinas para producir más en el país”

La inflación no la vamos a derrotar con consignas, llamados, ni ejércitos de inspectores, la vamos a derrotar produciendo, porque sé que todos queremos precios de cuando éramos ricos y no lo sabíamos, pero no todos estamos dispuestos a hacer que la tierra produzca, a incentivar que la ciencia, la investigación y la innovación salga de los salones académicos y se mezcle en el surco, el torno, la fresadora, se embarre de sudor.

Los precios no son causas de nada, los precios díscolos de hoy son un efecto de una causa superior, que no siempre presentamos en todos sus matices como nos dice el conductor del Programa con filo. 

Pienso, luego existo, nos dijo René Descartes, filósofo y matemático francés, la frase no está colocada para dar alarde de algo que para nada tengo, erudición, tiene la intencionalidad de expresar que existen herramientas de administración pública que con pensamiento creativo pueden contribuir a desarrollar necesidades de producir, me refiero a los impuestos, ¿por qué tiene que ser el mismo esquema para el que produce, que para el comerciante? Es un grito a voces que necesitamos producir bienes materiales y ¿cuál es el “incentivo fiscal” para ello, dónde están las bonificaciones, las recompensas, dónde?

Deseo continuar escribiendo, pero por el bien de los que osen leer esta catarsis y también por el pobre pan de corteza dura, que me está mirando con deseos de que me lo acabe de comer.

Hasta la próxima

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