Asentado entre las márgenes de populosas calles habaneras, justo donde confluyen las barriadas de Centro Habana, Cerro y Habana Vieja, un espacio recobra su vitalidad para la dicha de los capitalinos. A casi un siglo de su fundación, el Mercado Único de La Habana —popularmente conocido como Cuatro Caminos— promete acoger nuevamente los pregones y olores del centenario lugar, en sus mejores tiempos una de las plazas comerciales más famosas de la urbe.
Bautizada en 1920 como Mercado General de Abastos y Consumo, según describe el periodista Ciro Bianchi, la edificación tuvo un costo de 1 175 000 pesos. La obra fue una concesión del Ayuntamiento de La Habana a favor de Alfredo Hornedo y Suárez, quien gracias a esa licencia lo operó durante 30 años. “Lo de Único se debía a que dicha autorización prohibía la apertura de un establecimiento similar en un radio de dos kilómetros y medio y de casillas de expendio —puestos de viandas y frutas— en 700 metros a la redonda”, comenta Ciro.
Relatos de la época, como las crónicas del novelista cubano Alejo Carpentier en “La Habana vista por un turista cubano”, refieren que los mercados de abasto habaneros eran lugares llenos de “color y vida”.
Al describir al Mercado Único y observar un establecimiento donde se hacinan las aves en jaulas que llegan desde el piso hasta el techo, Carpentier escribe que están como “los habitantes de un rascacielos neoyorquino”.
Esa noción también la reafirma Biachi Ross en sus crónicas dominicales cuando detalla: “No había en Cuatro Caminos espacios subutilizados. Un humilde metro cuadrado podía producir al que lo operaba ganancias de consideración, por no hablar de las grandes tarimas para el expendio al por mayor. Era como una colmena. La mercancía entraba tarde en la tarde o ya de noche. Se distribuía por las casillas y se vendía de madrugada. Por la mañana, a las nueve, apenas quedaban productos en oferta y si quedaban se vendían a precios bajos a los carretilleros. Resultaba preferible salir de ellos de cualquier manera que guardarlos en las cámaras de frío del mercado. Sobre las 11 de la mañana cesaba todo tipo de negociación. Era la hora de la limpieza”.
Preservar lo que se tiene y proyectarlo hacia el futuro
La edificación de indudables valores arquitectónicos e históricos, se rescata respetando en buena medida las características originales, fundamentalmente de las fachadas, en una combinación de modernidad y tradición en función de los nuevos tiempos.
Al decir del Arquitecto Yosbel Hernández Peñate, Proyectista General de la obra, “siempre trabajamos bajo la premisa de rescatar las edificaciones viejas a tono con las nuevas funciones que van a tener en la actualidad. La convivencia entre lo histórico y lo actual es posible y muestra de ellos va a ser este mercado”.
Desde la década de los noventa del siglo pasado la gran instalación había perdido sus mejores bríos. Por el deteriorado estado constructivo, solo se utilizaba una pequeña porción para la venta de productos agropecuarios. El segundo nivel, que antaño ofrecía servicios gastronómicos, estaba cerrado.
Sin embargo desde hace unos años el ruido de los equipos de la construcción rompieron el silencio y otro panorama se vislumbra en el lugar. Una valla se extiende a lo largo del perímetro; grandes andamios entretejen sus espacios interiores y grandes mallas cubren sus paredes.
Como advierte el Proyectista General de “Cuatro Caminos” durante un recorrido por la primera planta, el proyecto de restauración y remodelación respetará a los valores de la edificación y en consonancia se eliminaron todas las transformaciones indebidas que existían en el inmueble. “Se retiraron las escaleras que se colocaron de manera indebida y se rescató la carpintería”, puntualiza el joven arquitecto.
También explica a Cubadebate que para la elección de la paleta de colores se tuvo en cuenta la estratificación histórica del inmueble. “Todos los elementos decorativos fueron debidamente restaurados y para la libre y expedita circulación de peatones se preservarán los portales públicos existentes por la Calzada de Monte y la Calle Cristina”.
En este mismo sentido, Emilio Morales Rúa, especialista principal del equipo de inversiones de CIMEX -entidad que asume el costo de la recuperación del emblemático edificio y su posterior manejo-, agregó que se trabaja en la rehabilitación de los cuatro accesos originales así como sus escaleras. “Se ubicarán elevadores de pasajeros y de carga para mejorar la circulación vertical de mercancías y peatones y el patio central se ha rehabilitado y mejorado para la descarga de mercancías con andenes techados de apoyo directamente a los almacenes”.
Los trabajos iniciados a finales del año 2013 bajo la dirección del Grupo de Inversiones Cimex han atravesado por diferentes fases. A decir de los especialistas, su ritmo lo marcó el alto grado de deterioro de la instalación.“En 2014 se hizo un proceso de estudio con la Empresa Nacional de Investigaciones Aplicadas (ENIA) del Ministerio de la Construcción. Entre 2015 y 2016 se ejecutó las primeras intervenciones para eliminar las violaciones arquitectónicas”
“A mediados del año 2016 se inicia la etapa de restauración para intervenir en la estructura como vigas y entre pisos, fachada y sustitución de la cubierta con el respaldo de dos cooperativas no agropecuarias y la empresa del ministerio de cultura ATRIO”, comentó.
Actualmente la obra civil se encuentra al 42 % de ejecución. “ Se entregará en julio de 2019 para poder hacer la puesta en marcha de todos los sistemas y que en noviembre se inaugure por los 500 años de la capital”, acotó Morales Rúa.
Un sueño que se hace realidad
Para los que por años vieron deteriorarse uno de los sitios más emblemáticos de La Habana, imaginar un mercado moderno en ese lugar es más que un sueño. Que esta sea una plaza comercial única de su tipo, no solo por el confort, sino por las prestaciones y el servicio que ofrecerá en el futuro es el empeño de Dolores Díaz Álvarez, inversionista principal de la obra.
Holguinera de pura cepa, recuerda a su paso por la capital la sensación de tristeza que le provocaba el inmueble. Sin embargo, hoy entre planos y modelaciones del gran mercado, la sonrisa se le dibuja en el rostro.
“Será un regalo para los habaneros, y por qué no para todos los cubanos en este nuevo aniversario de la ciudad. Cuatro Caminos tendrá en su segunda planta una moderna tienda de artículos para el hogar, una cafetería y algunas oficinas; entre tanto el primer nivel acogerá un mercado perteneciente a la cadena Cimex, una licorería, una confitería, los almacenes del edificio y espacios para el servicio de los trabajadores por cuenta propia”, señaló.
Por su parte, Yosbel Hernández Peñate, Proyectista General detalla que manteniendo la tradición comercial de la calle Monte se ubicarán hacia el portal de esta vía servicios comerciales y gastronómicos.
“En la esquina de Monte y Arroyo se ubicará un Mercado de alimentos de características similares a los existentes en la Corporación CIMEX. En la fachada de la calle Matadero y parte de la fachada por la calle Cristina quedará ubicado el Mercado Agropecuario, en el cual se venderán viandas, frutas, vegetales, granos, hortalizas entre otros. En estas áreas se empleará un tipo de mobiliario contemporáneo considerando su funcionalidad y uso específico, capaz de realzar la imagen, la limpieza y la frescura de los productos ofertados. El mismo será arrendado a la empresa provincial de Mercado de La Habana”, dijo.
En respuesta a uno de los reclamos más reiterados de la población, cercano a las escaleras de acceso en la planta alta se ubicarán servicios sanitarios para clientes y empleados, con taquillas para estos últimos.
Como elemento identitario y de gran arraigo cultural se ubicará también un espacio con acceso desde el portal para fines religiosos. “En este espacio se realizarán importantes actividades y ceremonias religiosas de trascendencia nacional, salvaguardando así nuestro patrimonio cultural intangible. Acá estará ubicado el Elegguá con sus requerimientos necesarios acordados con los representantes de la religión afrocubana”, agregó Hernández Peñate mientras recorría la primera planta.
Hacia el portal de la calle Cristina quedará ubicada también la venta de flores y a su lado se ubicarán Talleres para el arreglo de equipos electrodomésticos. El segundo nivel del edifico dispondrá de grandes zonas comerciales, en cada una de ellas se agruparán familias de productos. En varios puntos de la planta se ubicarán guardabolsos, buroes de información, servicios sanitarios para clientes, áreas de interacción social, de descanso, así como carros gastronómicos con ofertas de alimentos ligeros.
Se prevé que la tienda contará igualmente con alrededor de 45 cajas registradoras para asumir el fuerte flujo comercial y el mercado agropecuario con las tan necesarias pesas de comprobación.
Toques de modernidad
El establecimiento responderá a los más modernos estilos de diseño, en cuanto a ordenamiento de los espacios, el mobiliario, la iluminación, y los colores a emplear en cada uno, así señalan varios de los especialistas consultados por Cubadebate.
En este sentido, el proyectista general puntualizó que la edificación se manejará a través de una plataforma inteligente que controlará la electricidad, el clima e incorpora el uso de paneles fotovoltaicos. “Según previsiones entre el 50 y 60 % de la energía del centro comercial serán suministrados por esta fuente. Igualmente toda la iluminación del merado será led, y la climatización será con tecnología invertir. Además se colocarán calentadores solares y rejillas hidrosanitarias más eficientes”, anunció.
“El edifico respira mucho de la arquitectura industrial de la época en que fue fundado, por eso se reforzará el uso de elementos como el vidrio y metal. Se sustituyó la cubierta de asbesto cemento por una de sistema IKO de varias capas que permita aislar de las temperaturas exteriores”.
Reinterpretar la carpintería de la época fue otro de los desafíos. Es por ello que se restituyen los grandes ventanales tipo louver que distinguieron siempre al Mercado.
También se rescatarán los relojes del lugar, con la particularidad que en esta nueva propuesta las esferas serán dobles para que puedan ser visualizados desde el interior.
El nuevo aniversario de La Habana verá coronado sus festejos con la apertura de un mercado de nuevo tipo para la capital, que debe trascender en el tiempo no solo por la cuantía de sus inversiones sino por mantener la calidad de sus servicios.
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