Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

martes, 5 de enero de 2021

La tozudez de los precios

Es importante controlar el incremento desmedido de los precios, pero toparlos es un remedio temporal y mientras menos dure, mejor.




No es posible repartir más riqueza si esta no ha sido creada. Sin embargo, crear más riqueza por lo general requiere tiempo, recursos y, sobre todo, incentivos alineados con ese objetivo. En el caso de la economía cubana, el tiempo es escaso, los recursos son relativamente escasos y muchas veces deficientemente empleados y los incentivos aún no dan los resultados que de ellos se esperan. Incluso resulta probable que, luego del primero de enero, algunos incentivos no “funcionen” como se esperaba.

Ya tenemos una primera muestra con las tarifas de la electricidad. Apenas unos días después de anunciada la tarea ordenamiento asistimos a la primera y necesaria rectificación. El Gobierno, el Ministerio de Energía y la Comisión de Implementación reaccionaron rápidamente a las preocupaciones de toda la población del país y rectificaron los precios del kW/hora.

Cierto que rectificar es de sabios y sin dudas se trata de una rectificación necesaria. Sabremos si resulta suficiente solo en el mes de febrero, luego de que los cubanos nos enfrentemos a tener que pagar con nuestros nuevos salarios los incrementos en precios y tarifas que se han decretado y aquellos otros que, sin decretarse, se han generado y parece seguirán haciéndolo, aun contando con el esfuerzo de control y fiscalización que se ha implementado para impedirlo.

Que haya sido esta la primera de las rectificaciones necesarias no extraña. Lo que sí cabe notar es que, siendo el eléctrico un servicio transversal a toda la economía, teniendo el peso que tiene en la calidad de vida de las personas y habiéndose estudiado y preparado durante años, por más de 250 personas que trabajan en ello sistemáticamente, se hayan propuesto semejantes tarifas. Sin dudas estamos ante un gran proceso de aprendizaje.

El acceso a un servicio básico como la electricidad a tarifas adecuadas al ingreso real de la población constituye un elemento esencial de ese propósito que aparece en la visión de la nación, el de la prosperidad. Es cierto que discutir acerca del significado real de “ser próspero” o de “sentirse próspero” puede llevar años y será difícil encontrar una definición que satisfaga a todos, pero, sin duda, verse privado o tener que renunciar a una parte del bienestar que ese servicio produce genera la sensación de que perdemos prosperidad.

Nuestro país hace unos años acometió una revolución energética que cambió la matriz de consumo de energía de los hogares cubanos, por lo que a muchas familias no les queda otro remedio que seguir consumiendo kilowatts. El cambio en las tarifas impacta directamente en la matriz de gastos y pesa sobre el ingreso disponible, porque tampoco existe la alternativa de cambiar a una opción más barata. De ahí la necesaria rectificación.

El 2021 será un año histórico para nuestro país, para todos los ciudadanos que de pronto comenzaremos a vivir bajo otras “reglas de juego”. Tendremos que aprender.

También será así para el gobierno central y los gobiernos locales, que tendrán nuevas responsabilidades; para las empresas estatales, que deberán decidir por ellas mismas lo que antes otros decidían y para todo el sector no estatal, que deberá adecuarse a trabajar con menos holgura en tanto el arbitraje (esto es, la apropiación de ganancias derivadas del diferencial de cambio) prácticamente desaparece. Será un año difícil y una parte de ese aprendizaje probablemente no esté exento de dolor.

Habrá otros aprendizajes. El 3 de enero se publicaron los precios “máximos” de un total de 44 productos que generalmente se ofertaban en los mercados agropecuarios. Serán precios tanto para los gestionados por el Estado como para aquellos que no lo son.

Resulta muy saludable que se equiparen los precios en ambos mercados; eso evita otro tipo de “arbitraje”. Sin embargo, su efecto sobre la oferta de productos puede que no sea el esperado. Por lo general, el ajuste de los excesos de demanda o de oferta en el corto plazo se produce vía precios y no por incremento o disminución de las cantidades. Entonces, puede ocurrir que el efecto de topar precios no conduzca a estabilizar el mercado, sino, por el contrario, al crecimiento de un mercado informal que ya ha venido desarrollándose de un tiempo acá y que agujerea el bolsillo del cubano promedio. Topar precios ha sido un recurso utilizado desde mediados del año 2019 y los resultados no han sido los mejores.

Aspirar a mantener una oferta estable de boniato a tres pesos la libra cuando ese producto se ha convertido en un bien entre escaso y desaparecido es una tarea difícil, ¡vaya si lo es!. ¿A qué precio debe venderse el boniato a salida de surco para que llegue a la tarima a tres pesos/lb y le permita al vendedor obtener una utilidad razonable en estos tiempos en que el costo del kw/h se ha multiplicado por varias veces? ¿Será ese precio de salida de surco suficiente para cubrir las expectativas del productor, ahora que el valor real de un CUP ha disminuido inobjetablemente y que obtener un 20 % de rentabilidad sobre la inversión para producir ese boniato le puede representar quizás la mitad de los beneficios reales que obtenía antes del día cero?

Es importante controlar el incremento desmedido de los precios, pero toparlos es un remedio temporal y mientras menos dure, mejor. Hay que entender que quien vende en los mercados agropecuarios es objeto del mismo incremento de precios que el resto de la población. Digamos que también gusta de esa ensalada de helados que ahora se sirve en Coppelia a un precio mucho más elevado…

Eso mismo ocurre con los precios de otros productos y servicios. Estos no dependen solo de los insumos que van a los costos de un producto, sino también de otros factores, entre los que están las expectativas de ingresos de quien vende. Estas, de alguna manera, están determinadas por el resto de los precios de los bienes y servicios que deben consumir el productor y su familia.

El 2021 será un año de aprendizajes, pero también se verificará paulatinamente un cambio en todos los ámbitos de nuestra vida. Resulta difícil predecir y cuantificar ese cambio, pero no anticipar que es la única manera de salir adelante.

 

3 comentarios:

  1. Los precios fijados son una burla, cómo es posible que en menos de una semana se haya rectificado unos cuantos y se aclare que van a seguir revisando.
    Qué base objetiva tuvieron en cuenta. Quién responde por el mal cálculo.
    Es que acaso las protestas por las redes sociales son una vía eficaz para que bajen los precios.
    Realmente cuando empezaron las protestas pensé que se justificaría con cálculos los precios establecidos y que su carácter inamovible al menos en los primeros tres meses fuera una línea de trabajo seria. Por otra parte si los precios estuvieran bien puestos y la relación con los salarios no fuera la prevista la mejor opción hubiera sido aumentar los salarios, no volver a ponernos en la posición de minusválido que tenemos que seguir recibiendo subsidios y agradecer el pan malo de la bodega.
    Quien le va ha exigirle a las empresas que su rentabilidad depende de bajar costos no de subir precios.
    Dicen que nuestra economía no resuelve los problemas con terapias de choque; pero las está resolviendo con políticas populistas. Quedar bien y no importa con quién.
    El ejemplo del transporte me resulta ilustrativo. Si con los dos pesos del transporte urbano es suficiente para pagar el combustible, el salario y de más insumos, dejando un margen de ganancia. Entonces alcanzará para comprar más ómnibus y mejorar el transporte público. Si los dos pesos no alcanzan entonces tienen que subir más el precio, porque de otra manera nunca se resolverá la transportación masiva.
    Y esto ocurre en todas las actividades de consumo final. Donde los precios tienen que reflejar capacidad de satisfacción para el cliente y posibilidad de reproducción ampliada para la empresa. En esto consiste el equilibrio, otra cosa es jugar con la población a ver hasta donde aguanta.
    Rogelio Castro Muñiz

    ResponderEliminar
  2. El problema de los precios radica en su relación directa con los salarios, no se puede subir uno sin subir el otro en una proporción equivalente. Todo aumento de precios que no se compense con una subida correspondiente de los salarios y de las pensiones traería aparejada una disminución del poder adquisitivo de estos. No pueden aumentar los precios en un 500 % y subir los salarios solo un 250 %. Si se hiciera así se producirá una situación similar a la de los años 90, que redujo el poder adquisitivo de los salarios alrededor de 5 veces, algo que, a pesar de los 27 años transcurridos aún no se había recuperado, realidad que ha sido reconocida por los más altos dirigentes del gobierno-partido-estado. Al parecer este hecho no ha sido tomado en cuenta al establecer los ajustes de precios y salarios para tratar de compensar la devaluación de nuestra moneda causada por tantos años de ineficiencia económica debida al modelo económico existente que impide el exitoso desempeño de las fuerzas productivas de nuestro país. La solución de nuestros problemas solo se alcanzará cuando el control administrativo de todas las empresas estatales pase a manos de los trabajadores mediante la autogestión obrera y la cooperativización, única forma de desarrollar el verdadero Socialismo.

    ResponderEliminar
  3. En toda esta problemática hay otro factor que es mucho más importante que la relación entre precios y salarios: la producción de bienes y servicios que es base que determina la relación entre ambos. Si la producción de bienes y servicios no cubre las necesidades de la población habrá una menor oferta de estos en el mercado y, por la ley de oferta y la demanda que rige el comercio, se producirá un aumento de los precios, y como los salarios son fijos en todo el sector presupuestado de la economía, disminuirá el poder adquisitivo de estos y todas las familias que dependen exclusivamente de sus salarios, pasarán más necesidad y tendrán que dedicar la mayor parte de sus salarios en la alimentación y el resto lo tendrán que dedicar al pago de los servicios, electricidad, combustible doméstico, agua, etc., lo que se manifestará por el deterioro del nivel de vida, que a una gran parte de la población las situará en la condición de pobreza o pobreza extrema. De ahí se puede reconocer que es la productividad del trabajo, el ahorro de materias primas y portadores energéticos, la organización del trabajo, la conciencia y participación de los trabajadores los que determinan la eficiencia económica que garantiza la producción y los servicios del país. Pero todo lo anterior depende directamente del sistema político, el modo de producción y las relaciones de producción. La causa de la crisis económica crónica que padecemos y que actualmente confronta una agudización al decidir reorganizar, en medio de una pandemia y de una agudización de la confrontación con la nación más poderosa del mundo y nuestro vecino más cercano, un "reordenamiento" de los salarios, las pensiones y los precios cuando todas las condiciones objetivas indican que es el momento menos apropiado para tan complejo propósito.

    ResponderEliminar