El principal problema de la inflación es la pérdida de poder adquisitivo a la que se ve sometida la sociedad, los trabajadores. Y por tanto, ante una situación como en la que nos encontramos, con tasas de inflación cercanas al 10%, la demanda de los trabajadores es que haya subidas de sueldo para compensar esta pérdida de poder adquisitivo.
Sin embargo, una subida generalizada de los sueldos debido a la alta inflación podría llevarnos a una espiral inflacionaria sin fin: suben los precios, luego suben los salarios y debido a estas subidas, vuelven a subir los precios. ¿Cuál es la salida? Asumir que hay que perder, al menos de forma temporal, poder adquisitivo.
De momento las rentas no están subiendo
Lo cierto es que de momento no estamos viviendo esta espiral inflacionaria. Los sueldos no está aumentando, a pesar de los elevados niveles de inflación. A pesar de las demandas, parece haber un consenso en que las fuentes inflacionarias son exógenas, es decir, vienen motivadas principalmente por los elevados precios de las energías y por la escasez de ciertos materiales derivados por una mayor demanda, no por mayores salarios.
Esto no es así en todos los sectores, es cierto, pero por lo menos se puede decir que no hay una subida generalizada de los salarios que nos arroje en una espiral inflacionaria. Cosa que es buena, pero por otro lado son los trabajadores quienes estamos sufriendo los efectos de la inflación con una pérdida de poder adquisitivo.
La productividad tiene que aumentar
Para que los salarios puedan aumentar, por tanto, no podemos fijarnos únicamente en la inflación. Lo que tiene que pasar es que la productividad aumente, y así puedan subir los salarios sin que los precios suban. Y sí, la productividad puede subir, de hecho lo hace de forma constante en la economía mundial. Aunque normalmente en España cae en épocas como la actual, cuando hay una expansión del empleo.
La única forma de que los trabajadores recuperemos el terreno perdido en esta época inflacionaria es que seamos más productivos. De lo contrario acabaremos cayendo en una espiral inflacionaria que, en último término, también acabaremos pagando los trabajadores.
Una visión interesante de la crisis a la que se enfrentan los trabajadores hoy en día, pero con muchos huecos. Le falta hablar del porque de la caida de rentabilidad, las ayudas sociales, las bajas tasas de interes a las que tienen acceso los especuladores, las políticas de gasto militar, y algo que hablan pocos la posibilidad que la próxima recesión sea deflacionaria, algo que no he visto en vida y espero no hacerlo.
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