El sector agropecuario cubano precisa lograr una senda de progreso y modernización, a lo que necesariamente debe contribuir la expansión de las exportaciones de ese origen. A todos estos propósitos, dedicó su obra el recién fallecido economista Armando Nova González.
El fallecimiento repentino en días pasados de Armando Nova González, economista especializado en temas de agricultura y colaborador fiel de este espacio, me ha motivado a escribir estas líneas, como una especie de homenaje póstumo.
Cuando cursaba mis estudios en la Facultad de Economía de la Universidad de La Habana, recibí la asignatura Economía Cubana impartida por un grupo de profesores del centro donde, años después, me incorporé a trabajar y en el que aún me mantengo.
Dentro del contenido de la asignatura, me cautivaron las clases vinculadas al sector agropecuario, que se impartían a cuatro manos, por Anicia García y Armando Nova González. Desde cuarto año, decidí incorporarme a esa línea de investigación, sobre la que versan casi todos mis trabajos.
Con Armando escribimos artículos, participamos en seminarios y otras actividades científicas, y yo, junto a otros jóvenes adiestrados, recibí preparación metodológica para impartir Economía Cubana. Su amplio conocimiento del sector agropecuario, y su incansable lucha por transformarlo en un agro moderno, están presentes en toda su obra científica.
Desafíos y oportunidades
Quiero referirme a un esfuerzo en particular entre todas las acciones conjuntas: el proyecto “El sector agrícola y la inserción competitiva en la economía internacional: desafíos y oportunidades para Cuba y Estados Unidos”, facilitado por Armando y otros colegas del Centro de Investigaciones de la Economía Internacional. En él participaron además de profesores del CIEI y el CEEC (ambos de la Universidad de La Habana) e investigadores del Instituto de Investigaciones en Sanidad (INISAV), profesores de la Universidad de la Florida (UFlo).
A pesar de las limitaciones impuestas por el bloqueo, este equipo de trabajo pudo sostener el proyecto por años y obtener importantes resultados que se pusieron a disposición de las autoridades competentes en ambos países. Dentro de los rubros de mayor interés para el comercio conjunto, se identificaron las frutas y hortalizas. Se realizaron intercambios en las dos naciones.
En Estados Unidos, visitas a centros de procesamiento y elaboración de alimentos, a instituciones relacionadas con la comercialización y con la conexión entre productores y comercializadores, y a estaciones experimentales.
En Cuba, intercambios con propietarios de fincas agropecuarias privadas, con presidentes y socios de cooperativas y también con directivos y trabajadores de empresas estatales en el sector, así como visitas a cada una de estas áreas. Dentro de las empresas estatales, se contemplaron varias de las más importantes empresas citrícolas de Cuba hasta inicios de los años 2000, momento a partir del cual se vieron obligadas a reorientarse debido al severo impacto en las plantaciones de cítricos de la enfermedad Huanglongbing (HLB), causada por la bacteria Candidatus Liberibacter spp, conocida popularmente como el dragón amarillo.
Producción científica
Como resultado del proyecto, se escribieron varios trabajos que fueron publicados en el sitio web del Centro de Estudios Latinoamericanos, entre ellos:
-La “relación especial” y el desafío de diversificar una economía azucarera: las exportaciones cubanas de frutas y vegetales hacia Estados Unidos, 1902 a 1962. Carmen Diana Deere, UFlo.
-El financiamiento a la agricultura en Cuba, por Elda Molina (CIEI)
-La experiencia de los cítricos en Jagüey Grande como caso de éxito, por Betsy Anaya y Anicia García (CEEC)
-Conviviendo con el HLB: la diversificación de la industria citrícola en Cuba, Colectivo de Autores.
-Una visión de la sanidad vegetal en la República de Cuba, Berta Lina Muiño y otros autores del INISAV.
El proyecto permitió investigar en profundidad sobre los mecanismos de exportación e importación de ambos países, realizar un estudio del mercado de Estados Unidos como posible destino a las exportaciones cubanas en un escenario de eliminación del bloqueo impuesto a la Isla y las posibilidades de inserción en la cadena global de valor no solo con productos semielaborados o elaborados, sino con otras posibles variantes en eslabones intermedios de la cadena como por ejemplo servicios asociados a la sanidad vegetal.
A años de terminada esta experiencia, las posibilidades de darle continuidad son casi nulas, ya que las restricciones para el intercambio académico se han recrudecido, especialmente con el estado de la Florida. Sin embargo, los desafíos que enfrentan las exportaciones de frutas y hortalizas de Cuba permanecen, con lo cual la producción científica que se obtuvo en aquellos años puede servir de insumo para proyectos similares en el futuro.
Quedan los gratos recuerdos y aprendizajes de un equipo excelentemente cohesionado y del colega Armando Nova, quien a pesar de su inesperada partida nos seguirá acompañando a través de su legado. (2023)
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