Publicado: 9 ago 2015 04:13 GMT
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El plan de EE.UU. para derrumbar los precios del petróleo en complicidad con Arabia Saudita prácticamente ha significado una catástrofe para el propio país norteamericano, asegura el analista geopolítico William Engdahl.
En su artículo para el portal NEO, el doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de Princeton asegura que durante su visita a Riad en septiembre del 2014, el secretario de Estado, John Kerry, propuso la repetición del escenario de 1986, cuando un drástico incremento de extracción por parte de Arabia Saudita causó una caída de los precios del crudo que hizo un gran daño a la economía de la URSS.
Esta vez la Casa Blanca buscaba que el desplome de los precios, sumado a las sanciones internacionales impuestas a Rusia, dejara a Moscú arrodillado.
Pero Washington subestimó a su aliado árabe. El ministro de Petróleo saudita, Ali al-Naimi, "vio en la propuesta de Kerry una oportunidad dorada de eliminar el creciente desafío al mercado representado por el sector del crudo de pizarra de EE.UU.".
Cuando el índice WTI cayó a 46 dólares por barril en enero pasado, "Washington se dio cuenta de que había caído en su propia trampa", subrayó Endahl.
La Reserva Federal tuvo que comprar la deuda de compañías estadounidenses de dicho sector a otros bancos en su afán por impedir un pánico en los mercados financieros.
Si la Reserva sube su tasa de interés por primera vez en ocho años, según lo esperado en septiembre, esto podría acabar con el excesivamente endeudado sector petrolero de pizarra, concluye el analista.
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