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"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

viernes, 11 de agosto de 2017

¿Hacia dónde marcha el salario en Cuba?

El salario medio mensual avanzó hasta 740 pesos en 2016, un dato que revela reacciones a transformaciones del modelo económico, a pesar de la persistencia de deformaciones estructurales y ruidos inevitables en cualquier interpretación.



Foto: Jorge Luis Baños_IPS

La alegría del salario dura apenas el día del cobro. El resto del mes motiva dolores de cabeza en su administración doméstica, conflictos dentro de los confines de la empresa o centro de trabajo, polémicas académicas entre economistas de escuelas diversas y auténticas batallas políticas. En cualquier país. También en Cuba.

La política salarial va de la mano con la dualidad monetaria y cambiaria, ambas como deudas principales de la reforma económica emprendida en este país hace unos diez años. En la primera, sin embargo, se aprecian avances más sólidos que en la segunda, a pesar de las brumas que empañan cualquier discernimiento estadístico-económico vinculado con los ingresos del trabajo y el poder adquisitivo de la moneda nacional.

La tendencia de los pagos del trabajo en Cuba durante el último decenio evidencia reacciones importantes en fecha reciente. La Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) reportó hace unas semanas que el salario medio mensual en el país ascendió a 740 pesos cubanos (CUP) en 2016, un incremento de 53 pesos o 7,7 por ciento sobre el año anterior.

El aumento es notorio en los últimos años, si se le compara con la etapa previa. Luego de mantenerse entre 400 y 500 pesos de 2007 a 2013, con avances poco relevantes cada año, el salario medio mensual se disparó al alza.

Desde el 2014 hasta el 2016, los ingresos provenientes del trabajo treparon un 57,1 por ciento: de 471 pesos al cierre de 2013 a 740 al término del año pasado. En solo tres años, el jornal medio del trabajador creció en 269 pesos, más de cuatro veces el crecimiento total de los seis años anteriores al 2014. De 2008 al 2013, el salario medio mensual se incrementó en solo 63 pesos.

El inicio del acelerón coincide con el año en que se implementó la Resolución 17 del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) para introducir formas de pago por resultados del trabajo en el sistema empresarial. A esa norma legal la sustituyó a partir del 2016 la Resolución 6 del MTSS, con correcciones de la antecesora. Las formas de pago mediante destajo y otros procedimientos han favorecido una relación más directa del salario con la productividad y otros indicadores de producción y ventas de las empresas.


Desde el 2014 se aceleró el crecimiento del salario medio en coincidencia con la introducción de sistemas de pago por resultados del trabajo en las empresas.Foto: Fuente de las estadísticas: ONEI

De tasaciones y otros errores

Aunque han crecido, los emolumentos del trabajo en Cuba permanecen todavía distantes de cubrir todas las necesidades de los trabajadores. Es un criterio que goza de consenso en la sociedad. Sin embargo, implica errores de torpeza o simpleza total –si no responden a intenciones políticas bien calculadas-, valorar el poder adquisitivo del salario a partir de la tasa de cambio del peso cubano (CUP) por el peso cubano convertible (CUC) en las Casas de Cambio Cadeca (1 por 25).

Mediante ese cálculo, el salario nominal de 740 pesos tendría presuntamente un valor de 29,6 CUC (un CUC igual a un dólar), lo que pondría a los ingresos de trabajo en Cuba al nivel de los países más pobres del mundo. El error en tal caso parte de no considerar que el peso cubano se enfrenta a un mercado interno segmentado en exceso, cada área con su propio sistema de precios.

Mientras en unos mercados rigen tarifas acordes con la tasa de Cadeca, en otros imperan subsidios del Estado que acercan los precios a la tasa oficial de cambio (un CUP igual a un dólar). A esto habría que añadir servicios básicos como la electricidad, el agua y otros también fuertemente subsidiados, mientras la salud y la educación son totalmente gratuitas.

Un estudio más equilibrado de la consultora británica MoveHub cruza el salario medio de cada país en 2015 con su capacidad para cubrir la canasta básica. Construye así un ranking internacional en que Cuba –donde las compras de la canasta básica exigen solo del 20,83 por ciento del salario, según ese estudio- ocupa el lugar 63 del mundo, por encima de países latinoamericanos como Brasil, Colombia, Perú, Ecuador y República Dominicana, entre otros, y muy cerca de México y Argentina.

Cualquier comparación en estos asuntos corre inevitablemente el riesgo de imprecisiones, por las complejidades y diferencias de los hábitos de consumo y los sistemas de precios de cada país. La medición de MoveHub, por ejemplo, está construida sobre la base de la canasta básica británica, aunque varios observadores señalan que los resultados de su ranking coinciden a grandes rasgos con la estimación de pobreza de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en 2015. Las naciones más pobres según la CEPAL concuerdan con los países que requieren de mayor proporción del salario medio para cubrir necesidades básicas.


Los indicadores de salario no incluyen ni estipendios fijos ni estimulaciones en divisas, que representan una parte importante de los ingresos de los trabajadores en sectores como el turismo. Foto: Jorge Luis Baños_IPS

El salario desconocido

Sorpresivamente, La Habana no se encuentra entre las provincias de más altos ingresos salariales. Pese a centrar la actividad económica, la capital se ubica en el sexto lugar, empatada con la vecina Mayabeque (776 pesos cada una). Le anteceden Ciego de Ávila (816 pesos), Villa Clara (808), Matanzas (806), Pinar del Río (786) y Sancti Spíritus (790).

Pero cualquier cálculo, estudio e interpretación del salario en Cuba afronta, inevitablemente, imprecisiones de las que no escapa ni la meca de los datos estadísticos en el país, la ONEI. Los informes y planes de gastos salariales en las empresas no incluyen ingresos de los trabajadores que pueden resultar equivalentes al salario nominal.

Cuando las empresas reportan el gasto salarial en CUP de sus trabajadores no incluyen las llamadas estimulaciones en divisas, que introdujeron en los años 90 como alivio a la crisis económica del Período Especial. Estos beneficios oscilan entre 10 y 30 pesos convertibles (CUC) por mes, y más aún en algunas empresas, que luego los trabajadores pueden cambiar en Cadeca de acuerdo con la tasa de 1 x 25. Fácilmente igualan entonces el dato de la nómina salarial.

En otros casos, los trabajadores de empresas y organismos gubernamentales agregan a su jornal mensual un estipendio fuerte para el almuerzo, que esas entidades incorporaron hace varios años para eliminar la confección de almuerzos y meriendas de sus gastos. Cuando un trabajador entra en una empresa indaga inevitablemente por salario y demás ingresos.

Una evidencia de que no son calibrados estos datos es el reporte del salario medio mensual por sectores. Los más altos son los de minas y canteras, y los de la industria azucarera, ambos por encima de 1200 pesos, al cierre de 2016 según la ONEI. Le siguen la actividad de intermediación financiera (más de mil pesos). Contradictoriamente, el salario medio mensual en hoteles y restaurantes está consignado entre los más bajos (556 pesos).

Si constituye en Cuba una tentación trabajar en el turismo y la hotelería es por sus estimulaciones en divisa, un dato desconocido en el reporte de la ONEI y, por extensión, en múltiples interpretaciones que se hacen del asunto.

Tampoco asoman en los informes estadísticos los sueldos del personal contratado en negocios privados. Aparecen registrados como trabajadores por cuenta propia cuando en realidad constituye un personal asalariado en términos similares a los de sus colegas de empresas estatales. Las verdaderas sorpresas permanecen reservadas para el momento en que los reportes estadísticos del país eliminen tales ruidos. (2017)


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