Máster en Relaciones Políticas y en Relaciones Económicas Internacionales
Investigador del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial (CIEM)
Municipio Playa. La Habana. Cuba.
Mail pepin1353@gmail.com
Introducción
El nuevo coronavirus y la COVID-19 sigue develando las falencias de un mundo en crisis múltiples ([1]) que salvo escasas excepciones es incapaz siquiera de controlar su estela de contagios y muerte.
Al entrar al décimo mes del año (octubre) las tendencias están ya conformadas en cuanto a la expansión y profundidad de la enfermedad y los principales impactos económicos y sociales de la misma.
Desde abril la cifra de contagios rebasó el millón de personas a nivel global y al 4 de octubre la enfermedad se ha extendido por 185 países, ha contagiado a 34 804 348 personas, confinado en sus casas -parcial o totalmente- a no menos de 4 500 millones de personas, llevado a la muerte a 1 030 738 enfermos con una tasa de letalidad estimada en 2,96 % (WHO, 2020).
Si bien esas son las cifras oficiales reportadas por la OMS, el director de
Emergencias Sanitarias de esa entidad Mike Ryan estima que “alrededor del 10%
de la población mundial puede haber contraído el coronavirus SARS-CoV-2 (20
veces por encima de las cifras oficiales) lo que representa más de 700 millones
de personas” (Ryan, 2020)
Gráfico No. 1
FUENTES: Elaboración
propia sobre la base de
WHO.
Situation Report Coronavirus
Disease (COVID-19). Varios números entre enero y octubre de 2020.
Ginebra, 2020 y Coronavirus
Disease (COVID-19). Weekly Epidemiological
Update. Ginebra. 13
september, 2020
Desde abril el número de contagios rebasó el millón de
casos confirmados. Entre
enero y marzo el número de
contagios fue de 281; 1 527 y 50 580,
respectivamente.
El número de muertos ha sido también creciente lo que demuestra la alta letalidad
de esta enfermedad.
Gráfico No. 2
FALLECIMIENTOS POR COVID-19 EN EL MUNDO
(MILES)
FUENTES: Elaboración
propia sobre la base de
WHO.
Situation Report Coronavirus
Disease (COVID-19). Varios números entre enero y octubre de 2020.
Ginebra, 2020 y Coronavirus
Disease (COVID-
19). Weekly Epidemiological Update. Ginebra.
13 september, 2020.
Desde el 31 de enero de 2020 la OMS estuvo alertando que el nuevo coronavirus tenía potencialidades para devenir pandemia debido a su novedad, y por tanto desconocimiento de las terapias y protocolos de salud más efectivos en ausencia de una vacuna que, hasta hoy se carece, el alto nivel de contagio y morbimortalidad([2]) que se registraba y las asimetrías de los sistemas sanitarios de los países para enfrentar su rápida expansión, en particular los países en vías de desarrollo.
El 11 de marzo en la Alocución de apertura del director general de la OMS
en la Rueda de Prensa sobre la COVID-19, la OMS declaraba oficialmente al nuevo coronavirus y la COVID-19 como pandemia global.
En todo ese período -y después también- esa entidad ha cumplido las
funciones para las que fue creada, y ha dado información veraz y sistemática a
los países miembros para que tomaran en cuenta la magnitud de la crisis
sanitaria que se estaba conformando.
Los datos confirman que el mundo no tiene control sobre esta pandemia.
Los impactos económicos y
sociales son catastróficos.
El Banco Mundial considera una caída económica global de -5,2 % (Banco
Mundial, 2020), en tanto la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE) presupone una contracción de -6,2 % en el caso que no haya un
segundo rebrote global y -7,6 % si tiene lugar ese escenario (OCDE, 2020).
Por su parte, el
FMI estimó en junio una caída de -4,9 % (FMI, 2020) casi dos puntos
porcentuales más bajo que la proyección de abril, que fue de -3,0% (FMI, 2020
a), lo que según el Banco Asiático de Desarrollo equivaldrían a una pérdida de
entre 5,8 billones
y 8,8 billones de dólares (BAD, 2020).
Gráfico No. 3
COMPORTAMIENTO DE LA ECONOMIA MUNDIAL 2008-2020
(%)
FUENTES: Elaboración propia sobre la base de FMI. World Economic Outlook.
Washington D.C.
Varios años.
Perspectivas de la Economía Mundial para 2020.
Washington D.C. 24 de
junio, 2020.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) dice que hasta abril se
habían perdido en
el primer trimestre de 2020 se perdió el 5,4 % de las horas de trabajo a escala
mundial (frente al 4,8 % previsto inicialmente), con respecto al cuarto
trimestre de 2019, equiparable a la pérdida de 155 millones de empleos a tiempo
completo (OIT, 2020), lo que se suma a los 190 millones de desempleados que
según esa fuente se registraron en 2019.
En cuanto al comercio mundial la Organización Mundial del
Comercio (OMC) estima que el volumen del comercio mundial de mercancías se
reducirá este año en el 13% en comparación con 2019. Si la pandemia no se
controla y los gobiernos no aplican y coordinan respuestas de política
eficaces, el descenso podría ser del 32% o más” (Azevédo, 2020).
La Organización para la Alimentación y la Agricultura
(FAO) pronostica que más de 800 millones de personas en el mundo engrosan las
filas de los hambrientos en 2020 (FAO, 2020).
Latinoamérica y el Caribe. Escenario económico y social en deterioro
La Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) ha mantenido un monitoreo
constante sobre la pandemia consciente de sus graves impactos económicos y
sociales en la región (en su mayor parte acoplada al comportamiento de la
economía y el comercio mundial) y dependiente de estos para su crecimiento
económico, las vulnerabilidades y debilidades que se arrastran desde 2013 en
términos económicos y sociales, las asimetrías en los sistemas de salud, así
como las consecuencias que esta implicaría, no sólo sanitarias sino también en
el mercado de trabajo, la pobreza, y la inequidad en la distribución del
ingreso.
“El panorama
macroeconómico reciente muestra una desaceleración tendencial de la actividad
económica en los últimos seis años (de 2014 a 2019); caídas del PIB per cápita,
la inversión, el consumo per cápita y las exportaciones, y un sostenido
deterioro de la calidad del empleo. Las proyecciones de crecimiento para 2020,
si bien mejoran con respecto a las cifras de 2019, no son muy prometedoras; el
crecimiento estimado de los países será de un 1,3 % en promedio. De proseguir
este escenario, el septenio 2014-2020 sería el de menor crecimiento económico
en la región en los últimos 40 años” (Cepal, 2019).
A inicios de abril
de 2020, en el Informe Especial No. 1 de la Cepal sobre la COVID-19, ya bajo los
efectos de la pandemia, esa entidad precisó que “el COVID-19 afecta a la región
a través de cinco canales externos de trasmisión: la disminución de la
actividad económica de sus principales socios comerciales; la caída de los
precios de los productos primarios; la interrupción de las cadenas globales de
valor; La menor demanda de servicios de turismo y aversión al riesgo y el
empeoramiento de las condiciones financieras mundiales” (Cepal, 2020).
A tenor con esto ha venido actualizando constantemente su perspectiva para la región. “En ese informe especial ya se reconocía que “el efecto de la crisis ha llevado a cambiar esa previsión y pronosticar una caída del PIB de al menos un 1,8%, pero no es de descartar que el desarrollo que la pandemia lleve a previsiones de contracciones de entre un 3% y un 4%, o incluso más” (Cepal, 2020).
En el Informe Especial No. 2 de la Cepal sobre la COVID-19, la secretaria ejecutiva de esa entidad Alicia Bárcena fundamentó que “La pandemia impacta a las economías de América Latina y el Caribe a través de factores externos e internos cuyo efecto conjunto conducirá a la peor contracción de la actividad económica que la región haya sufrido desde que se iniciaron los registros, en 1900”. Los estimados de la caída económica son del -5,3 %. Y continuó afirmando que “Para encontrar una contracción de magnitud comparable hace falta retroceder hasta la Gran Depresión de 1930 (-5 %) o más aún hasta 1914 (-4,9 %) (Cepal, 2020 a).
En el Informe
Especial No. 5 sobre la COVID-19 del 15 de julio esa entidad profundizó la
revisión a la baja del comportamiento de la economía latinoamericana y caribeña
para 2020 que es de -9,1 % (Cepal, 2020 b).
Las caídas
previstas para las tres principales economías de Latinoamérica son catastróficas;
Brasil caería -9,2 %, en tanto la contracción de Argentina y México se estiman
en -10,5 % y -9,5 %, respectivamente. Por subregiones, Sudamérica caerá -9,4 %;
Centroamérica y México -8,4 % y el
Caribe (sin incluir Guyana) -7,9 % (Cepal,
2020 b). En las dos
últimas subregiones el turismo y las remesas serán dos duros canales de impacto
por su significativa participación en el PIB.
Gráfico No. 4
COMPORTAMIENTO
DE LA ECONOMÍA DE AMERICA LATINA Y EL CARIBE ENTRE 2008 Y 2020
(%)
FUENTE: Elaboración propia sobre la base del Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe de la Cepal. Santiago de Chile, 2019 e Informe Especial COVID-19 No. 5. Santiago de Chile. 15 de julio, 2020.
Con datos de Cepal,
“el turismo ha sido uno de los sectores más inmediatamente afectados por el
COVID-19 en la región. Los efectos han sido particularmente intensos en el
Caribe, donde, para varias economías, los ingresos por turismo representaron
más del 20% del PIB en 2018. En un escenario con una caída de los ingresos por
turismo del 10% en 2020, el PIB se reduciría 0,8, 0,3 y 0,1 puntos porcentuales
en el Caribe, México y Centroamérica, y América del Sur, respectivamente. En un
escenario más negativo, en el que los ingresos por turismo disminuyeran un 30%
en 2020, la caída para estas subregiones sería de 2,5, 0,8 y 0,3 puntos
porcentuales, respectivamente. El impacto en el empleo será muy duro en el
entendido que ese sector emplea a unos 2,4 millones de personas y representa el
15,5% del PIB” (Cepal, 2020).
Los efectos de la
retracción en ese sector se sentirán en particular a las micro y pequeñas
empresas, cuyo peso en el sector de hoteles y restaurantes es enorme: el 99 %
de las empresas y el 77 % del empleo. En cuanto a las remesas, la entidad
estima que “se podrían contraer entre un 10% y un 15% en 2020 y podrían pasar
entre 4 y 8 años para que retomen el monto alcanzado en 2019” (Cepal, 2020). A
mayo de 2020 las remesas han caído 7,0 % interanual (Cepal, 2020 b).
En el mercado de trabajo, el desempleo abierto urbano que ya venía aumentando desde 2016 (6,6%) y fue en 2019 de 8,2 % de la población en edad laboral (Cepal, 2019), se ubicaría en torno al 13,5%, un aumento de 3,4 puntos porcentuales respecto al nivel de ese último año. Así, el número de desempleados de la región llegaría a 44,1 millones, lo que implicaría un aumento cercano a 18 millones con respecto al nivel de 2019 (26,1 millones) (Cepal, 2020 b).
En la dimensión social, la COVID-19 encuentra en Latinoamérica y el Caribe un escenario desolador.
Los avances registrados en el combate a la pobreza, la pobreza extrema y la desigualdad social entre 2002 y 2014, si bien insuficientes, vulnerables, potencialmente volátiles y poco empoderados, no dejaban se constituir un dato importante en un continente en el que esos flagelos han sido siempre un fardo para el desarrollo económico y una vergüenza moral.
En 2002 el número
de pobres y en pobreza extrema en la región eran de 230 y 62 millones de
personas que representaban el 45,4 % y 12,2 % de la población, respectivamente.
En contraste, en 2014 la pobreza y su expresión extrema habían bajado hasta 164
y 46 millones de latinoamericanos y caribeños que representaban en ese año 27,8
% y 7,8 % de la población. En ese período de tiempo la desigualdad en la
distribución del ingreso medido por el Índice de Gini, un indicador en el que
Latinoamérica y el Caribe ha ocupado siempre el tristemente célebre primer
lugar a nivel mundial “bajó” de 0,53 a 0,46 (Cepal, 2019 a).
Todo eso fue
el resultado de las políticas públicas
de los gobiernos progresistas y de izquierda que aprovecharon una coyuntura muy favorable de expansión de
las exportaciones y altos precios de los productos básicos en el mercado
mundial para multiplicar los ingresos fiscales y distribuirlos más
equitativamente entre la población.
Pero esos
resultados estaban retrocediendo ya antes de la pandemia de la mano de
gobiernos de derecha que desmantelaron la obra social del progresismo y la
izquierda y reinstalaron el neoliberalismo salvaje rehén del FMI, el Banco
Mundial y los consabidos equilibrios
macroeconómicos que se expresan en recortes del gasto público. La COVID-19
agravó dramáticamente un escenario de retrocesos sociales que ya estaba en
marcha.
Como consecuencia
de la pandemia la pobreza subirá en 2020 hasta 230, 9 millones de personas que
representa una taza de 37,7 % respecto a 2019 y la pobreza extrema se situaría
en 96,2 millones de latinoamericanos para un aumento del 15,5 %, lo cual
representa un retroceso a los niveles que se registraban en 1999. Por su parte, el Índice de Gini, que estaba
“mejorando” aunque muy discretamente desde 2002, a partir de 2014 se ralentizó
y en 2020 profundizará su caída entre 1% y 8% (Cepal, 2020 b).
La desigualdad e
informalidad laboral en la región determinan una situación más catastrófica en comparación
con otras partes del mundo. Quienes dependen de empleo informal y no tienen protección
social, tienen que seguir trabajando para cubrir sus necesidades básicas, lo
que atenta contra las medidas de distanciamiento físico y la protección a sí
mismos y a sus familiares.
Un informe de la
OCDE y el Banco Mundial sobre el estado de la salud en las Américas publicado
en el primer trimestre de 2020 indica que “casi el 8% de las personas tienen 65
años o más, más del 80% de la población vive en zonas urbanas y el 21% de la
población urbana vive en barrios marginales, asentamientos informales o
viviendas inadecuadas donde los servicios básicos no están disponibles. Esta
combinación exacerba los riesgos de la epidemia entre los grupos más
vulnerables” (OCDE-BM, 2020).
Las Américas. Epicentro profundo y prolongado
Al evaluar los datos aportados por la Organización Mundial de la Salud (Gráfico
No. 5) el epicentro de la pandemia de COVID-19 duró unos 3 meses en Asia y
Europa, pero lleva instalado 6 meses en las Américas. Si bien la traslación del
epicentro de un continente a otro no significa que se haya controlado la
enfermedad, el epicentro si indica un espacio en el que la expansión de los
contagios, la morbimortalidad y la letalidad es comparativamente más alta.
La gráfica No. 5 refleja la persistencia y la profundidad del epicentro de
la COCIV-19 en las Américas desde finales mayo de 2020 hasta el momento de
escribir este ensayo.
Gráfico
No. 5
EVOLUCIÓN
DE LA COVID 19 POR CONTINENTES
FUENTE: WHO. Coronavirus Disease (COVID-19). Weekly Epidemiological
Update. Ginebra. 13 september,
2020.
.
En ese período países como Estados Unidos, Brasil, México, Chile, Colombia, Perú, Ecuador, Bolivia, Panamá y República Dominicana se sitúan a la cabeza de los contagios a nivel mundial. En Norteamérica con 8 227 694 casos confirmados y 296 406 fallecimientos (PAHO/WHO, 2020), obviamente Estados Unidos y México concentran los niveles más altos de la enfermedad. En Sudamérica, Brasil encabeza la lista de contagios con casi 5 millones de casos confirmados al 5 de octubre (PAHO/WHO, 2020) y en Centroamérica y el Caribe el epicentro pandémico fue -y es- desde marzo Panamá y la República Dominicana.
Al 4 de octubre la Organización Panamericana de la Salud (OPS) reportaba ya
más de 9 millones de casos confirmados y más de 274 mil muertos en
Latinoamérica y el Caribe (PAHO/WHO, 2020). Aunque no pocos especialistas
consideran que las cifras pudieran ser mucho más altas debido a la
subnotificación de casos y problemas con las estadísticas, los registros son
alarmantes.
Respecto al gasto social la Cepal señala que “La inversión en políticas
sociales en la región muestra un freno de su crecimiento respecto del PIB, pues
se ha vuelto a niveles de gasto alcanzados en años anteriores. Si bien los
países de América del Sur alcanzaron su valor más alto como porcentaje del PIB
en 2017, se produjo una disminución en 2018, mientras que el gasto promedio del
grupo conformado por los países de Centroamérica, México y la República
Dominicana retrocedió a niveles anteriores a 2011 y el de los cinco países del
Caribe de habla inglesa estudiados volvió a los niveles de 2014”. El gasto
público como porcentaje del PIB en toda la región fue de 11,3% en 2018, más
bajo que en 2017 (11,5%) e igual al de 2016 (Cepal, 2019 a).
El gasto público social per cápita también registró caídas en todas las subregiones
de Latinoamérica y el Caribe.
Grafico
No. 6
AMERICA
LATINA Y EL CARIBE (22 PAÍSSE9. GASTO SOCIAL PER CAPITA DEL GOBIERNO CENTRAL
POR SUBREGIONES. 2000-2018
(En
dólares de 2010 o precios constantes)
TABLA No. 1
COBERTURA DE SALUD EN
AMERICA LATINA Y EL CARIBE
(Países seleccionados)
País |
Médico/mil habitantes |
Personal de enfermería/mil habitantes |
Camas de hospitalización/mil habitantes |
Camas para cuidados intensivos/mil habitantes |
Argentina |
4,0 |
2,6 |
5,0 |
0,29 |
Brasil |
1,8 |
1,5 |
2,3 |
0,03 |
Bolivia |
1,6 |
1,6 |
1,1 |
* |
Chile |
2,5 |
2,7 |
2,1 |
0,02 |
Colombia |
2,0 |
1,3 |
1,7 |
0,03 |
Ecuador |
2,0 |
2,5 |
1,5 |
0,03 |
México |
2,4 |
2,9 |
1,4 |
1,00 |
Perú |
1,3 |
2,4 |
1,6 |
0,02 |
Panamá |
1,6 |
3,1 |
2,3 |
0,02 |
R. Dominicana |
1,5 |
1,4 |
1,6 |
** |
FUENTE: OCDE-BM. Panorama de la Salud en Latinoamérica y el
Caribe 2020.
París, 2020.
*Página Siete
publicó en junio de 2019, que en Bolivia hay 145 camas de cuidados
intensivos para atender a 5,6
millones de personas que acuden al sistema público de
salud.
** En República
Dominicana de las 445 camas que hace dos años tenía para las
Unidades de cuidados
intensivos en la red de centros de salud 146 (33%) son
estatales. De esa cantidad solo
268 (3,8%) están completas y el Estado dispone
de 94 (Informe de la Sociedad
Dominicana de Medicina Crítica y Cuidados
Intensivos) (https://hoy.com.do). 5 de
abril, 2016.
TABLA No. 2
AMERICA
LATINA Y EL CARIBE. PAISES CON MAS CONTAGIOS Y MUERTES POR LA COVID-19 AL 1 DE
OCTUBRE DE 2020
País |
Casos confirmados |
Fallecidos |
Letalidad |
Argentina |
751 001 |
16 937 |
2,3 |
Brasil |
4 810 935 |
143 552 |
3,0 |
Perú |
824 829 |
25 998 |
4,0 |
México |
743 216 |
77 646 |
10,4 |
Chile |
464 750 |
12 822 |
2,8 |
Colombia |
828 679 |
25 998 |
3,1 |
Ecuador |
138 584 |
11 433 |
8,2 |
E.P. de Bolivia |
135 311 |
7 965 |
5,9 |
Panamá |
112 595 |
2 372 |
2,1 |
República Dominicana |
112 728 |
2 108 |
1,9 |
FUENTE: PAHO/WHO. COVID-19. Region of the
Americas. Washington D.C. 1 october,
2020.
TABLA
No. 3
MEDICO
Y PERSONAL DE ENFERMERIA EN PAÍSES DEL ALBA
2020
(Por
cada mil habitantes)
País |
Médico |
Personal de Enfermería |
Antigua y Barbuda |
3,0 |
4,1 |
Cuba |
8,4 |
7,6 |
Dominica |
1,1 |
6,4 |
Granada |
1,4 |
6,3 |
Nicaragua |
1,0 |
1,5 |
San Cristóbal y Nieves |
2,7 |
4,2 |
San Vicente y las Granadinas |
1,7 |
7,0 |
Venezuela |
1,9* |
0,9* |
FUENTE: OCDE/WB. Health at a Glance: Latin America and the Caribbean, 2020. *La fuente no contabiliza la presencia de más de 30 mil colaboradores médicos cubanos en Venezuela, ni en ningún otro país del ALBA.
Tabla
No. 4
CAMAS
DE HOSPITALIZACION EN PAISES DEL ALBA EN 2017
(Por
cada mil habitantes)
País |
Camas |
Cuba |
5,2 |
Dominica |
3,8 |
Granada |
3,8 |
Nicaragua |
1,0 |
San Cristóbal y Nieves |
2,0 |
San Vicente y las Granadinas |
2,6 |
Venezuela |
0,9* |
FUENTES: WHO/PAHO. Salud en las
Américas. Panorama Regional y Perfiles por
Países.
Edición de 2017. Washington D.C., 2017.
Cía World
Factbook. 1 enero, 2019.
*Las fuentes no contabilizan que Venezuela
dispone desde julio de 27 mil
camas de hospitalización adicionales
para la atención a la emergencia de la
COVID-19.
De tal manera, que la COVID-19 no sorprendió a los países del ALBA en una
situación de indefensión social ni sanitaria. En ninguno de ellos colapsó su
sistema de salud; en ninguno de ellos se registraron las escenas dantescas de
fallecidos en plana calle sin atención médica o contagiados que murieron en sus
propias casas por no disponer de capacidad hospitalaria para atenderlos. En
ninguno de ellos los fallecidos fueron a parar a fosas comunes, ni colapsaron
los cementerios, lo cual ha sido parte de la vida en Ecuador y Bolivia en los
últimos meses, países que eran parte del ALBA
hasta que los gobiernos de la derecha que alcanzaron el poder la
abandonaron y expulsaron la cooperación médica
cubana. Es totalmente seguro que la historia dantesca de la COVID-19 en
ambos países, hubiera sido otra si sus pueblos hubieran podido contar con el
auxilio del ALBA y del personal médico cubano.
Todos los países del ALBA estuvieron entre los primeros que solicitaron a Cuba
cooperación médica para enfrentar la COVID-19 y, obviamente, entre las primeras
brigadas médicas cubanas Henry Reeve([8]) que partieron al exterior tuvieron como destino esos países. Tempranamente
y rápido, en sólo 13 días -entre el 16 y
29 de marzo- llegaron esas brigadas médicas a los países del ALBA, las que se
sumaron a las que ya cooperaban en los mismos antes de la pandemia.
Tabla No. 5
SALIDA
DE LAS BRIGADAS MEDICAS HENRY REEVE A PAÍSES DEL ALBA
País |
Día de la partida |
Cantidad de personal de la salud en cada brigada |
Venezuela |
16 de marzo |
230 |
Dominica |
29 de marzo |
35 |
San Cristóbal y Nieves |
28 de marzo |
34 |
Antigua y Barbuda |
26 de marzo |
26 |
San Vicente y las Granadinas |
26 de marzo |
16 |
Granada |
20 de marzo |
5 |
Nicaragua |
18 de marzo |
5 |
FUENTES: Ministerio de Salud pública de Cuba. La Habana. 16-29 de marzo, 2020.
Unidad Central de
Cooperación Médica. La Habana. 16-29 de marzo, 2020.
Ministerio de Relaciones Exteriores
de Cuba. La Habana. 16-29 de marzo,
De esa manera, un conjunto de factores explica que los países del ALBA
clasifiquen entre los que han alcanzado resultados prometedores en el combate a
la actual pandemia.
Entre esos factores figuran el compromiso de la mayor parte de sus
gobiernos con el gasto social y el gasto en salud antes de la emergencia sanitaria
por lo que estaban en mejores condiciones para enfrentarla que otros países. En
la mayor parte de ellos se han construido redes de salud públicas con vocación
incluyente, universal y gratuita. Todos actuaron rápido en el enfrentamiento a
la pandemia y en el primer trimestre de 2020 ya tenían esa línea de trabajo en
sus agendas de gobierno. Actuaron rápido también en la solicitud de solidaridad
y cooperación a quien podía ofrecerla y han realizado dos cumbres virtuales
cuya agenda ha sido el intercambio de experiencias y las capacidades de
enfrentamiento al nuevo coronavirus. Al 3 de julio decidieron crear el Fondo
Humanitario ALBA-COVID destinado a financiar y apoyar las acciones de
enfrentamiento y control de la pandemia.
Al 4 de octubre de 2020 los números sobre la COVID-19 en los países del
ALBA clasifican entre los más alentadores en las Américas, sin que eso sugiera
si quiera que el problema del nuevo coronavirus está resuelto, pero tampoco
debe desconocerse que el índice de letalidad en las Américas es de 3,33 % y en
el mundo de 2,96 % (MINSAP, 2020) y en países como México y Ecuador es de 10,4 % y 8,3 % (WHO/PAHO,
2020). El índice de letalidad de Cuba es de 2,1 % (MINSAP, 2020), en Venezuela es
de 0,8% (WHO/PAHO, 2020) y en Nicaragua es 2,9 % (ttps://www.lavanguardia.com/vida/20201001).
En el resto de los países ALBA ese índice es cero.
No sin grandes presiones externas, tensiones y desafíos y si mucha voluntad
política con la salud de sus pueblos, estos países se alejan de los peores
números de la pandemia en las Américas y el mundo. Eso puede apreciarse en la
siguiente tabla.
Tabla
No. 6
COMPORTAMIENTO DE LA PANDEMIA DE
COVID-19 EN PAISES DEL ALBA
AL 4 DE OCTUBRE DE 2020
País |
Contagiados |
Fallecidos |
Letalidad |
Recuperados |
R.B. de Venezuela |
77 646 |
649 |
0,8 |
68 098 |
Cuba |
5 845 |
123 |
2,1 |
5 232 |
Nicaragua |
5 170 |
151 |
2,9 |
3 898 |
San Vicente y las Granadinas |
64 |
0 |
0,0 |
54 |
Antigua y Barbuda |
3 988 |
3 |
0,0 |
57 |
Granada |
24 |
0 |
0,0 |
24 |
Dominica |
31 |
0 |
0,0 |
24 |
San Cristóbal y Nieves |
19 |
0 |
0,0 |
17 |
FUENTES: PAHO /WHO.
Cumulative confirmed and probable COVID-19 cases reported by
countries and territories in
the America, as of 4 october, 2020. Washington
D.C. 4 october, 2020.
MINSAP. Información
oficial sobre COVID-19 en Cuba. La Habana 5 de octubre,
2020.
Al menos tres de esos países -Cuba, Venezuela y Nicaragua- alcanzan los
resultados que se han descrito enfrentando una agresividad reforzada de parte
del actual gobierno de Estados Unidos y algunos otros de la Unión Europea y
Gran Bretaña.
En medio de la pandemia el gobierno de EEUU le ha reforzado el bloqueo
económico a Venezuela. Ese país ha sido objeto de subversión política desde
fuera con la complicidad de los actuales gobiernos de Colombia y Estados
Unidos. A esa nación le fue negado un crédito que solicitó al FMI para hacer
compras de insumos y medicinas en el exterior.
Como si eso no bastara le fue incautado -robado- 31 lingotes de oro
valorados en mil millones de dólares americanos que la nación bolivariana tenía
depositados en el Banco de Inglaterra y que esa entidad se niega a entregar a
sus legítimos dueños por razones políticas, a pesar de que esa nación precisó
que necesitaba esos fondos para importar medios para combatir la pandemia.
Venezuela se vio al borde del colapso energético por déficit de gasolina y
fue en ese momento que la acción valiente y soberana de Irán proveyó de ese
combustible e insumos al país para su refinación. Ese es el contexto en que
Venezuela enfrenta la pandemia del COVID-19.
En el caso de esa nación se da la particularidad de que desde abril hasta
junio alcanzó resultados positivos en el combate al nuevo coronavirus cuando ya
las Américas era el epicentro de la pandemia a nivel mundial. Inclusive tenía
los mejores resultados entre los países del ALBA.
Tabla
No. 7
CONTAGIOS
CONFIRMADOS Y FALLECIMIENTOS EN VENEZUELA POR EL SARS COV-2 ACUMULADOS DESDE MARZO
DE 2020
1 de abril |
129 |
3 |
15 de junio |
294 |
42 |
31 de julio |
17 159 |
154 |
13 de agosto |
31 381 |
266 |
13 de septiembre |
58 663 |
464 |
4 de octubre |
77 646 |
649 |
FUENTES: WHO. Situation Reports. Coronavirus
Disease 2019 (COVID-19). No.
72,102,147,193,
208 y Coronavirus
Disease.
WHO.
Weekly
Epidemiological Update. Ginebra. 13 september,
2020.
El desborde de casos confirmados en la nación bolivariana responde a que
decenas de miles de venezolanos que mucho antes de la COVID-19 habían
abandonado su país rumbo a Colombia, Ecuador, Brasil, Perú y Chile
fundamentalmente embelesados por los cantos de sirena de la derecha y el Grupo
de Lima, fueron abandonados a su suerte en esos países en el momento más agudo
de la enfermedad y no tuvieron otra opción que regresar en avalancha a
Venezuela, muchos de ellos contagiados de COVID.
Según informes oficiales de la Comisión Presidencial para la Prevención y Control de la Pandemia de Venezuela del 16 de septiembre “83 mil ciudadanos venezolanos retornaron a su país a través de los pasos regulares establecidos en las fronteras terrestres, de los cuales 8 mil 195 resultaron positivos al coronavirus SARS-CoV-2.
Solo desde los territorios limítrofes de Colombia y Brasil regresaron hasta la
fecha siete mil 702 personas infectadas, saldo equivalente al 94 % de los
contagios importados detectados en Venezuela”.
Su país de origen no les dio la espalda y a pesar de la preparación
mostrada por su sistema de salud ante a la actual contingencia, ahora registra
números más alarmantes. Las autoridades gubernamentales están haciendo el mejor
trabajo posible para detener la cadena de expansión del nuevo coronavirus. Si
se quiere un ejemplo de esto, ahí está el refuerzo de personal de salud cubano
y venezolano trabajando en las comunidades y el Poliedro de Caracas, una gran
instalación deportiva convertida en hospital en sólo unas horas con capacidad
para atender a más de 1 200 pacientes.
VISTA
INTERIOR DEL POLIEDRO DE CARACAS ANTE LA EMERGENCIA DE LA COVID-19
En Cuba hacia finales de julio tuvo lugar un rebrote de la enfermedad que
comprometió el occidente y el centro de la Isla, cuyos territorios (excepto la
capital) habían avanzado hacia la tercera fase de la recuperación. Factores
como una baja percepción del riesgo en un segmento de la población, algunas
contravenciones de las medidas restrictivas que aún no habían sido levantadas y
el descuido en algunos protocolos de bioseguridad explican esa situación, de la
cual se han sacado las lecciones más constructivas.
Ese país desde 2017 ya enfrentaba un recrudecimiento significativo del
bloqueo económico, comercial y financiero del gobierno de Estados Unidos, ha sido
objeto de persecución en alta mar de los barcos que traen combustible hacia la
isla, el gobierno estadounidense ha tomado otras 7 medidas de asfixia económico-financiera
contra la isla, entre las que se encuentra la obstrucción del envío de remesas
a las familias cubanas desde Estados Unidos y se encuentra en proceso enviar al
Congreso un proyecto de ley que sancionaría a los países que reciban
cooperación médica cubana. Según ellos, el personal médico cubano son esclavos
del régimen y Cuba practica el tráfico
de personas.
Nicaragua enfrenta también la hostilidad del imperio que en 2018 casi
desestabiliza esa nación y desde hace dos años es objeto de la así llamada Nica
Act, que está dirigida a entorpecer las relaciones económicas internacionales
de la nación centroamericana. Más recientemente se ha develado un plan de golpe
de estado en esa nación ante la alta probabilidad de que el presidente Daniel
Ortega sea reelegido en las elecciones presidenciales de 2022.
Ahora, los enemigos de los pueblos despotrican contra Venezuela y Cuba por
el rebrote que no se justifica pero tampoco hay que sobredimensionarlo en el
entendido que las cifras de Cuba siguen estando muy por debajo de las del
promedio de las Américas. Aun cuando aumentó la cifra de contagios, la isla siguió
clasificando en el lugar 21 en América y el lugar 115 a nivel global.
Las propias autoridades de la OMS alertan que no se debe juzgar a los
países que habiendo tenido buenos resultados en el combate a la COVID-19
registren nuevos contagios y esto es válido también para los países del ALBA.
Mike Rayan director de Emergencias de la entidad ha declarado recientemente
que “la COVID no tendrá olas naturales, sino que surgirá en cuanto en una
sociedad se debiliten el control y la prevención”. Comparó la COVID con una
pelota en el agua; “si dejas de presionar la pelota saltará…No juzguen a los
países ni declaren que han fracasado cuando de repente haya dos o tres grupos
(de contagiados) después de un gran éxito. Eso pasa. Miren lo que hacen los
países en respuesta a esos grupos. Si los países reaccionan rápidamente a los
grupos, los investigan, localizan medidas de control y reaccionan de manera
ágil, rápida y sistemática a los nuevos grupos de la enfermedad, entonces creo
que volveremos a tener el control” (Ryan, 2020 a).
Eso es lo que hace Cuba desde los primeros días de agosto a partir del
evento de trasmisión local ocurrido en el municipio de Bauta en la provincia de
Artemisa, extendido a otras provincias del occidente y el centro de la isla y es
lo que hace Venezuela frente a la avalancha de emigrantes que regresan al país
contagiados en su mayor parte.
¿Luz al final del túnel?
“Nunca es más oscura la madrugada que cuando está más cerca el amanecer”,
dice así un dicho popular muy recurrente en Latinoamérica y las noticias de
agosto apuntan a ratificarlo.
Al 10 de agosto, Rusia anunciaba al mundo la primera vacuna efectiva contra
la COVID-19. Identificada como Sputnik V. Sin dudas un resultado muy valioso
que es fruto del desarrollo científico heredado de la Unión Soviética y la
prioridad que el gobierno ruso actual encabezado por Putin le otorgan a la
ciencia como parte del desarrollo del siglo XXI. La noticia por un lado dio un
soplo de esperanza al mundo y por otro
destapó lo peor de la perfidia de los enemigos de Rusia. La vacuna rusa es
descalificada por insegura y otros estigmas por Estados Unidos, algunos países
de la Unión Europea y los lacayos de siempre.
¿Podía esperare otra cosa? No. Es demasiado importante en la dimensión
geopolítica un resultado como ese en este preciso momento como para esperar una
respuesta equilibrada de los que han sometido a Rusia a escarnios, sanciones y
castigos ya antes de la pandemia, y
saben muy bien la importancia de una vacuna efectiva como componente de la
seguridad nacional y la geopolítica global. Mi respuesta al estigma de la vacuna rusa es
el mismo que le dio Sancho Pansa al Quijote que fue más o menos así; “Señor,
los perros ladran, señal que cabalgamos”.
Un dato de mucha significación es que Rusia ha declarado estar dispuesta a
intercambiar con Cuba en el área de la Ingeniería Genética y la Biotecnología
para producir la Sputnik V en Cuba.
No olvidar el altísimo desarrollo de las plataformas biotecnológicas
cubanas y las palabras del Serguei Lavrov, canciller ruso a mediados de 2019
cuando en una visita a La Habana (no una gira por Latinoamérica y el Caribe)
con motivo de la terminación de la restauración del Capitolio en que Rusia
colaboró significativamente, declaró “Cuba es un fiel amigo y socio estratégico
de Rusia” (Lavrov, 2019). Tomen nota de cuatro palabras claves amigo, fiel, socio estratégico. Quien
sepa sólo el abc de las relaciones políticas internacionales y lo elemental de
las claves geopolíticas actuales, sabe el significado de esos cuatro términos.
Al 19 de agosto, Cuba declaraba al mundo que había arribado a un candidato
vacunal propio contra la COVID-19 identificado como Soberana 01([9]), que a pesar del reconocimiento de las autoridades científicas cubanas
ratificaron que se había trabajado con
celeridad pero con alta responsabilidad, aprovechando la abundancia de
conocimiento científico disponible -en Cuba y el mundo-, el potencial
científico y las plataformas tecnológicas cubanas en lo concerniente a la producción
de vacunas en particular el Instituto Finlay de
Vacunas y otras entidades que tributan al complejo médico farmacéutico
cubano como en Centro de Ingeniería genética y biotecnología, BioCubaFarma, el Instituto
de Inmunología Molecular entre otros.
A esa fecha los científicos cubanos habían descubierto la proteína, la molécula
y el antígeno que conformarían su vacuna y disponían de la plataforma
tecnológica para continuar las fases de investigación que deben concluir el 31
de enero de 2021. De alcanzarse el éxito que se espera con esa vacuna, probablemente
al primer cuatrimestre de 2021, Cuba y los países del ALBA estarían entre los
primeros en disponer de ella y sería ese tipo de integración, el único a nivel
del Tercer Mundo que habría descubierto una vacuna contra la COVID-19 y la
estaría aplicando masivamente en toda la población.
El 2 de octubre arribó a Venezuela un lote de la vacuna rusa Sputnik V como
resultado de un acuerdo bilateral a partir del cual Venezuela se incorpora al
ensayo clínico de ese fármaco en su tercera fase.
De esa forma, dos países del ALBA están más cerca en que en Latinoamérica y
el Caribe de disponer de una vacuna contra la COVID-19 que servirá para
inmunizar a toda la población y compartirla con otros pueblos del mundo.
Más allá el impacto político de esa noticia, no hay que ser necesariamente
académico, ni avezado en términos de política y economía para entender la
importancia estratégica que significa para países que viven del turismo -como
lo son la mayor parte de los miembros del ALBA-
disponer de una vacuna que inmunice a la población y le otorgue
seguridad sanitaria a esos destinos turísticos que no sólo seguirían
clasificando entre los más bellos del mundo, sino entre los más seguros.
ALBA sigue probando que es una opción integracionista que es más funcional
a los desafíos globales y regionales que vamos a enfrentar ahora y hacia
adelante; que puede ser un referente de ese otro mundo posible y necesario y ha
probado desde su fundación (diciembre de 2004) que sirve para mejorar la
calidad de vida de los pueblos y salvar vidas, aun cuando no haya alcanzado los
mismos resultados en la sostenibilidad económica; ahí está uno de sus
principales desafíos.
La otra, la integración capitalista nunca probó su competencia para salvar vidas; esa no es su meta. Su
objetivo principal fue -y siguen siendo- promover el comercio, las inversiones
de capital y la ganancia, pero ahora tampoco sirve para salvar la economía.
Con varias crisis en pleno
desarrollo que deben acompañar buena parte -o todo- el Siglo XXI, es atinado
entender que la pandemia actual no es la última, ni la única que puede impactar
al mundo -o parte de el- en los próximos decenios. Ya antes de la COVID 19 otras epidemias alertaron al mundo sobre los
riesgos y desafíos que se vivían([10]) y hay
condicionantes que sugieren que pueden emerger otras.
Los especialistas dicen que hay factores macrodeterminantes globales
capaces de generar nuevas tensiones sanitarias como las crisis simultaneas que
están en pleno desarrollo, la enorme interconexión global entre países y
personas, el cambio climático, la pobreza global que determinan indistintamente
expansión de la frontera agrícola, alta concentración de excretas,
megaincendios, desastres climatológicos, hidrológicos y meteorológicos que
destruyen hábitats animales e implican que estos se desplacen hacia cualquier
lugar y puedan interactuar directamente con humanos y trasladarle sus
contaminantes.
Eso es una realidad que puede acompañar a la humanidad en el presente siglo
y ante la cual, lo más funcional es la responsabilidad, la cooperación y la
solidaridad global. Hasta el presente sólo ALBA, sin haber alcanzado aún todo
su potencial de desarrollo, indica que es una entidad mejor preparada para
enfrentar esos desafíos y atender las emergencias de los pueblos.
Los desafíos sociales de ahora -y los que se avecinan- son enormes. ALBA tiene lo social entre sus principales ejes articuladores y eso condiciona una respuesta económica que esté a la altura de los gastos en materia de desarrollo social, sostenibilidad de los logros que se alcanzan y la respuesta emergente que deba darse ante nuevos eventos extremos entre los cuales no sólo clasifican eventos sanitarios, sino también climatológicos y meteorológicos asociados al cambio climático.
Notas
[1] Crisis económica, ambiental, social, energética, hídrica, alimentaria y ahora también sanitaria.
[2] Interacción entre las defunciones y las causas médicas que las producen en un periodo de tiempo y espacio concreto.
[3] Incluye desembolsos efectuados para financiar servicios prestados a particulares y a colectivos en distintos niveles de atención, tanto preventivos como curativos.
[4] El Mersocur está integrado por Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay como miembros plenos.
[5] La Comunidad Andina de Naciones la integran Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia como miembros plenos.
[6] El CAFTA-DR lo integran Estados Unidos, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Guatemala y República Dominicana.
[7] Antigua y Barbuda, Cuba, Dominica, Granada, Nicaragua, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas y Venezuela.
[8] Personal médico, paramédico y de enfermería especializado en el combate a graves epidemias y problemas de salud asociados a megadesastres naturales o de otro tipo. Esa brigada lleva el nombre de Henry Reeve en honor a un patriota de origen estadounidense que peleó junto a los mambises cubanos en la guerra de independencia contra España en el siglo XIX.
[9] Ese mismo día Estados Unidos sacaba a los sitios web de la Mesa Redonda de la televisión cubana y al canal Cubavisión Internacional de las redes de youtube y goglee por donde se trasmitirá al mundo el hallazgo científico cubano. ¿Casualidad o causalidad?. Probablemente otra vez Sancho Pansa le diría al Quijote “Sr. los perros ladran, señal que cabalgamos”.
[10] Otras epidemias recientes han como el SARS de 2002, la gripe aviar de 2005, la gripe porcina de 2009 y el MERS de 2012 y el Ebola en 2014
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