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"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

jueves, 8 de abril de 2021

¡Ave pizza! los pizzaadictos te saludan

 

SINE DIE 2021 

                     SEGUNDA SERIE   # 23                    

 

Abril 7 de 2021

Juan M Ferran Oliva

FIAT PANIS   (hágase el pan)

Lema de la FAO.

 


La pizza es uno de los elementos que componen la vasta gastronomía italiana en medio de sus proverbiales pastas[1]. Tiene  personalidad propia con cercanía al pan, alimento inmemorial consistente en una masa de harina horneada con sal  y agua. La Real Academia aceptó el nombre original italiano y la define como una torta guarnecida básicamente con tomate y queso. Se incorporó a la dieta cubana en el entorno de 1970, Su expansión en el elenco gastronómica local es tal que pudiera otorgársele una carta de ciudadanía natural.

Por lo general la generación inmediatamente posterior a 1959 solía preferirla a los bistecs de res, lo cual asombraba a los mayores  más proclives a la carne vacuna. En los días que corren  esta sólo aparece en spots publicitarios que anuncian su futuro luminoso. Antes, con 6 millones de pobladores, contábamos con igual cifra de bovinos y estadísticamente  tocábamos a uno per cápita. Hoy, con más de 11 millones de habitantes tenemos menos de 4 millones de vacas, toros y novillos. Parecen   una especie  en extinción.  Los planes y las experiencias genéticas desarrollados no han seguido la dinámica poblacional.  El ganado vacuno daba carne, leche, cuero, sebo, mondongo  y botones. Junto con otras especies fue introducido en la Isla por los colonizadores. El clima y la ausencia de depredadores (salvo el hombre)  propiciaron una cabaña cimarrona. En los primeros siglos coloniales  la demanda de cueros fue tan grande que se cazaban y sacrificaban animales tan solo por su pellejo, el resto se abandonaba a los carroñeros.  Tradicionalmente fue una carne más barata que la porcina y aviar.

Su virtual ausencia en estos momentos, unida a la  escasez y precio de sus sucedáneos cárnicos, genera una tendencia al consumo de vegetales a los que  se atribuye ser más sanos. Los vegetarianos no renuncian al huevo y a los lácteos, pero  los veganos, por el contrario, se abstienen de todo tipo de productos de procedencia animal. En ambos casos las proporciones de sus seguidores son  insignificantes.

El elenco de las farináceas es amplísimo en el área latina: torta, empanada, pizza,  mona, coca, panqueque, fogassa,  ensaimada y muchas variedades más. En el área sajona sucede algo similar. Un acercamiento racional puede  tomar  como representativas de tan vasta familia  a la coca catalana, la empanada gallega y  la pizza napolitana. Las tres subliman el pan redondo conocido desde tiempos inmemoriales

En la Corona de Castilla, a la cual pertenecía Galicia, se hizo fuerte la empanada. De allí se difundió por todos sus reinos y llegó a la América Hispana.  Es redonda pero en algunos lugares adopta la forma de una media luna. Sus variedades saladas se rellenan con carnes, embutidos, pescados, vegetales, confituras o combinaciones. Las hay dulces generalmente a partir de frutas acarameladas.

La coca predominó en los reinos de Aragón, Valencia y Mallorca. y el Principado de Cataluña; es decir en la Corona Catalano Aragonesa. También en Andorra y  las cercanías occitanas. Sus ingredientes acompañantes no van de relleno como en la empanada sino montados sobre la masa panificada. También las hay saladas, dulces, con frutos secos y  huevos duros. Se elaboran en distintos tamaños y algunas tienen forma de una gran rosca con un agujero en el centro. Aunque se consumen todo el año, suelen estar vinculadas a determinadas festividades de origen religioso[2].

Las primeras referencias de la pizza, como tal, proceden de Nápoles en el siglo XVIII. Según parece le dieron forma añadiendo queso y tomate al pan. Dicha ciudad se acredita su cuna.  Se cuenta que en los momentos de su aparición el rey Fernando I[3], disfrazado de plebeyo bajaba a Nápoles para paladearla pues en la corte de Caserta[4] era mal considerada. Tradicionalmente se denomina napolitana a la variedad sin otras guarniciones complementarias. No existan modalidades dulces, ni obedece a celebraciones festivas o religiosas[5]. Aparte de sus bondades organolépticas ha incidido en su difusión el sentido empresarial italiano.

Las guarniciones  de la empanada se insertan en su interior; en la coca y la pizza se montan y esta última no tiene variantes azucaradas.  En definitiva  la mayor diferencia entre estas tres modalidades tomadas como modelo  radica en el ámbito comercial. Hoy en día  la pizza es conocida y aceptada en cualquier rincón del mundo. La empanada y la coca se limitan a marcos locales.

Fumo di Londra (Humo de Londres) es un filme de la época del cine de oro italiano.  Alberto Sordi, su protagonista,  representa a un fabricante de calzado italiano que experimenta  una  admiración hiperbólica por la cultura inglesa. Viaja a Londres para disfrutarla. Una vez llegado  y vestido de ocasión  -bombín y paraguas incluidos-  se dirige a la zona de restaurants con el propósito de paladear la cocina británica. Queda perplejo. Ante él se abre  una calle inundada  de anuncios de neón anunciando exclusivamente  pizzerías y trattorias[6]

Fin



[1] Se cuenta que las pastas tienen su origen en China desde donde fue traída en el siglo XIII por Marco Polo. Hay otros criterios al respecto- Quien se aventure en la gastronomía italiana  se asombrará de la variedad, tan amplia como la propia geografía, de la Península y sus islas.

[2] Navidad, Pascua Florida, San Juan y otros.

[3]  Fernando I (1751-1825), hijo del que fuera rey de España,  Carlos III.

[4] El Palacio Real de Caserta  -Reggio de Caserta- de estilo versallesco está situado a unos 20 km de Nápoles. Servía  a los monarcas del Reino de Nápoles y las Dos Sicilias. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad y es actualmente un museo.

[5] Las iniciativas promovidas por la competencia  pudieran dar origen a alguna modalidad dulce, pero de hecho no existe. Hace muchos años viví en Nápoles unos meses. Recuerdo que en la calle se vendían unas pringosas  por unos centavos. En restaurantes, por el contrario,  se ofertaban otras de gran calidad…y precio.

[6] Trattorias son llamados en Italia los pequeños restaurantes. No venden tractores

 

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