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sábado, 5 de febrero de 2022

Boric presidente ¿Integración o división en Latinoamérica? Parte IV.

 

Por Tony López R.*

La derrota de la derecha en Chile y de poderosos e importantes sectores empresariales y pinochetistas, abrió un histórico escenario en ese país austral, en las pasadas elecciones, al elegir a Gabriel Boric, un candidato a la presidencia de la agrupación Apruebo Dignidad, compuesta por una alianza de organizaciones progresistas y de izquierda.

Este histórico acontecimiento, solo se pondrá en vigencia sí, el presidente Boric y el nuevo gobierno aplican la política de realizar profundos cambios estructurales, económicos, políticos y sociales, que él y su equipo prometieron durante la campaña electoral.  Y en ese sentido lo primero es fortalecer la unidad de las distintas fuerzas políticas dentro del gobierno y desarrollar una dinámica en la que el centro de sus objetivo y trabajo sea cumplir el programa proclamado en la campaña electoral.

Diversos medios de la izquierda chilena y extranjera, más por los deseos, que por la realidad han comentado que, con este triunfo, se abrirían las Grandes Alamedas, como lo había prometido el presidente-mártir Salvador Allende. Un objetivo de su Presidente y el pueblo chileno que fue abortado brutalmente, por el sangriento golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973.

A un mes de ser elegido. El presidente Boric, dio a conocer la composición de su gobierno y quienes ocuparan las principales carteras ministeriales y por sus historias y cargo pueden los lectores sacar sus conclusiones. No olvidar que, en política, una cosa es la que se dice en campaña y otra la que se hace al llegar al poder. Al parecer, es lo que está sucediendo hoy en Chile.

Esos principales cargos, han sido ocupados por personas que no están en la línea, proclamada en campaña. Por sus currículos, no parece que promoverían y mucho menos apoyarían cambios estructurales de fondo. Especialmente en economía, política exterior y educación.

En Hacienda nombraron al actual presidente del Banco Nacional, Mario Marcel, un ultra defensor del modelo neoliberal. Mientras que, en Economía, Fomento y Turismo, designó a Nicolas Grau, profesor universitario, pero según personas cercanas, es defensor del actual modelo, que se puso en práctica en Chile hace 40 años.

La cancillería la ocupará la empresaria Antonia Urrejola muy cercana a Michelle Bachelet, quien la recomendó a José Miguel Insulsa y con él se desempeñó como su mano derecha en la Secretaria General de la OEA.  Cuando el Golpe de Estado en Honduras en el 2009 al presidente Manuel Zelaya, como se sabe la OEA, termino respaldando al gobierno de Roberto Micheletti, impuesto por los militares y ella jugo un papel de respaldo a esa política indicada por Estados Unidos.

Concluido el mandato de Insulsa, ella continuó en la OEA y Luis Almagro la ubicó en la CIDH, cuyo papel fue meter bajo la alfombra los horrores de gobiernos represores como el de Colombia, Ecuador, Honduras. Fue cómplice de Almagro, al esconder los horrores de lo sucedido durante el periodo del gobierno golpista de Jeanine Añez, en Bolivia.

En el 2018 fue elegida por Luis Almagro para integrar la CIDH por un periodo de 4 años. Ex relatora para Cuba de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, lo que ha sido interpretada por la derecha que en el gobierno de Boric, le dará continuidad a la política de Estados Unidos de dividir a los latinoamericanos y caribeños y promover la política de excluir a Cuba, Venezuela y Nicaragua, bajo el falso criterio de que se trata de países, donde se violan los derechos humanos, son dictaduras y no hay libertad de expresión.

La designada canciller Urrejola, desde la CIDH se destacó por su labor de denunciar al presidente Daniel Ortega de Nicaragua sin ninguna razón y prueba de violar los derechos humanos en los sucesos protagonizados por la contrarrevolución nicaragüense en el 2018. Mientras que fue probada por declaraciones de algunos de los organizadores de aquellas acciones violentas y criminales, en el juicio donde fueron procesados por la justicia nicaragüense, que esas acciones fueron organizada, dirigidas y financiada por la CIA.

Esa injerencia estadounidense la denunció el gobierno sandinista, pero los medios hegemónicos callaron. El gobierno de Ortega enfrentó la agresión y defendió a un gobierno democráticamente elegido y en defensa del Estado de derecho imperante y de su pueblo.  De Estados Unidos y sus responsabilidades en los monstruosos y criminales hechos cometidos por los CONTRA, ni condena, ni una palabra de la OEA y su DIDH. 

De igual modo los graves sucesos en su país el 18 de octubre del 2019, escenificados por las fuerzas represoras del gobierno de Sebastián Piñera, el informe sobre esos hechos aun cuando fue investigado por la CIDH en el 2020, ella, en su condición de presidenta de la CIDH nunca lo presentó

Por supuesto que el nivel de relaciones de esta funcionaria de la OEA gozó y goza de la confianza del Departamento de Estado, de los Estados Unidos. Muchos se preguntan, como si la señora Urrejola no tenía relaciones con el Presidente fue escogida para Canciller, cuando la única relación entre ambos fue por un tweet de Boric felicitándola por su trabajo en la CIDH y en el cual él le decía:

“Antonia, tu trabajo deja una huella de defensa irrestricta de los derechos humanos que a muchos nos enorgullece, mi respeto por todo lo, obrado hasta ahora no me cabe duda de que donde estés seguirás siendo un tremendo aporte a la justicia y al respeto de los DDHH. Un abrazo”. Una fuente amiga desde Chile me asegura, que Boric, atendió la propuesta de Michelle Bachelet de nominarla para canciller.

En el mandato de Boric, de acuerdo a sus recientes declaraciones a la BBC de Londres, indican que su posición sobre las relaciones con Latinoamérica, estarán centrada en estrechar relaciones con Bolivia y con Gustavo Petro y Lula Da Silva, si estos ganan la presidencia.

A la pregunta sobre Nicaragua y Venezuela, refirió que Venezuela es un país fracasado por los 6 millones de emigrados que abandonaron el país, pero no dio ningún criterio sobre Nicaragua y no se refirió a Cuba, tampoco le preguntaron.

De la política de Estados Unidos hacia Latinoamérica no hizo ninguna mención. Por lo que las crueles sanciones al gobierno venezolano y el apoyo de Washington a una oposición terrorista encabezada por Leopoldo López y Juan Guaidó, no fue mencionada por Boric.

Mucho menos las acciones de violencia y sabotajes, orientados desde Estados Unidos, organizados y dirigidos desde Colombia cuyo apoyo a la oposición terrorista y al narco-paramilitarismo en Venezuela han sido denunciados y verificados por el   gobierno venezolano. Las declaraciones de los terroristas capturados en la Operación Gedeón, así lo demostraron. Esos hechos, las sanciones y el bloqueo financiero y comercial han sido los causantes de provocar esa diáspora, que por cierto, se ha reducido bastante debido a la política del gobierno de Maduro con el Plan Vuelta a la Patria.

Muy especialmente se han acogido a ese Plan del gobierno de Venezuela los que habían emigrado a Chile, Brasil, Ecuador, Perú y Colombia, donde esos emigrantes venezolanos han sido humillados, ultrajados y en algunos casos, como en Colombia, han sido asesinados. Tampoco se refirió el presidente Boric, a la integración de Latinoamérica y ni una sola palabra de apoyo a la CELAC y a UNASUR.

Las designaciones en otros ministerios como el de Defensa donde se designó a Maya Fernández Allende, hija del cubano Luis Fernández Oña y Beatriz Allende y nieta del expresidente Allende, no creo que haya tenido la intención de molestar a las FFMM, más bien puede interpretarse como un mensaje hacia la izquierda que ha dado lugar a que muchos medios señalen, que este nuevo gobierno podrá dar paso a la apertura de las Grandes Alamedas, como lo soñaba el presidente-mártir Salvador Allende.

Todo esto lo refuerza el nombramiento de dos militantes del Partido Comunista, Jeannette Jara, en el ministerio de Trabajo y de Camila Vallejo como vocera del gobierno con rango de ministra. La ministra Jara tendrá una dura faena porque es el ministerio al que más acuden los trabajadores y exigen al empresariado respaldo a sus reclamos, tanto salariales como de prevención social, de no solucionarse las demandas a favor de los obreros, esto tendrá un costo político para la ministra y su partido.

Camila Vallejo en su función de vocera

Camila Vallejo en su función de vocera y uno de los cargos de más exposición política pública, ya adelantó, al conservador diario El Mercurio, sobre si el gobierno desarrollará una política de izquierda, lo siguiente: “Es un gobierno de centroizquierda que tiene un programa que recoge aspectos de la socialdemocracia europea, pero atendiendo a las demandas contemporáneas” Para buen entendedor con pocas palabras bastan, Camila retrató la ruta que seguirá este gobierno.

No puede afirmarse qué, las acciones estudiantiles del 2006 de los “pingüinos” y las que se produjeron en el 2011 que encabezara un grupo de jóvenes entre ellos Gabriel Boric, contra la política educativa privatizadora y otras importantes demandas económicas y sociales al gobierno de Sebastián Piñera, fueran decisivas, para que el electorado chileno se pronunciará en las pasadas elecciones presidenciales del 19 de diciembre del 2021 a favor de Boric.

El tema es más complicado, pero muy claro, no fueron aquellas acciones estudiantiles valientes y justas, pero sin resultados en los objetivos, negociadas y pactadas, con los gobiernos de la Bachelet en el 2006 y con Sebastián Piñera en el 2011. Lo que ha fracasado es el modelo económico, político y social, ciertamente mutado de una dictadura a una “democracia” tutelada por el pinochetismo, a los gobiernos de la transición, Concertación y la Nueva Mayoría. 

El estallido social de octubre del 2019 fue el verdadero motor, que impulso a que el pueblo decidiera elegir a este joven presidente, era una crisis política seria y tal es así que el candidato de las elites de poder y representantes del pinochetismo, perdieron la presidencia, porque un importante sector de la población y que en la primera vuelta se habían abstenidos en votar  por Gabriel Boric,  decidieron apoyarlo en la segunda vuelta  y evitar que la derecha y extrema derecha pinochetista resultara la ganadora.

Ese sector político de una izquierda consecuente, está en Chile presente y frente al nombramiento de Mario Ávila como ministro de Educación, el Movimiento Unidad Docente, se opone, porque Ávila tiene un proyecto llamado Educar Chile, que sostiene la tesis de la privatización de la educación. Son como se aprecia contradicciones que se presenta en la composición del nuevo gobierno.

Tampoco soy ajeno a la muy fuerte oposición que tendrá el gobierno de Boric, en el Congreso y especialmente en el Senado, tampoco de los sectores pinochetista que desde sus Partidos tradicionales harán una fuerte oposición, me refiero a la UDI (Unión Democrática Independiente), Renovación Nacional (RN) y sectores de la Democracia Cristiana y por supuesto el perdedor Partido Republicano de José Antonio Kast. Y sectores activos y retirados de las Fuerzas Militares, muy comprometidos con la represión y de apoyo al Golpe Militar del sangriento 11 de septiembre de 1973.

Frente a este muy complejo escenario político, solo una exitosa Carta Magna que surja de la Convención Constituyente, actualmente sesionando y en debate, que elimine de raíz la Constitución de 1980, que dio respaldo a los horrores de la dictadura de Pinochet, es el más importante instrumento legal y constitucional que puede dar garantías y apoyo a las propuestas y leyes que el gobierno se propongan en beneficio del pueblo.

Teniendo en cuenta este panorama por la composición del gobierno de Boric, esperemos que el equipo ejecutivo seleccionado, no sea la continuidad del actual sistema. Tampoco será, como lo fueron los gobiernos de la Concertación, los tiempos y el escenario económico, político y social no es el mismo. Hoy es un teatro aún más complicado en lo que a la economía se refiere y a la crisis política, social y xenofóbica con los pueblos originarios chilenos, que mantienen el actual gobierno de Piñera y que el nuevo gobierno de Apruebo Dignidad tiene el serio reto de hacer cambios de fondo

Notas:

* Periodista, politólogo y analista internacional. Colaborador de PIA Global

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