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miércoles, 3 de agosto de 2022

¿Por qué no relanzar las sociedades mercantiles en Cuba?

La centralización económica y el verticalismo han constituido una barrera para el mejor desempeño de las empresas cubanas.

Por  Omar Everleny, OnCuba



La sociedad mercantil es la personalidad jurídica creada para iniciar una actividad económica con ánimo de lucro. Los tipos de sociedades pueden ser varios, dependiendo de la organización de la actividad económica, la relación entre los socios, la responsabilidad, el riesgo asumido y el objeto social.

La legislación vigente en Cuba es coherente en el tratamiento de las sociedades como personas jurídicas. El Código Civil en su Artículo 39.2 inciso ch), el Código de Comercio en su Artículo 119 y la nueva Ley de Inversiones Extranjeras en su Artículo 13.7, concuerdan en que la existencia de una sociedad (mercantil o civil) depende necesariamente de su constitución en escritura notarial, que ha de inscribirse en el Registro público correspondiente.

En el caso cubano, existen sociedades mercantiles en forma de sociedades anónimas, conocidas por su abreviatura “S. A.”, un tipo de sociedad mercantil en la que la responsabilidad de los socios se limita al capital que han aportado. 1

Sus participantes poseen acciones que pueden venderse libremente en los mercados; es decir, tienen la denominación de socios transferibles. Los accionistas de una sociedad anónima suelen reunirse cada cierto tiempo (lo normal: periodos de un año) en una junta de accionistas, estructura en la que se discuten y adoptan las medidas y decisiones fundamentales en la vida de la empresa.

Dentro de las denominadas empresas estatales cubanas, por diferentes coyunturas económicas y otras causas, se crearon las sociedades mercantiles 100% cubanas, inicialmente empresas autónomas. Incluso cuando hubo diferenciación de chapas vehiculares, dichas estructuras no tenían el color de las chapas de las empresas estatales clásicas. Los capitales extranjeros negociaban directamente con ellas . Y se obtenían buenos resultados.

Esas sociedades mercantiles se constituyeron a partir de instituciones empresariales cubanas y formaron el componente de la economía emergente de mayor importancia por su conexión con los organismos cubanos y por su flexibilidad a la hora de obtener financiamientos. Surgieron, en primera instancia, con el objetivo de realizar operaciones de comercio exterior en mercados internacionales.

Por decisiones del país, hoy la mayoría de esas empresas funcionan como empresas estatales clásicas con muchos impedimentos para su vida y eficiencia. Un grupo desapareció del horizonte visual.

A mi juicio, hoy esas sociedades mercantiles pudieran funcionar como en el pasado, solo habría que darles las facilidades que tienen por ley. No hay que inventar nada, ni estudiar medidas para un nuevo accionar. La supresión de las disposiciones que las hacen inoperantes pudieran darle mayores utilidades y dividendos al Estado cubano.

No tiene sentido crear una Pyme estatal si ya existen sociedades anónimas que no funcionan como tal, pero que antes funcionaron. Dicho de otra manera, ¿para qué incursionar en nuevas variantes de estructuras institucionales si las que están aprobadas jurídicamente no funcionan?

Una de las 75 medidas anunciadas recientemente en el noveno Periodo Ordinario de sesiones de la Asamblea Nacional en su IX Legislatura sostiene que: “Incentivar especialmente el surgimiento de Mpymes estatales orientadas a la exportación‘’. Otro punto se pronuncia por avanzar en la constitución de empresas mixtas estatales-privadas, medidas útiles para el avance de la economía, pero su objetivo es parecido al de las empresas S. A. cubanas, que se mantienen atadas de acuerdo con el objeto social para el que fueron creadas. ¿No sería factible revisarlas a fin de que contribuyan más con la sociedad cubana?

En su momento el Estado gastó recursos para estructurar esas formas de gestión desde una base legal.

 

 Tabla 1: Entidades por formas de organización

En 2021, de las 258 sociedades mercantiles existentes se encontraban concentradas en el Grupo de Administración Empresarial S. A., más conocido como GAESA, el 17%, el 13% en el Ministerio de Turismo y el 9% en el de Transporte. En ramas tan sensibles en la producción de bienes industriales y agrícolas no sobrepasaban el 3%.


Fuente: ONEI. Anuario Estadístico de Cuba. Capítulo 4. Organización Institucional.

Una Mipymes es una sociedad mercantil, hay que esperar que la apruebe el Ministerio de Economía, pero en rigor se crea ante notario público, con una escritura notarial. Solo hay que inscribirla en los registros nacionales de acuerdo con la actividad que realiza. Pero todavía se sigue regulando hasta la cantidad de actores por actividad. Sin ninguna lógica.

¿Para qué tanta burocracia a la hora de formar nuevas sociedades mercantiles cuando el solo hecho de liberarlas de las limitaciones que le han impuesto daría mejores resultados? Internamente, se cierran los procederes, se ralentizan. Muchas de estas S. A. no lo son actualmente. Son empresas estatales socialistas. Además, estaban bajo estructuras ministeriales que no cumplieron con una medida más antigua: dedicarse a funciones estatales y no administrativas. Los ministerios entorpecen, debilitan e imposibilitan su legal y natural desempeño. Ahora que se plantea una reorganización de las estructuras ministeriales, pensar sobre este aspecto sería valido.

La dramática situación en que se encuentra la economía cubana obedece a múltiples causas, entre ellas el bloqueo de Estados Unidos, la crisis global y, el incremento de los productos básicos, entre otras; pero también hay un manejo de la economía interna que ha exhibido y aún exhibe enormes fallas de diseño. La muestra más fehaciente es la Tarea Ordenamiento, implementada en enero de 2021. Ha traído numerosos desequilibrios, sobre todo la pérdida del poder adquisitivo de las familias cubanas. Es necesario acudir a las reservas que hay en el país. Entre ellas estaría recuperar el papel que llegaron a tener las empresas mercantiles de capital 100% cubano.

La vida ha demostrado que la centralización económica y el verticalismo han constituido una barrera para el mejor desempeño de las empresas cubanas. Aunque en un corto plazo haya sido necesario concentrar recursos materiales y financieros, en el mediano y largo plazos ha significado un retroceso y una descapitalización de las empresas.

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Nota:

1 Sociedad mercantil de capital 100%: son formas organizativas de la producción que se estructuran como sociedades anónimas de capital totalmente nacional. Se constituyen por escritura notarial y se inscriben en el Registro Mercantil. Fuente: Anuario Estadístico de Cuba. Capítulo 4. Organización Institucional.



Recibió el doctorado de Economía de la Universidad de La Habana y la maestría en Economía y Política Internacional en el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), México DF. Sus publicaciones recientes, incluyen, entre otras The Cuban Economy in a New Era: An Agenda for Change toward Durable Development, con Jorge I. Domínguez y Lorena Barberia, Harvard University Press, 2017; “La economía cubana: evolución y perspectivas ”, Estudios Cubanos, no. 44, University of Pittsburgh Press, 2016; “Foreign Direct Investment in Cuba: A Necessity and a Challenge”, A New Chapter in US-Cuba Relations, editado por Eric Hershberg y William M. Leogrande, Palgrave Macmillan, 2016; Miradas a la economía cubana: un análisis desde el sector no estatal, Editorial Caminos, La Habana, 2015.

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