Después de un verano de largos e inoportunos apagones, las reparaciones en marcha de la industria termoeléctrica redujeron parcialmente el déficit de electricidad.
POR SU PROPIO PESO Redacción IPS Cuba 7 septiembre, 2022
Indirectamente afectada por el incendio de Matanzas, la termoeléctrica Antonio Guiteras es una de las cinco que en estos días sincronizaron sus unidades al Sistema Electroenergético Nacional.
La reincorporación casi simultánea de cuatro unidades termoeléctricas el fin de semana pasado trajo a Cuba algún alivio frente a los apagones. Los calores del verano habían agravado al máximo la insuficiencia de electricidad experimentada este año. El gobierno, sin embargo, avisó días antes que las reparaciones para recuperar la capacidad de generación serán graduales y demorarán hasta diciembre.
La Unión Eléctrica anunció en la mañana del domingo pasado que la Central Termoeléctrica Antonio Guiteras, de Matanzas, consiguió sincronizarse al Sistema Electroenergético Nacional en la madrugada, con una unidad de 130 megaWatts (MW).
El sábado se conectaron la unidad 2 (65 MW) de la Termoeléctrica Ernesto Che Guevara, de Santa Cruz del Norte, provincia de Mayabeque, colindante con la capital, y la unidad 5 (75 MW) de la Renté, en Santiago de Cuba, oriente de la Isla. A estas incorporaciones le antecedió por dos días el bloque 1 de la Termoeléctrica de Felton, provincia de Holguín, considerada la mayor y más moderna del país junto con la Guiteras.
Las sucesivas conexiones se sintieron de inmediato en una economía que cuenta con ocho centrales termoeléctricas, dotadas con un total de 20 unidades o bloques generadores, de los cuales seis permanecen fuera de servicio aún. Otras opciones de suministro eléctrico son las fuentes renovables de energía, sobre todo fotovoltaica, y los grupos electrógenos.
Como en los años 90, los largos apagones hicieron más agobiantes los calores del verano en Cuba.
Frustración en el verano
En agosto, la distribución registró déficits superiores a mil megaWatts de electricidad, un tercio de la demanda potencial de electricidad del país en horarios de mayor consumo. En esos momentos, la demanda oscila en torno a 3.000 MW frente a una capacidad de generación instalada de 2.680 MW, reducida además por las roturas. Para agobio de la población, los apagones se agudizaron durante largas horas en el verano.
A pesar de la relativa mejoría a inicios de septiembre, el director técnico de la UNE, Lázaro Guerra, insistió en sus informes habituales de la televisión, en que persistirá un déficit en torno a 600 MW en la distribución. Seis unidades detenidas por averías es la razón.
Dos bloques permanecen fuera de servicio en la termoeléctrica Máximo Gómez, del Mariel, por un incendio que dañó en marzo a la unidad 7 e inhabilitó a la 6, estrenada poco antes. El bloque 5 de esa entidad tampoco ha conseguido sincronizarse al sistema, como se esperaba. En reparaciones se hallan igualmente la unidad 4 en la termoeléctrica de Nuevitas, Camagüey, el 2 de la Felton y la Otto Parellada, conocida como Tallapiedra, en la capital.
Los incendios y accidentes que padecieron de manera diversa las termoeléctricas de Mariel, Felton y Guiteras frustraron el anuncio que hizo en julio el Presidente Miguel Díaz-Canel, de reponer en agosto parte de la capacidad de generación.
Reparaciones en marcha
La reparación de la unidad 6 del Mariel puede demorar medio año o más, a juzgar por las previsiones gubernamentales. El ministro de Energía y Minas, Liván Arronte Cruz, informó que ya han adquirido todo el equipamiento necesario para reparar esta unidad, “pero algunos componentes tienen seis meses o más para su entrega por el fabricante, y ello imposibilita repararla en el tiempo que quisiéramos”.
Según reconoció el ministro, las termoeléctricas cubanas han acumulado un gran deterioro por falta de mantenimiento en estos años de contracción económica de la pandemia. Por tanto, consideró “imposible que se puedan solucionar todos los problemas a la vez. Se tiene que hacer de forma gradual”.
El consumo de un petróleo crudo cubano con alto contenido de azufre agrava el deterioro de las calderas y otros conductos en las termoeléctricas.
En otra intervención televisiva, Díaz-Canel también achacó esta acumulación de problemas a “las afectaciones sistemáticas que nos ha provocado el bloqueo (de Estados Unidos), que dejó al país sin financiamientos posibles para realizar las labores de mantenimiento, de reparación y de nuevas inversiones que necesitaba el sector”.
El mandatario informó que el gobierno se ha propuesto ahora una estrategia con tres objetivos: “primero, en el menor tiempo posible alejarnos del apagón, minimizarlo, y eso tenemos como propósito lograrlo antes de que finalice este año. Un segundo objetivo es desarrollar durante el 2023 un grupo de inversiones y de mantenimientos que den estabilidad al Sistema, que lo robustezcan. Y un tercer punto, como parte de todo lo que se está haciendo y de las nuevas inversiones, es cambiar la matriz energética”.
Arronte Cruz informó, a su vez, que con las inversiones en marcha esta industria se propone recuperar, antes de concluir el año, 489 MW de potencia, de los cuales 291 MW son por limitaciones tecnológicas en la generación térmica y 198 MW en la generación distribuida. Otras inversiones apuntan a incorporar a finales de año 531 MW más, dijo.
La más reciente sincronización de cuatro unidades termoeléctricas al Sistema llega como oportuno aval a estos planes, que el gobierno se propone complementar con un plan de contingencia para reducir la demanda y el consumo de electricidad mientras duren los actuales contratiempos. (2022).
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