Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

miércoles, 5 de marzo de 2025

Una de las distorsiones mas lamentables..........


Una de las distorsiones más lamentables de nuestro proceso revolucionario ha sido confundir los alertas, las preocupaciones, la crítica a lo que no funciona, a lo que resulta inoperante, a lo errado con ataques a la Revolución y establecer una especie de pacto de silencio para no darle armas al enemigo, que existe y lo ha manifestado con creces, desde el comienzo de nuestra historia emancipadora, pero se ha ensañado en los mas recientes 65 años.

Es cierto que como sistema se ha intentado quitarnos ese lastre. En los años inaugurales se estableció un punto en todas las reuniones de critica y autocritica que fue perdiendo eficacia porque suele ser dificil encajar cualquier señalamiento critico para cualquier terrícola y mucho más autocriticarse, detectar objetivamente en que nos equivocamos a pesar de las buenas intenciones. Y más dificil aún, cuando se vive una contienda como la cubana, bajo una lupa que siempre exageró defectos y no reconocío logros.

Opiniones criticas siempre hubo de todos los temas, contradicciones también, desacuerdos, que entre los revolucionarios verdaderos expresaban el interés por enfrentar lo que consideraban dañino a la Revolución, aunque no pocos se ganaron cuando menos el calificativo de conflictivos y cuando más fueron acusados de buscar protagonismo, querer fastidiar o estar confundidos. Es una larga historia que intentó resolverse bajo el concepto de crítica constructiva y critica destructiva.

Pero lo cierto es, que a pesar de los departamentos para recoger la opinión del pueblo, las asambleas con los trabajadores,las reuniones de rendición de cuentas los congresos que denunciaron el sindrome del silencio, el secretismo, de que hubo un notable movimiento de la opinión, la critica, los analisis, de secciones dedicadas a los reclamos de los lectores, enla prensa de los años 80, no se propició una cultura del diálogo, la polémica, el debate,ni se aprovechó en su más útil posibilidad la opinión, la crítica,el debate, la polémica como formas de participación ciudadana, de gestión comunitaria de los problemas que se iban generando en la sociedad, sobre todo a partir de la crisis de los 90.

Llegaron Internet, las redes sociales, la nuevas plataformas comunicacionales y se produjo el gran desbordamiento, aupado por la guerra mediática, pero también porque la situación económica se fue deteriorando y con ella, como suele ocurrir en las crisis profundas, se han producido involuciones en los ámbitos éticos, morales, espirituales.

Negar esa parte poco amable, dramática, de la realidad es darle fuerza al enemigo que las revela como descubrimiento, porque los temás más álgidos no tienen eco en la prensa, ni las tantas preguntas que se hacen los ciudadanos sobre temas que no entienden que van desde la construcción de edificios que rompen la armonía urbanisticas, hasta celebraciones fastuosas en un barrio que va perdiendo su notable arquitectura, desde y hasta temas menos estéticos de las penurias cotidianas que empobrecen la dignidad de quienes no sufren los rigores en que vive la mayoría y les resultan exagerados los pronuncismientos que alertan sobre los peligros internos que amenazan la República, mientras los externos se intensifican jornada tras jornada luego de la llegada del nuevo emperador al vecino norte.


En circunstancias tan criticas como la que se viven en Cuba, hay que escuchar al que se preocupa, al que sufre por lo que sufren los otros, al que quiere hacer sugerencias, al que quiere sembrar, al que no está indiferente y quiere participar y ser consecuente con esos llamados a desarrollar la critica, a fomentar el pensamiento cŕitico, porque el pensamiento cŕitico no sólo se ejerce contra los desmanes del enemigo, también frente a las arbitrariedades de los camaradas.

No hay mejor servicio a quienes quieren destruirnos, como sistema y nación, que la ineficiencia, la improvización, la inadecuada elección de prioridades, la prepotencia de no aceptar los errores.

No hay mejor servicio a la desunión que no escuchar la diversidad de inquietudes, propuestas, sugerencias, que no debatir tantos temas que lo ameritan, porque está en juego la soberanía de la nacióny para defenderla hay que incluir a todos los dispuestos. Ese es el sostén seguro de la unidad.

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