Fotos Claudia Camps
12 Mayo 2015 - 3:55am
Recientemente se dieron a conocer cifras económicas preliminares del pasado año en el Panorama Económico y Social Cuba 2014 editado por la Oficina Nacional de Estadística e Información, lo cual –junto a otra información disponible- permite avanzar de los estimados a cálculos oficiales para ofrecer una visión más precisa de los resultados obtenidos en el período.
En este sentido, no debe pasarse por alto que 2014 no fue un buen año para la economía nacional, ya que de un crecimiento previsto de 2,2% -cifra calificada de insuficiente en su momento- se obtuvo 1,3% solamente, luego de un primer semestre en que el PIB solo creció 0,6%. Las fuertes restricciones financieras externas fueron el factor determinante en estos resultados, que ahora pueden apreciarse en los diferentes sectores de la economía.
Las exportaciones de bienes, como generador fundamental de ingresos del país, se redujeron en -6,8%, mientras que el recorte de las importaciones fue de -11.2%, pasando de un 19,1% del PIB en 2013 a 14,3% el pasado año. Esta reducción mayor de las importaciones hizo que el desbalance comercial de bienes se redujera en 1 280 millones de dólares de 2013 a 2014, cifra a la que –presumiblemente- no se encontró financiamiento posible y que nos está indicando parte del volumen de divisas del que no se dispuso el pasado año.
Por otra parte, el turismo como parte de la exportación de servicios creció 5,3% rebasando la cifra de tres millones de visitantes, aunque los ingresos brutos aumentaron solo 2,1%, lo que revela la tendencia a la reducción del gasto por turista/día aún presente, con una mejoría en el índice de ocupación, que pasó de 54,6 a 57,1% entre 2013 y 2014.
La contracción de los recursos disponibles impactó también en las inversiones, que se redujeron de 5 191 a 4 729 millones de pesos, para una caída de -8,9%, con una contracción del -24,6% en el componente de equipos. No obstante, no debe obviarse que en el ámbito de la política inversionista del país durante el pasado año se adoptaron significativas decisiones para impulsar la inversión extranjera, cuyo impacto solo comenzará a reflejarse durante 2015, cuando se prevé un incremento del 28,7% en el volumen de inversiones.
Igualmente, la ejecución del presupuesto previsto para el pasado año se vio afectada por el descenso en los niveles de actividad, a lo que se suman decisiones tales como el incremento de los salarios del personal de salud, que elevó los gastos de este sector en 33%. De este modo, de un déficit previsto de 3 890 millones de pesos, para un 4,1% del PIB, se alcanzó un desbalance de 5 563 millones, lo que representa el 6,8%. No obstante, la cobertura del 70% de ese déficit con títulos de deuda pública que cubren los créditos otorgados por el Banco Central de Cuba al Ministerio de Finanzas y Precios, permite manejar mejor el desbalance en comparación con la emisión monetaria que se empleaba anteriormente para ese propósito.
La decisión de incrementar los salarios de los trabajadores de la salud –decisión justa y justificada económicamente, tomando en cuenta el aporte que realizan a la balanza de pagos del país- se reflejó en el crecimiento del salario medio, que pasó de 471 pesos en 2013 a 584 pesos en 2014, para un aumento de 24%.
Lógicamente, esta medida alteró la correlación salario medio/productividad durante 2014, pero la decisión misma entraña una valiosa enseñanza. En efecto, se muestra en este caso que cuando excepcionalmente existen argumentos que violenten la proporción macroeconómica del salario con la productividad de forma puntual, se justifica su aplicación, ya que la medida redundará en beneficios superiores, más allá del momento en que se ejecute.
Como consecuencia de lo anterior también se elevó la proporción de la liquidez en manos de la población en relación con el PIB, que alcanzó 47,1%, frente a 41,8% en 2013, pero se mantiene en un rango controlable.
En términos laborales, el desempeño de 2014 resultó favorable al reducirse la tasa de desempleo de 3,3 a 2,7% en relación con el año precedente. Por otro lado, la correlación del empleo no estatal en el total se estima ya superior al 27%, con 478 951 trabajadores por cuenta propia -el 9,6% del total de ocupados- y se computaban 345 cooperativas no agropecuarias al cierre del pasado año. El 38% de estas se dedica a actividades comerciales, el 25% a la gastronomía, el 17% a la construcción y el 14% a actividades industriales.
(Continuará)
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