22 DE ENERO DE 2018.
En estos últimos días, con el titulo que encabeza este comentario, ha circulado bastante en la prensa digital y a través de los e-mails un articulo periodístico de Fernando Ravsberg. Al articulo de marras lo reproduzco mas abajo con algunos subrayados míos
Creo que ante esta informacion hay que recordar lo que nos dijo Marx en alguna ocasión: ¨si la esencia y la apariencia de las cosas coincidieran no haria falta la ciencia¨.
Me veo llevado a retrotaerme a la epoca en que, como profesor joven de ¨El Capital¨ , explicaba la naturaleza y el funcionamiento del Capital Comercial tratado en el Tercer Tomo de dicha obra.
En primer lugar haria falta disponer de una informacion que no esta en el articulo, no se obtiene a traves de las publicaciones estadisticas cubanas y no se si algun investigador y estudioso pudiera tenerlas por lo menos en parte.
1--¿Cuál es el numero total de compradores cubanos que realizan estas compras en paises extranjeros para vender en Cuba los productos adquiridos?
2--¿Cuántas veces, como promedio al año, un mismo comprador realiza estos viajes comerciales y compra fuera y vende dentro, es decir, cuantas operaciones completas de este tipo realiza como promedio anual?
3--¿Cuál es el valor promedio anual por comprador?
4--¿Cuál es el valor promedio por compra que se produce en este comercio?
5- Por lo que se entiende de lo informado los 600 millones de USD de gastos anuales de que se habla incluyen lo que se paga por las mercancias (costo o precio mercantil), pero ademas los costos del viaje, hospedaje, transportaciones, re-envases y embalajes, fletes aereos o maritimos, comisiones u otro tipo de pagos a personal vinculado en los paises extranjeros, etc. ¿Es asi?
Estos datos resultan necesarios para determinar la rotacion media anual del dinero o capital invertido y por lo tanto el monto real de este capital que debe ser logicamente una cifra bastante menor a los 600 millones de USD de que se habla.
Por ejemplo, si hipoteticamente, se tratara de un solo comerciante que hiciera una compra a comienzos de año y otra a finales de año o comienzos del siguiente, es decir una sola operación en el año, necesitaría disponer efectivamente de 600 millones de capital para recorrer el ciclo completo de comercio anual, que seria un solo ciclo: compra una vez, trae lo comprado, se pasa el resto del año vendiéndolo en Cuba, recupera lo invertido y obtiene ademas una ganancia dada, y vuelve al final con los mismos 600 millones a realizar la compra del siguiente año y así sucesivamente.
Pero si ese mismo comerciante paga en el extranjero los mismos 600 millones totales en el año pero lo hace cuatrimestralmente por partes iguales, es decir en 3 ocasiones en el año, para desarrollar su negocio necesitaría solo un capital comercial de 200 millones a los que hace rotar 3 veces en el año. Si lo hiciera cada dos meses, haría rotar su capital 6 veces y solo necesitaría desembolsar en cada ocasión 100 millones de USD y (supuestamente de los bancos del pais) solo extraería los 100 millones que invirtió en la primera vez, pues las siguientes veces se trataría de los mismos 100 millones que salen, entran, se recuperan, vuelven a salir, vuelven a entrar, etc.
Se pudiera razonar que en definitiva, bajo una u otra hipotesis, del pais salieron los 600 millones de USD en el año, lo que solo seria cierto en apariencia.
Y es que el capital comercial o mercantil se manifesta y existe, a traves de cada ciclo recorrido economicamente en la circulacion, en dos formas materiales distintas: comienza en forma de dinero (capital dinero), pero cuando el comerciante adquiere las mercancias que despues va a vender, ese capital se transfigura y regresa a Cuba revistiendo la forma material de productos o mercancias (capital mercantil). Este comerciante en este momento ha retornado al pais el mismo valor en divisas que saco pero en la forma material de productos. Su capital ha recorrido la fase D-M, que comenzo afuera pero que termina dentro del pais, al entrar a este y quedar dispuesto para su venta.
Despues viene la fase de vender a los clientes (consumidores) cubanos la mercancia traida para que su capital recorra la fase final del ciclo, la fase M-D´, y se convierta de nuevo en dinero incrementado que contiene la recuperacion de lo invertido en el costo o precio de las mercancias y en los demas gastos de transportacion y comerciales en que haya incurrido, mas una ganancia mayor o menor que es de la que se apropia el comerciante. Esta fase ocurre tambien dentro del pais.
¿A manos de quienes van a parar las mercancías traídas por el comerciante? A manos de otros cubanos que como consumidores las adquieren y con ellas satisfacen diversas necesidades. Es decir, el dinero que salio inicialmente (supuestamente de los bancos) del pais continua despues todo el tiempo dentro de este: primero en forma de mercancías aun en manos del comerciante y por ultimo en forma de bienes de consumo en manos de los consumidores.
¿De que fuentes sale el dinero conque los consumidores cubanos le han comprado las mercancías a este comerciante? Puede ser que haya salido de un salario o una pensión pero lo mas frecuente y probable es que las hayan comprado con CUC o con CUP que hayan salido de las CADECAS cambiados por nuevas divisas que el pais ingresa de los receptores de las mismas, procedentes de remesas, turistas y otros residentes que tengan otros tipos de ingresos en divisas. Puede que en casos la compra se haya ejecutado informalmente y ¨por la izquierda¨ directamente en alguna divisa extranjera sin que haya pasado por las finanzas del pais y con frecuencia estos comerciantes no cambian en los bancos los CUC y CUP procedentes de las ventas realizada, sino que lo hacen también ¨por la izquierda¨ por los receptores de divisas en dolares, que prefieren hacerlo por esta vía para eludir en parte la multa a que esta sometida la divisa norteamercana en las CADECAS. Estas divisas en que convierte el comerciante sus ingresos, no solo son en su mayor parte la recuperación del capital inicialmente invertido, sino que ademas se trata de divisas que no han entrado en ningún momento en las arcas del Estado y son por tanto divisas frescas.
Adicionalmente el comerciante debe haber pagado derechos de aduana e impuestos que representa ingresos para el pais, aunque sabemos que esto se burla muchas veces y que por estas vías se recibe menos de lo que se debía según lo legislado. No obstante hay que tener en cuenta que cuando incluso el comerciante paga sobornos, económicamente hablando, esta entregando esas divisas a manos de algún otro cubano que reside en el pais y esa divisa, aunque derivada de un acto ilegal y de corrupción, se queda dentro del pais aunque no en las arcas del Estado.
Lo fundamental es entender que, aunque supuestamente, el capital inicialmente invertido por el comerciante para comenzar el primer ciclo de rotación haya salido de un banco cubano, ya las siguientes inversiones para comenzar los nuevos ciclos salen del dinero recuperado de la primera inversión o de fuentes de divisas frescas y no es una nueva salida de divisas de las arcas del pais.
He subrayado la palabra supuestamente en varias oportunidades en que he dado por sentado que el dinero salio necesariamente de las divisas que el pais tiene en sus cuentas. Porque me inclino a pensar que la mayoría de los capitales originarios o iniciales de las actividades comerciales realizadas por cubanos a las que se refiere el articulo (y no solo en el caso de los E:U.) han salido de remesas en dinero o especie de familiares o amigos cubanos en el exterior que, a veces, ademas, son los verdaderos dueños de los negocios usando a los cubanos residentes en Cuba como sus testaferros. O han salido como una reinversion de algunos dueños de paladares o similares. O han salido de los ahorros de cooperantes cubanos en el extranjero, de los ingresos de artistas: músicos, pintores, etc. que tienen suficientes ingresos en divisas. Es difícil pesar que un cubano cuyos ingresos sean solo procedentes de sus salarios o pensiones o de los magros ingresos que tiene la mayoría de los auténticos cuentapropistas (no de los eufemisticamente llamados así pero que en la realidad son dueños de mypimes), puedan haber comprado divisas en un banco para iniciar una actividad comercial como las comentadas.
Tengo la presunción de que la actividad comercial comentada ha representado mas que una fuga una entrada neta de divisas y de capital fresco al pais, ademas de resolver necesidades que las entidades del Estado no han logrado resolver. Deben haber resultado mas que una sangría una transfusión.
Y tengo la impresión de que la no compresión de la esencia económica de esta actividad y el haberse guiado solo por sus apariencias es lo que llevo hace unos pocos años a los organismos decisores, a retirar licencias ( unas 20 000 si mal no recuerdo) que se habian concedido para ejecutar comercio minorista por cuenta propia, afectando innecesariamente a los que ya estaban empleados en dicha actividad y a la población consumidora que se vio privada de acceder a bienes e insumos que desaparecieron del mercado o se mantuvieron clandestinamente, que es lo que principalmente ha ocurrido.
Considero que de lo que se trata es de autorizar estas actividades comerciales y regularlas y controlarlas debidamente e incluso ofrecer la oportunidad de que se creen asociaciones entre el sector privado y el sector estatal cooperativo que faciliten la entrada de capital fresco para financiar la mejora que el consumo de los articulos implicados en este comercio esta reclamando la poblacion.
Espero no haberlos abrumado demasiado con esta explicacion y argumentacion y no haber resultado demasiado petulante, sobre todo ante el autor del articulo.
Ademas, puede que algunos o muchos no esten de acuerdo con mis razonamientos.
Por lo que no haya logrado o motive desagrado, pido disculpas.
Humberto Perez
Los millones que vuelan con
los cubanos
Fernando Ravsberg, enero 18, 2018
Artículos de Fernando Ravsberg, Economía, En
Portada, Política, Sociales
Un periódico español informa que decenas de
miles de cubanos viajan cada año a Guyana para “importar” productos por valor
de U$D 145 millones. El tráfico es tal que una aerolínea caribeña decidió
establecer una ruta entre los dos países.
Es difícil confirmar la exactitud de esta
cifra pero el presidente de Fly Jamaica, Ronald Reece, nos da una pista al
afirmar que inician los vuelos porque “hay muchos cubanos que
vienen a comprar aquí. Guyana es uno de los pocos lugares que pueden hacerlo
sin una visa”.
El dinero que estos “importadores” gastan en
Guyana no son pesos convertibles y mucho menos pesos cubanos. Para comprar en
aquel país se necesita llegar con moneda dura, son dólares o euros que salen,
de una u otra forma, de la economía nacional.
Otro tanto ocurre con Rusia, donde la
afluencia de compradores de la isla es tal que en algunos mercados hay carteles
en español dirigidos específicamente a los cubanos. Existe
además una red de hostales para hospedarse y otra de transporte hacia los
mercados.
Las aerolíneas mexicanas han intentado
limitar, sin mucho éxito, la cantidad de bultos y el
peso de estos. Finalmente se establecen dos colas una para los que
vienen con una maleta y la otra para los que traen aires acondicionados,
televisores o piezas automotrices.
En las calles de la zona franca de Panamá, se
escucha constantemente el acento de la isla y en las tiendas más importantes los cubanos
tienen personal exclusivamente dedicado a ellos, vendedores que conocen a la perfección las reglas de
la aduana de Cuba.
Las empresas encargadas de enviar contenedores
desde Panamá a la isla tienen grandes espacios con balanzas, para que los
cubanos re-envasen
lo que compraron hasta alcanzar decenas de paquetes con el peso máximo tolerado para no pagar impuestos al entrar a su país.
Hace un par de años ya, el gerente de la zona
franca de Colón en Panamá, Manuel Grimaldo, revelaba un dato sorprendente: “Ese
mercado cubano
de a pie que viene a Panamá representa
actualmente unos US$100 millones solo en compras dentro de la Zona”.
También a Haití viajan desde Cuba miles de
personas en busca de mercancías y allí son esperados por los mercaderes con los
brazos abiertos. Crearon incluso hostales para los compradores cubanos, donde
el hospedaje diario con desayuno cuesta apenas U$D 10.
Entre Panamá y Guyana los cubanos se gastan unos U$D 250
millones cada año, si les sumamos Haití, Rusia y México podríamos hablar de U$D 600 millones. Esa sería la
fabulosa cifra que sale de Cuba en los bolsillos de decenas de miles de
personas, dedicadas a importar por cuenta propia.
En la isla esos productos
no se venden en dólares sino en pesos, por lo cual se necesita volver conseguir
divisas dentro de Cuba para comprar en el siguiente viaje. En pocas palabras,
cada año salen cientos de millones en moneda dura, para beneficio de los
comerciantes de otros países.
EEUU es parte de otra
ecuación, el negocio del contrabando funciona ligado a las remesas familiares. Gran parte de los dólares que los emigrados
envían se utilizan para comprar mercancías en Miami, cuya venta en la isla
produce los CUC necesarios para pagar a los familiares.
La mayor parte de la mercancía entra como contrabando,
sin pagar impuestos al Estado, sea porque los importadores conocen al detalle las reglas de aduana y
las utilizan a su favor o porque conocen a alguien de la aduana que “trabaja” a
su favor.
¡ OJO ¡Quien
sostiene y alimenta este comercio es sin dudas el Estado con la escasez crónica
de productos, el impuesto del 240% que se les aplica para la venta, la mala
calidad de las mercancías importadas, la poca variedad e incluso el mal gusto
de muchas de ellas.
Las importadoras cubanas han sido casi siempre
nido de corrupción, cada cierto tiempo los directivos salen esposados de sus
oficinas. Algunos exempleados reconocen haber cobrado decenas de miles de
dólares en comisiones o viajes de turismo a cambio de firmar contratos.
El país necesita ordenar su comercio interno para que el
grueso de las divisas se quede en la economía nacional. Ya sabemos que los
particulares son más eficientes a la hora de importar, entre otras cosas porque
antes de comprar hacen un estudio del mercado.
Los hay incluso que venden por catálogo y de esa forma tienen
toda la mercancía colocada antes de poner un pie fuera de Cuba. Piden por email
los productos y viajan a recogerlos cuando tienen un volumen que les permita
costear gastos y obtener ganancias.
Hasta
ahora la represión y la restricción no han logrado frenar este comercio y
difícilmente podrán mientras persistan necesidades de consumo insatisfechas. Si
las autoridades se proponen lograr un resultado distinto harían bien en idear
soluciones diferentes.
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