Días
atrás revisando el excelente libro “Las
Venas Abiertas de América Latina”, del periodista, ensayista y narrador,
Eduardo Galeano, ya fallecido, recordé un simpático y a la vez contundente
artículo de su autoría, publicado en el año 2002, y titulado “Qué bella es la
democracia”, que considero oportuno transcribir integralmente a continuación:
Un
grupo de extraterrestres ha visitado recientemente nuestro planeta. Ellos
querían conocernos, por pura curiosidad o quién sabe con qué ocultas
intenciones.
Los
extraterrestres empezaron por donde tenían que empezar. Iniciaron su
exploración estudiando el país que es el número uno en todo, número uno hasta
en las líneas telefónicas internacionales: el poder obedecido, el paraíso
envidiado, el modelo que el mundo entero imita. Empezaron por ahí, tratando de
entender al mandamás, para después entender a todos los demás.
Llegaron
en tiempo de elecciones. Los ciudadanos acababan de votar, y el prolongado
acontecimiento había tenido a todo el mundo en vilo, como si se hubiera elegido
al presidente del planeta.
La
delegación extraterrestre fue recibida por el presidente saliente. La
entrevista tuvo lugar en el Salón Oval de la Casa Blanca, ahora reservado
exclusivamente a los visitantes del espacio sideral para evitar escándalos. El
hombre que estaba concluyendo su mandato contestó, sonriendo, las preguntas.
Los extraterrestres querían saber si en el país regía un sistema de partido
único, porque ellos solo habían escuchado a dos candidatos en la televisión, y
los dos decían lo mismo. Pero tenían también otras inquietudes.
¿Por qué han demorado más de un mes
en contar los votos? ¿Aceptarían ustedes nuestra ayuda para superar este atraso
tecnológico? ¿Por qué siempre vota nada más que la mitad de la población
adulta? ¿Por qué la otra mitad nunca se toma la molestia? ¿Por qué gana el que
llega segundo? ¿Por qué pierde el candidato que tiene 328 696 votos de ventaja?
¿No es la democracia el gobierno de la mayoría?
Y
otro enigma los tenía preocupados: ¿Por
qué los otros países aceptan que este país les tome examen de democracia, les
dicte normas y les vigile las elecciones? ¿Será porque ese país los castiga
cuando no se portan como es debido?
Las
preguntas los dejaron todavía más perplejos. Pero siguieron preguntando.
A los geógrafos: ¿Por qué se llama
América este país que es uno de los muchos países del continente americano?
A los dirigentes deportivos: ¿Por qué
se llama Campeonato Mundial (“World Series”) el torneo nacional de beisbol?
A los jefes militares: ¿Por qué el
Ministerio de Guerra se llama Secretaría de Defensa, en un país que no ha sido
nunca bombardeado ni invadido por nadie?
A los sociólogos: ¿Por qué una
sociedad tan libre tiene la mayor cantidad de presos en el mundo?
A los dietistas: ¿Por qué tiene la
mayor cantidad de gordos este país que dicta el menú de los demás países?
Si
los extraterrestres hubieran sido simples terrestres, este absurdo pregunterio hubiera
acabado mal. En el mejor de los casos, hubieran recibido un portazo en las
narices. Toda tolerancia tiene un límite. Pero ellos siguieron curioseando, a
salvo cualquier sospecha de impertinencia, mala educación o mala leche.
Y
preguntaron a los estrategas de la
política externa: Si están ustedes amenazados por enemigos terroristas, como
Iraq, Irán y Libia, ¿Por qué votaron junto con Iraq, Irán y Libia contra la
creación del Tribunal Penal Internacional, nacido para castigar el terrorismo?
Y
también quisieron saber: Si ustedes tienen, aquí cerquita, una isla donde están
a la vista los horrores del infierno comunista, ¿por qué no organizan excursiones, en vez de prohibir los viajes?
Y a los firmantes del Tratado de
Libre Comercio: Si ahora está abierta la frontera con México, ¿por qué muere
más de un bracero por día queriendo cruzarla?
Y a los especialistas en derecho
laboral: ¿Por qué MacDonald s y Wal Mart prohíben los sindicatos aquí y en todos
los países donde operan?
´
Y a los economistas: ¿Por qué, si la
economía se duplicó en los últimos 20 años, la mayoría de los trabajadores gana
menos que antes y trabaja más horas?
Nadie
negaba respuesta a estos raritos, que
seguían con sus disparates. Y preguntaban a los cuidadores de la salud pública:
¿Por qué prohíben que la gente fume,
mientras fuman libremente los autos y las fábricas?
Y al
general que dirige la guerra contra las drogas: ¿Por qué las cárceles están llenas de drogadictos y vacías de
banqueros lavadores de narcodólares?
Y a
los directivos del Fondo Monetario y del Banco Mundial. Si este país tiene la
deuda externa más alta del planeta, y debe más que todos los demás, ¿por qué ustedes no lo obligan a recortar
sus gastos públicos, ni a eliminar sus subsidios? ¿Será porque hay que ser
cortés con los vecinos?
Y a los politólogos: ¿Por qué los que
aquí gobiernan hablan siempre de paz, mientras este país vende la mitad de las
armas de todas las guerras?
Y a los especialistas en medio ambiente:
?Por qué los que aquí gobiernan hablan siempre del futuro del mundo, mientras
este país genera la mitad de la contaminación que está acabando con el futuro
del mundo?
CUANTAS
MÁS EXPLICACIONES RECIBÍAN, MENOS ENTENDÍAN, POCO DURÓ LA EXPEDICIÓN. LOS EXTRATERRESTRES EMPEZARON SU VISITA POR
LA POTENCIA DOMINANTE, Y POR AHÍ TERMINARON. La normalidad del poder esta fuera del alcance de estos turistas.
La
Habana, 14 de diciembre de 2019. “Año 61 de la Revolución”.
JULIO
SERGIO ALCORTA FERNÁNDEZ
NOTA:
Estas preguntas se hicieron hace casi dos décadas, EN LA ACTUALIDAD NO SE SABE
CUANTAS MÁS SE PUDIERAN HACER.
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