El protagonista de esta historia siento placer cuando ve los sembradíos parejitos, con sano verdor en contraste con la tierra; pero –confiesa-, “lo que no me gusta es ver los terrenos repletos de hierba, totalmente improductivos”
El veterano Luis Martínez Vázquez ha revolucionado al barrio La Sabaneta, en las afueras de la ciudad de Pinar del Río.
Por MARITZA PADILLA VALDÉS
Fotos: RAFAEL FERNÁNDEZ ROSELL
Día a día en Pinar del Río se afianza más la cultura de sembrar cada palmo de tierra disponible, y eso bien lo sabe Luis Vázquez Martínez, un veterano jubilado, con raíces campesinas, que desde su llegada al barrio de la Sabaneta, en la ciudad cabecera, revolucionó la comarca y ya los sembrados de hortalizas, viandas y granos salen al paso en solares, patios, azoteas, o cualquier vericueto.
Yo, aunque tuve varios oficios, mi vida laboral la comencé desde los 13 años con la siembra de tabaco: sí porque antes desde bien temprano te ponían el yugo -jaraneó risueño-; pero siempre heredé de mis ancestros el amor a la tierra, a mis raíces. Y mira si era así que siendo un niño no me alcanzaba el tiempo y nunca aprendí a jugar, afirmó.
El interés por los huertos ha llegado a muchos hogares de la comarca.
Así que entonces me batí de tú a tú junto a mi viejo, y aún a estas alturas, me siento un guajiro de pura cepa, porque no hay mayor satisfacción que ver nacer, crecer y cosechar lo que sembraste, para bien de la familia, dijo a la ACN.
Orgulloso, expresó que si durante años asumió esa práctica como un entretenimiento en su tiempo libre, “ahora en estos difíciles tiempos que ha traído la COVID-19, pues con más vera aprovecho hasta el último rinconcito cubierto de tierra y lo cosechado no solo para el autoconsumo de mi familia, sino se comparte en toda la vecindad”.
Siento placer –confesó- cuando veo los sembradíos parejitos, con sano verdor en contraste con la tierra, pero lo que no me gusta es ver los terrenos repletos de hierba, totalmente improductivos.
Y es que no hay que esperar que la delegada de la circunscripción o los CDR te expliquen, porque con esta situación existente, quien pueda sembrar aunque sea una matica, que lo haga, y así estará aportando su granito de arena a la sociedad, enfatiza.
Con trabajo duro en tierra fértil se logran estos frutos.
A Rafael, su vecino más cercano, lo enroló en la tarea y hoy por hoy están a punto de recoger los tomates, habichuela, calabaza, col, plátano, frijoles, ajo, cebolla, ajo puerro y como el espacio del joven a quien adentra en esos saberes es más pequeño, pues en la placa de su casa, tanques viejos, vetustas cajas plásticas, tubos de fibrocemento abiertos, pozuelos y toda una suerte de tarecos, rejuvenecen con la germinación de los alimentos.
Porque así somos de emprendedores los cubanos, sentenció Vázquez Martínez. (ACN).
Hasta las azoteas se prestan para el fomento de la producción de alimentos.
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