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domingo, 24 de abril de 2022

Distorsiones económicas frenan eficacia de las inspecciones

 Por Sayli Sosa Barceló ECONOMÍA 23 Abril 2022

Economía


Fotos: Alejandro García

De cara a las urgencias cotidianas, parecería que la pirámide del control está invertida en Ciego de Ávila

La higiene comunal y las contravenciones del ornato público continúan acaparando las imposiciones de multas por parte de la Dirección Integral de Supervisión (DIS) en Ciego de Ávila, al computar el 55 por ciento de las inspecciones y el 62 por ciento de las violaciones sancionadas, al cierre del primer trimestre.

Irán Cano González, Jefe de Grupo de Supervisión, dijo a Invasor que hasta marzo se realizaron en la provincia 4 473 inspecciones, que derivaron en 3 648 multas, por un valor de dos millones 111 805.00 pesos. De cara a las urgencias de la vida cotidiana, donde la inflación y el alza de los precios apenas permiten pensar en otros asuntos y reclaman fiscalización diaria, parecería que la pirámide del control está invertida.

Además de la higiene comunal, vasto acápite contenido en el Decreto 272 de 2001 —rector de las conductas y las medidas aplicables en materia de Ordenamiento Territorial y Urbanismo—, las contravenciones relacionadas con los precios en bodegas y unidades de la Gastronomía (125), así como las violaciones en la actividad de transporte (346), y el trabajo por cuenta propia (127) engrosan la lista.

• Aunque 2021 fue el año más tenso en el enfrentamiento a la COVID-19 en la provincia, no se detuvieron las inspecciones. Recapitule lo hecho en ese período.

Una lista en la que todavía tienen mucho peso las infracciones descritas en el Decreto 31 de 2021 (358 detectadas en el primer trimestre), De las infracciones de las medidas sanitarias para la prevención y enfrentamiento de la COVID-19, aun cuando la situación sanitaria parece haber mejorado, a juzgar por las estadísticas.Preguntado por el alcance de un cuerpo de inspectores que no logra cubrir el 100 por ciento de la plantilla aprobada, José Oscar Echemendía Álvarez, director de la DIS, dijo que, a la par de las inspecciones diarias, por dúos, desde la instancia provincial se están realizando visitas integrales y dirigidas, por grupos de actividades económicas.

Así, por ejemplo, en días recientes se revisó las ventas de garaje, porque no es un secreto que además de los productos autorizados a comercializar en estos espacios (nuevos, seminuevos o de uso, pero solo uno de cada tipo), en no pocas ocasiones se venden (y revenden) lotes de otros importados o comprados en el mercado en divisas.Precisamente las materias primas adquiridas mayoristamente en grandes volúmenes por trabajadores autónomos fueron objeto de inspección este viernes, cuando un grupo de supervisores, acompañados por agentes del Ministerio del Interior y especialistas de la Dirección Provincial de Trabajo, fiscalizaron el desempeño de dos cuentapropistas con licencia de elaboradores-vendedores de dulces.


Al titular de esta pequeña dulcería se le impuso una multa por incumplimiento de las medidas sanitarias

El primero de los controles destapó incumplimientos sanitarios y una incongruencia entre la cantidad de insumos comprados y la capacidad productiva de la pequeña panadería. La segunda halló todos los papeles en regla, aunque en ese momento estaba paralizada la panadería privada (algo bastante frecuente en chequeos anteriores, por cierto), pero sacó a la luz paradojas en las relaciones económicas a las que este periódico dará seguimiento.

Entre ellas, el hecho de que los trabajadores por cuenta propia deban comprar en moneda libremente convertible las materias primas y estén obligados a comercializar los productos terminados en moneda nacional. Aun cuando la tasa de cambio aplicada a las facturas es la oficial en proveedores como ITH o Cimex (1x24), la no convertibilidad de la divisa está obligando a comprarla en el mercado informal, donde ya supera los 100 pesos.

Con esas distorsiones, los precios no van a bajar y los inspectores de la DIS lo saben. Lo han comprobado, asimismo, en la comercialización de productos agropecuarios, regidos por la premisa de la oferta y la demanda. Salvo unos siete alimentos con precios topados, el resto escapa muchas veces del control, resumido en no pocas ocasiones a exigir que los precios estén a la vista.

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