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"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

martes, 9 de agosto de 2022

La inflación y su control: ¿puede hacerse algo desde la empresa?

Como parte de un programa antiinflacionario de mayor envergadura, las empresas pueden contribuir a mitigar el proceso. Al hacerlo, podrían abordar asuntos medulares para mejorar su gestión.




La inflación abarca no solo la oferta, sino también la demanda, los costos e incluso las expectativas e incertidumbres de empresas y población ante la espiral inflacionaria.


Mucho se ha escrito sobre la inflación y qué hacer para controlarla. En la actualidad, por razones conocidas, el problema ha adquirido una dimensión global. Causas conocidas que escapan al control de los contextos nacionales han hecho acto de presencia y sus efectos no desaparecerán en el corto plazo.

En nuestro caso,  además de tales circunstancias, lidiamos desde hace mucho tiempo – hoy con mayor intensidad- con otros factores externos de signo adverso que continúan entorpeciendo  el desempeño de la economía cubana. Tampoco está bajo nuestro control eliminarlos. 

Un fenómeno de varias causas

La inflación, sin embargo, es un fenómeno multicausal no sólo achacable a causas estrictamente externas, o sólo asociadas con alguna variable en particular. En un reciente foro celebrado en nuestro pais, varios expertos argumentaban a fondo esta multicausalidad en un espectro que abarca no sólo la oferta (por demás la más tratada en nuestros medios), sino también la demanda, los costos e incluso las expectativas e incertidumbres de empresas y población ante la espiral inflacionaria.

Se ha insistido bastante en los últimos tiempos por parte de las autoridades sobre la necesidad de que las empresas estatales analicen sus fichas de costo (estas reflejan el costo unitario de los bienes y servicios que se ofrecen) y detecten reservas para la disminución de sus costos que contribuyan a la reducción de precios o la detención de su escalada.

Esa revisión debiera asumirse por las empresas como detonante para emprender acciones que conduzcan a una mayor eficiencia operacional, lo que trasciende la coyuntura inflacionaria. El costo, a fin de cuentas, además de consecuencia de factores externos a la empresa que escapan a su control, es también resultado de la gestión interna de factores tangibles e intangibles.

Para significar la importancia de lo anterior en nuestro caso particular, baste recordar que una importante proporción de nuestro sistema empresarial estatal arroja pérdidas y deberá someterse a una reestructuración financiera y organizativa.


No existen soluciones milagrosas para el proceso inflacionario.

Menú de acciones y autonomía empresarial

Entre las acciones a emprender se pueden mencionar en primer lugar las siguientes, que cuentan con metodologías y técnicas validadas en la práctica empresarial internacional (y cubana también):

Una revisión del modelo de negocios de la empresa (en pocas palabras, cómo hace para ofrecer bienes y servicios a sus clientes y obtener utilidades), lo que significa evaluar asuntos como sus actividades y recursos clave, la estructura de costos correspondiente a dichos recursos y actividades, su red de contactos, los clientes que atiende y la propuesta de valor que les ofrece.

En consonancia con lo anterior, la creación de equipos multidisciplinarios para la mejora de los procesos básicos para crear valor, que puedan diagnosticar su estado actual y oportunidades de mejoras en variables como tiempos, costos y calidad. En resumen, el despliegue de la gestión por procesos, uno de los fundamentos de la gestión empresarial contemporánea.

Así mismo, forman parte de las opciones a considerar otros temas estratégicos como acometer la transformación digital, evaluar la factibilidad de la alternativa «lo hacemos nosotros o contratamos a otros», monitorear tendencias del entorno de negocios, fomentar alianzas con proveedores y asociaciones económicas con otras entidades empresariales, no solamente extranjeras ni estatales.

Estas acciones, por sí solas, no deben identificarse como la solución milagrosa del problema inflacionario.  Como se dijo al inicio, este requiere abordar sus causas en su individualidad y reforzamientos mutuos – sabiendo que hay factores que no dependen de la gestión de la empresa-  y emprender soluciones que las abarquen todas, desde la macroeconomía hasta el nivel empresarial.

En este último caso, además, pesa una interrogante ¿en qué acciones de las mencionadas, nuestras empresas estatales cuentan con autonomía suficiente para poder decidir y ejecutar con rapidez su puesta en práctica ?

Por ejemplo: gestionar su cartera de clientes y proveedores sin condicionamientos predeterminados respecto a quienes tiene obligatoriamente que vender o comprar, la dependencia  de asignaciones centralizadas de recursos críticos cuyo otorgamiento  y disponibilidad  no compaginan en tiempo y volumen con sus necesidades operativas, contar con potestades de comercio exterior, mayor flexibilidad para decisiones de inversión, entre otras.

Estas limitaciones no significan que aún en esas condiciones resulte imposible del todo movilizar reservas internas de reducción de costos en nuestras empresas. Sólo significa – una vez más- que la economía es un sistema, por demás abierto, complejo, multivariable y sometido a la incertidumbre. La inflación y el diseño e implementación de un programa para su manejo efectivo son muestra palpable de tal afirmación.

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