Por: Yilena Héctor Rodríguez, Yunier Sarmientos, Ismael Francisco
A las 5:00 de la mañana la ciudad de Santiago de Cuba rompe su quietud. Eriza la piel el poema “Era la mañana de la Santa Ana”, resonando entre las huellas de bala del Moncada, en este escenario al aire libre, cobijado por las estrellas.
Ya la presidencia está en sus puestos: reeditando aquella mañana del 26 de julio de 1953, el General de Ejército, Raúl Castro Ruz; el mandatario cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez; el presidente de la Asamblea, Esteban Lazo Hernández; el primer ministro, Manuel Marrero; y los Comandantes de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez y Guillermo García Frías son algunos de los rostros en primera fila.
Siete décadas después, volvemos al mismo lugar. Comienza el acto por el Día de la Rebeldía Nacional en Santiago de Cuba.
Un video mapping recuerda los hechos y, uno a uno, sobre el Moncada aparecen los rostros de los mártires de la gesta, la bandera del Movimiento 26 de Julio y Fidel, siempre Fidel.
El ambiente de carnaval que envolvía a la ciudad hace 70 años se experimentó otra vez esta mañana. La Conga de los Hoyos y el grupo folclórico Kokoyé estuvieron a cargo de la transformación, casi mágica.
José Ramón Monteagudo Ruiz, primer secretario del PCC en Santiago de Cuba, expresó en nombre de su pueblo el agradecimiento por la concesión a la provincia de la sede del acto central por el 26 de julio, y ponderó al Moncada como fuente de inspiración de estos tiempos.
“Nos llena de emoción que, 70 años después, se encuentren en el mismo lugar y junto a su pueblo dos de los asaltantes: el General de Ejército Raúl Castro Ruz y el Comandante de la Revolución, Ramiro Valdés Menéndez”, dijo Monteagudo.
Santiago de Cuba es sede de este acto por el 26 de julio, no solo por su historia, sino también por sus resultados, que desafían las dificultades de los últimos tiempos. La cita lo dejó claro.
El primer secretario del PCC explicó que se consolidan más de 30 áreas de desarrollo agrícola y se obtienen indicadores satisfactorios en la agricultura urbana.
Aun con las limitaciones económicas actuales, las labores de transformación han mejorado la realidad de más de 80 barrios, con 784 viviendas terminadas, la pavimentación de carreteras y alrededor de 160 acciones constructivas en beneficio de instituciones de la salud, la cultura, el deporte y el turismo.
Lo alcanzado no implica la inexistencia de problemas. Para Monteagudo, se deben seguir buscando soluciones innovadoras que sorteen el bloqueo y permitan mejorar los indicadores de salud, educación y servicios. Asimismo, se debe desarrollar un trabajo político-ideológico más profundo, en especial con los jóvenes.
Además de Santiago de Cuba, fueron felicitadas por sus resultados las provincias de Cienfuegos, Sancti Spíritus, Ciego de Ávila y Matanzas.
Uno de los momentos más esperados fueron las palabras centrales del acto, a cargo del presidente Miguel Díaz-Canel.
"Aquí estamos, 70 años después, en otra mañana de la Santa Ana, otra madrugada animada por congas. Sin tiros rompiendo la alborada -solo los gritos del asalto juvenil-, entramos a los jardines de la Ciudad Escolar 26 de Julio, que ahora es Escuela y Museo", expresó el mandatario.
Se refirió a la historia de la Ciudad Héroe, que en la jornada de ayer arribó a su aniversario 508, y enfatizó el privilegio de estar hoy en el lugar del asalto con algunos de sus protagonistas.
El Moncada es el reinicio de la Revolución tantas veces frustrada desde 1868 por el quiebre de la unidad y la intervención extranjera. Por ello, mantener lo conquistado y avanzar más allá es el deber de las nuevas generaciones, dijo Díaz-Canel. Como parte de esos desafíos, asoma su mano la política hostil del gobierno estadounidense contra Cuba.
Mientras el gobierno de Estados Unidos persista en su intento de asfixiarnos con su genocida bloqueo, mientras no alcancemos un nivel de prosperidad digna para cada cubano, tendremos un Moncada que asaltar, aseveró el presidente. “Cada día, cada hora tendremos un Moncada por asaltar”.
Díaz-Canel mencionó la situación actual de Cuba, agravada por cinco medidas fundamentales impuestas por el imperio: la inclusión en la Lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo; la aplicación del Título III de la Ley Helms-Burton, que internacionaliza el bloqueo; la persecución energética contra Cuba y los buques que le suministren combustible; la persecución de los servicios médicos que la Isla presta a otras naciones; y las acciones dirigidas contra el turismo, uno de los principales sectores de la economía.
Ante la hostilidad, sin embargo, asoma la luz el internacionalismo. Por eso, Díaz-Canel agradeció la participación en el acto de las brigadas de solidaridad con Cuba, compuestas por 269 miembros de 26 países de América Latina y el Caribe, Norteamérica y Europa.
“Cuando uno observa las expresiones de respaldo y solidaridad que recibe la nación cubana desde cualquier rincón del planeta, siente razones para considerar que somos afortunados, que nuestra obra, nuestra trayectoria y nuestro compromiso son referentes”, dijo.
“Siempre nos honrará mil veces más tener a nuestro lado a los amigos que se han jugado y se juegan todo por la suerte de Cuba. Hablo de los pueblos en lucha, cuyos representantes nos acompañan este 26 de Julio, sin pedir comodidades”.
Díaz-Canel felicitó al pueblo santiaguero y lo exhortó a continuar trabajando por su desarrollo. “Lo han hecho bien, santiagueros, y seguramente lo pueden hacer mejor”, aseguró el mandatario.
Las notas del Himno del 26 de Julio resuenan en el Moncada y un grupo de pioneros recorren la fachada de la que, antaño, fue una de las fortalezas militares más importantes de la dictadura batistiana.
Con las primeras luces del alba, termina el acto central por el Día de la Rebeldía Nacional, donde hoy se erige, majestuoso y simbólico, uno de los centros escolares más importantes del país.
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