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lunes, 8 de julio de 2019

La preeminencia actual de la producción privada: premisa para la reforma del agro cubano

Por Pedro Monreal, El Estado como tal


Las conversaciones sobre la oferta de alimentos en Cuba usualmente incluyen dos mitos: una alta dependencia general de las importaciones y la posibilidad de recuperar la “hegemonía” de la empresa estatal en el agro nacional. Ambos mitos deberían ser despejados.

Es cierto que las importaciones de alimentos son relativamente elevadas, pero no se trata de una dependencia generalizada, sino muy concentrada en pocos productos. Por otra parte, más allá de la necesidad de precisar que pudiera entenderse por “hegemonía”, las empresas estatales solamente tienen hoy un peso mayoritario en la producción nacional de tres renglones sustanciales: carne bovina, carne porcina y huevos.
Sin duda son tres importantísimas fuentes proteicas, pero funcionan como parte de un sistema de oferta nacional de alimentos mucho más amplio en el que la producción privada marca la pauta productiva.
Un perfil importador de alimentos con un alto potencial de sustitución de importaciones
Según las estadísticas oficiales de importaciones de 2017 -último año para el que se dispone de series completas- Cuba importó alimentos por valor aproximado de 1800 millones de pesos (MP). (1)
Sin embargo, esa cifra no expresa una dependencia importadora generalizada, sino altamente concentrada.
De hecho, tres grandes categorías estadísticas de importaciones concentran el 70,85% de las compras externas de alimentos: cereales (38,2%), cárnicos (20,15%) y productos lácteos (12,5%). (2)
A nivel de los productos específicos reflejados en las estadísticas oficiales, solamente existen cinco de ellos con valores de importación superiores a los 100 MP: (3)
  • Carne de pollo: 291 805 MP
  • Arroz: 215 156 MP
  • Trigo sin moler: 210 387 MP
  • Maíz sin moler: 204 632 MP
  • Leche en polvo: 173 515 MP
La suma de esos cinco productos “estrella” de importación equivalen al 60% de las compras de alimentos de Cuba en el exterior.
Un tema de interés que es objeto de muchos debates se refiere a cuánto de esas importaciones de alimentos pudiesen formar parte del proceso de sustitución de importaciones que constituye hoy una prioridad de la política económica del país.
En ese sentido resulta útil considerar cuatro posibles situaciones:
  1. Importaciones de alimentos que no tienen equivalentes en la producción nacional: principalmente se trata de un producto con un alto volumen de importación (trigo sin moler) y también de otros cereales con menores niveles de importación que el trigo (sémola, harina, malta, avena y cebada). El caso de la carne de pollo se ubica “provisionalmente” en esta situación ya que el hecho de que se produzca nacionalmente muy poca carne de pollo ha sido el resultado de una decisión de política estatal y no porque no se puedan producir pollos de ceba en el país, en escala industrial. Esa es una diferencia notable en relación con cereales como el trigo, la avena y la cebada, los cuales no son aptos para ser producidos en gran escala en Cuba. Es decir, a diferencia de los cereales de climas no tropicales, las importaciones de carne de pollo pudieran ser reemplazadas por producción nacional.
  2. Importaciones que complementan una oferta nacional que es minoritaria: es el caso del “arroz“consumo” importado, que con 464 087 toneladas importadas complementa una producción nacional de 404 733 toneladas de “arroz cáscara húmedo” que equivaldría aproximadamente a 267 mil toneladas de “arroz consumo” (aplicando un factor promedio de conversión de 66% utilizado usualmente por la FAO); y es también el caso de las importaciones de 970 125 toneladas de “maíz sin moler” que complementan las 373 870 toneladas de maíz producidas en el país.  .
  3. Importaciones que complementan una oferta que es mayoritariamente de origen nacional bajo una modalidad distinta: es el caso de la leche en polvo, que con 57 mil toneladas (Mt) importadas complementa una producción nacional de 536,4 Mt de leche fresca.
  4. Importaciones que equivalen aproximadamente al nivel de producción nacional de alimentos similares: es el caso de las legumbres secas (128 298 toneladas), comparables a la producción nacional de 132 174 toneladas de frijoles.
Hay un dato que es importante puntualizar: una serie de alimentos que son esenciales para proporcionar la base calórica, proteica y vitamínica de la dieta del cubano provienen mayoritariamente de la producción nacional y no de las importaciones: (4)
  • Viandas (2 843 861 toneladas)
  • Hortalizas (2 483 664 toneladas)
  • Frutas (926 219 toneladas)
  • Leche fresca (536 400 toneladas)
  • Carne bovina (167 100 toneladas/ peso en pie- entrega a sacrificio)
  • Carne porcina (355 000 toneladas/ peso en pie- entrega a sacrificio)
  • Huevos (1 968 900 000 unidades)
  • Pescado (39 785,6 toneladas)
Conclusión parcial: El estado del sector de la economía nacional identificado estadísticamente como “agricultura, ganadería, silvicultura y pesca” decide la oferta de alimentos de los cubanos, suplementado por una oferta importada que en contados casos no pudiera ser reemplazada (algunos cereales), pero que en otros importantes renglones de importación (carne de pollo, arroz, maíz y leche) pudiera existir un potencial importante de sustitución de importaciones.
El sector privado nacional tiene la “hegemonía” productiva de alimentos en Cuba
Recientemente se ha publicado acerca de los llamados “polos productivos agropecuarios” que se han presentado como un “concepto superior de organización en el agro” y que aspira a mejorar la integración de las distintas fases y los diversos actores del sector. (5)
Sin embargo, la utilización de expresiones relativas a que esos polos son una “oportunidad para que la empresa estatal recupere su liderazgo” pudiera ser un buen momento para discutir si sería viable cualquier propuesta de reorganización del agro cubano que no arranque del reconocimiento del peso decisivo del sector privado nacional en la producción de alimentos en Cuba.
La posibilidad de establecer una base de evidencia adecuada que permita diseñar una reforma del modelo agropecuario cubano atendiendo a la realidad del agro, no a proyecciones “ideologizadas” sobre el mismo, comienza por entender lo que refleja la estadística oficial, y en ese punto las cosas se presentan de manera clara.
Los productores privados nacionales predominan en todos los principales grupos estadísticos de alimentos producidos en el agro cubano, excepto en tres casos: carne bovina, carne porcina, y huevos.
Al finalizar 2018, las empresas estatales aportaban el 62,1% de la carne bovina, el 64,9% de la carne porcina y el 87,8% del total de la producción nacional de huevos. Son casos indiscutibles de hegemonía productiva estatal. (6)
Para complementar esos datos, debe tenerse en cuenta que el aporte de los productores privados ciertamente es muy bajo en el caso de los huevos (12% del total nacional), pero alcanza cifras que rondan la tercera parte de la carne bovina (29%) y de la carne porcina (34%), es decir, un aporte no mayoritario, pero significativo. 
Las entidades estatales tienen un peso mayoritario en el lado de la oferta proteica de la producción del agro nacional y ese es un dato crucial que no puede ser minimizado. Habría que agregar el aporte de la pesca (no forma parte del agro), que también es predominantemente estatal.
En el caso de los productos agrícolas, el predominio del sector privado es notable: (7)
  • Viandas 75,9 %
  • Hortalizas 75,3 %
  • Arroz 53,7%
  • Maíz 82,7%
  • Frijol 77,9%
  • Frutales 83,8%
  • Cítricos 53,0%
Como dato interesante, el único producto agrícola individual reflejado en las estadísticas en el cual el sector privado desempeña un papel minoritario es la papa, con apenas el 5,3% del total. Ese es un producto en el que predomina el aporte de las UBPC, con 45,9% del total de la oferta nacional.
Vale aclarar que la papa no es “la reina de las viandas” en Cuba, al menos no lo es en cuanto a la cuantía física de su producción. Existen dos viandas que superan ampliamente la papa. En 2017 se produjeron casi 5 veces más toneladas de plátano vianda y aproximadamente 3,5 más toneladas de boniato que toneladas de papas. De hecho, la malanga es la tercera vianda con un mayor nivel de producción, superando a la papa.  
Conclusión parcial: La oferta nacional de alimentos es dominada, de conjunto, por los productores privados nacionales, los cuales aportan la mayoría de la oferta nacional en todas las principales categorías estadísticas de la agricultura y aportan alrededor de un tercio de las dos producciones cárnicas de mayor volumen (bovina y porcina), las cuales son predominantemente aportadas por empresas estatales. La única gran categoría del agro donde la producción privada es muy pequeña es la producción de huevos, y el único producto agrícola específico de amplio consumo –individualizado en las series estadísticas- donde los productores privados son minoritarios es el cultivo de la papa.
Conclusiones finales: La evidencia disponible acerca de la oferta de alimentos en Cuba permite identificar dos premisas importantes que deberían ser tomadas en cualquier análisis que pudiera hacerse para informar los procesos de toma de decisiones para la imprescindible reforma del modelo:
  • La oferta importada -altamente concentrada hoy en pocos productos- presenta un importante potencial de reemplazo de algunos productos “estrellas” de las importaciones: carne de pollo, arroz, maíz, y leche.
  • Facilitar las condiciones de funcionamiento del sector de propiedad y de gestión líder de la oferta nacional de alimentos -el sector privado- parece ser la manera más rápida y más efectiva de aumentar en el corto plazo la oferta nacional de alimentos del agro, especialmente de renglones agrícolas, así como en cárnicos donde, a pesar de no predominar, el sector privado actualmente aporta aproximadamente una tercera parte de los cárnicos de mayor volumen físico producidos en Cuba (bovino y porcino) y pudiera contribuir a producir carne de pollo en cifras considerables.
Notas
1 El valor exacto fue de 1 823 671 pesos. Ver ONEI, Anuario Estadístico de Cuba 2017, Tabla 8.12 – Importaciones de productos seleccionados según secciones y capítulos de la Clasificación Uniforme para el Comercio Internacional (CUCI), http://www.one.cu/aec2017/08%20Sector%20Externo.pdf  Una parte de los cereales sin moler incluidos en las cifras no se destinan al consumo humano directo sino a la alimentación animal.
Fuente: ONEI, Anuario Estadístico de Cuba 2017. Tabla 8.12 – Importaciones de productos seleccionados según secciones y capítulos de la Clasificación Uniforme para el Comercio Internacional (CUCI).
3 Ibidem.
4 Fuente: ONEI, Anuario Estadístico de Cuba 2017. Tabla 9.10 – Producción agrícola por cultivos seleccionados de la agricultura no cañera, Tabla 9.18 – Indicadores seleccionados de la producción de leche de vaca, Tabla 9.19 – Entregas a sacrificio de ganado vacuno, Tabla 9.21 – Entregas a sacrificio de ganado porcino, Tabla 9.23 – Producción de huevos e indicadores seleccionados de gallinas ponedoras y Tabla 9.31 – Captura por grupos de especies http://www.one.cu/aec2017/09%20Agricultura%20Ganaderia%20Silvicultura%20Pesca.pdf
5 Ana Margarita González. “Polos productivos: Alimentos competitivos”, Trabajadores, 23 de junio de 2019, http://www.trabajadores.cu/20190623/polos-productivos-alimentos-competitivos/
6 Fuente: ONEI. Sector agropecuario. Indicadores seleccionados. Enero – Diciembre de 2018. Edición Abril de 2019 http://www.one.cu/publicaciones/05agropecuario/ppalesindsectoragrop/ppales_inddic18.pdf
7 Ibidem.

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