Por Amanda Tamayo Rodriguez ECONOMÍA, Invasor
Producciones que intentan emerger, aunque no satisfacen, a pesar de las alternativas con las cuales se reinventa la Unidad Empresarial de Base Alimentaria en predios moronenses
Cuando empezaba este año, y Aidel Fernández Vázquez, director del Polígono Integral Combinado (conocido como Combinado de la Harina, en Morón), explicaba cómo en 2020 el total de días trabajados apenas sumaba tres meses, no imaginaba que sus galletas saladas serían el punto de inflexión en el cumplimiento del plan mensual de toda la Unidad Empresarial de Base (UEB) Alimentaria en el municipio.
Menos aún cuando, con los precios post ordenamiento, una carreta de leña para poner a andar los fogones tiene un costo de 2 000.00 CUP.
• Vea el reporte de Invasor entonces.
Pese a todo, un total de 39.3 toneladas (t) de galletas fue producido en septiembre, cuando por plan se esperaban 29.2 t.
Calculadora en mano, puede decirse que el 134 por ciento de cumplimiento del plan es una buena noticia, pero también habría que calcular que 39.3 t equivalen, aproximadamente, a algo más de medio kilogramo por cada uno de los habitantes del municipio de Morón, y uno por cada cuatro avileños.
Sin embargo, se aprecia mejor en un mes como septiembre, en el cual llegó a cada núcleo moronense un paquete de galletas saladas dentro de la canasta básica normada, mientras “los paquetes que venden los particulares a 30.00 CUP traen como 10 galletas nada más”, o eso decía, a pocas cuadras de ahí, una señora de unos 60 años saliendo de su bodega.
Del resto de las producciones para las que se preparó el Combinado desde el pasado año, algunas han corrido con más suerte que otras.
Lo confirma Lemnal Padrón Vilar, jefe de Producción de la UEB Alimentaria en Morón: “Las producciones alternativas que han salido este mes son el vinagre, los encurtidos, tostones prefritos y barquillos para helado”.
Con la excepción de los 71 000 barquillos, que se destinan a las heladerías de la provincia (y que en Morón no tendrán mucha salida por el momento, puesto que la producción de helado está paralizada), el resto de los productos se expende en la propia fábrica para los vecinos del lugar y en las panaderías pertenecientes a la empresa.
“Los tostones prefritos están teniendo mucha aceptación —dice Lemnal Padrón—. De hecho, hoy debe entrar plátano a la fábrica para empezar a producirlos otra vez. Estamos constantemente gestionando productos de la agricultura para los encurtidos y otras elaboraciones.”
Sin embargo, los encurtidos no tienen la misma suerte. “Tenemos mucha competencia. No obstante, también los hemos llevado a los consejos populares. Hace unos días estuvimos en la comunidad de Patria.”
Son parte de los productos que Adrián López Negrín, coordinador del Programa de la Distribución del Consejo de la Administración Municipal, tiene que “amarrar” cuando en estos días vuelvan a abrir dos de los mercados de la cadena Ideal.
“Ya hemos asegurado un nivel de azúcar y de sal. Debemos incorporar productos lácteos como queso y yogur, conservas, adobos, aliños y salsas de Ceballos”, explica a Invasor.
Estos mercados, peor abastecidos en los últimos tiempos que de costumbre, pueden ser destino de los panes liberados y masas de pizza que también se han cumplido al 107 por ciento, según calcula Lemnal.
La línea de panes lleva mención aparte: sin dudas, el plan se elabora para garantizar lo imprescindible: los 66 304 panes diarios de la canasta básica, los 15 988 de consumo social (hospitales, Centro Penitenciario, comedores del Sistema de Atención a la Familia, Hogar de Ancianos...) y los 4 784 de alimentación pública, que se distribuyen en establecimientos de Comercio y Gastronomía. Fuera de eso, 1 710 panes y 262 masas de pizza son dos extras en cantidades ínfimas, pero que hace muy poco eran impensables.
El combustible es un obstáculo constante, y no solo por el precio de la leña, que no es más que una alternativa. “A fin de mes casi nunca están trabajando”, dice Adrián López, no obstante, el mes ha sido provechoso, “salieron casi 7 000 paquetes de galletas”.
Por eso Lemnal explica que del plan acumulado hasta septiembre solo se ha llegado al 91.2 por ciento. “Recuperar otras etapas donde las afectaciones en materias primas como la harina han sido graves, es difícil”. Ni siquiera las 15 t de más producidas este mes “rellenan” ese hueco, ahora que están en un mejor momento.
Claro está que en la ecuación de los derivados de la harina habría que contar también con las ofertas de la Cadena del Pan (que tampoco hay razones para creerlas suficientes), con productos de 200 y 50 gramos que se distribuyen principalmente mediante mensajeros o vendedores ambulantes, según Adrián López.
El panorama no se parece al de igual fecha en 2020, pero tiene que ser mejor, sobre todo porque ya se retomaron los servicios de restaurantes, y cafeterías estatales y privadas, la ciudad recupera sus flujos habituales y las 70 000 bocas no decrecen; con escuela y trabajo la demanda es aún mayor.
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