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martes, 31 de enero de 2023

A partir de los resultados de las Encuestas Nacionales de Envejecimiento Poblacional realizadas en 2011 y 2017, se propone diseñar una estrategia integral de cuidados en el país.






Las proyecciones indican que, para 2030, la edad promedio de la población cubana podría rebasar los 43 años y las personas de 60 años y más alcanzarán la cifra de 3,3 millones.

Foto: Jorge Luis Baños/ IPS

La Habana, 25 ene.– Los resultados de la Encuesta Nacional de Envejecimiento Poblacional (ENEP, 2011 y 2017) reconocieron la “demanda insatisfecha de sistemas de cuidado y de apoyo a las familias”, concluyó un reciente estudio publicado en la revista Anales de la Ciencia en Cuba.

De acuerdo con la publicación, tal realidad constituye “una de las causas inhibidoras para iniciar nuevos proyectos de vida para  86,7 por ciento de la población estudiada de 60 años y más”.

Bajo el título “El cuidado en las encuestas nacionales de envejecimiento poblacional en Cuba”, en el artículo se resumió que los indicadores arrojados por ambos instrumentos son aspectos a considerar en el diseño de políticas públicas para atender las demandas de servicios de cuidados, la atención de la salud y el bienestar de las personas encargadas del cuidado, así como su formación capacitación y apoyo.

Población cada vez más envejecida

De la autoría de Ana María Ramos y Mirtha Juliana Yordi, la sistematización confirmó los “altos índices de envejecimiento demográfico y el crecimiento acelerado del grupo de personas mayores de 60 años en comparación con otros grupos etarios de la pirámide poblacional”.

Incluso, el segundo informe del 2017 corroboró que “el acelerado proceso de envejecimiento se mantendría durante un tiempo prolongado en el país y ello pudiera engrosar la demanda de cuidados, incluidos los de larga duración en el mediano y largo plazos”.

Algunos datos citados por las investigadoras demostraron que, en un periodo de 25 años (1985-2010), el grupo etario de 60 años y más se incrementó en un 6,5 por ciento hasta alcanzar 17,8 % en 2010. Sin embargo, entre ambas encuestas (2010-2017), la cifra ascendió hasta 20,1 %, para un incremento del 2,3 por ciento.

En ese sentido, el artículo reafirmó el resultado de la última encuesta que indica una previsión de 43 años como edad promedio en Cuba para 2030; al igual que se pronostica que las personas con 60 años y más serán el 29 por ciento de la población.

Más allá de las cifras

Al referirse al escenario de envejecimiento poblacional, las autoras coincidieron en resaltar la importancia de incorporar a la agenda pública del Estado cubano el reconocimiento del cuidado y su transversalidad en los procesos de envejecimiento demográfico y la necesidad de un abordaje integral.

Desde esta mirada, analizaron cómo en las distintas encuestas el tema del cuidado gana espacio, con un desarrollo mayor de la ENEP del 2011 a la del 2017, cuando se posicionó el cuidado “como uno de los aspectos transversales al proceso de envejecimiento demográfico en las actuales condiciones del contexto social cubano”.

Al respecto, las autoras remarcaron que las personas mayores generalmente ven limitados sus proyectos de vida en gran medida, y que “un porciento relativamente alto de ellas se ha mantenido involucrada en tareas de trabajo doméstico, ayuda a la familia y la provisión de cuidado a personas dependientes”.

Igualmente, destacaron que el 27,3 por ciento de las personas vistas como proveedoras de cuidado tenían entre 50 y 59 años y alrededor del 31 por ciento tenían más de 59 años, según los resultados de las encuestas.

A su vez, esos estudios indicaron que las principales cuidadoras son las mujeres mayores de 50 años y del propio seno familiar.

“Ello ha generado desigualdades en el acceso a oportunidades, inequidad de género en la provisión de los cuidados y ha repercutido en sus trayectorias personales”, explicaron las académicas.

Asimismo, recomendaron considerar en los sistemas de cuidado dimensiones como “la actividad

de cuidar, tales como: tipo de cuidado, intensidad del cuidado, formas de cuidado, lugar de cuidado, así como la calidad del cuidado, donde se inserte tanto a las personas que lo reciben como a las personas proveedoras”.

Para transformar realidades

“En las condiciones del actual escenario gerontológico cubano ha de precisarse estudios sobre las características y la complejidad que reviste el cuidado en la vejez, en aras de lograr sistemas de cuidados dignos que garanticen calidad de vida a las personas receptoras”, reflexionaron las autoras.

También abogaron por la promoción de estudios sobre sistemas de atención a las personas proveedoras de cuidado, que contemplen la capacidad personal, las condiciones sociales y los servicios para ofrecer cuidados, y a su vez proteger su salud y bienestar.

Por ello, las expertas acotaron que “a pesar de los esfuerzos del gobierno cubano, aún resultan insuficientes los servicios y los sistemas de apoyo a la familia para proveer cuidados, en particular a las personas mayores”.

Convocaron a diseñar una estrategia que integre servicios, instituciones, familia, redes comunitarias, cuidadores y cuidados.

“El país necesita trascender concepciones asistencialistas del cuidado que contemplen solo a los vulnerables y avanzar hacia un sistema de atención y de cuidado integral, multidisciplinar”, acotaron.

Añadieron que dicho sistema debe promover y preservar “la autonomía e independencia de los mayores para el fomento de sus proyectos de vida, su participación e inserción en los procesos de transformación de la sociedad en la que conviven”. (2023)

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