Los sectores más vulnerables en el control del diésel son la agricultura y el transporte
Las estadísticas de cierre de 2017 y las del actual año revelan un descenso en la venta de diésel en efectivo en los servicentros cienfuegueros.
Carlos, uno de los transportistas privados, confirma que lo compra en la bolsa negra: “Lo pago a diez pesos cubanos”. El suyo y otros muchos conforman la lista de carros particulares que viajan por Cuba completa a costa del mercado negro abastecido por el Estado.
El director de la Oficina Nacional para el Control del Uso Racional de la Energía (ONURE) en Cienfuegos, Ignacio Verdecia Nápoles, explica que los sectores más vulnerables en el control del diésel son los de mayor consumo, la agricultura y el transporte, por ejemplo: AZCUBA, MITRANS, Transporte Provincial, Ferrocarriles.
Con trece servicios de carga y de pasajeros hasta Camagüey, o sea tres mil toneladas mensuales, Ferrocarriles de Cienfuegos utiliza aproximadamente ocho mil litros de diésel diarios. El GPS, trabajar a tanque lleno y con una sola tarjeta por locomotora son parte de la rutina de cada tripulación.
El GPS mide de manera exacta qué está haciendo el tren y por qué se para –señalaba el director adjunto de la UEB Ferrocarriles de Cuba en Cienfuegos, José Ramón Bernal–. Sí se han incrementado los incidentes porque “la operación” se hace con el tren en movimiento. “Este año tuvimos una pérdida de 400 litros en la zona entre Guayos y Siguaney, y mil litros en Candelaria”.
¿Cómo un maquinista puede hacer que el combustible le rinda?
-Eso está en la destreza del maquinista, los tonelajes. Ya al usted conocer el perfil de la vía lo ayuda.
¿Por ejemplo?
-En el tramo de Palmira a Siete Paz, que no tiene mucha pendiente –seguía el maquinista Miguel Ramírez–, la locomotora no necesita que yo le dé tantas revoluciones.
¿Y si tú consumes menos significa que te pagan más?
-No, no…
Otros resquicios están en las propias normas. Considera Verdecia que el procedimiento vigente de combustible admite desviaciones en más o menos el 5%. Este rango posibilita que cada transportista u operador de vehículo desvíe combustible.
Por su parte, Bernal afirma que hasta cinco litros por cada 100 que lleve un tren pueden ser sustraído en el camino sin nadie darse cuenta.
De acuerdo con este cálculo, pueden “escaparse” unos 400 litros de diésel en cada jornada en una de las provincias con mayor tráfico general y de pasajeros.
Estas pautas rigen el parque automotor de todos los sectores de la economía. En AZCUBA hay camiones hasta con seis mil litros. “Es decir, les estamos permitiendo casi un desvío de 300 litros”, fundamentaba Verdecia. (El 5% de 6000 es 300).
Los precios del diésel descienden en el mercado negro cuando comienza la zafra. En el 2017 y lo que ha transcurrido de 2018, la ONURE declaró deficiente el control de los combustibles en unas 20 empresas.
¿Cómo ocurre el proceso?
-Una misma tarjeta descarga con cuatro minutos de diferencia en distintos Servicupets –continúa Verdecia–. Además, hay descargas que sobrepasan la capacidad de carga del vehículo. Cada tarjeta está asignada a uno solo. Es intolerable lo que ocurre: cómo va a haber una descarga, la echó en un recipiente pa´ llevárselo o pa´ venderlo, o la echó en otro vehículo.
Se supone que esto deba prevenirse en análisis diarios de los energéticos y las estructuras de dirección para seguir la trazabilidad del combustible.
Serviciaban en uno y estaban en otro
-Eso no quiere decir que haya desvío, afirmaba Mario Darío Alonso, el energético de la Empresa de Acopio cienfueguera.
¿El descontrol y el desvío no van de la mano?
-Vaya, se parecen, pero no…
Como en tantos casos queda abierta la brecha y la duda. El director de la Empresa Pecuaria La Sierrita, José Yoel Denis Rodríguez, explica que la última certificación de la prueba del litro es del año 2015. Las actas de responsabilidad de algunas tarjetas están desactualizadas. Se ha serviciado por encima de la capacidad del tanque.
La agricultura es de los sectores más vulnerables para el desvío por la complejidad de sus labores y el alto consumo. Un operador de tractor asegura que, en cualquier caso, “la defensa es permitida”.
Los directivos y choferes alteran normas como el rendimiento por kilómetros recorridos y las hojas de ruta. Así informan menos y el sobrante termina en el mercado negro con ganancias para los boteros y otros inescrupulosos.
–El chofer sabe a qué velocidad gasta más el carro –decía Carlitos, el botero–. A la hora de la prueba anda a la velocidad que más gasta, y a la hora de andar él por su cuenta camina con la velocidad que menos gasta. Así ahorra su combustible. Si ahorra cuatro litros de petróleo ya son 40 pesos.
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