POR RICARDO J. MACHADO
“El
poder es un centauro: mitad coerción y mitad legitimidad…La conquista del poder
cultural es previa a la del poder político y esto se logra mediante la acción
concertada de los intelectuales llamados orgánicos, infiltrados en los medios
de comunicación, expresión y las universidades. “(A.Gramsci)
El video que Andy Vázquez (alias Facundo y dos
personajes más) circuló por las redes no mostraba el nivel de calidad de otros
desempeños del actor. No se destacaba por la originalidad ni su agudeza: en mi
opinión estaba destinado a pasar sin pena ni gloria. Es verdad que pudo haberlo
utilizado el enemigo, pero con efecto Alkazelser.
Pero la irreflexiva medida del ICRT lo convierte
en un tratamiento con anticancerígenos con consecuencias de mayor duración en
el tiempo, y no a favor nuestro. Lo que pudo tener un efecto de horas ahora se
potencia en una escala mayor y un recurso de mayor efecto en manos del enemigo.
Es verdad que todos los sistemas políticos censuran a su manera. Unos lo saben
hacer mejor y otros peor. Pero esta decisión clasifica dentro del grupo de los
modus operandi de los gobiernos más primitivos de los países del sur, guardando
las distancias.
Evidentemente lo venían siguiendo, esperando
que sacase el pie de la base…hasta que lo cogieron. El hecho evidencia que
carecemos de un modelo de comunicación con una base conceptual fundamentada.
Este incidente da la impresión que la política
comunicativa está en manos de aficionados, por muchas incoherencias como ésta.
Les falta astucia y perspicacia para la confrontación ideológica: lo que pudo
ser una simple escaramuza que debió terminar con un dialogo amistoso “a lo
cortico con Andy” ahora se convierte en un combate en el que llevamos la de
perder.
Existen no pocos Facundos, es cierto, pero por
mi experiencia de años recorriendo el país me consta que son muchos más los que
son diferentes y para bien. Si el país estuviera repleto de Facundos hace
tiempo que el socialismo cubano hubiera reventado. Me imagino como deben
sentirse los buenos cuando ven semanalmente como se denigra la imagen del
directivo cubano representado en un hipócrita farsante (ojo solo el de nivel de
base).
Yo dejaría el programa como está, pero siempre
y cuando la TV y los medios diseñaran mecanismos inteligentes para equilibrar
los mensajes de ese programa que algunas veces no son acertados. La gente se
ríe y libera serotonina: la substancia que da la felicidad por momentos que es
la única forma en que existe la felicidad. Pregunten a los siquiatras y vuelvan
a leer el profundo ensayo del pensador francés Bergson que tituló La risa.
Por otra parte, estos espacios de libertad
para la crítica –al igual que el existente en las redes sociales- contrarrestan
el imaginario que trata de imponer el enemigo de Cuba como una sociedad cerrada
que sufre hipoxia de reflexión.
Tenemos una cantidad importante de dirigentes
con actitudes que merecen respeto, pero apenas aparecen por TV. Por cada minuto
dedicado a un científico destacado, o un joven con logros profesionales
importantes o empresarios con resultados-no son muchos, pero los tenemos
(algunos no los tienen, pero no porque sean unos bandidos), la TV dedica
cientos o miles de minutos a las que considera sus figuras icónicas: artistas,
deportistas y cocineros, dicho sea, con el mayor respeto. No hay equilibrio ni
mesura porque falta gestión del pensamiento en una buena parte de la TV.
La TV cubana: ¿la peor de todas?
No es cierto. Herbert Marcuse, un profundo
pensador marxista sobre el impacto de los medios en el imaginario de las masas,
afirmó en uno de sus libros que si alguien visitaba un país y quería saber cómo
andaba social y políticamente tenía que dedicar varias horas a ver televisión.
Los libros de Marcuse debían estar en las mesas de noche de los directivos de
la TV y todos los días darles un vistazo. Pero parece que estudian poco.
Como muchos ciudadanos yo pensaba que la TV
cubana no era buena. Pero tuve la oportunidad de poner en práctica el consejo
de Marcuse y comprobé que era una las mejores, o si se quiere de las menos
malas.
No se trata de que no tenga manchas, pero
aseguro que comparándola con la de muchos países la nuestra sale ganando. La TV
a escala global se ha convertido para la mayoría de los países en un
instrumento poderoso para ocultar la verdad y estupidizar de forma masiva a
grandes sectores de la población. Por algo le dicen la “caja tonta”. El
capitalismo crudo y duro que predomina en la mayoría de los países es ya un barco
al que le está entrando agua por todas partes. Necesita mucha gente bruta para
que sea más fácil engañarlos.
Lo cierto es que han desarrollado habilidades
excepcionales en cuanto a darle una base científica a la mentira. Su
instrumento favorito es la TV y la tienen infestada de propaganda comercial que
interrumpe videos y filmes en sus momentos claves produciendo un dañino efecto
en la mente del televidente semejante al “coitus interruptus”. En el caso
nuestro, la propaganda comercial es sustituida por mensajes políticos, a veces
excesivos y de poca creatividad.
Por otra parte, los cubanos no nos damos
cuenta de que estamos viendo las mejores series del mundo que cuestan una
millonada. Pero muchos no lo valoran. Es cierto que ahí está el “síndrome del
paquete semanal” que es una suerte de mesa buffet donde junto a productos
excelentes muestra golosinas envenenadas. No podemos subestimar la influencia
del paquete sobre los hábitos de consumo audiovisual del pueblo cubano.
Por otra parte, nadie puede negar que la Tv
estatal promueve a figuras jóvenes de talento tanto comentarista –Lázaro Manuel
Alonso- y actores de ambos sexos. También está De la Gran Escena, la mayoría de
los programas de Taladrid, el noticiero cultural y una buena telenovela hecha
en casa como la que están poniendo ahora. Lamentablemente esto no es frecuente.
Hay otros programas que sin ser destacados hacen el peso para subirse al ring
de la pequeña pantalla. No toda es un desastre como aseveran algunos.
HEGEMONIA, GRAMSCI Y EL
DETERIORO SELECTIVO DE IMAGEN
En realidad, no veo con frecuencia Vivir del
cuento. No pocas veces es reiterativo, pero sé que hay una mayoría que los
disfruta (alguna vez escuché que la teleaudiencia alcanza más de dos millones.)
Pero nunca defendería una medida como esa. Tales concepciones basadas en la
intolerancia y la incapacidad para el dialogo, no permiten construir
sostenibilidad ni la hegemonía que necesita nuestro socialismo.
Se pierde el equilibrio entre legitimidad y
coerción. La balanza se inclina más hacia ésta. Como muestran algunas
experiencias recientes (separación de la docencia a profesores de ideología socialista-caso Rene Fidel y Julio
Fernández Estrada, directivos ministeriales que exigen a los docentes
sometimiento ciego a cualquier posible error del gobierno, castigo sobre un
periodista por un simple comentario con el que casi todo el mundo coincide) se
confunde sistema político con actividad gubernamental, lo que significa que
carecen de formación en teoría marxista cuyas ideas claves son la contradicción
y el cambio.
Esta débil concepción teórica tiende a romper
la balanza a favor de la intolerancia injustificada. Debilita la sostenibilidad
ideológica y hegemónica de nuestro sistema. Deben recibir algún cursito de
actualización filosófica y profundizar en Gramsci que probablemente muchos no
conocen.
Por otra parte, esa tendencia de programas de
TV orientada a deteriorar la imagen de los directivos tiene otros antecedentes
como Deja que yo te cuente, con ese personaje con síntomas de retraso mental
que fue Lindoro Incapaz. Desde mi experiencia de décadas trabajando en la
formación de directivos confirmo que un sector importante de la juventud
rechaza asumir cargos de dirección y esto es grave para la calidad y
continuidad de nuestro sistema de administración. Y algunos organismos tienen
incompleta la plantilla de dirigentes hasta un 20%.
Muchos jóvenes, casi desde niños han visto
estos programas que en alguna medida contribuyen a generar prejuicios hacia las
funciones directivas. No digo que es la única causa. Los que tomaron esa medida
contra Andy se alinean a la tradición de métodos verticales de “dirección” de
ordeno y mando, ajenos a un enfoque más profesional. Fueron métodos que
llevaron al precipicio al socialismo soviético.
Probablemente, sin saberlo asumen el principio
de Maquiavelo que el príncipe debe ser más temido que amado. Ideológicamente
medidas como esta tienden a meter miedo porque dejan sin trabajo a las
personas, colocan un estigma sobre ellas o los reubican en otras tareas
empujándolos a la frustración.
No es preciso señalar que cualquier subsistema
–sea el de la TV u otro- cuyos dirigentes fundamenten su gestión sobre el que
llaman “el sentimiento negro” no podrá lograr bienestar sicológico, consenso y
confianza entre los subordinados. Estos componentes actúan como lubricantes que
facilitan las relaciones entre las personas y si en ellas faltan estos
nutrientes inevitablemente habrá pérdida de credibilidad y gobernabilidad en el
sistema.
En el caso de un medio tan importante como la
TV puede hacernos mucho daño tanto adentro como afuera porque expande a nivel
de país percepciones negativas, y en mi opinión también añade obstáculos a la
gestión del presidente: amplía la superficie de agresión para los medios del
enemigo y disminuye los niveles de confianza en algunos sectores de la
población hacia la alta dirección.
Todo el mundo sabe que no pudo hacerse sin el
apoyo de funcionarios de mayor nivel y es injusto echarle toda la
responsabilidad al ICRT. Este caso daña la imagen del país y nos aleja de la
consigna del presidente que todos conocemos.
Ojalá el partido encuentre una solución
inteligente ante este lamentable hecho y no guarde silencio. Eso esperamos
muchos revolucionarios de compromiso profundo con el socialismo cubano.
Dado el punto a que ha llegado el asunto, hace
falta coraje.
Comparto sus opiniones, hace falta coraje. Pero el coraje lo da la dignidad, la vergüenza, la honestidad, ser revolucionario para lograr el verdadero socialismo es pensar como pueblo y para el pueblo.
ResponderEliminarNo puede haber funcionarios inteligentes cuando el principio de selección en la obediencia.
Muchas Gracias por su opinión, quizás los funcionarios hay que darles mas autonomia en decidr, la obediencia existe en todas partes.
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