Por Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada
El exitoso autor libanés Nassim Taleb sacudió las mentes estáticas con su célebre libro El cisne negro: El impacto de lo altamente improbable (https://amzn.to/2wjG7xB) que versa sobre un evento considerado improbable que aparece repentinamente en los radares cerebrales y provoca inesperadas consecuencias masivas.
Pues más que un cisne negro, a Trump, quien parecía tener blindada su reelección, se le apareció la altamente improbable pandemia del coronavirus: mutación que ha golpeado a 53 países hasta ahora.
Dejo de lado el inquietante libro de ciencia ficción Los ojos de la oscuridad, de Dean Koontz, quien hace 41 años vaticinó la dispersión de un virus alrededor del año 2020 en la misma ciudad de Wuhan (https://amzn.to/39ce95M).
También soslayo las teorías sobre el accidente del coronavirus experimentado y/o sembrado como arma bacteriológica y de lo que se han acusado las tres superpotencias: EEUU, Rusia –con una aterradora excavación (https://bit.ly/2TaMQTH)–, y China, cuyo máximo especialista afirma que el Covid-19 “pudo no haberse originado en China (https://bit.ly/2wRCjE5)”.
Esperando y rezando que los expertos del tema, y no los politiqueros oportunistas que lucran con la enfermedad ajena en un momento tan disruptivo, encuentren los orígenes y la terapia del Covid-19, me enfocaré en el efecto que ha tenido sobre las acciones de las bolsas de Nueva York y que, en caso de prolongarse, es susceptible de quitarle una de las principales cartas a Trump para su reelección cuando todavía no se conoce la identidad de su adversario en el antidemocrático Partido Demócrata que busca impedir el ascenso irresistible de Bernie Sanders con toda la jugarreta de los superdelegados –15 por ciento de miembros prominentes y libres del partido que no han sido elegidos– en la Convención de Milwaukee (Wisconsin) del 13 al 16 de julio.
El británico Edward Luce (EL), muy cercano a Obama y gran conocedor de los intríngulis políticos en EEUU, aduce en Financial Times (27.02.20) que el coronavirus puede trastocar la elección en EEUU cuando Trump apostó su reputación en algo que no puede controlar.
A juicio de Luce, si el Covid-19 se propaga en EEUU, Trump perderá doble: dañará el crecimiento de EEUU y habrá perdido la confianza de la ciudadanía acerca de lo que ha explicado en forma nada científica sobre la enfermedad. Él asevera que el impacto político del virus puede ser radicalmente disruptivo con tres efectos visibles: 1. La aptitud es importante y debe estar vinculada a la ciencia, así como el expertise; 2. Una pandemia global puede inclinar la política de EEUU contra la globalización, lo cual beneficia a Bernie Sanders, y 3. Estimulará la info-demia: contagio (des)informativo existente en los medios de EEUU cuando Rush Limbaugh, connotado locutor conservador, afirma que “el Deep State usa al virus para socavar a Trump” ya que Nancy Messonnier –principal epidemióloga del Centro de Control de las Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés)– es la hermana del anterior vicefiscal Rod Rosenstein, quien buscó derrocar a Trump.
Nada menos que Larry Kudlow (LK), principal consejero económico de Trump, implora a los inversionistas comprar las acciones abaratadas después de la estrepitosa caída de la bolsa neoyorquina, asegurando que el impacto económico del coronavirus en la economía no tiene ningún parecido con el crack de 2008.
Después de echarle la culpa a China, Kudlow adujo que la pandemia no tenía nada que ver con las condiciones domésticas de EEUU y que la manera decisiva del manejo de la crisis por Trump tendría “un efecto muy positivo para su relección (https://washex.am/3apQgb9)”.
Ya el gobernador de la Reserva Federal, Jerome Powell, avisó estar listo para tomar acciones y apoyar a la economía ante el daño que ha provocado a ésta el coronavirus (https://bit.ly/2VvjGAd).
Antes de fallecer, el genial astrofísico Stephen Hawking advirtió sobre las agresiones de las armas biológicas al género humano (https://cnet.co/2Towoy1).
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