Aprueban el Plan de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional el cual representa una plataforma nacional para alcanzar gradualmente la plena seguridad y sostenibilidad en esa esfera, y que contó en su formulación desde el punto de vista metodológico con el apoyo de la FAO y la colaboración de OXFAM Internacional.
Con la aprobación por el Consejo de Ministros de Cuba del Plan Nacional de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional, se logra por primera vez en el país contar con las bases y fundamentos que garanticen de manera gradual y plena, la anhelada sostenibilidad y seguridad en este vital sector.
Según afirmó Gustavo Rodríguez, ministro de la Agricultura, uno de los organismos que coordinó la elaboración del Plan, este se sustenta en la capacidad de la nación para producir alimentos de forma sostenible y dar acceso a la población a una alimentación balanceada, nutritiva e inocua, reduciendo la dependencia de medios e insumos externos, con respeto a la diversidad cultural y responsabilidad ambiental.
Señaló como propósito fundamental, una gestión de trabajo que facilite al Estado cubano la organización de sistemas alimentarios locales, soberanos y sostenibles, que integren la producción, transformación, comercialización y consumo de productos así como el fomento de una cultura alimentaria y educación nutricional que contribuya al logro de una población saludable.
Representantes de 22 ministerios, 11 grupos empresariales, 25 entidades de ciencia, tecnología e innovación, 10 organizaciones de la sociedad civil y cinco organismos internacionales participaron durante más de un año en la preparación del documento, que abarca antecedentes, diagnóstico, metodología, marco conceptual y un plan de acción sobre la necesaria sinergia entre esfuerzos nacionales y la cooperación internacional.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) acompañó a Cuba en la formulación desde el punto de vista metodológico y sobre la base de las experiencias en la confección de planes de seguridad alimentaria en la región, en el contexto del programa cofinanciado por la Unión Europea “Impacto, Resiliencia, Sostenibilidad y Transformación para la Seguridad Alimentaria y Nutricional”, y con la colaboración de OXFAM Internacional.
Un proceso que incluyó más de una decena de talleres, encuentros y consultas e intercambios intersectoriales, así como de decisiones ya definidas en otras estrategias y programas sobre producción de alimentos de manera sostenible.
Por ejemplo, según opinó Rosa Acosta, investigadora del Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas, la elaboración de este Plan ha sido un proceso no solo participativo, sino multidisciplinario y transdisciplinario, a partir de una construcción estratégica que resulta muy novedosa y tiene en cuenta la actualidad del contexto del país.
Entre los asuntos primordiales ya identificados se señalan, reducir la dependencia de las importaciones de alimentos e insumos; garantizar la calidad e inocuidad y disminución de las pérdidas y desperdicios de alimentos; consolidar los sistemas alimentarios locales; movilizar los sistemas educacionales, de cultura y comunicación para fortalecer la educación alimentaria y nutricional.
Cuba cumplió con la meta de la Cumbre Mundial de la Alimentación y los Objetivos de Desarrollo del Milenio de reducir a la mitad, hasta 2015, el porcentaje de personas que padecen hambre
Según el reciente informe conjunto El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2020 , la prevalencia de la subalimentación o hambre en la población total en el país es ínfima y es una de las tres naciones en el área latinoamericana y
caribeña -junto a Brasil y Uruguay- que exhiben los mejores resultados en esa esfera.
Estos éxitos la mayor isla de las Antillas los obtiene a pesar de las limitaciones económicas, el impacto del bloqueo de EE.UU. en todos los sectores y el azote de severos eventos climáticos.
Como precisó Marcelo Resende, representante de la FAO en Cuba, este Plan es un gran esfuerzo que le permitirá al país mantener sus logros en materia de seguridad alimentaria y nutricional y enfrentar desafíos como el necesario autoabastecimiento y el aumento del sobrepeso en la población.
Por su parte, Frei Betto, asesor de la FAO, reforzó la necesidad de la participación popular en el Plan, para que el pueblo no se sienta beneficiario, sino protagonista, y porque la educación nutricional involucra a todos.
En marzo de 2019 tuvo lugar el primer encuentro intersectorial que impulsó la elaboración del Plan Nacional de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional y un año después se examinó la propuesta y se enriqueció durante una reunión dirigida por el presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel, y el Primer Ministro, Manuel Marrero.
A partir de la aprobación del Plan este mes por el Consejo de Ministros, comenzará su implementación y despliegue territorial, incluyendo evaluaciones económicas, así como mecanismos de monitoreo que permitan su revisión constante.
"El Plan es una tremenda iniciativa del gobierno cubano, que la FAO y otras organizaciones internacionales han estado apoyando, así como todas las instituciones involucradas (…) Si llegamos a construir todo lo que en materia de sistema alimentario y nutricional estamos proponiendo aquí en estos grupos de trabajo, va a ser realmente muy positivo para la salud de la población cubana”, subrayó Giraldo Martín, director de la Estación Experimental de Pastos y Forrajes Indio Hatuey.
En América Latina y el Caribe, la FAO ha apoyado con metodologías, herramientas y asistencia técnica a alrededor de 20 países para el desarrollo y fortalecimiento de políticas, planes y estrategias nacionales de seguridad alimentaria y nutricional, entre estos, Argentina, Colombia y Panamá.
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