Al 23 de noviembre, la empresa mixta Petropiar en la Faja del Orinoco -la más grande en operación entre PDVSA y Chevron- tenía 1,79 millones de barriles de crudo exportable.
Estados Unidos otorgó el sábado una licencia de seis meses a Chevron para operar en Venezuela, restableciendo los privilegios que tenía para comercializar crudo, al tiempo que prohibió el intercambio de efectivo y exigió que los cargamentos sean dirigidos a refinerías estadounidenses.
Houston. Chevron Corp aspira a recibir los primeros cargamentos de petróleo venezolano tan pronto como en diciembre tras la emisión de una licencia por parte de Estados Unidos el fin de semana, pero Caracas podría no estar tan dispuesta debido a que las sanciones estadounidenses continúan restringiendo los pagos a la nación, dijeron personas familiarizadas con el asunto.
Estados Unidos otorgó el sábado una licencia de seis meses a Chevron para operar en Venezuela, restableciendo los privilegios que tenía para comercializar crudo, al tiempo que prohibió el intercambio de efectivo y exigió que los cargamentos sean dirigidos a refinerías estadounidenses.
Ejecutivos de la petrolera estatal venezolana PDVSA inicialmente dieron la bienvenida a la autorización al considerar que marcará su reingreso a Estados Unidos, que alguna vez fue el mercado más importante del país. Pero están menos entusiasmados con los términos de la licencia, que impiden a Chevron rembolsar costos operativos o pagar impuestos y regalías en Venezuela, según las personas.
PDVSA y el Ministerio de Petróleo de Venezuela no respondieron de inmediato a solicitudes de comentarios. Al 23 de noviembre, la empresa mixta Petropiar en la Faja del Orinoco -la más grande en operación entre PDVSA y Chevron- tenía 1,79 millones de barriles de crudo exportable en inventario, mostró un documento visto por Reuters. La producción de petróleo del proyecto Petroboscán, en el estado occidental de Zulia, se detuvo este año debido a su incapacidad para seguir acumulando inventarios que no podían exportarse.
Los obstáculos pronto podrían multiplicarse: otra empresa con un reclamo pendiente de alrededor de US$ 1.000 millones contra Venezuela dijo el lunes que espera una consideración similar. "Si se puede pagar a acreedores no garantizados, entonces el gobierno de Estados Unidos debería permitir que se pague a Crystallex, que es un acreedor garantizado", dijo Rahim Moloo, socio del bufete de abogados Gibson Dunn que representa a la empresa minera canadiense Crystallex. Cualquier relajación de los términos de la licencia a Chevron depende del progreso en conversaciones políticas entre enviados del presidente Nicolás Maduro y la oposición que se reanudaron el sábado en México, dijo un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos. La Casa Blanca está "abierta a calibrar aún más" las sanciones, agregó la persona, pero cualquier flexibilización depende del progreso en la aceptación de un calendario electoral en Venezuela, la reincorporación de candidatos excluidos, la devolución de los partidos políticos a sus líderes legítimos y el acceso de observadores internacionales a los comicios.
BENEFICIOS LIMITADOS
Chevron había negociado un acuerdo con PDVSA este año que establecía que los ingresos por exportaciones petroleras de las empresas mixtas se distribuirían de manera similar a los términos que rigieron hasta 2020: alrededor de un tercio iría a pago de deuda, otro tercio para rembolsar gastos operativos a PDVSA y el tercio final para gastos de capital. Pero Washington parece haber aprobado sólo la amortización de deuda y las inversiones de capital directamente realizadas por Chevron, dejando de lado los pagos de impuestos y regalías. Washington también emitió una renovación separada de seis meses para que las empresas de servicios petroleros mantengan operaciones en Venezuela, pero sin autorizarles a perforar, reparar pozos o contratar personal o servicios adicionales.
Un portavoz de Chevron declinó comentar de inmediato. El Departamento del Tesoro de Estados Unidos declinó comentar.
Las restricciones podrían, en última instancia, limitar el empuje a la producción y las exportaciones de petróleo de la nación sudamericana, dijeron analistas, a menos que Washington otorgue nuevas autorizaciones si las conversaciones políticas progresan en México.
A principios de este año, funcionarios estadounidenses redoblaron esfuerzos para alentar el diálogo político y devolver parte del crudo venezolano a mercados afectados por los cortes de suministros rusos tras su invasión a Ucrania. Esos esfuerzos llevaron a la liberación de dos venezolanos condenados por cargos de drogas en Estados Unidos y el regreso de al menos nueve estadounidenses encarcelados en Venezuela, mientras que las petroleras europeas Eni y Repsol fueron autorizadas a tomar crudo venezolano para el repago de deuda.
La casa de bolsa Credit Suisse dijo en una nota el lunes que la relajación inicial de las sanciones tendrá "poco efecto" en los riesgos de suministro de Europa por las sanciones a Rusia. ¿ESTÁN LOS CARGAMENTOS EN RIESGO? Los cargamentos de petróleo venezolano por entregar a Chevron enfrentan posibles incautaciones por parte de acreedores que han avanzado en casos de arbitraje y sentencias judiciales, dijeron expertos comerciales y abogados.
Además de Crystallex, la petrolera ConocoPhillips tiene un fallo a su favor de US$ 1.200 millones contra Venezuela y anteriormente buscó embargar activos caribeños de PDVSA. Un portavoz declinó hacer comentarios, pero la compañía ha dicho que continuaría con sus reclamos en cualquier parte del mundo. Las exportaciones de petróleo de PDVSA a Estados Unidos se detuvieron por completo a principios de 2019, luego de las sanciones comerciales de Washington, diseñadas para despojar del cargo a Maduro, cuya reelección de 2018 fue calificada de farsa por la mayoría de los países occidentales. Washington reconoce al opositor Juan Guaidó como líder legítimo del país. El activo extranjero más importante de PDVSA, el circuito refinador Citgo Petroleum con sede en Houston, está controlado por juntas designadas por Guaidó y ratificadas por un tribunal estadounidense.
Pero Maduro se ha mantenido en el poder con el apoyo de las fuerzas armadas y países aliados, incluidos Rusia e Irán. También controla PDVSA.
Al darle corta rienda a las exportaciones petroleras venezolanas, Washington busca ganar el apoyo del Congreso, que se ha mantenido escéptico de cualquier acuerdo con Maduro. El senador estadounidense Bob Menéndez, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, dijo el sábado que apoyaba "una solución negociada a la prolongada crisis de Venezuela", pero agregó que si Maduro intenta nuevamente usar estas conversaciones sólo para ganar tiempo, Estados Unidos y sus socios "deberían reintegrar todo el vigor de las sanciones".
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