El Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) tiene el propósito de finalizar este año la construcción de nueve plantas desalinizadoras que surtirán de agua potable a comunidades cuyos mantos freáticos presentan un alto nivel de sal.
De acuerdo con Fernando Pérez Gómez, director de Infraestructura e Inversiones del INRH, el proyecto cuenta con un financiamiento de más de 3,6 millones de pesos, y emplea tecnología alemana para su funcionamiento. Hasta el momento, se trabaja en la construcción de dos plantas desalinizadoras en la capital, una de ellas en la localidad de Cojímar, y la otra en la zona conocida como La Puntilla, del municipio de Playa. Pérez Gómez puntualizó que son sistemas pequeños, con una capacidad para procesar dos metros cúbicos de agua salobre por hora, para las comunidades más próximas.
En Matanzas se acomete la construcción de tres instalaciones de este tipo. Una de ellas, denominada Girón II, estará lista en octubre, la cual contará con una capacidad de cuatro metros cúbicos por hora, por lo que impactará positivamente en alrededor de 3 400 personas, detalló.
En Granma, las desalinizadoras Papi Lastre y Las Mangas, ambas de dos metros cúbicos por hora, se encuentran en fase de cimentación y estarán concluidas en octubre del año en curso, en tanto está previsto terminar, en el mes de julio, la planta Lombillo –de igual capacidad–, ubicada en Camagüey.
La instalación dispuesta para el municipio especial Isla de la Juventud, de cuatro metros cúbicos por hora, está pendiente de inicio constructivo, aunque se prevé su ejecución antes de que finalice 2020.
De acuerdo con Pérez Gómez, las dos pertenecientes a Santiago de Cuba, El Francés y Bahía Larga, se encuentran en la fase de puesta en marcha. Ambas procesarán cinco metros cúbicos por hora para beneficiar directamente a unas 300 personas entre ambas.
«Aunque este número parezca pequeño, estas plantas, que son donativos de España y Alemania, luego de llenar los tanques para las comunidades donde se encuentran situadas las obras, se dedican a abastecer pipas para surtir a otros asentamientos adyacentes, por lo que el impacto es mayor», aclaró el Director de Infraestructura e Inversiones del INRH.
El directivo añadió que desde hace algunos años el sector del turismo se beneficia con estas instalaciones. En tal sentido, destacó la existencia de las plantas situadas en los cayos Santa María y Coco, con capacidades por encima de los 180 metros cúbicos por hora, en condiciones de salinidad superiores a los de las demarcaciones costeras. Sobre estas, Pérez Gómez apuntó que, a la situada en cayo Santa María, se le incorporará este año un segundo módulo tecnológico, con el cual podrá trabajar con 360 metros cúbicos de agua por hora.
Las desalinizadoras son parte de las acciones que, a nivel nacional, se vienen desarrollando para crear puntos de fácil acceso a la población afectada por los altos niveles de salinidad. Desde octubre de 2019, el consejo popular Punta de Maisí, en Guantánamo, cuenta con una de ellas (la primera en la provincia) que surte con agua potable a unos 1 700 pobladores.
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