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Cuando la incertidumbre se convierte en palabra de orden para el planeta, acertar con el futuro de la economía pudiera parecer solo oficio para videntes. Nadie sabe cuánto peaje humano ni económico cobrará el nuevo coronavirus al final del camino. La mayoría coincide en que el mundo se dirige a una profunda recesión global, no vista desde la Gran Depresión que inició en 1929.
Algunos comparan el horizonte con un huracán categoría 5. El Fondo Monetario Internacional proyecta que, como resultado de la pandemia, la economía global se contraerá un 3 por ciento en el 2020, con caídas espectaculares en naciones avanzadas como Estados Unidos, Italia, Francia, Alemania y Reino Unido.
¿Qué podrá esperar entonces una isla subdesarrollada como Cuba, con las arcas desde hace años en subsistencia? El Periódico Escambray buscó las respuestas del espirituano Oscar Luis Hung Pentón, actual presidente de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba (ANEC).
“Hace solo unos días Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL, al presentar un informe especial sobre el seguimiento de los efectos económicos y sociales de la actual crisis derivada del impacto del SARS-CoV-2 en la región, proyectó una contracción regional promedio de -5.3 por ciento para el 2020 en América Latina y el Caribe. En el caso de Cuba, la CEPAL proyecta un crecimiento del PIB de -3.7 por ciento”.
-La pandemia ha incluido más gastos y reajustes, ¿cómo sobrevive hoy el país con escasa liquidez, sin los ingresos del Turismo y el compromiso de pagar no pocas deudas que resulta prioridad honrar?
En el país concurren varios aspectos que posibilitan hacer frente a una situación económica aun en tiempos de pandemia. En primer lugar, la capacidad de nuestros principales dirigentes para conducirse en momentos como los actuales.
Aquí para enfrentar la pandemia no se ha tenido que construir un hospital, no se han tenido que formar nuevos profesionales de la Salud, se encuentran instaladas las capacidades de producción de la industria farmacéutica; los gobiernos locales, la defensa civil y los Consejos de Defensa de los territorios conocen su papel en situaciones de crisis. La articulación entre los diferentes actores económicos y los organismos ha sido vital.
El papel de las diferentes organizaciones políticas y de masas, la cultura y solidaridad de los ciudadanos para con sus semejantes figuran también entre los aspectos que auguran un éxito frente a la pandemia.
Existen ingresos por exportaciones de bienes a los cuales el país no renuncia, fundamentalmente de la agricultura cañera y no cañera, la industria y la minería. Otros con mayor demanda en la actualidad, como la producción de fármacos y los servicios profesionales que mantiene Cuba y que hoy se incrementan, tendrán un peso importante en los ingresos de la balanza comercial del país.
-Cuando la pandemia cambió la rutina del mundo, el país se encontraba a un paso de concretar una muy esperada unificación monetaria y hasta una reforma salarial, ¿se volverá a posponer infinitamente esa compleja decisión en el nuevo escenario económico global?
En el país se trabajaba con intensidad para poner fin a la dualidad monetaria y cambiaria. De hecho, se tomaron varias medidas que ya responden a la eliminación de la doble moneda y otras de carácter normativo y de capacitación que crean condiciones para la esperada unificación. Sin embargo, es un hecho que la crisis mundial generada por la actual pandemia para nada excluye a la economía cubana.
Una de las premisas de la unificación y el tan esperado día cero es que no afecte a los ciudadanos. Es un mandato de la dirección de la Revolución que debemos entender como una práctica ya habitual en nuestra vocación social. Ello presupone crear condiciones para su aplicación que ahora estarán limitadas por la incierta evolución de la economía e, inevitablemente, el cronograma de realización de este complejo proceso tendrá que tenerlo en cuenta.
El tema salarial, a pesar de los esfuerzos del país con incrementos graduales anteriores, obligatoriamente depende de la mayor riqueza que seamos capaces de crear.
-El sector del Turismo ha entrado en crisis en el mundo entero y aquí constituía uno de los pilares fundamentales de la economía, ¿cuál otra rama podría ocupar su lugar en el actual escenario?, ¿qué utilidad podría dar el país a esa infraestructura paralizada?
Hay sectores que todos somos conscientes de que pueden aportar más a la economía cubana. Ahora será una oportunidad la alianza entre el Turismo y el sector de la Salud. Cuba tiene que potenciar de manera más estratégica el Turismo de salud, que además puede encadenar con el sector agrícola y la industria.
Considero que el Turismo debe reconvertirse hacia un modelo de Turismo de naturaleza, de salud. No estamos en tiempos de grandes instalaciones hoteleras con piscinas comunes, de restaurantes con servicio de bufet, de turismo de ciudad con innecesarias aglomeraciones. Allí desempeñan un papel la diversidad de nuestra planta hotelera y la existencia de instalaciones en cayos y penínsulas que pueden representar una oportunidad.
Las exportaciones del sector agropecuario cañero y no cañero tienen que crecer ante la crisis alimentaria que vive el planeta y tendrán que tener en cuenta el mercado insatisfecho de producciones orgánicas que hoy demandan economías del Primer Mundo.
La exportación de servicios y particularmente de la Salud será cada vez más demandada y Cuba tiene excelentes potencialidades, basadas principalmente en la formación de profesionales de alta competencia; al igual que en el sector de la Biotecnología y farmacéutico, que ya es reconocido a nivel internacional. Las comunicaciones y la industria del software pueden aportar aún más a la economía nacional.
-¿El éxito y el respeto ganado por la medicina convertirán a los servicios médicos, la industria nacional de los medicamentos y la Biotecnología en uno de los primeros caballos de batalla de la economía cubana?
Existe un reconocimiento a la industria de medicamentos y la Biotecnología cubana. El hecho de que una parte importante de los medicamentos utilizados en Cuba son de producción nacional ya significa un éxito y, por otra parte, la posibilidad de que ante llamados para establecer alianzas internacionales en la prevención de esta pandemia y otras que azotan a la humanidad, Cuba pueda seguir avanzando en proyectos de cooperación médica y biotecnológica significa un potencial de ingresos para la economía cubana.
Las exportaciones de servicios en el país representan el 70 por ciento del total de ellas, camino que tendrá que consolidarse con los servicios profesionales y particularmente los servicios médicos que adquieren una nueva dimensión en el entorno actual.Pero es inevitable una contracción de nuestra economía que, a pesar de los esfuerzos del Gobierno socialista, tendrá consecuencias en el orden social.
-¿Cuánto tiempo se calcula que precisará Cuba para superar esta nueva tormenta?, ¿hasta qué punto el 2020 y un poquito más allá se convertirán en años de supervivencia para los cubanos?
Este 2020 será un año en el que los cubanos contaremos con los recursos que seamos capaces de crear y de captar mediante las exportaciones. Debemos ser muy estrictos en el cumplimiento de las indicaciones que se impartan y sobre todo de aquellas relativas al ahorro de los recursos materiales y financieros con que contamos, que serán limitados y obligarán a canalizarlos en los sectores estratégicos, así como en el mantenimiento de servicios básicos que el Estado presta a la población.
Es impreciso hablar del tiempo que durará esta situación para un país subdesarrollado y bloqueado como Cuba. Considero que en buena medida dependerá de cómo reaccionen a la crisis económica el resto de los países y sobre todo nuestros principales socios comerciales. La actual crisis es global y a ella no escapa ningún país, incluso aquellos con cuantiosos recursos naturales han visto cómo el precio de los hidrocarburos y las materias primas caen abruptamente.
De hecho, se han recalculado los índices de crecimiento globales y para la región del año 2020. Cuba también estará obligada a reconformar su Plan de la Economía para el presente año, teniendo en cuenta la actual crisis económica mundial y las características de una economía abierta al comercio exterior.
El recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero del Gobierno de los Estado Unidos contra el pueblo cubano afecta a todas las esferas de la vida nacional. Adicionalmente, el bajo nivel tecnológico de la industria cubana, las limitaciones con los ingresos por exportaciones, los obstáculos para la adquisición de insumos y combustibles, los efectos del cambio climático y en particular la intensa sequía por la que atravesamos son, entre otros, elementos a tener en cuenta a la hora de aventurarse a vaticinar el tiempo que durará la actual crisis.
-Después de la crisis por esta pandemia, ¿precisará reescribirse el nuevo modelo económico cubano o mantendrá sus anunciadas coordenadas?
Después de que exista un control de la pandemia persistirá la crisis y en el caso de Cuba nadie duda que las restricciones impuestas por el bloqueo se mantengan como política imperial para obstaculizar el desarrollo de la nación.
La coyuntura actual y anterior a la pandemia ha corroborado la validez de los Lineamientos del nuevo modelo económico cubano, y con mucha creatividad se han estado buscando soluciones que hoy dan respuesta a las exigencias de la economía nacional. Para lograr un desempeño económico que pueda mitigar los efectos de un entorno que no nos favorecerá, se hace necesario mantener las prioridades establecidas para el año 2020 y sobre todo aquellas relacionadas con el sector externo.
Por ejemplo, el incremento y diversificación de las exportaciones, incluidas las de servicios, la disminución de las importaciones que puedan tener respuesta en la industria nacional, especialmente el componente importado del Turismo.
También, potenciar la inversión extranjera y los proyectos de desarrollo local, con encadenamientos productivos que fomenten los vínculos entre todos los actores económicos: sector estatal, sector no estatal e inversionistas extranjeros.
La eficiencia del proceso inversionista, el desarrollo de la empresa estatal y el cumplimiento de estrictas medidas de ahorro de recursos materiales y financieros igualmente son fuentes importantes de recursos para el país.
-A pesar de las críticas internacionales, el bloqueo norteamericano contra la isla continúa vigente, ¿cómo el gobierno de Estados Unidos sigue asfixiando a los cubanos en estas adversas circunstancias?
El bloqueo económico, financiero y comercial de Estados Unidos contra Cuba no solo continúa vigente, es un muro que ha venido creciendo. Acaba de cumplir oficialmente 57 años, pero desde antes fue aplicado contra la Revolución cubana, incluyendo el intento de derrocarla mediante la invasión mercenaria de Playa Girón en abril de 1961 y el sustento a bandas armadas que sembraron el terror en diversos puntos del país.
El pasado mes de marzo se suspendieron los vuelos chárter públicos entre cualquier terminal área de Estados Unidos y Cuba, con excepción del aeropuerto internacional José Martí, afectando nueve aeródromos internacionales cubanos y el arribo de turistas extranjeros. Esta medida engrosa la lista de 190 sanciones aplicadas desde 2017 por el gobierno norteamericano contra Cuba.
En medio de esta crisis epidemiológica salen a la luz un grupo de restricciones. No está autorizada la venta de tecnología de punta para el sector de la Salud y solo otorgan licencias específicas para uso de este sector si están en condiciones de monitorear y verificar el uso real del producto en correspondencia con el propósito para el que se autorizó.
La constante persecución financiera dificulta múltiples operaciones comerciales. Tampoco podemos comprarles directamente a proveedores estadounidenses, por lo que se debe recurrir a terceros, lo cual encarece el producto y su flete. Esta situación es algo cotidiano para la compra de medicamentos, reactivos, instrumental médico, material gastable, equipos médicos y sus piezas de repuesto. Solo por esta razón las afectaciones en el último período cuantificado superan en el sector de la Salud Pública los 104 millones de dólares.
-Algunos expertos consideran que cuando pase esta crisis se vivirá una reindustrialización de Europa y Estados Unidos, debido a los problemas en las cadenas de suministro que hoy sufren muchas compañías, ¿acaso se revertirá la globalización, apenas sufrirá alguna fractura sin importancia o se mantendrá indefinidamente?
Centrando la mirada a la globalización desde su dimensión económica no tengo dudas de que se producirá, como mínimo, una ralentización de la globalización, con la reducción de flujos comerciales y de la inversión directa extranjera. La dimensión de los intercambios comerciales entre las naciones tendrá un fuerte impacto a la baja.
La actual crisis pone de manifiesto la vulnerabilidad de varios socios comerciales dependientes de las grandes potencias y particularmente de China. Se producirá inevitablemente una relocalización de los proveedores y una diversificación de los mercados actuales, dados los problemas que hoy sufren las cadenas de suministros.
De cualquier forma, habrá una fractura sensible de la globalización, pero esta inevitablemente persistirá porque hoy son importantes los intercambios de tecnología, académicos, científicos, culturales, deportivos y turísticos, entre otros imperativos de la humanidad.
-La recesión que está sacudiendo al mundo ha provocado históricas caídas de las bolsas y pánico en los inversores, quienes evitan correr riesgos a toda costa, pero la economía nacional precisa socios y financiamiento, ¿cómo espera el país poder solucionar ese dilema?
Es un dilema complejo, dado que el acceso del país a financiamientos siempre ha estado vetado y, en última instancia, condicionado a prácticas que van contra los principios del socialismo cubano, como ocurre en países latinoamericanos que hoy tienen una dependencia de organismos internacionales y, por contraproducente que parezca, no logran líneas de desarrollo y sí más desigualdades sociales y endeudamiento a largo plazo.
Tenemos que seguir apostando en dos vías: por los socios comerciales tradicionales y por la diversificación de la cartera de exportaciones que permita el acceso a nuevos mercados y la inserción en cadenas de valor internacionales. Hoy es una oportunidad la inversión de capitales de riesgo en modelos de negocio dentro de sectores tecnológicos como la Biotecnología, las TIC y los softwares, en los cuales el país cuenta con un alto nivel de profesionales. También, la inversión extranjera directa en las cadenas agroalimentarias debe constituirse en una oportunidad para avanzar hacia un crecimiento sostenible con mayor valor agregado.
-La caída de los precios del petróleo genera controversia actualmente entre productores y exportadores, ¿qué incidencia concreta implica esa realidad para un país donde el combustible siempre ha resultado el talón de Aquiles?
Nuestra mayor dificultad con los combustibles hoy es el acceso a mercados seguros. Las medidas de recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero han tenido como uno de sus objetivos principales impedir que llegue el combustible a Cuba, chantajeando a las empresas y las navieras que hacen negocios con nuestro país, lo cual limita la producción y los servicios que se prestan. Esta situación no debe cambiar a pesar del reclamo de varias naciones y organismos internacionales de suspender las medidas que bloquean las economías de varios países.
Los precios actuales son muy inferiores a los que se planificaron las compras del presente año, lo cual es favorable, pero de esa misma forma se comportan los ingresos por exportaciones de nuestros productos. Un ejemplo es el níquel que ha bajado en más de 3 000 dólares la tonelada en lo que va de año con respecto a diciembre.
-Uno de los principales socios comerciales de Cuba es China, una economía que también enfrenta serias dificultades por la paralización y los gastos derivados de esta pandemia, ¿de qué forma podría incidir ese escenario en la realidad cubana?
Las afectaciones de los principales socios comerciales van a repercutir en la economía cubana. Es inevitable, pero dependerá mucho la vocación solidaria de dichas naciones hacia Cuba y en el caso de China nos unen lazos de cooperación y amistad muy sólidos.
Apenas comenzaba la COVID-19 en el gigante asiático, el presidente Xi Jinping resaltó el apoyo de las autoridades cubanas desde el primer momento ante el brote de la pandemia. Esta relación es recíproca, el Partido Comunista de China y su gobierno siempre han estado comprometidos con la sostenibilidad del camino socialista cubano y muestra de ello es que recientemente ese gobierno ha enviado un donativo para el enfrentamiento a la COVID-19 en Cuba, contentivo de materiales sanitarios.
Por su parte, la Embajada de China en La Habana también donó 200 000 dólares a las autoridades sanitarias de Cuba para el enfrentamiento a la pandemia.De seguro China se reafirmará como uno de los principales socios comerciales de Cuba una vez superada la crisis del actual coronavirus.
-Tal vez, los nuevos tiempos demuestren que la economía precisa más trabajo a distancia, más pagos electrónicos y que algunos oficios como la Enfermería ameritan mejor remuneración, ¿cuáles lecciones en el campo de la economía comienza a dejar la COVID-19 para la nación?
Es impresionante cuántas transformaciones del actuar cotidiano se dan en tiempos de crisis. Normas no utilizadas y otras reforzadas para la ocasión demuestran nuevas formas de lograr objetivos similares. El trabajo a distancia y el teletrabajo, cuando son bien organizados, pueden ser la solución en determinados puestos de trabajo. La necesidad de una mayor utilización del comercio electrónico es un hecho. Se necesitarán plataformas con mayor alcance de servicios y potencialidades de rápida expansión. La simplificación de trámites, la eliminación de burocracia innecesaria, la reorganización de procesos productivos y de servicios tendrán que estar obligatoriamente en la agenda de los decisores con mayor determinación.
(Tomado de Escambray)
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