Durante la reunión también se presentaron experiencias de la provincia Pinar del Río, territorio del extremo occidental de la isla tradicionalmente afectado por huracanes y otros fenómenos extremos
ACN FOTO/Abel PADRÓN PADILLA
El presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel, participó hoy en una reunión de chequeo del plan para el enfrentamiento al cambio climático en el país, conocido como Tarea Vida.
Según un reporte de la televisión nacional, en el encuentro se insistió en que uno de los sectores más vulnerables es la industria alimentaria, pues su infraestructura puede verse afectada seriamente por eventos como las lluvias intensas, la sequía, la degradación costera y el ascenso del nivel del mar.
De acuerdo con el viceministro primero de la Industria Alimentaria, Luis Orlando Paz, una treintena de establecimientos pesqueros son muy susceptibles al daño, de ellos, ocho sufrirían impactos muy fuertes.
Además, el atraso tecnológico de las instalaciones industriales provoca un uso excesivo de agua y la generación de mayores niveles de desecho, los cuales, al no ser tratados debidamente, provocan afectaciones importantes al medioambiente.
El ministerio del ramo está llamado a revertir ese estado, precisó el reporte televisivo.
Durante la reunión también se presentaron experiencias de la provincia Pinar del Río, territorio del extremo occidental de la isla tradicionalmente afectado por huracanes y otros fenómenos extremos. Allí se decidió priorizar mediante la Tarea Vida a siete municipios.
Igualmente fueron identificadas seis playas con una avanzada erosión y se inició el proceso de relocalización de comunidades costeras propensas a ser afectadas por el cambio climático.
En el encuentro se llamó a atender el impacto socioeconómico que esa decisión pudiera tener en los pobladores.
Por otra parte, Díaz-Canel fue puesto al tanto de la marcha del programa para la conservación de la memoria histórica.
En ese sentido, conoció que el Instituto Cubano del Arte y la Industria Cinematográficos trabaja para rescatar el patrimonio fílmico que guardan sus bóvedas, fuertemente dañadas durante la década de los años 90.
Hoy están las condiciones de almacenamiento necesarias para conservar miles de obras de la cinematografía nacional y foránea, a la vez que se revitaliza el archivo fotográfico.
Igualmente se realiza la digitalización de las obras, tarea que se ejecuta con esfuerzos propios y la colaboración internacional. (PL)
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