Desde hace ya más de 2 años desde este blog se aborda el perfeccionamiento de la empresa cubana. Son más de 20 publicaciones, casi reiterativas, en torno a la empresa cubana.
De una u otra forma, una demanda central ha estado relacionada con la necesidad de acercar a las empresas, a los empresarios, herramientas para ese perfeccionamiento.
Decir que en Cuba se ha avanzado en este sentido, debe ser cierto. Pero debe haberse hecho como en tiempos normales y como si habláramos de cosas normales. Avanzar así, en Cuba hoy, es como retroceder.
Cuando Fidel pudo hacer algo por las escuelas nos puso a trabajar mañana y noche para repararlas. Creo que tres generaciones vivas de cubanos conocemos ese ejemplo, al menos en La Habana. Más reciente, todas las generaciones vivas de cubanos sabemos cómo vencimos la pandemia.
Tal cual cantar de moda, por ahí andan los planteamientos dirigidos a estremecer la empresa cubana. La idea se repite y se repite. Pero no he visto siquiera la más mínima referencia a la naturaleza del cambio empresarial, (quizás exista alguna, sin impacto social).
Ya lo hemos dicho, cambiar la empresa cubana es cambiar su cultura y los cambios culturales son extremadamente complejos. ¿Se sabrá qué es la cultura empresarial? ¿Se tiene una referencia emocional de esto?
Hay libros escritos sobre el tema. Me viene a la mente Teoría Z, donde el asunto se trata con profundidad. Leí otro, lo abordé alguna vez: sobre los agentes de cambios. Y nosotros planteamos el problema como si fuera un simple problema decisorio: cambiar y ya.
El primer paso para superar una situación está en su crítica. Para entender algo es necesario desmembrarlo, es llegar a su esencia, conocer sus causas y contradicciones. Entre nosotros sobran palabras, faltan conceptos. Por “h, v ó z” el tema se aborda superficialmente.
Mientras, a las empresas les faltan conocimientos y herramientas. Si, faltan herramientas, al margen de las condiciones materiales y financieras, muy distantes entre unas y otras empresas. “Al pecho” muy pocas empresas lograrán su verdadera transformación.
Sin necesidad de hacer ninguna búsqueda en internet, sólo con el más elemental acceso, aparece un enlace dedicado a los cambios culturales de las empresas.
Aquí va un ejemplo, que no recomiendo como camino específico a seguir porque no es fruto de ninguna investigación y no lo he examinado a fondo, pero es para nuestros centros de investigación, para los decisores, para todos, un buen ejemplo, ¿suficiente?
https://www.zendesk.com.mx/blog/tipos-de-cultura-empresarial/
Mientras nuestros actos en la dirección empresarial virtualmente se sustentan en las herramientas heredadas, del siglo pasado, o mejor, de la primera mitad de aquel siglo, ya tan distante.
Una y otra vez lo decimos, es imprescindible desarrollar una discusión de alcance social sobre el perfeccionamiento de la empresa estatal.
28/04/22 Fin
Hay un hastag muy popular hoy en Twitter, #ElonBuyCuba. Creo que es una buena idea para mejorar la cultura empresarial.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo que falta cultura empresarial, pero no por falta de conocimientos. Mi primer curso de dirección lo pasé en 1986 en la escuela del Instituto Superior de Dirección de la economía. El curso constó con muy buena base material a la altura de proyección de vídeos, la última técnica audio visual para la época. Nos proyectaron clase del primer mundo en los diferentes aspectos de la dirección. La calidad de los profesores fue excelente.
ResponderEliminarHoy los cuadros desde hace varios años pesaban el Diplomado en Dirección y tienen toda la base material necesaria de estos tiempos.
Cuantos años han pasado adquiriendo cultura sin resultados.
Entonces la cuestión no es tanto de falta de cultura en sí.
Se requiere de un análisis más a la esencia de porque toda esa base teórica no se aplica correctamente.
Hay que ver porqué la corrupción es mayor que el deseo de aplicar las buenas prácticas.